LA AVENTURA MOCHILERA DE BUZZ Andy bajó corriendo por las escaleras. Era el día espacial en la escuela y estaba ansioso por ir. Él y sus compañeros de clase iban a aprender muchas cosas sobre los planetas y el sistema solar. “¡Ya sé!, grito Andy. “Llevaré conmigo a Buzz Light Year.” Así que puso al Guardián Espacial en su mochila y se sirvió un tazón de Copos Espaciales. Después del desayuno, Andy salió rumbo a la escuela. Guaau, todo un día dedicado al espacio, pensó Buzz. ¡Será maravilloso! Además, podré ver a donde va Andy a la escuela. En clase, la maestra les habló a Andy y los demás alumnos acerca del sistema solar. También aprendieron que los planetas daban vueltas alrededor del Sol y Júpiter era el planeta más grande. ¡Riiin!, sonó la campana del almuerzo, y Andy y sus amigos salieron a la cafetería. Cuando se fueron, Buzz miró a su alrededor y salió de la mochila. ¡Era hora de explorar! Bajó la tapa de los pupitres y se abrió paso a una mesa. ¡Ahí descubrió algunas criaturas del espacio! O al menos él pensó que eran del espacio. De hecho, eran extraterrestres que Andy y sus compañeras de clase habían hecho con plastilina. “¡Saludos!”, dijo Buzz “¿Han visto una criatura extraña y peluda?” Vio maquetas de las estrellas y los planetas que colgaban del techo. Luego descubrió una jaula grande. Había un hámster dentro, pero Buzz nunca antes había visto uno, así que él le dijo “saludos, extraña criatura”. Como el hámster no le contestó, Buzz levantó la tapa de la jaula para entrar y poder mirar mejor. En ese momento, el hámster salió de una salta de la jaula, se topó con Buzz y lo mandó a volar. Por suerte, Buzz se había fijado en unos planetas que colgaban en el aire arriba de él, y rápidamente se sujetó de uno para no caer al suelo. “¡Regresa”, gritaba Buzz mientras el hámster huía. “No te haré daño”. De pronto, se soltó y -¡plas!-, cayó en un tarro de pintura. “¡Cometas”!, exclamó Buzz. Estaba cubierto de pintura azul. Más vale que me limpie antes de rescatar a la criatura, pensó. Unos cuantos minutos después, Buzz comenzó a mirar dentro de los pupitres de los estudiantes. Encontró goma de mascar vieja, yoyos rotos y emparedados mohosos, pero ninguna señal del hámster. “¡Puaj!” , exclamó. “Ninguna criatura querría esconderse aquí.” Como los extraterrestres de plastilina no le contestaron, Buzz le dio un apretón de manos a uno de ellos para demostrar que era amistoso… y el brazo se le cayó. “¡Lo lamento!”, exclamó Buzz. Colocó abajo el brazo y saltó de la mesa…directo a una torre de bloques. Ups, pensó Buzz mientras se meneaba hacia atrás y adelante. Y entonces -¡crash!-la torre se vino abajo. Buzz notó que el salón de clases estaba hecho un desorden. Había pintura y bloques por todas partes, y el hámster seguía suelto. Buzz sabía que tenía que limpiar todo…¡y rápido! ¡Riiin! La campana sonó justo cuando estaba subiendo de nuevo a la mochila de Andy. Buzz miró al limpio salón de clases, pensando que nadie jamás sabría lo que había sucedido. Cuando todos regresaron, era hora de las muestras y explicaciones de los alumnos. “Este es Buzz”, dijo Andy. “¡Es el mejor Guardián Espacial que haya existido!” De pronto, los compañeros de Andy señalaron la base de la pizarra. El hámster estaba sentado en ella. “¿Cómo te saliste?”, pregunto la maestra cuando llevaba al hámster de vuelta a su jaula. El hámster le sonrió a Buzz y él le contestó sonriendo. Ya querría contarle a Woody y a todos los demás cómo había pasado ese emocionante día.