Tras las Odas vino para Ronsard la fama de poeta de temas clásicos y de poeta amoroso, mas c o n e l advenimiento del rey Henri III la gloria mundana de Ronsard se eclipsó, pues el nuevo monarca trajo a la corte a su poeta favorito, Desportes. Ronsard dedica la última década de su vida a pulir, reordenar y clasificar su obra, que publica completa en 1578 y hace una reedición revisada en 1585, un año antes de su muerte. Cuatro fueron las personas que le impulsaron a escribir odas y a seguir tras las huellas de Horacio: Jean Dorat en su tiempo de formación en el College de Coqueret, Paul Duc en sus años trancurridos en la crisálida de las escuderías reales, Jacques Peletier du Mans cuando fue a esta ciudad a recibir la tonsura, y -empujón final- su amigo, su correligionario de la Pléiade Joachim du Bellay, sin olvidar la influencia familiar en su formación clásica que recibió siendo niño de su tío el canónigo Jean de Ronsard, quien le legó la biblioteca. Al final del camino de su vida un nuevo rey y un nuevo poeta lo apartan, lo relevan de su misión de poeta cortesano. Lo que perdió el hombre, eso que ganó la poesía, tiempo al que dedica el resto de sus días. Si en vida t u v o Ronsard u n envejecimiento físicamente prematuro, también el destino de su poesía conoció un óbito súbito y durante dos siglos el destino de la poesía roncardiana y de la Pléiade en general será el olvido. Pasado ese amplio paréntesis de doscientos años de vida lánguida y precaria, el Romanticismo, ávido de descubrir el genio nacional y la individualidad creadora, en su rechazo al formalismo clasicista encarnado en el siglo XVll por Malherbe como más conspicuo representante, y por Chénier en el siglo XVIII, vio en Ronsard al poeta en quien la juventud se reconoció. Es sumamente interesante escuchar la voz del poeta en la oda 25 del III libro cuando profiere los siguientes versos: Homere est mort, Anacreon, Pindare,Hesiode et Bion, Et plus n'ont soucy de s'enquerre Du bien et du mal qu'on dit d'eux: Ainsi apres un siecle ou deux Plus ne sentiray rien sous terre. (111,25,vv.3 1-36).'35 Desde entonces el reconocimiento de su elevado númen y el de ser el primer poeta francés en adaptar a su lengua los géneros poéticos de la Antigüedad permanece asentado hasta nuestros días, dentro de la valoración ligeramente fluctuante o dispar que en tan vasto periodo cronológico han merecido las obras de casi todos los artistas de proyección universal. 135 Trad. Homero murió, Anacreonte.1 Píndaro, Hesiodo y Bion.1 y ya no se preocupan por inquirirse/ del bien o del mal que se dice de ellos: así tras un siglo o dos/ ya nada sentiré bajo tierra.