Tía espulgando al sobrino (a imitación de Murillo) / Cristóbal Zapata Cuando se aburrÃ-a de sus labores de punto y no encontraba ocupación para sus minuciosas manos mi tÃ-a —la más bella y joven de todas: delgada, ósea, alabastrina— me invitaba a su lado y recostaba mi cabeza sobre sus piernas. Boca abajo respiraba exaltado el punzante aroma de su sexo virgen —perfumado jardÃ-n de jabón, agrio huerto de flores descompuestas— mientras sus ensortijados dedos (entre los que brillaba —con el opaco resplandor de las aleaciones— el dorado anillo de reina del cantón) se prodigaban en expurgar de mi cabellera cuantas alimañas encontraban a su paso. Yo me dejaba espulgar con secreta delectación en tanto escuchaba el chirrido con el que ella aplastaba a mis involuntarios inquilinos entre sus uñas pintadas de rojo carmesÃ-. Durante esos inocentes pasatiempos sanitarios mi tÃ-a me habÃ-a introducido en el misterio de la carne y me habÃ-a condenado —prematuramente— a la impune persecución de su imagen. http://luvina.com.mx/foros Potenciado por Joomla! Generado: 19 November, 2016, 11:14