La prueba del Sutra del loto Nichiren, el devoto del Sutra del loto [Fuente: Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio, Soka Gakkai, 2008, págs. 1153-1155.] ¿Cómo refleja el espejo del Sutra del loto a aquellos que, en el mundo corrupto de la última era, creen en las enseñanzas del Sutra del loto tal como este las revela? El buda Shakyamuni nos ha dejado palabras de su boca de oro según las cuales estas personas ya han hecho ofrendas a cien mil millones de budas en sus existencias pasadas.1 Pero la gente común de la última era podría poner en tela de juicio las palabras que pronunció un solo buda. Con este pensamiento, el buda Muchos Tesoros vino expresamente desde el Mundo de la Pureza de los Tesoros, situado a muchas tierras de distancia en dirección al Este. Frente al buda Shakyamuni, dio testimonio acerca del Sutra del loto con estas palabras: ― ¡Todo lo que has expuesto es la verdad!‖.2 En tal caso, no puede haber lugar a dudas con respecto a esta cuestión. Así y todo, quizá el buda Shakyamuni haya sentido que la gente común de la última era persistiría en su incredulidad. Por eso, convocó a los budas de las diez direcciones y les pidió que se le sumaran en el magnífico acto de extender sus largas y anchas lenguas –que sólo habían pronunciado la verdad durante incontables kalpas— y de proyectarlas en dirección al cielo hasta alcanzar la altura del monte Sereno y Brillante. Ya que este es el caso, cuando las personas comunes que viven en la última era creen, aunque sea en una o dos palabras del Sutra del loto, están abrazando la enseñanza a la cual han dado crédito los budas de las diez direcciones. Me pregunto qué karma habremos creado en el pasado para haber renacido como personas así, y siento que me embarga la dicha. Las palabras de Shakyamuni que antes he mencionado indican que los beneficios resultantes de hacer ofrendas a cien mil millones de budas son tan grandes que, aunque uno haya creído en otra enseñanza distinta del Sutra del loto y aunque a causa de esta acción contra la Ley uno haya tenido que nacer en un hogar pobre y humilde, así y todo le será posible creer en el sutra en esta existencia. Un comentario de [la escuela] T’ien-t’ai señala: ―Escomo la persona que cae al suelo, pero se incorpora apoyándose sobre esa misma tierra [en la cual cayó]‖.3 Alguien que cae al suelo se recupera y vuelve a ponerse de pie sobre esa misma tierra. Los que actúan contra el Sutra del loto caerán al suelo de los tres malos caminos o de los reinos humano y celestial, pero finalmente, con ayuda del Sutra del loto serán capaces de manifestar la Budeidad. Ya que usted, Ueno Shichiro Jiro, es un hombre común que ha nacido en la última era en una familia de guerreros, con todo derecho merecería ser considerado una mala persona,4 y sin embargo, su corazón es el de un buen hombre. Y lo digo por un a razón: desde el gobernante hasta el pueblo llano, todos se niegan a creer en mis enseñanzas. Hacen daño a los pocos que las abrazan, imponiéndoles pesados tributos, confiscándoles sus tierras y fincas, y, en algunos casos, hasta causándoles la muerte. Por tal motivo, creer en mis enseñanzas es algo realmente difícil. Pese a todo, su madre y su difunto padre tuvieron el valor de abrazarlas. Hoy, usted ha heredado y asumido las responsabilidades de su padre y, sin que otros lo instaran a hacerlo, también ha adoptado esta práctica con sinceridad y fervor. Muchas personas, nobles y plebeyas, lo amenazaron o le hicieron llegar advertencias, pero usted nunca aceptó renunciar a la fe. Ahora que, al parecer, está a punto de lograr la Budeidad, probablemente los demonios celestiales y las fuerzas malignas 5 se estén valiendo de esta enfermedad para intimidarlo. La vida en este mundo es limitada. ¡Jamás, ni siquiera un instante, se deje vencer por el miedo! En lo que respecta a ustedes, malditos demonios, ¿qué se proponen al permitir que este hombre sufra? ¿Tragarse una espada de punta, abrazar un incendio devorador o convertirse en archienemigos de los budas de las diez direcciones en el pasado, presente y futuro? ¡Qué terrible sería esto para ustedes! Antes bien, ¿no deberían curar de inmediato la dolencia de este hombre, brindarle toda su protección y, de esa forma, salvarse del sufrimiento espantoso que suelen padecer los demonios? Si dejaran de hacerlo, ¿no saben que la cabeza se les partirá en siete pedazos en esta existencia6 y que, en su próxima vida, caerán en el gran infierno del sufrimiento incesante? Piénselo profundamente. Piénselo… Si ignoran mis palabras, tengan la plena seguridad de que luego se arrepentirán. En el vigésimo octavo día del segundo mes, quinto año de Koan (1282). Entregado por Hoki-bo7 Antecedentes Esta carta fue escrita en Minobu a Nanjo Shichiro Jiro, más conocido como Nanjo Tokimitsu, en el segundo mes de 1282, cuando el Daishonin se encontraba gravemente enfermo. Nanjo Tokimitsu era aún adolescente cuando, debido a la muerte de su padre, tuvo que asumir los deberes de este último como administrador del distrito Ueno. Su jurisdicción cubría una vasta zona lindera al monte Fuji. En especial, durante la persecución de Atsuhara, Tokimitsu había hecho muchos sacrificios para defender a los seguidores del Daishonin que vivían en su señorío. Por su coraje, este lo había honrado con el título ―U eno el Sabio‖, en una carta escrita en el sexto día del undécimo mes de 1279, titulada El Portal del Dragón. Al enterarse de la grave enfermedad del joven, el Daishonin aparentemente pidió a un discípulo que escribiera una carta de aliento en su nombre, ya que él mismo, debido a su estado crítico de salud, no podía hacerlo. Pero, incapaz de acallar su preocupación por este joven creyente, de todas formas tomó el pincel y redactó esta carta que envió a Tokimitsu por intermedio de Nikko Shonin, para animarlo a superar su enfermedad. El Daishonin declara que, de acuerdo con lo que afirma el Sutra del loto, Tokimitsu es una persona que, en sus existencias pasadas, ha hecho ofrendas a cien mil millones de budas. Luego, amonesta con rigor a los demonios de su discípulo y les dice que, si no lo curan, tendrán que sufrir en el gran infierno Avichi. Tradicionalmente, la carta se conoce como La prueba del “Sutra del loto”, porque señala que todos los budas dan testimonio de la veracidad del Sutra del loto. Sin embargo, también se la llama La oración para sobrevivir a una enfermedad fatal, porque en ese momento Tokimitsu estaba librando una batalla contra un grave mal. Notas 1 2 3 4 5 6 7 Esto se menciona en el capítulo ― Maestro de la ley‖ del Sutra del loto. Sutra del loto, cap. 11. Comentario sobre “Palabras y frases del “Sutra del loto””, de Miao-lo. El Daishonin dice esto porque los guerreros, por profesión, están expuestos a matar a seres humanos. El término original con que se dice ― funciones malignas‖ es gedo, que, literalmente, quiere decir ― fuera del Camino‖ y, en general, se aplica a los herejes y no budistas. En este caso, la palabra denota a las cosas o personas que causan desastres y, por eso, ha sido traducida como ― fuerzas malignas‖. Referencia a un pasaje del capítulo “Dharani” del Sutra del loto. Hoki-bo es otro de los nombres con que se conocía a Nikko Shonin, el sucesor y discípulo más fiel de Nichiren Daishonin.