Acorralando a una «chupasangre

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ESPECIAL
VIERNES
09 DE MAYO DE 2014
juventud rebelde
DETRÁS
DE LA CIENCIA
A cargo de PATRICIA CÁCERES [email protected]
Acorralando a una
«chupasangre»
Expertos del mundo lograron decodificar el genoma de la mosca
tse-tsé, transmisora de la mortífera enfermedad
del sueño y la nagana
PARA un observador poco experimentado, podría parecer una mosca común, de esas que merodean
nuestros alimentos o que se pasean libremente por el campo y
los agromercados.
Sin embargo, la mosca tse-tsé
(Glossina morsitans) es mucho
más peligrosa: sus mandíbulas
son como cuchillas para hendir la
piel de los humanos y el ganado,
tiene un refinado instinto para olfatear a sus presas, una singular afición por el color azul, y mientras
se alimenta de la sangre de sus
víctimas les transmite parásitos
que lleva dentro.
Este peculiar insecto ha sido
por décadas una de las mayores
pesadillas del África subsahariana, pues es transmisora de la
mortífera tripanosomiasis o enfermedad del sueño en los humanos, y de su equivalente en el
ganado, la nagana. Pero un equipo
conformado por expertos de todo
el mundo asegura haber puesto al
descubierto los puntos débiles de
la temida «chupasangre».
Un total de 146 investigadores
de 78 instituciones científicas pertenecientes a 18 países, se unieron para conformar la llamada Iniciativa Internacional del Genoma
Glossina (IGGI).
Tras diez años de esfuerzos,
lograron secuenciar por primera vez
el genoma completo de esta mosca y descubrieron las adaptaciones
que le permiten tener una biología
tan especial y transmitir la enfermedad a humanos y animales.
El estudio —publicado en las revistas especializadas Science,
PLOS Neglected Tropical Diseases, PLOS ONE y PLOS Genetics—
ofrece las claves sobre la particular forma de reproducirse de este
insecto y su capacidad para detectar visual y olfativamente a sus
víctimas, datos que pueden servir
para desarrollar nuevas estrategias contra la transmisión de los
parásitos que causan la enfermedad.
A decir de los expertos, el genoma de la tse-tsé es aproximadamente una décima parte del tamaño del genoma humano, con 366
pares de bases, comparados con
los 3 000 millones del nuestro, y
La mosca dedica 250 genes a garantizar que su saliva facilite la ingestión
de sangre humana sin estorbos. Foto: www.conabio.inaturalist.org
Los científicos han descubierto
una familia de genes, llamados
tsal, que son particularmente activos en este insecto y que contrarrestan la respuesta para detener
la hemorragia.
Unas 70 millones de personas pueden ser víctimas de la tse-tsé, y 10 000
mueren cada año por su causa. Foto: www.eyeofscience.com
refleja la curiosa estrategia del
insecto para encontrar su exclusivo alimento: la sangre.
«Todo apunta a su habilidad
para hacer de la sangre su única
fuente de nutrientes», señaló
Serap Aksoy, investigador de la
Universidad de Yale. La mosca es
capaz de compensar las carencias nutricionales con bacterias
simbióticas para sintetizar nutrientes que no le aporta la sangre que
chupa, añadió.
CONOCIENDO AL INSECTO-MAMÍFERO
Los investigadores han descubierto en el genoma algunas de
las claves de la forma de reproducción, que convierten a esta
mosca en una suerte de «insectomamífero». En lugar de poner huevos, una única larva se desarrolla
en su abdomen, y da a luz a la cría
viva. Además, engorda a su
embrión con una mezcla de proteínas que es similar a la leche de
los mamíferos.
Según la revista National Geographic, a lo largo de su vida estos
insectos tienen solamente entre
ocho y diez crías, una cifra muy pequeña si se compara, por ejemplo,
con los mosquitos, que tienen
aproximadamente mil.
El equipo multinacional de
expertos encontró, además, un grupo de proteínas relacionadas con el
sistema visual de esta mosca, que
podrían ser claves para conocer
nuevos elementos sobre su manera de buscar nuevos huéspedes, ya
sean humanos o animales.
Entre los resultados de esta
pesquisa, también figura el descubrimiento del gen de un fotorreceptor llamado rh5, que explica la
atracción de estos insectos por el
color azul, un comportamiento que
ya se está explotando para el
desarrollo de trampas.
Asimismo, los investigadores
del consorcio han identificado los
genes que fabrican sus 46 proteínas del olfato y sus 14 proteínas
del gusto. Este último es un número excepcionalmente modesto en
comparación con otros insectos,
pero la tse-tsé no necesita un
complejo universo de sabores, ya
que solo se alimenta de sangre.
La tse-tsé también posee un
arsenal de moléculas en su saliva
que son esenciales para alimentarse de la sangre de sus víctimas.
HISTORIAL DE UNA ASESINA
Unas 70 millones de personas
en África subsahariana tienen la
amenaza de padecer la tripanosomiasis o enfermedad del sueño, y
alrededor de 10 000 mueren cada
año por esta causa, según datos de
la Organización Mundial de la Salud.
La mosca dedica nada menos
que 250 genes a garantizar que
su saliva facilite la ingestión de
sangre humana sin estorbos. Pero
el tripanosoma (parásito) que lleva
dentro (causante de la enfermedad del sueño) ha evolucionado
para disminuir la eficacia chupadora de esa saliva.
Es la estrategia del parásito
para obligar a su mosca huésped
a morder a más y más personas
para obtener su alimento, y garantizarse a sí mismo una propagación más eficaz.
Una semana después de la
picadura, aparece una lesión en la
piel que provoca una infección crónica. Si la persona afectada no
recibe tratamiento, la enfermedad
es mortal.
Además, esta mosca supone
un importante lastre al desarrollo
de la región por los efectos que,
además, tiene la enfermedad de
la nagana sobre el ganado. Por
este motivo, la cría de estos animales en las zonas endémicas es
difícil o imposible.
«Las moscas tse-tsé imponen
una carga económica enorme a los
países que peor pueden soportarla,
porque obligan a los granjeros a criar
un ganado menos productivo por el
mero hecho de que es más resistente a los tripanosomas», explicó el
codirector del estudio, Matthew
Berriman, del Instituto Sanger.
«Hay partes muy verdes en África, con agua, con clima excelente,
y sin embargo no hay agricultura
porque la mosca mata el ganado»,
indicó por su parte Jorge Hendrichs, jefe de control de la sección
de Lucha contra Plagas de Insectos del Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA).
UN PASO ESPERANZADOR
Hasta la fecha, no existen vacunas para prevenir la enfermedad
del sueño o la nagana, y los tratamientos farmacológicos actuales
tienen efectos secundarios no deseados.
El parásito es capaz de eludir el
sistema inmune de los mamíferos,
por lo que las iniciativas de control
se centran en la erradicación de
las poblaciones de moscas.
En la lucha contra la tse-tsé se
usa la técnica de esterilización por
radiación que aplican el OIEA y la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), además del uso de
pesticidas y de la captura mediante trampas.
Según indicó en una nota de
prensa Kostas Bourtzis, miembro
de este equipo conjunto, «este
nuevo conocimiento del genoma de
la mosca acelerará la investigación
en los métodos de control y ayudará a los científicos a desarrollar
estrategias nuevas y complementarias para reducir el uso de medicamentos caros y de insecticidas».
«No es un avance directo, inmediato, pero a mediano plazo es
importantísimo. Entender y decodificar el genoma de la mosca va
a dar mucha información para desarrollar métodos mejores en un
futuro», opinó Jorge Hendrichs.
En opinión de Serap Aksoy, investigador de la Universidad de Yale,
conocer el genoma completo del
insecto permite establecer mejores medidas contra él. Los genes relacionados con el olor, el
gusto y la visión podrían ayudar a
desarrollar repelentes y trampas
más efectivas, ahondó.
Por último, espera que permita
administrar vacunas al ganado
que creen anticuerpos para las
proteínas encontradas en la saliva
de las moscas, lo que les impediría digerir correctamente la sangre. Sin energía suficiente, es muy
difícil que estas puedan soportar
la etapa de embarazo.
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Cuando la barbarie quiso tener ojos azules
Extracción de testículos, esterilizaciones en masa, salvajismo sobre enanos y gemelos, exposiciones a
temperaturas extremas, asfixia en las cámaras de gas… El horror nazifascista no tuvo piedad. A 69 años de su
derrota no se apaga el grito de espanto de las víctimas
por ROBERTO REGINCÓS y LUIS
HERNÁNDEZ SERRANO
[email protected]
fotos ARCHIVO JR
FUE por iniciativa del propio Adolfo
Hitler que se iniciaron los experimentos nazis para la aniquilación inmediata de sus prisioneros, sobre todo
los comunistas, los gitanos, los judíos, con énfasis en los denominados Mischlinge o gente de sangre
mixta,con al menos un abuelo judío,
y de otras personas que ellos consideraron que no debían vivir.
Los doctores Carl Clauberg y
Horst Schumann, en el campo de
concentración de Auschwitz, y Víctor
Brack, en Ravensbrück, dirigieron la
esterilización de hombres, mujeres
y niños mediante radiación, exponiéndolos a altas dosis de rayos X,
que les causaron quemaduras severas y, por tanto, la muerte.
Posteriormente esos médicos
extraían los testículos de los hombres y los enviaban a un instituto
en Brelau para su examen histopatológico. Cientos de personas de diferentes nacionalidades fueron usadas en estos experimentos. Después, a la mayor parte de ellos se
les envió a las cámaras de gas.
A Heinrich Himmler, uno de los
mayores jerarcas del nazismo,le propusieron que el método fuera usado
en tres millones de judíos (de 11
millones destinados a la exterminación), a condición de que estuvieran
aptos para los trabajos forzados.
Otras «pruebas médicas» se realizaron también por el profesor Carl
Clauberg en los mencionados
campos de concentración, para supuestamente determinar la viabilidad de la esterilización de masas
con una inyección de sustancia química en la matriz de miles de mujeres judías y gitanas de Polonia.
En 1943 Himmler quiso saber el
tiempo que se tardaría para esterilizar a mil mujeres mediante un
método eficiente, no quirúrgico, rápido, barato y serio, que debía aplicarse masivamente. Esos médicos
nazis inventaron una forma capaz
de esterilizar a un millar de féminas
por día.
Al año siguiente, en 1944, el doctor Carrl Vaernet, en Buchenwald, experimentó en prisioneros una variante de implante en los testículos
de una «glándula artificial» (un simple
tubo metálico) que liberaba testosterona,capaz de revertir la homosexualidad. Se emplearon prisioneros homosexuales y heterosexuales como
grupo de control,y unos 50 murieron
infectados por el procedimiento.
EXPERIMENTOS CON JUDÍOS
Estos experimentos fueron realizados a más de 10 000 seres
humanos, en contra de su voluntad, por unos 200 médicos, en
coordinación con otros galenos,
La crueldad de los fascistas no tuvo límites; también los niños eran
vejados salvajemente.
Luego de ser expuestos a todo tipo de tortura, la mayoría de las personas
era enviada a la cámara de gas.
institutos y universidades de Alemania y Austria.
Había varias clases de experimentos: la Luftwaffe (Fuerza Aérea
Alemana) los realizaba en Dachau
y otros sitios (sobre supervivencia
y rescate), incluyendo investigaciones en torno a los efectos de la
gran altitud, las bajas temperaturas y la ingestión de agua de mar.
El tratamiento médico tenía que
ver con la investigación en la atención de heridas de guerra, ataques
con gas y la formulación de agentes
inmunizadores para atender enfermedades contagiosas y epidemias.
Finalmente hacían experimentos
«raciales», incluidos la investigación
sobre enanos y gemelos, y el estudio sexológico y del esqueleto.
Cuando comenzó la II Guerra Mundial, en septiembre de 1939, el ejército alemán ocupó la mitad occidental de Polonia, con lo cual casi dos
millones de judíos polacos cayeron
bajo la esfera de su poder. Se les
obligó a trasladarse a guetos rodeados por muros y alambradas que en
poco tiempo se convirtieron en campos de concentración, a los cuales
se les llamaba eufemísticamente
Campos de Trabajo Correctivo.
Con las sucesivas invasiones a
países vecinos, se crearon los campos de Auschwitz-Birkenau, BergenBelsen,Buchenwald,Dachau,Treblinka, Belzec, Semlin, Gross Rosen,
Vught y otros.
A estos pequeños territorios ubicados en Alemania, Polonia y parte
de la que entonces era la Unión Soviética, llevaron millones de prisioneros de los países europeos ocupados.
Unas cámaras de gas eran a base de monóxido de carbono,algunas
de cianuro o de ácido clorhídrico, y
otras de «Zyklon B», sintetizado por
los químicos alemanes para poder
matar a 2 000 personas,con solo un
cuarto de litro de ese pesticida y a un
costo de medio centavo por víctima.
En distintas zonas se constru-
yeron enormes hornos, crematorios
para incinerar los cuerpos de las
víctimas y borrar las huellas del
exterminio. Luego que estos copaban su capacidad de cerca de
5 000 cadáveres por día, las cremaciones se realizaban al aire libre.
Cuando terminó la II Guerra Mundial, unos 6 000 000 de judíos, prisioneros soviéticos de guerra, eslavos, gitanos, trabajadores extranjeros, partisanos, homosexuales, testigos de Jehová, disidentes de las
políticas del Reich, comunistas y
otros grupos «indeseables» habían
sido asesinados: unos 3 000 000
en centros de exterminio y en campos de trabajo, 1 400 000 en los fusilamientos masivos, y más de
1 600 000 en los guetos donde se
experimentaba en las diferentes formas de ejecución con crueldad.
Una vez que demostró el doctor
Josef Mengele que no tenía parientes judíos hasta la cuarta generación
fue aceptado en las Schutzstaffel o
SS,unidades defensivas creadas por
Hitler para vigilar y controlar el Partido Nacional-Socialista. Entonces solicitó su traslado a los campos de
concentración donde encontraría facilidades para continuar sus investigaciones. Durante su estancia en
1942 en el campo de Gross Rosen,
en Silesia, dirigió experimentos bacteriológicos con soldados soviéticos.
Estos últimos consistían en la
congelación de prisioneros y su
exposición al calor. Dichos experimentos, solicitados por Himmler,
fueron dirigidos por el Untersturmführer-SS (Teniente 2) Doctor Sigmund Rascher en Auschwitz, Birkenau y Dachau. El propósito era
determinar cuánto tiempo tardaba
la mitad inferior del cuerpo en morir y la manera de revivirlo.
Para ello introducían judíos o rusos desnudos en recipientes con hielo o los dejaban a la intemperie durante los períodos más fríos del invierno. Los sobrevivientes perecían
en las maniobras de descongelación
durante los cuales se les irrigaban
líquidos calientes por vía oral o por
vía rectal.
Otros morían cuando eran llevados, de manera súbita, del frío
intenso a altas temperaturas, o
viceversa, o cuando eran sometidos a lámparas de sol hasta quemarse.
EXPERIMENTOS EN GEMELOS
Puesto que uno de los principales objetivos de Hitler era obtener la pureza de la raza nórdica
aria, los sujetos sometidos a mayor
número de pruebas fueron los gemelos, en quienes se realizaban
macabros experimentos como
animales de laboratorio.
Se les tomaba medidas del cuerpo
centímetro a centímetro y se les hacían biopsias sin anestesia de diferentes vísceras antes y después de que
se les sometiera a pruebas con agentes físicos, químicos y psicológicos.
El consejero y amigo de Mengele fue el profesor Otmar Freiherr
von Verscheur, con quien mantenía correspondencia en su nuevo
Instituto de Genética en Berlín. A
uno o a ambos gemelos les extirpaban órganos o extremidades, los
castraban o les realizaban cirugías
para cambio de sexo.
Como Mengele estaba fascinado por los ojos azules, constantemente les hacía inyección de colorantes a los niños en los ojos para
cambiar su color. El interés de
este asesino en el genotipo humano rubio de ojos azules es curioso, pues ni él ni sus superiores
tenían esos rasgos físicos.
Hacía transfusiones de sangre
entre gemelos, les inyectaba en
las venas diferentes extractos de
enfermos y gérmenes letales, o
fenoles, cloroformo, nafta, insecticidas, etc. Y a otros les extirpaba
las venas de las extremidades.
Una sobreviviente relató cómo a
su hermana gemela,Mengele le destrozó a martillazos una de sus manos. Supervisó una cirugía en la que
dos gemelos fueron suturados para
crear siameses. Eran frecuentes las
vivisecciones sin anestesia y con las
personas conscientes. Les hacía
distintas operaciones en la columna
vertebral. Obviamente, nadie sobrevivía a sus tenebrosas intervenciones quirúrgicas o a las secuelas.
Cada vez que ensayaba una
nueva prueba inyectaba cloroformo
en el corazón de ambos gemelos para asegurarse de que morían al mismo tiempo. Luego les hacía autopsia para ver los efectos de sus experimentos genéticos sobre los órganos. De esta forma, las ideas desquiciadas de Mengele cobraron hasta 60 víctimas diarias.
Se le conoció como el Ángel de la
Muerte. De los 3 000 gemelos que
pasaron por Auschwitz-Birkenau solo
sobrevivieron 200 al momento en
que recibiera la orden de suspender
los experimentos el 26 de noviembre de 1944, debido al avance del
Ejército Rojo de la URSS, que tomaría posesión de ese territorio.
Josef Mengele huyó a Italia en
1949 con documentos falsos; poco
después llegó a Buenos Aires, donde encontraba seguridad, pues en
Argentina había una organización secreta conocida como Odessa, encargada de otorgar salvoconductos a
antiguos oficiales de las SS. En
1960, en ese país latinoamericano
tuvo lugar el secuestro de Otto Adolf
Eichmann a manos de un comando
de la policía secreta israelí que lo llevó a la horca. Esto produjo pánico a
Mengele, por lo cual se trasladó a
Paraguay, país gobernado por el general Alfredo Strossner, descendiente de alemanes y admirador de los
nazis. Perseguido por los israelíes
se radicó en Brasil, donde murió en
1979 ahogado en el mar mientras
se bañaba, a consecuencia de un
infarto.
Hubo dudas posteriores sobre
la autenticidad de este cadáver,
pero las pruebas de ADN realizadas por varios Gobiernos comprobaron la identidad del criminal de
guerra más buscado por Alemania, Estados Unidos e Israel.
FUENTE: El III Reich por dentro,,
libro inédito de ambos autores.
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