JÓVENES INTÉRPRETES DEL CONSERVATORIO PROFESIONAL DE MÚSICA DE VALENCIA INTRODUCCIÓN PROGRAMA “Yo he venido para que tengáis vida, y la tengáis en abundancia” (Jn 10,10) Johann Gottfried Walther (1684-1748) Concierto en si menor Allegro - Adagio En este domingo V del tiempo de Cuaresma, la liturgia nos prepara para vivir la pasión del Señor. Jesús, aparece como quien tiene poder sobre la muerte, presentándose Él mismo, como la verdadera resurrección y vida, quedando así confirmado que para Él nada es imposible. Johann Sebastian Bach (1685-1750) Wenn wir in höchsten Nöthen sein, BWV 641 (Preludio sobre el coral: “Cuando estamos en la mayor necesidad”) Por eso en el Evangelio de hoy se nos recuerda el acontecimiento de la muerte y la resurrección de Lázaro. Un hecho, con el que el Señor anuncia su propia resurrección que, sin embargo, será de otro orden. Ich ruf zu dir, Herr Jesu Christ, BWV 639 (Preludio sobre el coral: “A ti te invoco, Señor Jesucristo”) El repertorio aquí presentado, tiene pues la intención de invitarnos a la meditación sobre estos misterios: la muerte, el dolor, y como no, la resurrección y la vida eterna. Todo ello, haciendo un recorrido -mediante la música y la oración- a través de todas estas realidades, que configuran la experiencia vital del cristiano. Así pues, la música persigue suscitar en nosotros una actitud de plegaria, de súplica, de guardar fielmente la Palabra del Señor y de mostrarnos humildes y esperanzados, ante las experiencias de dolor y sufrimiento. Johann Gottfried Walther (1684-1748) Meinem Jesum laß ich nicht (Variaciones sobre el coral: “No abandono a mi Jesús”) Todas esas experiencias quedan expresadas fielmente en la música que nos acompañará a lo largo de esta meditación, quedando patente en las formas y en las tonalidades, así como en la misma disposición del repertorio, pensado para que, llevados de la mano de Dios, hagamos ese mismo recorrido que hizo Lázaro, pasando de la oscuridad de la muerte a la luz de la vida eterna, cuyo único principio y fin es Jesucristo, el Hijo de Dios. Johann Sebastian Bach (1685-1750) Herzlich tut mich verlangen nach einem seligen End, BWV 727 (Preludio sobre el coral: “De todo corazón deseo un final bienaventurado”) Dietrich Buxtehude (1637-1707) Ciacona en mi menor BuxWV 160 Georg Böhm (1661-1733) Vater unser im Himmelreich (Preludio sobre el coral: “Padre nuestro en el Reino de los cielos”) Johann Sebastian Bach (1685-1750) O Mensch, bewein dein Sünde Groß (Preludio sobre el coral: “Llora, humanidad, tu gran pecado, por el que Cristo abandonó el seno de su padre y vino a este mundo”) Johann Sebastian Bach (1685-1750) Preludio en Sol mayor BWV 568 ORGANISTAS: Vicent Ferragud Girbés Pablo Palomar Muñoz Jaime Santacruz Santacruz PUNTO DE MEDITACIÓN En nuestro itinerario cuaresmal hemos llegado al quinto domingo, caracterizado por el evangelio de la resurrección de Lázaro (cf. Jn 11, 1-45). Se trata del último gran “signo” realizado por Jesús, después del cual los sumos sacerdotes reunieron al sanedrín y deliberaron matarlo; y decidieron matar incluso a Lázaro, que era la prueba viva de la divinidad de Cristo, Señor de la vida y de la muerte. En realidad, esta página evangélica muestra a Jesús como verdadero hombre y verdadero Dios. Ante todo, el evangelista insiste en su amistad con Lázaro y con sus hermanas Marta y María. Subraya que «Jesús los amaba» (Jn 11, 5), y por eso quiso realizar ese gran prodigio. «Lázaro, nuestro amigo, está dormido: voy a despertarlo» (Jn 11, 11), así les habló a los discípulos, expresando con la metáfora del sueño el punto de vista de Dios sobre la muerte física: Dios la considera precisamente como un sueño, del que se puede despertar. Jesús demostró un poder absoluto sobre esta muerte: se ve cuando devuelve la vida al joven hijo de la viuda de Naím (cf. Lc 7, 11-17) y a la niña de doce años (cf. Mc 5, 35-43). Precisamente de ella dijo: «La niña no ha muerto; está dormida» (Mc 5, 39), provocando la burla de los presentes. Pero, en verdad, es precisamente así: la muerte del cuerpo es un sueño del que Dios nos puede despertar en cualquier momento. Este señorío sobre la muerte no impidió a Jesús experimentar una sincera compasión por el dolor de la separación. Al ver llorar a Marta y María y a cuantos habían acudido a consolarlas, también Jesús «se conmovió profundamente, se turbó» y, por último, «lloró» (Jn 11, 33. 35). El corazón de Cristo es divinohumano: en él Dios y hombre se encontraron perfectamente, sin separación y sin confusión. Él es la imagen, más aún, la encarnación de Dios, que es amor, misericordia, ternura paterna y materna, del Dios que es Vida. Por eso declaró solemnemente a Marta: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre». Y añadió: «¿Crees esto?» (Jn 11, 25-26). Una pregunta que Jesús nos dirige a cada uno de nosotros; una pregunta que ciertamente nos supera, que supera nuestra capacidad de comprender, y nos pide abandonarnos a él, como él se abandonó al Padre. La respuesta de Marta es ejemplar: «Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo» (Jn 11, 27). ¡Sí, oh Señor! También nosotros creemos, a pesar de nuestras dudas y de nuestras oscuridades; creemos en ti, porque tú tienes palabras de vida eterna; queremos creer en ti, que nos das una esperanza fiable de vida más allá de la vida, de vida auténtica y plena en tu reino de luz y de paz. Parroquia San Nicolás . C/Caballeros 35, 46001 Valencia. Tfno. 963913317 [email protected] www.sannicolasvalencia.com “Escucha la voz de Dios y busca la paz” MÚSICA PARA LA REFLEXIÓN Quinto domingo de Cuaresma 6 DE ABRIL DE 18,30 A 19,30 HORAS “Música para la Reflexión” es una iniciativa nueva en Valencia en el contexto de la búsqueda de lugares para la meditación y reflexión personal. Es algo más que un concierto: partimos de la importancia de la meditación, ayudados por el silencio y la música. En algunos templos más importantes de capitales europeas se abren espacios para que, en medio de la ciudad, se descubran experiencias en las que es posible trascender las preocupaciones materiales y descubrir los horizontes inmensos del espíritu humano. PA R RO QU I A D E VA L E N C I A