MENSAJE DE GRADUACION No, no llegué aquí desde Torreón por la pericia de los pilotos, ni por las incontables horas en la cámara de diputados junto al presidente de bancada, menos aún por la carretera de Pachuca, ni por mi esfuerzo en dar a conocer la belleza del país a los Europeos, ni por mi trabajo en la Cámara de diputados en el Estado de México, ni siquiera por la exitosa campaña que dirigí en Oaxaca junto a un político congruente, hijo esa bella tierra. Tampoco fue el hecho de que provengo de una familia de connotados periodistas egresados de esta gran institución, ni me detuvo la bendición de dar a luz a mi primogénito y menos lo hicieron las largas noches preparando información para Milenio, o la ardua preparación de los programas culturales para la UAEM, o las interminables madrugadas preparando información financiera en la Bolsa de Valores, ni la cosquilla de Miss Coahuila en regresar a la Licenciatura que cambió pero cuya pasión dentro de su corazón nunca logro acallar y menos, pero mucho menos, me trajo mi vieja motocicleta que cada sábado salía a salvar del las garras del camión de la basura, que invariablemente la consideraba chatarra. No, no, nada de esto es lo que en realidad nos trajo aquí, nos trajo aquí nuestra inquebrantable fe, nuestra fuerza de voluntad, nuestro profundo deseo de 1 cambio y la más grande esperanza de que tenemos la oportunidad de cambiar con palabras y no con armas, el destino de este nuestro gran país. Nos trajo la fuerte convicción de escribir sobre nuestra gran riqueza plagada de pobreza, sobre los ‘espalda mojada’ que arriesgan su vida todos los días por encontrar una oportunidad, sobre aquellos que siembran estupefacientes por falta de alternativas, sobre los niños de las calles y su desolado futuro, sobre aquellas personas que esperando su turno en alguna clínica social se agravan o fallecen por negligencia o mal diagnóstico, y sobre tantos, tantos otros pesares que se llevan a cuestas y en silencio, por que nadie, nadie, alza un dedo o escribe un renglón, porque no son noticia, no venden o políticamente son incómodos. Queremos escribir sobre la cerrazón ante el dolor ajeno, ante el sufrimiento, porque es más cómodo cerrar los ojos que enfrentar la realidad y hacer algo al respecto. No, no aceptamos ése destino, porque tenemos la voluntad de escribir sin cansancio hasta poder cambiarlo. Nos trajo el coraje de empuñar una pluma y que nuestros relatos griten que las revoluciones en éste país no han servido, no han funcionado, por que las injusticias se han 2 multiplicado, la desigualdad no tiene proporcionalidad, la educación ha sucumbido, los valores han caído, el gobierno se ha podrido, los poderosos se han corrompido, el cinismo ha incrementado, la impunidad no tiene paragón y nuestra dignidad, si es que acaso nos queda, ha sido vulnerada, pisoteada y resquebrajada. Lo que hizo que nuestros desvelos fueran soportables y lo que nos levanto todas esas mañanas sabatinas era el llamado interior de un día con nuestras plumas tocar el espíritu de muchas personas, nos mantuvo enfocados el coraje de mover sus almas y hablarles a sus corazones, nuestro cansancio se sobre puso semana a semana, porque el cree en sí mismo no claudica y toma fuerza interior para seguir construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede ser el provenir, abriendo brecha, dejando huella, asimilando experiencias, sembrando raíces, marcando camino y levantando polvo, pero mucho polvo. Queremos ser periodistas comprometidos, con alma, con corazón, con capacidad de asombro, que sienten vergüenza por sus faltas y por no ayudar a los necesitados, a los desvalidos, cuya integridad sea motivo de orgullo y tarjeta de presentación. Ser la voz de los que no la tienen, el sentir de 3 los que no importan, el canal de cambio, el motivo de esperanza, la fortaleza para los débiles. Ayudar a nuestros semejantes y regresar mucho más de lo que afortunadamente hemos recibido. Nos definimos como águilas, para no dejar de volar y no dejar con las plumas de escribir. Hoy empezamos a volar hacia lo que aquí nos trajo con manos firmes, plumas afiladas, valores en el pecho y principios en el tatuados en alma. Antes de emprender el vuelo, queremos agradecer a nuestros maestros que se esforzaron en moldearnos, sobre todo a aquellos que con la valentía de su trabajo periodístico están haciendo la diferencia en éste país --su ejemplo será luz de faro. A aquellos cuya crucial labor pareciera invisible, a quienes abrieron la puerta de entrada cada mañana con una sonrisa en los labios y café caliente en la mano, quienes acomodaron los ejemplares de la biblioteca y fotocopiaron hasta aprenderse parte de nuestros textos, a quien hizo el aseo, limpió baños, bancas y pizarrones nuestro profundo reconocimiento a su silenciosa e imprescindible labor. A Lucy, quien todas las mañanas destellando chispas de juventud, alegría, entusiasmo y buen humor, nos visitó dándonos siempre esperanza. A nuestra Directora quien estuvo siempre ahí para brindarnos apoyo y consejo. 4 A nuestros invitados –presentes y ausentes--, porque son impensables nuestros logros, anhelos, deseos y triunfos sin ustedes. A todos los aquí presentes los invitamos a desprenderse del egoísmo, a voltear hacia los demás, a luchar contra la injusticia, a no dar paso a la corrupción, a vencer la impunidad, a ayudar a los desvalidos, los necesitaros, a recobrar la capacidad de condolernos, a ser empáticos, a tender la mano una y otra vez a mirar y no a ignorar, a hablar, a defender nuestros derechos, principios y valores. Tengamos el valor de dejar nuestra zona de confort aquella trinchera donde todo está bien si yo estoy bien y comprometernos con causas que cada día nos hagan más humanos y más sensibles. Hoy no nos resta mas que dar gracias a la vida porque nos ha colocado en la privilegiada situación de poder ayudar a los demás. Hoy empieza nuestro vuelo y todo gran viaje empieza con un primer gran paso, TIEMPO DE EMPRENDER EL VUELO, FELICIDADES, EN HORA BUENA! 5