el bu uen s samar ritan no

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Domiingo 11 d
de Julio del 201
10
EL BU
UEN SSAMAR
RITAN
NO p
del Buen Sa
amaritano aporta una
a adecuada
a “iluminac
ción” acerca del amorr que es ell
La parábola
cora
azón de la moral evangélica.
Deb
bemos imp
plorar al Es
spíritu Santto que nos
s ilumine de
d manera tal que nu
uestro disce
ernimiento
o
com
mprenda qu
uien es nu
uestro prójjimo, y forrtalezca nu
uestra volu
untad para
a que nos “hagamos
s
prójjimo”. Realmente y sin
s restricciones. Es necesario
n
q
que
aprend
da a colocarme no en el lado de
e
mi egoísmo,
e
s
sino
en el la
ado del otrro.
No es tanto saber
s
que debo ama
ar y a quiién debo amar,
a
sino
o de acepttar que tod
dos tienen
n
echo a mi amor, y que
q
por ta
anto, debo
o acercarme, hacerm
me vecino, “próximo” de todos,,
dere
pue
es únicame
ente siendo
o prójimo, seré frate
erno y sólo
o siendo fra
aterno serré solidario
o y por serr
solidario mi salvación dependerá de
d la salva
ación de aq
quellos a quienes
q
yo haya “serrvido” para
a
s
su salvación.
Esto
o es, mi sa
alvación coincide con la salvació
ón del otro..
No podemos ni
n debemos eludir los
s comprom
misos del amor cristia
ano. Porque la consecuencia es
s
cerme omis
so, esto es
s, ser indifferente an
nte el sufrimiento de los demás, insensib
ble ante ell
hac
desconsuelo y la miseria
a de otros.
ue el amo
or de Dios exige fide
elidad. Que la cruz redentora tiene dos
s
No debemos ignorar qu
mensiones: la vertical que nos comunica
c
d la Tierra
de
a al cielo; y la horizontal que nos empuja
a
dim
a la
a fraternida
ad y la solid
daridad en nuestra viida terrena
a.
Deb
bemos logrrar llegar a ser como
o el Samarritano que encontram
mos en la Palabra de
e Dios este
e
Dom
mingo. Nos
sotros deb
bemos igua
al que Él, “Abajarno
os” esto es,
e
bajarno
os de dond
de nos ha
a
“tre
epado” el fa
also orgullo
o y la sobe
erbia.
Es necesario
n
q
que
“sintam
mos lástima
a”, esto es
s compasión, “!una an
ngustia en el corazón
n¡”.
Las razones de
d la misericordia, so
on del corrazón, por ello es qu
ue, ante la injusticia,, y ante ell
desconsuelo o la miseria
a de nuesttros prójim
mos, nuestrros herman
nos en Cris
sto, experimentemos
s
a en las en
ntrañas” de
e tal magn
nitud que nos
n
impuls
se y nos arroje a pre
esentarnos
s
“una sacudida
e el que sufre
s
y le mostremo
os total disponibilidad, quedan
ndo a su servicio,
s
y actuemos
s
ante
efic
cazmente en
e beneficio
o de su pro
omoción hu
umana.
Esp
piritualid
dad Vicen
ntina
“La humildad es recono
ocer que todo bien procede
p
de
e Dios, es vaciarnos voluntaria
amente de
e
nos
sotros mism
mos. La humildad
h
implica un
na actitud de siervo
o… y ser siervo
s
del Señor es
s
com
mprometers
se con Dios
s y con nue
estros sem
mejantes”.
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