MINISTÈRE DES AFFAIRES ÉTRANGÈRES ET EUROPEENNES La

Anuncio
MINISTÈRE DES AFFAIRES ÉTRANGÈRES ET EUROPEENNES
N° 12 - marzo 2009
Torre Eiffel, 120 años de éxito
La Torre Eiffel celebra su 120 aniversario, desde que se
inaugurara el 31 de marzo de 1889 y se abriera al público
el 15 de mayo del mismo año. Sus orígenes no fueron
fáciles. Fue criticada y vapuleada. Sin embargo, se ha
convertido en uno de los iconos del imaginario colectivo
mundial, una evolución que no debe nada al azar.
Iluminación de la Torre Eiffel con los colores
de Europa © MAEE/F. de la Mure
Su característica silueta hace soñar en todo el mundo.
Pero al principio todo fueron críticas. Guy de Maupassant,
Charles Gounod y Alexandre Dumas hijo vilipendiaron la
Torre Eiffel en una carta común. « La inútil y monstruosa
Torre Eiffel », « la deshonra de París », « supositorio
agujereado » para Huysmans o « esqueleto sin gracia » para
Maupassant. Pero Gustav Eiffel no se dejó intimidar. El
ingeniero respondió a los artistas que la torre tendría « su
propia belleza ».
El público no tuvo dudas. Hubo visitas en masa desde su inauguración, durante la Exposición
Universal de 1889. Dos millones de curiosos se precipitaron para visitar el monumento más alto de la
época, título que perdió en 1930 ante el Chrysler Building de Nueva York. Decenas de miles de
valientes ni siquiera esperaron a la construcción de los ascensores para subir a su cima. Un triunfo.
Sin embargo, el final de la exposición se vio seguido por un drástico bajón del interés y del
número de visitantes. Nada pudo pararlo, ni siquiera el recorte del precio de la entrada. Algunas voces
tristes evocaron incluso la demolición del monumento. Para evitar el desastre, Eiffel decidió
rentabilizar su obra explotando su potencial científico. Se instaló una pequeña estación de observación
y una antena de telegrafía sin hilos y más adelante una antena de radiodifusión.
Los visitantes siguieron siendo escasos. Habría que esperar hasta los años sesenta y la
emergencia del turismo internacional para que las visitas vivieran un repunte. En la actualidad, la torre
supera los seis millones de visitas anuales.
DIRECTION DE LA COMMUNICATION ET DE L’INFORMATION
SOUS DIRECTION DE LA COMMUNICATION
MINISTÈRE DES AFFAIRES ÉTRANGÈRES ET EUROPEENNES
Iluminación
Para seguir atrayendo a los curiosos, la dama de hierro diversificó su atractivo. Brilló para dar
la bienvenida al año 2000. Se vistió de azul durante el Día de Europa en 2006 y de la presidencia
francesa de la Unión Europea en 2008; de rojo para celebrar el nuevo año chino en 2004 y de verde
con ocasión de la Copa del Mundo de rugby en 2007.
La Torre Eiffel está presente cada vez que se trata de celebrar un gran evento. En vista de su
notoriedad, la repercusión está asegurada. ¿Se ha convertido la Torre Eiffel en el eje de comunicación
del Estado francés, en el icono de los grandes eventos? En realidad lo ha sido siempre, incluso antes de
su construcción.
En aquella época, los dirigentes europeos se dieron cuenta de que los avances tecnológicos
pueden servir de escaparate político, ya que la opinión pública es muy sensible al progreso. Al
presentar sus innovaciones, un Estado muestra su superioridad sobre sus rivales. Gustav Eiffel no se
equivocó destacando « el símbolo de la ciencia contemporánea » que representa su obra, « la audacia
de su creación » y sobre todo la prueba de que « no sólo somos el país del entretenimiento, sino
también de los ingenieros y de los constructores, que son solicitados desde todas las regiones del
mundo ».
Símbolo del saber hacer francés, la Torre Eiffel suscita la admiración y los celos. Son
innumerables las copias y réplicas en China, EE UU, Japón y otros países. Pero, ¿qué es en realidad?
Roland Barthes1 ofrece la mejor definición: « Mirada, objeto, símbolo, la torre es todo lo que el
hombre pone en ella, y ese todo es infinito. Espectáculo observado y que observa, edificio inútil e
irremplazable, mundo familiar y símbolo heróico, testigo de un siglo y monumento siempre nuevo,
objeto inimitable y reproducido hasta la saciedad, es el símbolo puro, abierto a todos los tiempos, a
todas las imágenes y a todos los sentidos. Es la metáfora infinita. A través de la torre los hombres
pueden desarrollar la gran función de su imaginario, la libertad, ya que ninguna historia, por muy
sombría que haya sido, ha logrado quitársela nunca ».
La dama de hierro seguirá haciendo soñar al planeta…
Nathalie Gricorciuk
DIRECTION DE LA COMMUNICATION ET DE L’INFORMATION
SOUS DIRECTION DE LA COMMUNICATION
Descargar