A EL ORIGEN DEL DOMINIO. Génesis 1:26. Fuimos creados como fieles mayordomos que debían dominar la tierra en lugar de su verdadero Dueño. Al igual que la raza humana fue creada con un propósito, cada uno de nosotros viene a esta vida con un propósito divinamente delineado. Dios dice de cada uno de nosotros: «para gloria mía los he creado, los formé y los hice» (Isaías 43:7). B LOS PRIVILEGIOS DEL DOMINIO. Génesis 1:28. Sojuzgar la tierra permite al hombre utilizar para sus necesidades sus vastos recursos. La mayordomía del hombre sobre la tierra y los animales debía ser realizada como un servicio amoroso (Marcos 10:43) que redundara en un beneficio mutuo. C LOS LÍMITES DEL DOMINIO. Génesis 2:16-17. La prohibición de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal fue un límite claro que no debía ser traspasado. La creación todavía sufre las consecuencias que produjo que Adán y Eva traspasaran los límites que Dios les impuso. En este mundo de pecado, la Ley de Dios nos marca los límites de nuestra relación con Dios y con nuestros semejantes. Los hombres han sobrepasado los límites del dominio que Dios les da de dos maneras distintas: — Abusando del poder que se les otorga. Como en el caso de Faraón o de Herodes. — No ejerciendo el dominio que Dios les ha dado. Como en el caso del hombre que escondió el talento que su señor le había dado para que negociara con él (Mateo 25:14-30). ¿Qué principios podemos usar para saber cuáles son los límites de nuestro dominio? Ver Mateo 7:1, 12. D LA RESPONSABILIDAD DEL DOMINIO. Génesis 2:15. Junto al dominio, Dios dio a Adán la responsabilidad de guardar la creación como fiel mayordomo. En un principio, animales y plantas reconocían la autoridad de Adán para cuidar de ellos, y le entregaban su afecto y sus frutos. Tras el pecado, la naturaleza misma se rebeló contra la autoridad del hombre. Sin embargo, como mayordomos de Dios, aún tenemos hoy la responsabilidad de cuidar de la creación. Explotar indebidamente los recursos del planeta es ser irresponsables con la tarea que Dios nos encomendó. E LA RESTAURACIÓN DEL DOMINIO. Apocalipsis 21:7. Cristo vino a restaurar el dominio que nosotros perdimos. Aunque esta restauración no será completa hasta la Venida final de Jesús (1ª de Corintios 15:24), podemos hacer mucho por comenzar la restauración ahora mismo al alcanzar y ayudar a los necesitados.