Alucinaciones musicales: la música perpetua

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NOTA CLÍNICA
Alucinaciones musicales: la música perpetua
Ramón J. Zabalza-Estévez
Introducción. Las alucinaciones musicales son un tipo de alucinación auditiva prevalente en la población no psiquiátrica,
pero escasamente comunicada en la bibliografía neurológica. Ocurren con mayor frecuencia en la población anciana, del
sexo femenino y con pérdida de audición, pero su fisiopatología está por desentrañar.
Casos clínicos. Se presentan seis casos (cinco mujeres y un hombre) de alucinaciones musicales diagnosticados en una
consulta de neurología general en un lapso de tiempo de cinco años. En cinco de ellos concurría la hipoacusia en mayor o
menor grado y uno estaba desencadenado por la pentoxifilina. En su mayoría, el contenido musical de las alucinaciones
provenía de experiencias musicales vividas en la infancia y juventud. En los casos sometidos a tratamiento farmacológico
la respuesta fue pobre; sin embargo, una vez explicada a los pacientes la benignidad del cuadro y su desvinculación con
patología psicótica, el grado de aceptación del síntoma fue bueno.
Conclusiones. Las alucinaciones musicales son una patología fronteriza entre la neurología, la otorrinolaringología y la
psiquiatría poco conocida, que, con frecuencia, se vincula erróneamente a la enfermedad mental. Es fundamental explicar a pacientes y familiares el carácter no necesariamente psiquiátrico de este síntoma, así como conocer la potencialidad
que tienen algunos fármacos de uso común para generarlo.
Palabras clave. Alucinaciones. Alucinaciones auditivas. Alucinaciones musicales. Alucinosis musical. Música. Sordera.
Ambulatorio de Especialidades
de Tolosa. Servicio de Neurología.
Hospital Universitario Donostia.
Tolosa, Guipúzcoa, España.
Correspondencia:
Dr. Ramón J. Zabalza Estévez.
Servicio de Neurología.
Hospital Universitario Donostia.
Paseo Dr. Beguiristain, s/n.
E-20014 San Sebastián (Guipúzcoa).
Fax:
+34 943 006 909.
E-mail:
[email protected]
Aceptado tras revisión externa:
02.01.14.
Cómo citar este artículo:
Zabalza-Estévez RJ. Alucinaciones
musicales: la música perpetua.
Rev Neurol 2014; 58: 207-12.
Introducción
Las alucinaciones musicales son una modalidad de
alucinación auditiva caracterizada por la percep­
ción reiterada de melodías en pacientes no necesa­
riamente afectados por un trastorno psicopatológi­
co. Con frecuencia se asocian a graves problemas
de audición, aunque existen otras etiologías, y en
algunos pacientes resulta imposible llegar a cono­
cer su origen. Es una patología poco diagnosticada
que afecta al 2% de las personas con pérdida de au­
dición, y probablemente sea el tipo de alucinación
no psicótica más frecuente [1]. Se ha calculado que
anualmente aparece un nuevo caso de alucinacio­
nes musicales por cada 10.000 habitantes con pato­
logía psiquiátrica de edad superior a 65 años [2]. Al
tratarse de una patología ubicada en la encrucijada
entre la psiquiatría, la otorrinolaringología y la neu­
rología, puede no ser reconocida y generar gran su­
frimiento al paciente. Es crucial establecer el diag­
nóstico correcto de las alucinaciones musicales, des­
cartando la existencia de patología psiquiátrica sub­
yacente, para evitar ‘etiquetas diagnósticas’ y trata­
mientos inadecuados que añadan más angustia al
ya de por sí perplejo paciente, que no alcanza a en­
tender de dónde surge la música perpetua que lo
acompaña a todas horas. El objetivo de este trabajo
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es difundir el conocimiento de este trastorno, poco
habitual en la literatura neurológica, a propósito de
seis casos diagnosticados en una consulta de neu­
rología general durante un período de cinco años.
© 2014 Revista de Neurología
Casos clínicos
Caso 1
Mujer de 83 años con antecedentes de ictus isqué­
mico vertebrobasilar varios años antes de la consul­
ta, hipoacusia bilateral y trastorno adaptativo en
fase de resolución, tras la muerte de una amiga. Se­
guía tratamiento con paroxetina y clopidogrel. Con­
sultó por un cuadro de varios meses de evolución
consistente en la audición de fragmentos de música
clásica que no era capaz de identificar y canciones
religiosas como Salve Regina; las melodías la asalta­
ban a diario, sin horario previsible, y se mantenían
por lapsos de tiempo de al menos media hora. Ella
hacía una crítica lúcida del carácter alucinatorio de
la música, bromeando acerca de su persistencia, que
temía la acabara obsesionando. Tanto la explora­
ción neurológica como el estudio neuropsicológico
resultaron normales. La resonancia magnética (RM)
craneal mostró una leucoencefalopatía vascular cró­
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nica avanzada, tanto supra como infratentorial. La
consulta a Otorrinolaringología se informó como
hipoacusia neurosensorial bilateral con cofosis de­
recha y el psiquiatra descartó psicopatología. Una
vez realizado el diagnóstico de alucinaciones musi­
cales se ofrecieron a la paciente diferentes alternati­
vas farmacológicas, que rehusó. Falleció a los tres
años de la primera consulta sin que hubieran de­sa­
parecido las alucinaciones musicales, pero con una
buena aceptación de ellas.
Caso 2
Mujer de 72 años, de nacionalidad rusa, sin antece­
dentes de enfermedad y poseedora de oído absolu­
to. Acudió a la consulta porque tres meses antes,
tras un acceso de estornudos seguido de cefalea oc­
cipital, empezó a oír un ruido sordo, como de mo­
tor, por toda la cabeza. A los tres días este ruido se
transformó en sonidos musicales de diferentes ti­
pos. En ocasiones percibía acordes aislados que era
capaz de reproducir en el piano, otras veces oía
fragmentos de piezas sinfónicas, arias de ópera ita­
liana o canciones folclóricas como Kalinka y Katiusha. La nitidez de las melodías era tal que, al oír
algunas de ellas, consiguió evocar la letra de can­
ciones que ya tenía olvidadas, oídas en su infancia
durante el asedio a Leningrado por las tropas nazis.
Esporádicamente, entre las canciones se interponía
el sonido de sirenas de ambulancias. Aunque estas
alucinaciones musicales podían aparecer en cual­
quier momento, eran más frecuentes al atardecer y
se atenuaban al estar distraída. Las exploraciones
neurológica y neuropsicológica –con neuroimagen
(RM y angio-RM cerebral), electroencefalograma
(EEG) y valoración psiquiátrica– resultaron norma­
les. El estudio otorrinolaringológico reveló una li­
gera presbiacusia. Se instauró tratamiento con car­
bamacepina en dosis bajas, que dejó de tomar por
mala tolerancia, y optó por no tratarlas.
Caso 3
Varón de 85 años con diagnóstico de hipoacusia de
predominio derecho cinco años antes y con antece­
dentes de cardiopatía isquémica y bronquitis cróni­
ca; seguía tratamiento con nitritos y ácido acetilsa­
licílico. Acudió a la consulta remitido por Psiquia­
tría por un cuadro de alucinaciones musicales de
dos años de evolución. El cuadro se inició de forma
brusca al oír el repicar de campanas, que inicial­
mente pensó que provenía de una iglesia próxima a
su domicilio; con posterioridad empezó a oír voces
que hablaban y cantaban melodías que no identifi­
208
caba, para semanas después aparecer canciones del
folclore tradicional que recordaba haber oído en la
infancia; estas tonadas estaban acompañadas de
guitarra y acordeón. Las alucinaciones musicales le
resultaban tan agradables que el paciente asegura­
ba: ‘Cantan como los ángeles’. Por otro lado, de for­
ma esporádica oía, intercalada con la música, la voz
de dos hombres dialogando entre sí a los que llama­
ba ‘los charlatanes’; estas voces las identificaba con
dos locutores de una cadena de televisión, si bien
hacía una crítica lúcida del carácter irreal tanto de
la música como de las voces. Psiquiatría descartó la
existencia de trastorno psicopatológico subyacente
y tampoco se encontraron déficits neurológicos ni
neuropsicológicos relevantes. El resultado de la RM
craneal y el EEG fue normal. El paciente sigue tra­
tamiento con 50 mg de quetiapina al día con dis­
minución de la frecuencia de las alucinaciones mu­
sicales; éstas también se atenúan cuando hace sus
oraciones nocturnas.
Caso 4
Mujer de 78 años con antecedentes de hipertensión
arterial controlada con eprosartán. Consultó por­
que seis meses antes, a los pocos días de empezar
un tratamiento de pentoxifilina para un problema
de circulación periférica, desarrolló un cuadro de
audición de música de anuncios de televisión y me­
lodías de su juventud que identificaba como ‘bilbai­
nadas’. Esta música aparecía a cualquier hora del
día, pero se exacerbaba al acostarse, lo que le gene­
raba una gran ansiedad. La paciente reconocía el
carácter alucinatorio de ésta, pero insistía en que la
pentoxifilina había sido la causante. Tanto las explo­
raciones neurológica y neuropsicológica como oto­
rrinolaringológica y psiquiátrica resultaron norma­
les. Se realizó un estudio de RM craneal que reveló
una leucoencefalopatía vascular moderada. La su­
presión de la pentoxifilina hizo que las alucinacio­
nes musicales desaparecieran en pocas semanas.
Caso 5
Mujer de 72 años enviada por Psiquiatría por sufrir
alucinaciones musicales de un año de evolución.
Como antecedentes tenía una sordera bilateral, así
como hipertensión arterial esencial y un síndrome
depresivo leve controlados con captopril/hidroclo­
rotiacida y paroxetina, respectivamente. La paciente
relataba oír a diario, a cualquier hora del día, música
de diferentes estilos que reconocía perfectamente.
Al inicio era música de su juventud en forma de vi­
llancicos, fragmentos de zarzuela y cánticos religio­
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Alucinaciones musicales: la música perpetua
sos; más tarde aumentó el repertorio añadiéndose
canciones populares como Mi carro, de Manolo Es­
cobar, La Ramona y La vaca lechera, melodías vas­
cas y arias de ópera cantadas por Pavarotti. Al ini­
ciarse el cuadro se asomaba a la ventana convencida
de que la música provenía de la calle. Aunque las
alucinaciones musicales no tenían un perfil tempo­
ral concreto, parecían ser más insistentes por la ma­
ñana y la paciente intentaba eliminarlas, sin éxito,
cantando otras canciones. No se encontró patología
alguna en la exploración neurológica y neuropsi­
cológica. Los estudios de RM craneal y tomografía
axial computarizada de conductos auditivos inter­
nos fueron normales. Se ensayaron de forma sucesi­
va tratamientos con carbamacepina, quetiapina y
risperidona sin obtener beneficio alguno. La utiliza­
ción de audífonos disminuyó las alucinaciones, que
se mantienen en la actualidad con una buena acep­
tación por parte de la paciente.
Caso 6
Mujer de 82 años con antecedentes de hipoacusia
bilateral en tratamiento con audífonos desde hacía
tres años, adenocarcinoma de colon intervenido
diez años antes e insomnio controlado con 2 mg de
lormetacepam. Consultó porque dos meses antes
comenzó a oír un zumbido cuando se acostaba, so­
bre todo en el oído derecho, como si tuviera un mo­
tor a su lado. Días después se añadió una voz, que
no podía precisar si masculina o femenina, que can­
taba canciones en latín; la paciente reconocía per­
fectamente la música y letra del motete Benedictus
qui venit in nomine Domini, de Mozart. Aunque el
acúfeno era constante, las alucinaciones musicales
tendían a aparecer al mediodía y la paciente las com­
batía oyendo la radio, rezando el rosario con voz su­
surrada o escuchando música con unos cascos que
utilizaba de forma permanente. La exploración neu­
rológica resultó normal; en el estudio neuropsicoló­
gico se objetivó un deterioro cognitivo ligero de ca­
racterísticas subcorticales y la neuroimagen resultó
normal. No se constató psicopatología alguna y Oto­
rrinolaringología no encontró patología asociada a
la ya conocida. A los seis meses de la primera con­
sulta las alucinaciones musicales se habían extingui­
do sin tratamiento alguno, aunque la paciente seguía
presentando el acúfeno.
Discusión
Aunque las primeras referencias al concepto actual
de alucinación en la literatura médica se deben al
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psiquiatra francés Jean-Étienne Esquirol, en los al­
bores del siglo xix, la historia de las alucinaciones
musicales se inicia con las observaciones del psi­
quiatra francés Emmanuel Régis en 1881; no obs­
tante, no fue hasta 1932 cuando se estableció la se­
paración entre la etiología orgánica y psicótica de
éstas en función de la existencia o no de insight [3].
Célebres músicos como Robert Schumann, Ludwig
van Beethoven, Bedřich Smetana o Mijaíl Glinka su­
frieron alucinaciones musicales, que en algún caso
trasladaron a sus composiciones.
La prevalencia de las alucinaciones musicales no
está bien establecida en la literatura neurológica. La
búsqueda bibliográfica en Medline utilizando los
términos ‘musical hallucinations’ y ‘musical hallucinosis’ arrojó 138 referencias, de las que tan sólo cua­
tro tenían como objetivo determinar la prevalencia
de este trastorno. Dos de los artículos pertenecían al
ámbito psiquiátrico [3,4], otro estudiaba la preva­
lencia en una serie de pacientes con hipoacusia [5] y
el cuarto la analizaba en la población atendida en un
hospital general [6]. Considerando estos estudios, la
prevalencia oscila entre el 0,16% de la serie de 3.678
pacientes de Fukunishi et al [6] y el 26,8% de los 190
pacientes estudiados por Hermesh et al [4].
En función de su origen, las alucinaciones musi­
cales pueden clasificarse en funcionales y orgánicas;
las funcionales obedecen a trastornos psicopatoló­
gicos sin aparente daño físico en el cerebro y las or­
gánicas se deben a lesiones cerebrales o del oído.
Berrios [7] propuso dividir las orgánicas en tres ti­
pos según su causa: procesos neurológicos, patolo­
gía auditiva y tóxicos. Posteriormente, Boza [8] es­
tableció seis categorías de alucinaciones no psiquiá­
tricas: las surgidas en el contexto de eventos psico­
lógicos no psiquiátricos, las debidas a fármacos, las
secundarias a trastornos neurológicos, producidas
por enfermedades medicoquirúrgicas, las de origen
ambiental y las pseudoalucinaciones. A pesar de que
esta clasificación resulta útil desde un punto de vis­
ta académico, sólo puede considerarse una aproxi­
mación de ningún modo definitiva [9].
Aunque las alucinaciones musicales son infre­
cuentes en el ámbito psiquiátrico, se han descrito
asociadas a la esquizofrenia, la depresión y el tras­
torno obsesivo compulsivo [10,11]. Las alucinacio­
nes musicales orgánicas se dan en su mayoría en
pacientes con hipoacusia adquirida grave [12-15],
constituyendo lo que se podría definir como un sín­
drome de Charles Bonnet auditivo; otras etiologías
son las lesiones vasculares cerebrales [16-19], tu­
mores cerebrales [20,21], fármacos como la pento­
xifilina [22], el tramadol [23] y la bromocriptina [24].
Además, se han comunicado casos anecdóticos aso­
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R.J. Zabalza-Estévez
ciados a enfermedad de Parkinson [25], tratamiento
electroconvulsivo [26], romboencefalitis por Listeria [27] y trasplante hepático [28]. Se han vinculado
las alucinaciones musicales con algunos casos de
epilepsia temporal, dado que en ambos fenómenos
se constata la activación del lóbulo temporal dere­
cho [18,29]. La presencia de múltiples lesiones vas­
culares centrales, comprobada en pacientes con alu­
cinaciones musicales, podría considerarse un factor
de riesgo para desarrollarlas en el contexto de una
epilepsia vascular.
Generalmente, el contenido de la alucinaciones
musicales son melodías o canciones familiares para
el paciente [2], que en ocasiones no había vuelto a
escuchar desde la juventud. Pese a que la música re­
ligiosa es la dominante en muchos casos de aluci­
naciones musicales, se han comunicado casos de
percepción de música clásica, folclórica, canciones
navideñas, etc. Resulta probable que el contenido
de las alucinaciones musicales no sea más que un
reflejo del acervo musical del paciente, manifestado
por la activación anómala de los circuitos de me­
moria musical.
El mecanismo fisiopatológico de las alucinacio­
nes musicales es desconocido, pero en los casos de
sordera se invoca una desinhibición de los circuitos
de la memoria auditiva desencadenada por la priva­
ción sensorial. La hipótesis más plausible es la de la
génesis de una actividad espontánea producida por
un sistema auditivo sometido a un déficit de aferen­
cias; dicha actividad se interpretaría como un estí­
mulo musical externo por un sistema de reconoci­
miento cortical [13], de manera que las alucinacio­
nes musicales se generarían por la falta de input
auditivo. La falta de aferencias auditivas, asimismo,
abocaría al establecimiento de un mecanismo de
feedback entre los módulos cerebrales de percep­
ción y reconocimiento del sonido, y conduciría a
una percepción sin estímulo. A la vista de la alta in­
cidencia de sordera y la avanzada edad de muchos
de los pacientes con alucinaciones musicales, se
puede especular que la génesis del cuadro y su man­
tenimiento en el tiempo podrían estar relacionados,
en algunos casos, con una isquemia laberíntica, ha­
bida cuenta de que la arteria auditiva interna (o ar­
teria laberíntica) es una arteriola, rama de la arteria
cerebelosa media, que penetra en el conducto audi­
tivo interno acompañando al nervio acústico y se
encarga de irrigar el laberinto membranoso a través
de sus ramas terminales: vestibular, cocleovestibu­
lar y coclear. Esta hipótesis etiopatogénica vascular
no explica otros casos de alucinaciones musicales
en los que el mecanismo vascular no provoca una
privación sensorial, como demuestra la integridad
210
de la onda I de los potenciales evocados auditivos
en lesiones isquémicas pontinas; en estos casos se­
ría plausible la existencia de una lesión supranu­
clear de la vías auditivas, con afectación de las es­
trías acústicas dorsal e intermedia, el cuerpo trape­
zoide, el núcleo olivar superior y el lemnisco lateral
[17]. Del mismo modo que en la alucinosis pedun­
cular las lesiones que afectan a las conexiones de la
formación reticular con las áreas asociativas corti­
cales generan alucinaciones por un mecanismo de
liberación, la lesión de vías ascendentes de la for­
mación reticular al núcleo dorsal del tálamo y el
neocórtex podrían desencadenar la liberación de la
memoria auditiva, que abocaría a la aparición de
las alucinaciones musicales por la afectación de las
vías inhibitorias pontinas [30].
En los casos de alucinaciones musicales sin sor­
dera, se especula que existe una desconexión de las
aferencias o las redes corticales, según donde se ha­
lle la lesión subyacente [31]. Los estudios de neuro­
imagen funcional muestran evidencias de la exis­
tencia de una hiperexcitabilidad de la circunvolu­
ción temporal superior, región que se activa con la
percepción musical según estudios con tomografía
por emisión de positrones; asimismo, se activa la
corteza de asociación auditiva en las alucinaciones
musicales. Por otra parte, se ha constatado que, en
sujetos normales, la percepción musical de cancio­
nes con letra activa ambas regiones temporales,
mientras que las melodías sólo activan el lóbulo tem­
poral derecho [13,15].
En la actualidad no se dispone de ningún trata­
miento curativo de las alucinaciones musicales. La
mayor efectividad se consigue en los casos en que
las alucinaciones musicales son un síntoma más de
una enfermedad concreta, como pueden ser la de­
presión o la esquizofrenia. El abordaje terapéutico
se basa en el control de los factores desencadenan­
tes (sordera, fármacos, lesiones cerebrales focales,
etc.) y la administración de diferentes tipos de fár­
macos, entre los que se han empleado antipsicóticos,
antiepilépticos, antidepresivos e inhibidores de la
acetilcolinesterasa [32], con resultados desiguales.
Los casos presentados ilustran en buena medida
el espectro etiológico de las alucinaciones musicales
(Tabla); en ninguno de ellos se constató patología
psiquiátrica a la que se pudiera responsabilizar de
las alucinaciones y todos los pacientes, tras una fase
inicial de perplejidad, admitían que el origen de la
música estaba en su propio cerebro. El tiempo de
evolución entre el inicio de los síntomas y el estable­
cimiento del diagnóstico de alucinaciones musicales
osciló entre los dos meses y los dos años. El tipo de
música percibido por este grupo de pacientes encaja
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Alucinaciones musicales: la música perpetua
Tabla. Descripción de los casos.
Caso 1
Caso 2
Caso 3
Caso 4
Caso 5
Caso 6
Sexo
Mujer
Mujer
Hombre
Mujer
Mujer
Mujer
Edad
83 años
72 años
85 años
78 años
72 años
82 años
Atención primaria
Iniciativa propia
Psiquiatría
Atención primaria
Psiquiatría
Urgencias
Tiempo de evolución
3 meses
3 meses
2 años
6 meses
1 año
2 meses
Factores etiológicos
Hipoacusia, ictus
Presbiacusia
Hipoacusia
Pentoxifilina
Hipoacusia
Hipoacusia
Tipo de música
Clásica, religiosa
Clásica, folclórica
Folclórica
Anuncios televisivos,
‘bilbainadas’
Clásica, folclórica,
popular, villancicos
Religiosa
Otros fenómenos
No
Motor, sirena
de ambulancias
Campanas,
hombres dialogando
No
No
Zumbido
Tratamiento
No
Carbamacepina
Quetiapina
Supresión de
la pentoxifilina
Carbamacepina,
quetiapina, risperidona,
audífonos
No
Respuesta al tratamiento
–
Nula
–
Óptima
Nula a los fármacos,
buena a los audífonos
–
Procedencia
con lo descrito en la bibliografía, con predominio de
piezas musicales escuchadas en la juventud. Espe­
cial interés tiene el caso 2, que demuestra de forma
inequívoca la intervención de circuitos de memoria
musical en la génesis de las alucinaciones musicales;
la presencia simultánea de sonidos de sirenas de
ambulancia, un sonido familiar en el sitio de Lenin­
grado, apoyaría esta hipótesis. Digno de reseñar es
el caso 4, porque la paciente insistió desde el primer
momento, a pesar del escepticismo de diferentes in­
terlocutores, en que el origen de la música estaba en
la pentoxifilina. Asimismo, hemos de estar en alerta
ante la posible aparición de alucinaciones musicales
por un fármaco de uso generalizado como es el tra­
madol. La RM de los casos 1 y 4 evidenció una leu­
coencefalopatía vascular que podría ser un factor
coadyuvante a la aparición de las alucinaciones mu­
sicales, relacionadas en el primer caso con una hi­
poacusia grave y desencadenadas en el segundo por
la pentoxifilina. Los EEG no revelaron actividad pa­
roxística y ninguno de los pacientes mostró fenome­
nología sugestiva de epilepsia del lóbulo temporal.
Respecto a la estrategia terapéutica, en nuestra opi­
nión, aparte del eventual tratamiento farmacológi­
co, es fundamental reforzar, en los pacientes no psi­
quiátricos con alucinaciones musicales, la idea de
que éstas no obedecen a una enfermedad mental ni
son el heraldo de ella.
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Debe insistirse en la necesidad de tener presente
esta entidad nosológica al enfrentarse a un paciente
que acude a la consulta exponiendo, casi con ver­
güenza, que oye música que nadie de su entorno es
capaz de percibir.
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Musical hallucinations: perpetual music
Introduction. Musical hallucinations are a kind of auditory hallucination that are prevalent among the non-psychiatric
population, but which have rarely been reported in the neurological literature. They occur most frequently in the elderly,
in females and when there is a loss of hearing, but their pathophysiology has still to be unravelled.
Case reports. We report here six cases (five females and one male) of musical hallucinations diagnosed in a general
neurology clinic over a time-span of five years. In five cases there was also concurrent hypoacusis, to a greater or lesser
extent, and one had been triggered by pentoxifylline. In most instances, the musical content of the hallucinations had
its origins in music experienced in childhood and early youth. In the cases submitted to pharmacological treatment, the
response was poor. Yet, after explaining to the patients that the condition was benign and had no connection with a
psychotic pathology, the degree of acceptance of the symptoms was good.
Conclusions. Musical hallucinations are a little-known pathology lying on the borderline between neurology, otorhino­
laryngology and psychiatry which are often wrongly linked to mental disease. It is essential to explain to patients and
relatives that these symptoms are not necessarily of a psychiatric nature, and to be aware of the potential capacity of
some commonly used drugs to generate them.
Key words. Auditory hallucinations. Deafness. Hallucinations. Music. Musical hallucinations. Musical hallucinosis.
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www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (5): 207-212
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