¿De qué habla D-s? Pasaron siete semanas desde la salida de Egipto cuando llega el gran momento, el acontecimiento único en la historia de la humanidad. D-s se dispone a hablar, a revelar su Ley, a hacer oír su voz. Durante 3 días el pueblo y sus jefes viven en la espera y la purificación: hay que ser digno de recibir la Ley, digno de la visión de D-s. No obstante, según una leyenda midráshica a algunos no les interesa. La mañana del día en que todo Israel debería encontrarse reunido al pie de la montaña, hay hombres y mujeres que todavía están en sus hogares, en sus tiendas… Entonces D-s se manifiesta primero con rayos y truenos para sacudir y despertar a los que son tan necios como para dormitar mientras el tiempo y el corazón de los hombres se abren para recibir la llamada de D-s. Luego, de pronto, silencio. Y desde el fondo de ese silencio, una voz. D-s está hablando. ¿De qué habla D-s? ¿De su obra secreta? ¿De sus intenciones? No, habla de las relaciones entre los hombres, de los deberes de cada individuo para con los otros individuos… Elie Wiesel, Mensajeros de Dios, Bs. As. Ed. Seminario Rabínico, 1980