EL DEBER EMPRESARIAL DE GARANTIZAR LA VIGILANCIA PERIÓDICA DE LA SALUD DE LOS TRABAJADORES: OBLIGATORIEDAD VERSUS VOLUNTARIEDAD I. INTRODUCCIÓN La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, Ley 31/1995, de 8 de noviembre, reconoce el derecho del trabajador a la vigilancia de la salud (artículo 14.1), lo que se traduce en el correspondiente deber empresarial de garantizar una vigilancia periódica del estado de salud del trabajador en los términos establecidos en el artículo 22 de la citada Ley. Este deber de vigilancia no significa que el empresario pueda investigar sobre cualquier aspecto de la salud del trabajador. Según el artículo 22.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el deber de vigilancia se extiende exclusivamente a lo siguiente: 1. La evaluación de los efectos que las condiciones de trabajo producen en la salud del trabajador. 2. La comprobación del estado de salud del trabajador y su compatibilidad o adecuación con el trabajo, cuando pueda derivarse un peligro para el propio trabajador, sus compañeros u otras personas. 3. La protección de riesgos específicos y actividades de especial peligrosidad determinadas por disposición legal o reglamentaria. Solamente en estos tres aspectos citados, la vigilancia de la salud resultará obligatoria para el trabajador. En cualquier otro caso será preciso su consentimiento. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece una limitación causal a la vigilancia de la salud, pues ésta solamente puede referirse a alteraciones de la salud que tengan relación con la actividad laboral y no a cuestiones de salud personales y ajenas a la prestación. Esta limitación constituye una garantía a favor del trabajador, precisamente para que no se vulneren sus derechos fundamentales, en especial el derecho a la intimidad (artículo 18.1 de la Constitución Española), dignidad (artículo 10.1 de la Constitución Española) y no discriminación (artículo 14 de la Constitución Española). Por lo tanto, ¿es obligatoria o voluntaria esa vigilancia de la salud? II. OBLIGATORIEDAD VERSUS VOLUNTARIEDAD La Ley de Prevención de Riesgos Laborales configura la vigilancia de la salud como un derecho del trabajador y una obligación del empresario. La regla general es que la vigilancia de la salud es voluntaria para el trabajador, pues solamente podrá llevarse a cabo cuando éste preste su consentimiento. Sin embargo, el artículo 22.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece una serie de excepciones a la norma general de voluntariedad. El carácter voluntario constituye una garantía para el trabajador por la incidencia que la vigilancia de la salud puede tener en otros derechos y libertades, ya que permitiría, caso de ser obligatoria, poner a disposición del empresario datos sobre su salud que afectan a su intimidad o dignidad personal y que pueden volverse en su contra. Así pues, en principio, la vigilancia de la salud es voluntaria para el trabajador, pero existen ciertas excepciones en las que deja de existir esa nota de voluntariedad y la vigilancia se convierte en obligatoria. ¿Cuáles son esas excepciones a la voluntariedad? Como hemos visto anteriormente existe la regla general de la voluntariedad del trabajador para la vigilancia de la salud por parte del empresario, pero la misma norma fija una serie de excepciones a esa voluntariedad, en las que el trabajador debe someterse obligatoriamente a la vigilancia de la salud. Las excepciones fijadas en el artículo 22.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales son las que ahora paso a desarrollar: II.1 La vigilancia de la salud establecida por disposición legal La vigilancia de la salud será obligatoria para el trabajador cuando venga establecida en una disposición legal en relación con la protección de riesgos específicos y actividades de especial peligrosidad, como recoge el artículo 22.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La referencia a disposición legal hay que entenderla en sentido amplio, incluyendo no sólo las normas con rango de ley, sino también las normas reglamentarias. Con referencia a los puestos con riesgo de enfermedad profesional, el artículo 196.1 de la Ley General de la Seguridad Social establece la obligación de las empresas de practicar reconocimientos médicos, con carácter previo y periódico, a los trabajadores que vayan a cubrir puestos de trabajo con riesgo de enfermedades profesionales. Los empresarios que vayan a emplear trabajadores en puestos de trabajo que impliquen riesgo de enfermedad profesional estarán obligados a realizar un reconocimiento previo a la admisión de los trabajadores a dichos puestos, y posteriormente deberán realizar controles de forma periódica para cada tipo de enfermedad en los términos establecidos en las normas que, al efecto, dictará el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Para los trabajadores estos reconocimientos se convertirán en obligatorios (artículo 196.2 de la Ley General de la Seguridad Social). Asimismo, el artículo 36.4 del Estatuto de los Trabajadores establece la obligación de reconocimiento previo, y posterior a intervalos regulares, de todos los trabajadores que ocupen un puesto de trabajo nocturno, en los términos que se establezcan en la normativa específica en la materia. Sería ésta otra excepción a la voluntariedad de vigilancia de la salud por parte de los trabajadores. II.2 La vigilancia de la salud como método de evaluación de los efectos de las condiciones de trabajo Recogida esta excepción en el artículo 22.1, párrafo 2.º, de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, por el cual la vigilancia de la salud será obligatoria para el trabajador para evaluar los efectos que las condiciones de trabajo producen en la salud del trabajador. Sin embargo, se establecen dos garantías a favor del trabajador: — Es preciso que la vigilancia de la salud sea imprescindible para obtener la información necesaria que permita determinar los efectos que las condiciones de trabajo producen en la salud del trabajador. Por lo tanto, si existen otros medios para obtener esa información, el trabajador no estará obligado a someterse a la vigilancia de la salud. — Existe la necesidad de que los representantes de los trabajadores emitan informe previo sobre la necesidad de la información, el contenido de la prueba, etc. II.3 La vigilancia de la salud como medio para hacer efectivo el principio de adecuación del trabajador al trabajo La vigilancia de la salud tendrá carácter obligatorio cuando se trate de verificar si el estado de salud del trabajador puede constituir un peligro para él mismo, para los demás trabajadores, o para otras personas relacionadas con la empresa, según el artículo 22.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La vigilancia de la salud en estos casos vendrá dada por la necesidad de comprobar las aptitudes psicofísicas y el estado de salud del trabajador para ver si puede cumplir o no las obligaciones del puesto de trabajo o función. Por consiguiente, dicha comprobación será obligatoria, pero de nuevo con la doble garantía legal anteriormente citada: que la comprobación sea imprescindible, y que los representantes de los trabajadores emitan un informe previo. II.4 La obligatoriedad de los reconocimientos médicos establecida por convenio colectivo Si el convenio colectivo de aplicación establece la vigilancia de la salud con carácter voluntario, no surgirán mayores problemas. El problema es determinar si el convenio colectivo puede establecer que la vigilancia de la salud sea obligatoria. Sólo podrá hacerlo si se trata de evaluar los efectos de las condiciones de trabajo en la salud de los trabajadores, o de hacer efectivo el principio de adecuación del trabajador al puesto de trabajo [artículo 15.1.d) de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales]. En todo caso, ha de cumplir los requisitos legales anteriormente citados como condición imprescindible. Fuera de estos casos, habrá que concluir la ilegalidad de las cláusulas que establezcan reconocimientos médicos obligatorios. Por lo tanto, y como corolario final, hemos de establecer la voluntariedad por parte del trabajador a las revisiones de la salud en el trabajo, salvo en los casos en que legalmente sea obligatoria (artículo 22 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales). Estas revisiones deberán hacerse sin vulnerar el derecho a la intimidad y a la dignidad de la persona del trabajador y la confidencialidad de toda la información relacionada con su estado de salud (artículo 22.2 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales). En todo caso, los resultados no podrán ser motivo de discriminación (artículo 22.4 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales), y serán conocidos únicamente por los trabajadores (artículo 22.3 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales), los servicios médicos y autoridades sanitarias que lleven a cabo la vigilancia de la salud, pudiendo conocer el empresario y los órganos competentes la aptitud del trabajador en dicho reconocimiento (artículo 22.4 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales). En cuanto a la periodicidad de los reconocimientos, el trabajo, al ser de ejecución continuada, se prolonga temporalmente, lo que unido al carácter dinámico de la salud y de los riesgos laborales, hace que la obligación empresarial de la vigilancia de la salud tenga un carácter periódico (artículo 22.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales), y en los supuestos en que la naturaleza de los riesgos inherentes al trabajo lo haga necesario, el derecho de los trabajadores a la vigilancia periódica de su estado de salud deberá ser prolongado más allá de la finalización de la relación laboral, en los términos que reglamentariamente se determinen, (artículo 22.5 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales). Indistintamente de si se trata de un reconocimiento previo o periódico, las medidas de vigilancia de la salud deben realizarse dentro de la jornada de trabajo. Si se realizase en horas fuera de su jornada de trabajo, el tiempo invertido en la realización de los reconocimientos deberá descontarse de dicha jornada laboral. Por último, para concluir, y como característica común a todas las medidas preventivas, el coste económico de dicha vigilancia y control de la salud nunca podrá recaer sobre el trabajador (artículo 14.5 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales). El artículo 196.2 de la Ley General de la Seguridad Social obliga al empresario a abonar los gastos de desplazamiento, si hubiera lugar, y la totalidad del salario dejado de percibir por tal causa. Documento extraído del artículo de Carlos González Fierro, profesor de Derecho del Trabajo, publicado en la Revista Información Laboral Legislación y Convenios.