Teresa de Calcuta, completamente pobre

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Teresa de Calcuta, completamente
pobre
2016-03-17- Columnas-Testimonios
Santiago Martn
El da 15, el Papa ha presidido un consistorio que ha decretado la canonizacin de la
beata Teresa de Calcuta. El milagro que ha hecho posible esta canonizacin se aprob el
pasado diciembre y la canonizacin tendr lugar el prximo 4 de septiembre. La Madre
Teresa ha intercedido, despus de fallecida, para que ocurrieran varios milagros, pero los
ms numerosos fueron los que hizo en vida.
Desde que comenz a recoger mendigos y moribundos en las calles de Calcuta en 1948,
hasta que muri en 1997, cientos de miles de seres humanos se beneficiaron de su
amor. Muchos murieron en paz, tratados como seres humanos y no rodos por las ratas
o picados por los cuervos en la calle, mientras an seguan vivos. Otros muchos pudieron
nacer gracias a ella y encontrar un hogar digno, como consecuencia de la campaa que
lanz para frenar el aborto, con aquel lema tan claro como impactante: No lo mates.
Dmelo a m. Y otros pudieron sobrellevar su sufrimiento o su soledad, como los ancianos
recogidos en los asilos o los enfermos de sida atendidos en sus centros. La obra de las
Misioneras de la Caridad, que es la congregacin fundada por ella, ha sido y es un
ejemplo de cmo acta la Iglesia en el campo de la solidaridad. Ellas estn realmente entre
los ms pobres de los pobres y viven como los pobres. El ltimo ejemplo de esto son las
monjas asesinadas hace unos das por fundamentalistas islmicos en Yemen, mientras
cuidaban a un grupo de ancianos, algunos de los cuales tambin murieron.
Pero todo esto es siempre la periferia de la persona -importante, no cabe duda-, que
puede quiz ocultarnos su alma, lo que hay dentro de ella. La propia Teresa, aunque no
era muy dada a hablar de s misma, lo cuenta: Por sangre y origen soy albanesa. Por mi
vocacin pertenezco al mundo entero pero mi corazn pertenece por completo a Jess. Ella
era toda de Jess y era por Jess que haca todo, absolutamente todo. No era una
activista social, ni siquiera una persona extraordinariamente generosa y valiente. Era
una monja, una consagrada a Dios. Dicen que en una ocasin, un millonario
norteamericano visit uno de sus hogares y la vio a ella y a las monjas trabajar con los
moribundos; al despedirse le dijo: Lo que usted hace, yo no lo hara ni por todo el oro del
mundo, a lo que ella contest: Ni yo tampoco.
Ni por todo el oro del mundo, pero si por algo que no se puede comprar con el oro: el
amor a aquel, Cristo, que la haba amado primero. El amor al Amor. El amor a un Dios
hecho hombre y que se haba quedado presente en el hombre que sufre. Pero, cul fue la
respuesta de Cristo a esa entrega tan radical y completa? Se podra pensar que la
Madre Teresa pas los casi setenta aos que dur su vida consagrada -desde que ingres
con las monjas de Loreto hasta que falleci- en medio de xtasis permanentes, gracias
msticas y arreboles de felicidad; se podra pensar que con frecuencia el Espritu Santo
descendera sobre ella no slo para iluminarla sino para herirla con aquella flecha bruida
de la que hablaba la primera de las Teresas, la de vila, y que hiere interna y
dulcemente. Se podra pensar que tanto esfuerzo, tanta lucha, tanto sufrimiento debera
tener una compensacin que lo hiciera ms fcil. Pues no fue as. Confieso que para m fue
una gran sorpresa saber, por las cartas de ella que fueron publicadas hace algunos aos,
que despus de los momentos iniciales la Madre Teresa vivi una cierta sequedad
espiritual, a pesar de ser una mujer de oracin asidua y abundante. Y confieso tambin
que ha sido esto precisamente lo que la hizo realmente grande ante mis ojos. Ella
estaba con los pies en el barro en el que viven los pobres, pero lo estaba en el doble
sentido. Primero, porque era pobre entre los pobres y como los pobres. Segundo,
porque no experimentaba -lo cual no significa que no recibiera- mimos y caricias de
Aquel por quien lo estaba dando todo. El Seor la quiso de verdad pobre, hasta el punto
de privarla de consuelos msticos. Y ella lo acept por amor a l, tambin incluso cuando no
entenda porque pasaba eso y hubiera querido otra cosa.
La Madre Teresa pronto ser santa. Dmosle gracias a Dios por ello. Pero no reduzcamos
su testimonio a la caridad hacia los necesitados. Adems de eso hubo otra cosa, adems
estuvo el alma que entreg a Cristo y que el Seor acept compartiendo con ella el tesoro
de su abandono en la Cruz. Fue, con l, por l y como l, completa y autnticamente pobre
entre los pobres. Por eso ella es santa.
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