MEDIDAS DE PRECAUCIÓN NORMALES Detenga la Propagación de Infecciones en la Vida Diaria Las medidas de precaución normales requieren que todos, desde los empleados de guarderías y maestros, hasta los contadores y mecánicos de autos, asuman que la sangre y líquidos corporales de todas las personas pueden ser portadores de los virus de hepatitis, VIH u otra infección transmitida por la sangre. Este enfoque implica la suposición universal de que todos —ricos o pobres, gordos o flacos, jóvenes y viejos— pueden estar infectados con un virus. ¿Por qué este supuesto intrínseco? Porque del 40 al 90 por ciento de las personas con hepatitis viral y otras enfermedades infecciosas tal vez no sepan que tienen una enfermedad. Si usted o su hijo tiene hepatitis, usted deseará estar seguro que nadie en su familia propague la infección. Pero no se olvide de todas esas personas que no saben o no dicen nada sobre su enfermedad y que podrían infectar accidentalmente a su hija o hijo con un nuevo virus o bacteria. La única forma de mantenerse a sí mismo y a sus hijos razonablemente a salvos, es aprender un método práctico de precaución normal. Al principio, probablemente estará demasiado atento a todos y a todo, pero a medida que las medidas de precaución se conviertan en hábitos, éstas se convierten en una parte natural de su vida, como trabar una puerta o frenar en un semáforo en rojo. Se convertirán en medidas de precaución normales de todos los días. Las medidas de precaución normales son pautas publicadas para el cuidado de los pacientes en hospitales pero son medidas de sentido común para todos y deberían usarse para evitar la transmisión de enfermedades en todos los ámbitos. Siempre debe haber una barrera entre cualquier sustancia infecciosa y su piel, ojos, interior de la boca o la nariz. Las sustancias infecciosas incluyen la sangre y todos los fluidos corporales, secreciones y excreciones, excepto el sudor, aún si no contienen sangre visible. Las medidas de precaución normales también deberían aplicarse si tiene contacto con piel muy agrietada o no intacta o con membranas mucosas, aún si no hay sangre visible. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que las personas que tengan contacto con heces, secreciones nasales, saliva, lágrimas, orina o vómito, usen guantes a menos que el fluido pueda ser absorbido fácilmente por algún material tal como un paño grueso. Siempre debe lavarse bien las manos después de realizar estas limpiezas. Toda persona que trabaje o asista en los centros del cuidado de niños, escuelas y negocios en Estados Unidos debería estar capacitado para aplicar estas medidas de precaución normales. Cuando las medidas de precaución se aplican en todos los aspectos de la vida diaria, ayudan a evitar la propagación de infecciones. Además, debido a que las medidas de precaución normales asumen que cualquier persona puede ser portadora de una infección, un niño que padece una enfermedad infecciosa, viral y crónica no va a ser individualizado, estigmatizado o tratado de manera diferente. Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica 163 Como existen muchos niños y adultos con infecciones virales crónicas pero que aún no lo saben, la aplicación de medidas de precaución normales tiene sensatez. Los padres también deberían tomar estas medidas de precauciones normales en el hogar. Los guantes de látex pueden comprarse en casi todos los negocios de venta de productos médicos y farmacias. Téngalos en su hogar y en el auto. Las personas que tienen alergia al látex no deben usar dichos guantes. Consulte a su proveedor de cuidados de la salud acerca de alternativas disponibles. Si no tiene guantes y debe entrar en contacto con líquidos corporales de alguien, envuelva sus manos con bolsas para sandwiches o para la basura. Utilice una toalla sanitaria o una toalla gruesa bien enrollada para recoger el líquido o para detener el flujo de sangre. Si usa anteojos y tiene contacto con sangre, no se los quite. Si no usa anteojos, proteja los ojos con sus anteojos de sol. Cuando limpia fluidos corporales, tenga cuidado de que no le penetre el fluido que está limpiando en los ojos, nariz, boca o en cualquier herida abierta que pueda tener en sus manos. Limpie y desinfecte todas las superficies como mostradores y pisos en las que se haya derramado fluidos corporales. Descarte material contaminado con fluidos en bolsas plásticas bien selladas. En el lugar de trabajo, los empleados deben seguir las políticas y procedimientos para descartar materiales potencialmente infecciosos. Los lampazos (trapeadores) usados para limpiar los fluidos corporales deben limpiarse, enjuagarse con solución desinfectante, estrujarse lo más posible y colgarse para que se sequen totalmente. Asegúrese de lavar sus manos después de limpiar cualquier derrame. Use una solución compuesta por una parte de lejía en diez partes de agua o cualquier otro desinfectante para limpiar las sustancias orgánicas, ¡incluidas las suyas! Una vez que resolvió la situación, deseche los artículos protectores (sus guantes, etc.) en un cubo de basura recubierto o en una bolsa de plástico que esté fuera del alcance de los niños. Lávese bien las manos. Asegúrese de cubrir todos las cortadas y abrasiones de la piel con apósitos impermeables. Tenga cuidado con la piel muy agrietada, puede abrirse y permitir que los fluidos entren y salgan. Estas precauciones son de ida y vuelta. Usted puede ser una de los millones de personas que desconocen que padece una enfermedad infecciosa y obviamente usted no quiere infectar a nadie. Ningún niño es demasiado pequeño como para aprender las medidas de seguridad de la salud. Establezca un día para representar las medidas de precaución normales con sus hijos. Llámelo Día de la Seguridad Familiar. Este también podría ser un buen día para practicar la evacuación de la casa en caso de incendio y todas esas otras normas de seguridad que rara vez se ensayan. Para ayudar a los niños a comprender cómo los gérmenes invisibles pueden pasar de una persona a otra, aplique una sustancia brillante (“glitter”) en las manos de sus hijos y déjelos que vayan al baño, que jueguen con otros miembros de la familia y que tomen una galleta (sin comérsela realmente). Luego, regrese al principio del camino y vaya por la casa, siguiendo el rastro del “glitter”. Esto le ayudará a demostrarle a sus hijos cómo ellos pueden pasarse gérmenes unos a otros sin saberlo. Para reforzar esto, usted también podría aplicarse esta sustancia en las manos. 164 Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica PRECAUCIONES Haga que un miembro de la familia “sangre” salsa de tomate. Enséñele a su hijo a buscar un adulto cuando vea sangre. Haga que su pequeño hijo repita la misma situación varias veces. Luego, simule que no hay adultos cerca y muestre a su hijo cómo usar una bolsa plástica o una toalla como barrera entre él y la sangre. Es importante enseñarle a los niños que jamás deben tocar la sangre o el fluido corporal de otra persona. Una manera de ayudarles a comprender es preguntarles si ellos tocarían las heces (caca) o las mucosidades nasales (mocos) de otra persona. La mayoría de los chicos, independientemente de su edad, contestarán con un “no” rotundo. Una vez que usted obtuvo la respuesta negativa tan importante, explíquele que la sangre es muy personal y que nunca deben tocar la sangre de nadie. Esta estrategia sólo es necesaria durante los años preescolares. Una vez que cumplen los cinco o seis años de edad, usted puede comenzar a explicarles la importancia de estas medidas de precaución con más detalle. También es bueno reforzar la idea de que en el hogar está prohibido compartir cepillos de dientes, hojillas de afeitar y útiles de aseo personal como limas para uñas y cortauñas. Si se usan agujas hipodérmicas en el hogar, es indispensable que se desechen en un recipiente apropiado a prueba de objetos puntiagudos (“sharps container”) que los niños no puedan encontrar o abrir. Las precauciones normales, cuando son practicadas por profesionales del cuidado de la salud, cubren una amplia variedad de elementos y procesos, incluidos artefactos para eliminación de implementos cortantes, dispositivos de ventilación (boquillas para resucitación), manipuleo de muestras y otras oportunidades de propagación de infección, a las que la mayoría de los padres probablemente no se enfrentan en el marco de la vida diaria. Probablemente desee verificar el programa de concientización de las medidas de precaución normales de la guardería o escuela a la que asisten sus niños. La mayoría le responderá que recibieron capacitación para precaución de VIH o SIDA. Si aceptan sugerencias, comparta algunas de estas ideas con ellos. Aunque las escuelas preescolares pueden tener registros que documenten con qué frecuencia limpian los baños y que el personal siempre usa guantes, si los niños no pueden alcanzar el jabón porque el lavamanos es demasiado ancho y sus bracitos no son lo suficientemente largos, en esas instituciones no se están poniendo en práctica las medidas de precaución normales. Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica 165 166 Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica