¿COMMODITIES O MARQUISMO? Leopoldo Barrionuevo La

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¿COMMODITIES O MARQUISMO?
Leopoldo Barrionuevo
La Globalización trajo diversos cambios de fondo en los últimos diez años y nos está
golpeando sin pode comprender todavía su magnitud.
Verlo desde nuestra perspectiva de país pequeño es muy diferente a poder
comprenderlo desde una percepción de mayor desarrollo, de ahí la necesidad de
observar las cosas sin recurrir a autores que se mueven en países desarrollados, como
suelen hacerlo algunos teóricos del Marketing.
Hace unos años aparecieron entre los productos de consumo numerosos empaques
muy bien presentados y nos pusieron a correr para competir visualmente: el mundo
se ampliaba y la competencia se hacía numerosa.
Había demasiadas marcas peleando el espacio del supermercado y por si fuera poco,
recientemente se incorporaron a la pelea las marcas propias de las cadenas, las
cuales se instrumentaron a partir del pan, los lácteos, embutidos, industria avícola,
carnes, huevos, verduras congeladas y enlatadas, helados e incluso azúcar y arroz. Se
trata de una tendencia en rápido crecimiento, producto de fabricación propia o de
compra a la industria.
Pero la Globalziación trajo también el commodity, la aparición del producto sin
mayor aspiración de marca pero “bueno, bonito y barato” sin por ello desmejorar la
calidad. La gente comenzó a darse cuenta que si bien la marca es una garantía, pagar
un mayor porcentaje por un producto similar no tenía mucho sentido.
Pronto se extendió la “commoditización” merced a la industria asiática que incorporó
el concepto a la tecnología y produjo microondas, celulares, videos, equipos de
sonido, televisores y más recientemente computadoras.
El marquismo entró en crisis pero su primera medida fue incorporarse también al
mercado de los commodities, con menos margen unitario pero mayor volumen,
aunque complicó el panorama del comercio que se vio con menores márgenes y con
escasa rentabilidad y mayor búsqueda de eficiencia para sobrevivir.
Las cadenas se hicieron más grandes mediante alianzas o asociaciones, aprendieron
a trabajar con mayores volúmenes y menores márgenes apretando a la industria y se
convirtieron en hipers y megaalmacenes afectando al pequeño comerciante que se
negó o no supo competir.
Aparecieron los drugstores, los bazares o polirrubros, los comederos, la franquicias,
los marts de las estaciones de servicio y los discounts.
Todavía no está dicha la última palabra pero el marquismo está reaccionando.
Enfrentarse con el cambio y seguir su rumbo no es nada sencillo en un mundo
cambiante. Pero seguir haciendo lo mismo, es suicida.
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