un buen mes de noviembre para el consumo

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PRONUNCIADO DESCENSO DE LA CONFIANZA DE LOS CONSUMIDORES,
CON ELEVADOS NIVELES DE COMPRAS EN EL ÚLTIMO SEMESTRE
1. ÍNDICE DE CONFIANZA DEL CONSUMIDOR MADRILEÑO: PRONUNCIADO
DESCENSO Y SITUACIÓN POR DEBAJO DE LOS 70 PUNTOS
Como viene sendo habitual a lo largo de la serie histórica de la Encuesta de
Consumo de la Cámara – con alguna excepción como la del pasado año -,
noviembre se presenta como un mes negativo para el estado de ánimo de los
consumidores madrileños. Pero en esta ocasión la tendencia declinante otoñal se ha
acentuado de manera destacada, y así, el Índice de Confianza del Consumidor
Madrileño se sitúa en noviembre de 2007 en el nivel 63,5. Con ello pierde más de
12 puntos porcentuales respecto a la oleada anterior, y por encima de los 22
respecto a noviembre de 2006 (85,9). Acusadas pérdidas que, sin embargo, son
muy similares al descenso registrado en noviembre de 2003 respecto al mes
precedente, que superó los 13 puntos, marcando con ello una caída máxima
histórica, que esta oleada casi iguala. De esta forma, el ICCM está cada vez más
alejado de su nivel 100 o “normal” (abandonado en mayo de 2001) y se coloca en
posiciones por debajo de los 70 puntos, que no se registraban desde hace casi
tres lustros. (Gráfico 1)
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De hecho, tras los máximos niveles de optimismo del ICCM registrados a partir de
1996 - comienzo del ciclo alcista - hasta el inicio de la senda declinante en el año
2000, la situación de este índice en las oleadas de noviembre a partir de 2002 se
había mantenido en posiciones relativamente estabilizadas entre los 80 y los 90
puntos. Tendencia que se quiebra en sentido negativo en noviembre de 2005
(75,9) para remontar en la oleada de 2006 (85,9)
y caer ahora de forma
pronunciada, con lo que se aproxima a los valores del principio de la serie
histórica: noviembre de 1993 con un ICCM de 59,4 puntos. (Gráfico 2)
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Descenso coherente con el registrado en octubre por otros índices nacionales
similares, y que en parte se explica por razones estacionales y en parte por una
merma de la confianza en la situación económica - tanto general como familiar que, sin embargo, por el momento, no parece haber repercutido de forma
negativa sobre los niveles efectivos del consumo doméstico madrileño.
La potente caída registrada en el estado de ánimo de los madrileños se explica
por el comportamiento a la baja de todos los subíndices del ICCM respecto a la
oleada de septiembre. Los descensos más significativos se concentran en la
valoración de la marcha de la economía familiar, que esta vez superan a los
registrados en
la
economía
nacional y, temporalmente, en el subíndice
retrospectivo por encima del de expectativas.
La confianza
en la marcha de las economías familiares (IF), desciende 15,4
puntos desde septiembre pasado (hasta situarse en el nivel 74,2) y casi 19 desde
noviembre de 2006. Aunque sigue liderando el conjunto de los componentes del
ICCM, disminuye su distancia respecto al índice sobre la marcha de la economía
nacional, del que le separan ahora 25 puntos porcentuales: cinco menos que en la
oleada anterior. (Gráfico 3)
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En concreto, el índice que mide la confianza en la economía del país (IEP), pierde
algo más de 10 puntos desde septiembre, y se sitúa en un nivel 48,9 frente a los
59,5 de septiembre o los 74,2 de noviembre de 2006. Con ello alcanza el tercer
nivel más bajo de toda la serie histórica, siendo preciso retroceder a noviembre de
1993 y diciembre de 1992 para encontrar registros inferiores.
De cualquier forma, el pasado inmediato, se percibe de manera más negativa
que el futuro próximo. Y así, el índice retrospectivo (51,9) pierde más de diez y
siete puntos respecto a la oleada precedente y 21 en la comparación interanual.
Y, en paralelo, el índice de expectativas (71,2) – el registro más elevado de esta
oleada tras el IEF - pierde “sólo” nueve puntos desde septiembre y 13 respecto a
noviembre de 2006.
Por su parte, el subíndice de Momento de Compra (IMC) es el que menor
descenso acusa respecto a septiembre – cinco puntos -, aunque interanualmente
se deja 16, situándose con ello en una posición inédita – por baja - en la Encuesta
de la Cámara.
Los potentes descensos comentados en esta oleada justifican que disminuya más
de 9 puntos la proporción de amas de casa situadas en el grupo de “confianza
positiva”, que pasan así a engrosar el cuadrante de las “negativas”, incrementado,
además, con la reducción de las “indiferentes”, que pierden tres puntos desde
septiembre pasado. De hecho, ahora casi la mitad de las familias madrileñas
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(48,5%) se ubican en una posición negativa (35,8% en septiembre y 31,7% hace
un año), frente a sendas cuartas partes que lo hacen en el cuadrante positivo
(25,7%) y en el neutro (25,8%). La perspectiva histórica del comportamiento de
estas oledas en el último lustro nos indica que la proporción de madrileños con
ánimo positivo agudiza sobremanera la tendencia declinante que comenzó en
2000 - tras su leve recuperación el año anterior -, mientras que la proporción
negativa,
estabilizada
desde
noviembre
de
2002,
ha
repuntado
muy
significativamente en esta oleada, tras el paréntesis de la precedente. Con todo
ello, y en presencia de posiciones neutras estabilizadas, tienden a polarizarse las
posiciones anímicas de los consumidores madrileños. (Gráfico 4)
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Este declinante panorama podría afectar de manera significativa a las decisiones
futuras de consumo – que no a las recientes -, puesto que, en el Índice de
Comportamiento Consumidor, los hogares situados en la categoría de
“expansivos” (47,1%) disminuyen casi ocho puntos desde
septiembre pasado
(54,9%) y más de 15 puntos respecto al registro de hace un año (62,2%); en
paralelo, aumentan los hogares con posiciones restrictivas frente al consumo,
todo lo cual dibuja un panorama ciertamente alejado del comportamiento de este
mismo mes de los últimos cinco años. (Gráfico 5)
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Por segmentos sociales, el reparto de los índices presenta una distribución menos
desigual que la registrada en la oleada de este mismo mes hace ahora un año;
mientras que es muy similar a la de septiembre pasado. Lo cierto es que sólo el
24% de las familias madrileñas de menor capacidad adquisitiva muestran ahora
una actitud general hacia el consumo de corte expansivo (46% en noviembre de
2006), frente al 52,9% que la sostiene en los niveles altos (66% en 2006). Con
ello, el recorrido social apenas supera los 13 puntos, cuando en noviembre de
2006 la diferencia se cifraba en más 19 puntos entre ambos extremos. Algo
similar sucede en el recorrido del ICCM, que es de 14 puntos (13 en 2006) entre
la cota registrada en las familias con un nivel de vida más desahogado (66,6) y la
de las familias con menor nivel (52,66), cuando en septiembre pasado el recorrido
social del ICCM fue ciertamente más pronunciado: 19 puntos.
Esa misma tendencia hacia una mayor homogeneidad se registra también en
términos territoriales, pues apenas se aprecian diferencias de actitud ante el
consumo entre las distintas zonas, con una ligera mejor predisposición en la
Corona Metropolitana Sur. Algo que se repite en el comportamiento del ICCM
donde solo la potente Corona Noroeste -con su nivel de 70,7 puntos - se sitúa por
encima del menguado promedio regional de esta oleada.
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2. TONO VITAL DEL MERCADO: EL SEGUNDO MEJOR NIVEL DE CONSUMO
DE TODA LA SERIE HISTÓRICA Y EL MÁS ALTO DE CUALQUIER OLEADA
DE NOVIEMBRE
Pese al declive anímico presente, la adquisición efectiva de bienes de larga
duración durante el último semestre que se ha registrado en esta oleada – 51,8%
de hogares compradores – se sitúa entre los mejores de la serie. De hecho,
apenas pierde tres décimas respecto a la oleada de septiembre – que,
recordemos, marcó el máximo histórico de la Encuesta de la Cámara -, mejorando
además 1,1 puntos el registro de hace un año por estas fechas, con lo que
alcanza el récord absoluto de cualquier medición de este mes hasta la fecha.
(Gráfico 6)
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Respecto a septiembre pasado, son más los capítulos de compras que
disminuyen o permanecen en sus posiciones que los que la mejoran, mientras
que interanualmente sucede lo contrario.
En concreto, en automóviles apenas se pierden 0,6 puntos porcentuales (8,8% de
compras ahora, frente a 9,4% en septiembre), lo que es coherente con los
recientes descensos registrados en el mercado automotor nacional; aunque en
términos interanuales, esta cifra es la mejor registrada en noviembre de los
últimos cinco años.
El repunte de compras de vivienda respecto al menguado valor de la oleada
precedente – tendencia que ya se observó en noviembre de los últimos dos años es de 0,9 décimas (2,9% de compras ahora frente a 2% en septiembre), aunque
interanualmente pierde fuelle respecto al valor alcanzado en 2006 (3,7%) y, sobre
todo, en 2005 (4,9%), el mejor de cualquier oleada de noviembre. La
desaceleración del “boom” inmobiliario, por tanto, parece estar produciéndose de
una manera suave.
Por su parte, los electrodomésticos (36,7% de compras) apenas sufren
modificación respecto a septiembre, perdiendo dos puntos en la comparación
interanual (38,7% en noviembre de 2006, récord absoluto de compras de toda la
serie histórica). Este registro se sitúa en la segunda mejor posición del último
lustro.
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Finalmente, en muebles esta oleada registra un comportamiento declinante
respecto a la anterior (20,1% frente a 22,7%), pero en mejor posición que ahora
hace un año (19,6%).
En general, salvo en el capitulo de vivienda, el resto de las compras de bienes de
larga duración de esta oleada de noviembre registra una tendencia positiva
respecto a los últimos cinco años. (Gráfico 7)
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Con vistas al futuro próximo, las expectativas de compra – salvo en
electrodomésticos - no parecen muy halagüeñas. Por zonas, el cuadrante
noroeste - tanto del municipio capitalidad como de la corona metropolitana - es el
presenta un panorama más positivo cara a las próximas compras de bienes de
larga duración.
3. TERMÓMETRO DEL NIVEL DE VIDA: PREVISIONES NAVIDEÑAS MENOS
CONSUMISTAS QUE LAS DE 2006
El consumo cotidiano registra un comportamiento muy moderado en el último
bimestre (índice 90,9 en la escala 0-200, frente a 101,4 en noviembre del año
pasado), lo que contrasta con las previsiones algo más expansivas – aunque
especialmente moderadas este año - respecto a las próximas celebraciones
navideñas (índice 97,2 frente a 109,2 de hace un año). Con ello, el
valor del
Termómetro de Nivel de Vida que pondera pasado y futuro – 94 puntos - pierde
cinco puntos respecto a septiembre y 11 en la comparación interanual (105,3, que ya
era un registro modesto respecto a las dos oleadas precedentes de este mismo mes,
112 puntos en ambas ocasiones).
De cualquier forma, y como viene siendo habitual, las previsiones de gasto para el
bimestre navideño son ascendentes en casi todos los capítulos, especialmente en
los de ocio y celebración festiva. Según las percepciones recogidas, se producirán
fuertes subidas en alimentación (15 puntos porcentuales de incremento), en ocio
(14 puntos), en restaurantes (19 puntos), en uso de tarjetas (17 puntos) y,
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también, aunque en menor medida, en compras de vestimenta (13 puntos). En
paralelo, se producirán descensos relativos en reparaciones del hogar y en
actividades extraescolares. (Gráfico 8)
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Si comparamos tales previsiones con las de noviembre de 2006, las expectativas
prenavideñas de este año son claramente más modestas que aquellas, con un
diferencial negativo especialmente acusado en restaurantes, ocio y alimentación; con
lo que el recurso al “dinero de plástico” – tarjetas- se prevé este año menos intenso
que el anterior (Gráfico 9)
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