SEGUNDO PERIODO GUÍA N°3

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SEGUNDO PERIODO GUÍA N°3
+ Identificación de la importancia de las relaciones interpersonales en el mejoramiento del
comportamiento en el contexto social.
EMMANUEL LEVINAS (1905-1995),
Filósofo francés de origen ruso. Autor de una original teoría ética de la alteridad, contribuyó a difundir en
Francia la fenomenología de Edmund Husserl y fue autor de numerosos comentarios al Talmud.
Nació en la actual ciudad lituana (entonces rusa) de Kaunas, en el seno de una familia de burgueses judíos.
Cursó estudios superiores de filosofía en la Universidad de Estrasburgo y, durante una estancia en la de
Friburgo de Brisgovia (1928-1929), asistió a determinadas clases impartidas por Husserl y Martin
Heidegger. Instalado definitivamente en Francia, fue profesor de filosofía y más tarde resultó nombrado
director de la Escuela Normal Israelita Oriental. En 1964 ganó una cátedra de Filosofía en la Universidad
de Poitiers y posteriormente ingresó en la Universidad de Nanterre (1967) y en la Sorbona (1973).
Emmanuel Levinas falleció en 1995 en París.
PENSAMIENTO Y OBRA
Aunque es innegable la influencia que sobre su pensamiento ejercieron la fenomenología de Husserl y la
filosofía de Heidegger, Levinas se desmarcó pronto de sus maestros, denunciando a la filosofía occidental
por constituir un pensamiento de la “totalidad” en perjuicio de la idea de “infinito”. Reprochaba a aquélla el
hecho de estar más preocupada por la “verdad” que por el “bien”. Por eso, su principal tema de reflexión
fue la ética y proyectó promover la idea de un “bien” independiente de la “verdad”, de una ética como
alternativa a la metafísica.
Las tesis esenciales de su pensamiento quedaron expuestas en Totalidad e infinito. Ensayo sobre la
exterioridad (1961), obra en la que desarrolló la idea de que la presencia del “otro” (y, más concretamente,
“el rostro del otro”), que llama a la conciencia moral a rechazar toda violencia con respecto al otro, es una
experiencia fundamental que desconocen las filosofías de la totalidad, que reducen el “otro” al “mismo”. Se
trata de una experiencia concreta que compromete al individuo en tanto que sujeto moral, sin que haya con
el otro ningún contrato: el deber del hombre hacia el otro es incondicional, y eso es lo que funda la
humanidad del hombre. Como afirmaba en De otro modo que ser o más allá de la esencia (1974), para la
ética, el hombre es “más que ser”. La relación ética que impone el rostro del otro conduce a Levinas a Dios,
cuya huella se puede leer en el rostro del otro. La ley observada hace “que Dios venga a la idea” (De Dieu
qui vient à l´idée, Del Dios que viene a la idea, 1982).
Pese a no ser teólogo, Levinas encontró en el judaísmo una fuente de inspiración para su reflexión. Para él,
el judaísmo es una religión fundamentalmente ética; por otra parte, condenaba lo que designaba como
“consolación de las religiones”, es decir, una cierta mística y una cierta sacralidad. En su opinión, toda lo
sacro depende de la magia y sólo la ética tiene un sentido que supera a la muerte. Las actividades sociales,
la ciencia y la técnica son, en la medida en que tienen como fin venir en socorro del hombre, más “religiosas”
que toda forma de sacralidad. Esa insistencia en la posibilidad de santidad fuera de toda sacralidad le alejó
de los medios judaicos pero le hizo muy apreciado en los cristianos. Se trata, probablemente, de la
aportación más original de su pensamiento, que ha contribuido a una cierta “desmitificación” de Dios. Otras
importantes obras suyas fueron: Difícil libertad. Ensayo sobre el judaísmo (1963), Cuatro lecturas
talmúdicas (1968), Ética e infinito (1982) y Entre nosotros. Ensayos para pensar en otro (1993).
MARTIN BUBER (1878-1965)
Autor religioso judío, destacado por su filosofía del encuentro o del diálogo. Nacido el 8 de febrero de
1878 en Viena, estudió en las universidades de su ciudad natal y de Berlín. Sus primeros trabajos
publicados, aquellos que le dieron su fama literaria, fueron la recreación libre de leyendas y cuentos
hasídicos recogidos en Los cuentos de Rabi Nachman (1907) y La leyenda del Baal Shem (1908). En 1916
fundó Der Jude, un periódico que dirigió hasta 1924, que se convirtió en el órgano principal de los judíos de
habla alemana. Sus obras más conocidas Yo y tú (1922), una concisa expresión poética de su filosofía
religiosa, y Sobre el judaísmo (1923), que marcó su liderazgo intelectual sobre la comunidad judía de
Alemania, aparecieron recopiladas en 1923.
Buber fue profesor de religión y ética hebrea desde 1923 hasta 1933, y más tarde de historia de las
religiones desde 1933 hasta 1938 en la Universidad de Frankfurt, Alemania. En 1933, año en que los judíos
fueron expulsados de todas las escuelas alemanas como consecuencia de la llegada al poder de Adolf Hitler,
los dirigentes judíos en materia pedagógica nombraron a Buber director de la Oficina Central para la
Educación de Adultos Judíos en Alemania. En 1938 emigró a Palestina y desde 1938 hasta 1951 fue
profesor de filosofía social en la Universidad Hebrea de Jerusalén. En 1949 fundó, y hasta 1953 dirigió, el
Instituto Israelí para la Educación de Adultos, que preparaba profesores para trabajar en el ámbito de la
inmigración. En 1958 fue editor jefe de la Enciclopedia para la Educación israelí. También fue dirigente de
la asociación Ichud (hebreo, ‘Unión’), grupo que pretendía la reconciliación entre árabes y judíos.
Buber es más conocido por su filosofía del diálogo, un existencialismo religioso centrado en la distinción
entre relaciones directas o mutuas (a las que llamó “la relación yo-tú” o diálogo) en las que cada persona
confirma a la otra como valor único y las relaciones indirectas o utilitarias (a las que llamó “yo-él” o
monólogo), en las que cada persona conoce y utiliza a los demás, pero no los ve ni los valora en realidad por
sí mismos. Al aplicar esta distinción entre ‘diálogo’ y ‘monólogo’ a la religión, insistió en que la religión
significa hablar con Dios, no sobre Dios. Esto no es monoteísmo, sino el diálogo entre el hombre y Dios que
es la esencia del judaísmo bíblico. El hombre adquiere conciencia de ser dirigido por Dios en cada
encuentro si permanece abierto a esos signos y dispuesto a responder con todo su ser. La filosofía del
diálogo de Buber ha tenido mucha influencia en pensadores de todos los credos religiosos, incluidos
teólogos protestantes de la categoría de Karl Barth, Emil Brunner, Paul Tillich y Reinhold Niebuhr.
Además de por su filosofía del diálogo y de su largo trabajo en la traducción e interpretación del Antiguo
Testamento, Buber también es conocido por su recreación e interpretación del hasidismo, movimiento
presente en las comunidades judías de Europa oriental durante los siglos XVIII y XIX. Transformó el
hasidismo en uno de los mayores movimientos místicos del mundo. Quizá no menos importante fue su labor
en defensa del renacer de una cultura judía opuesta a metas sólo políticas. Considerado uno de los líderes
más influyentes del sionismo (después de Theodor Herzl), renovó la petición profética de que Israel
construya una comunidad de justicia y paz a través de medios justos, sobre todo en lo que se refiere a las
relaciones de los judíos con los árabes. Buber recibió el Premio de la Paz de la Industria Alemana del Libro
en 1953 y el Premio Erasmus (otorgado por la Fundación Erasmus) en los Países Bajos en 1963. Pasó los
últimos años de su vida como asesor de los miembros de los kibutzim, a quienes aconsejó tanto en
problemas personales como en aquellos que derivaban de la organización de estas comunidades. Falleció el
13 de junio de 1965 en Jerusalén.
Además de los libros ya citados, también escribió Entre el hombre y el hombre (1947), La fe profética
(1950), Imágenes del bien y del mal (1952) y El conocimiento del hombre (1966).
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