Gamino Olazo, Miguel Ángel

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Gamino Olazo, Miguel Ángel.
Ni peores ni mejores, solo diferentes en la búsqueda del reconocimiento social de la
Licenciatura en Educación Física.
El propósito de este trabajo es ofrecer un análisis del porque la educación física no ha
logrado consolidarse ni impactar colectivamente en Puebla. No se pretende una revisión
exhaustiva del desarrollo de este campo de conocimiento ni de la formación de
educadores físicos en particular, únicamente se intenta proporcionar una visón general
que permita comprender las causas de esa falta de repercusión social e institucional de
esta disciplina a lo largo del tiempo. Las escuelas normales han tenido a su cargo la
responsabilidad de la formación de profesores y a pesar de que la educación física lleva
60 años en nuestro país, no ha logrado consolidarse social ni institucionalmente,
independientemente de que las autoridades educativas y padres de familia no han
mostrado interés por esta asignatura y la han considerado de relleno en la curricula
oficial. Nuestro sistema educativo respalda sus programas en función de tres esferas:
cognitiva, afectiva y motriz, ponderando al aspecto cognitivo por encima de las otras
dos esferas, con esta visión intelectualista se resta importancia a la educación integral
del educando. La formación de los educadores físicos y las concepción que se tenga de
la ecuación física es de vital importancia para su desarrollo y progreso, puesto que en
gran parte de una noción cierta y congruente dependerá del incremento del tiempo en el
horario escolar, los apoyos financieros, humanos y materiales, la investigación y el
reconocimiento social e institucional. La escuela normal de educación física de Puebla
nace como parte integral del Instituto Normal del Estado “Gral. Juan Crisóstomo
Bonilla” en 1951, siendo gobernador de Estado el Gral. Rafael Ávila Camacho. Es el
centro de toda la política de formación y superación de individuos que para el desarrollo
de la educación física, del deporte y la recreación resultan necesarios al país y
particularmente al Estado de Puebla. La escuela ha recorrido una historia de 50 años,
cientos de profesores diseminados por toda la república mexicana dan testimonio de este
esfuerzo. Es indudable que para que un pueblo progrese debe atender el ámbito
educativo como una necesidad prioritaria para la formación integral sin dejar de
considerar, desde luego, la profesionalización como proceso cuyo objetivo es capacitar
al sujeto para el desempeño de un atarea productiva. Independientemente de que el
fenómeno educativo socialmente se manifieste como el recurso fundamental para la
preservación, el incremento y la transmisión de la cultura, desde el punto de vista
individual se considera a la educación como el medio para desarrollar y desenvolver las
potenciales de la manera más amplia y armoniosa posible que cada ser trae desde su
nacimiento, es decir, el sujeto se beneficie de una educación integral, entendiéndose esta
como el desarrollo multilateral del hombre, donde se estimula el despliegue de las líneas
de la personalidad incluida la relativa al aspecto corporal (educación física). La
educación física no es simple adiestramiento sino una acción educativa ampliamente
concebida por medio del movimiento cuyo efecto se extiende a las esferas psicológica,
social y moral de la persona.
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