COMENTARIO DE TEXTO SONETO XXVI, Garcilaso de la Vega Echado está por tierra el fundamento que mi vivir cansado sostenía. ¡Oh cuánto bien s´acaba en un solo día! ¡Oh cuantas esperanzas lleva el viento! ¡Oh cuán ocioso está mi pensamiento cuando se ocupa en bien de cosa mía! A mi esperanza, así como a baldía, mil veces la castiga mi tormento Las más veces me entrego, otras resisto con tal furor, con una fuerza nueva, que un monte puesto encima rompería. Aquéste es el deseo que me lleva a que deseo tornar a ver un día a quien fuera mejor nunca haber visto. Análisis métrico: se trata de un soneto, es decir, de una estrofa formada por dos cuartetos y dos tercetos con rima consonante según el siguiente esquema ABBA, ABBA, CDE, DEC. (Recuérdese el vínculo de esta estrofa con las innovaciones renacentistas en la lírica) TEMA El autor plantea el conflicto que se produce entre un deseo y el dolor que este sentimiento provoca. El poeta oculta deliberadamente la esencia de ese sentimiento: el contexto histórico y literario y la tradición petrarquista a la que pertenece Garcilaso como poeta del Renacimiento español nos permite interpretar ese sentimiento como amor. ESTRUCTURA , ANÁLISIS DEL CONTENIDO Y ANÁLISIS DE LA FORMA El texto puede dividirse en dos partes, claramente diferenciadas por rasgos temáticos, como se demostrará más adelante. (Conviene, aunque en borrador mental o escrito se haya hecho primero la estructura y luego el análisis, a la hora de redactar se pueden –se deben- desarrollar simultáneamente estructura y análisis). a) Cuartetos: El poeta describe su estado de ánimo, el abatimiento provocado por la desesperanza que ha causado en él el desdén de la amada . Aunque en los cuartetos no se cita explícitamente la causa del dolor que siente el poeta, puede deducirse que se trata de una pena amorosa, por la configuración de esta especie de Cancionero que forman los sonetos de Garcilaso y porque representa a la lírica petrarquista e italianizante donde dicho tema es esencial. En el último terceto, como se verá, sí hay una alusión al sufrimiento amoroso causado por el desdén de la amada. La destrucción de su felicidad es mencionada en el primer cuarteto a través de los términos "fundamento", "bien" y "esperanzas", todos ellos, que daban razón a su vida ("vivir cansado") han desaparecido: "Echado está por tierra el fundamento" /"¡Oh cuanto bien s´acaba en un solo día!" / "¡Oh cuantas esperanzas lleva el viento!". La infelicidad, como se destaca con la exclamación del verso segundo llega inesperadamente y destruye en un momento la felicidad. En el segundo cuarteto, siguen las exclamaciones de dolor. Vuelven a aparecer los términos "bien" y "esperanza", que se citaron ya antes para insistir en que son bienes desaparecidos para el poeta. Su pensamiento no tiene ninguna tarea que hacer relacionada con su felicidad, es decir, ya no tiene motivo para ser feliz. ("¡Oh cuán ocioso está mi pensamiento /cuando se ocupa en bien de cosa mía!") . Su dolor ha vencido a su esperanza. ("A mi esperanza, así como a baldía,/ mil veces la castiga mi tormento") . b) Tercetos: El poeta manifiesta el conflicto que le invade, entre la resignación y la rebeldía a la hora de asumir el destino trágico al que le ha llevado el amor. Esta situación contradictoria se representa a través de una antítesis o contraste: "me entrego" / "me resisto". La resistencia del poeta opuesta a la adversidad y a la resignación se expresa metafóricamente (como ya hizo en el Soneto IV) a través de un monte que él es capaz de romper con sus propias fuerzas: "emprenderé a fuerza de brazos/ romper un monte que otro no rompiera". En el presente soneto dice: "un monte puesto encima rompería". En el último terceto, como suele ser habitual en los sonetos de Garcilaso, se resume el concepto que se ha desarrollado en los versos anteriores. En este caso se trata de una paradoja, expresada a través de un juego de palabras. "el deseo que me lleva / a que desee tornar a ver un día / a quien fuera mejor nunca haber visto". El desdén, en este caso, más que la muerte de la amada, desencadena en el poeta una lucha interior entre la rendición definitiva a la desdicha y el deseo de volverla a ver. La amada es la causante tanto de la pena como del amor, de ahí que se entienda que el poeta lucha entre el deseo de volver a verla y la convicción de que sería mejor no haberla visto nunca, no haberla conocido, para haber evitado el dolor que está sufriendo por ella. CONCLUSIÓN Como es característico en la poesía de Garcilaso, y en general en la poesía italianizante y petrarquista, la poesía amorosa suele centrarse en el proceso amoroso entendido como dolor, sufrimiento, una tortura para el enamorado, que no goza de la felicidad amorosa, bien por el desdén de la amada, bien por culpa de la muerte de ésta. En este soneto, como en otros de Garcilaso, el poeta se plantea un conflicto que no llega a resolverse entre dos realidades contrapuestas, la razón, la voluntad, el dominio de uno mismo, que exigiría dejar de amar y contener el dolor que invade el alma y el deseo, el amor, que impulsan a seguir amando y a seguir sufriendo, a pesar de la inutilidad de dicha actitud.