Calle Princesa, 3 duplicado piso 5 - puerta 508 28008 MADRID Téfono: 91 559 09 44 e-mail: [email protected] LOS ARTÍCULOS DEL DOCTOR HERNÁN SILVÁN TENDINITIS DE "PATA DE GANSO" INTRODUCCIÓN Cuando Pedro corría a grandes zancadas un hormigueo que simulaba quemazón cubría la zona interna de su rodilla. Durante algunos minutos parecía que la molestia le haría pararse, pero él seguía entrenando y luego se terminaba pasando con lo que completaba su ritmo de carrera según lo previsto. Pero al salir de la ducha de los vestuarios donde se cambiaba cada tarde, aquella desazón se convertía en dolor fino e invalidante. Cada vez que flexionaba de más su rodilla, al salir del coche o al levantarse de una silla o el sofá tras permanecer corto tiempo, el dolor se mostraba franco y bien localizado. Su primera decisión fue buena. Estirar más al terminar de entrenar le disminuía esas molestias que le dejaban entrenar pero luego atenazaban en frío. También poner hielo veinte o treinta minutos, al llegar a casa, le aminoraba el dolor de su rodilla. Pero transcurridas tres semanas los entrenamientos se empezaron a resentir y, lo que era peor, también algunas actividades de su vida diaria como permanecer largo tiempo sentado mostraban la lesión en todo su esplendor. Decidió consultarme. A la exploración, la presencia de diferente temperatura en una rodilla respecto a la otra ya mostraba alguna diferencia. Igualmente era significativa la pequeña colección líquida que asomaba incipiente cerca del borde interno e inferior de la rótula, hacia la cara de dentro de su tibia. El dolor a la simple y no profunda palpación revelaba la lesión. Dicen los expertos que la manera más rápida de evidenciar una lesión músculo-tendinosa es testar el correspondiente músculo en su acción poniéndoselo difícil con nuestra resistencia contrariada. En el caso que nos ocupa conviene explorar los tres (o, en rigor, cuatro) músculos que pueden originar lesiones de sobrecarga en la cara interna de la rodilla hacia la tibia. ¿A QUÉ SE DENOMINA “PATA DE GANSO”? www.hernansilvan.com Calle Princesa, 3 duplicado piso 5 - puerta 508 28008 MADRID Téfono: 91 559 09 44 e-mail: [email protected] Se llama “pata de ganso” a la formación tendinosa que cubre la parte de dentro de la rodilla abarcando parte de la cara superior e interna de la tibia, en la pierna. El latinajo “pes anserinus” es otra denominación que aún se puede encontrar en los libros médicos y significa lo mismo. Como todo tendón es el final de un músculo, es la cuerda que éste emplea para amarrarse al hueso y tirar fuerte para (ejerciendo palanca) realizar su acción, es muy importante deslindar a quién o quienes pertenece dicho tendón. Hay un “isquiotibial” llamado semitendinoso, hay una “adductor” llamado recto interno y hay un “oblícuo del muslo” llamado sartorio que finalizan en este tridente tendinoso. El semitendinoso se origina en la tuberosidad isquiática, en su tendón común con el bíceps femoral, pero a diferencia de éste, se dirige a la parte más interna de la rodilla, donde se inserta en la parte superointerna de la tibia. Es un músculo flexor de rodilla y extensor de cadera, como el semimembranoso, al que va unido. Las lesiones de acortamiento isquiotibial tienen que ver con la posición anterior del hueso ilíaco (está en anterioridad o “in flare”) con dificultad para realizar bien la zancada al correr y dolores diversos como los de glúteo o sus inserciones. El recto interno va desde el pubis a la tibia, recorriendo toda la cara interna del muslo. Es un músculo biarticular y esto significa que actúa sobre dos articulaciones. Sobre la cadera es adductor, esto es aproxima el muslo. Sobre la rodilla es flexor. Las lesiones en que está presente son las tendinitis de pata de ganso, los descensos de la rama púbica o las eversiones ilíacas (casi siempre con posteriorización ilíaca). El músculo sartorio se extiende como una fina y robusta cuerda, desde el hueso pélvico ilíaco (por fuera) hasta la tibia en la pierna (por dentro). Su acción consiste en flexionar la rodilla y separar y rotar externamente la cadera. Es una típica posición en que las dos piernas forman un cuatro. Así permanecían largas horas los sastres y de ahí su nombre. Se lesiona cuando la pelvis está bloqueada en posterioridad y con el hueso ilíaco en eversión (“out flare”). ¿Cómo tratar las tendinitis de pata de ganso? menú www.hernansilvan.com Calle Princesa, 3 duplicado piso 5 - puerta 508 28008 MADRID Téfono: 91 559 09 44 e-mail: [email protected] Lo principal es conocer la causa que origina la inflamación tendinosa, pues es determinante que el tratamiento manual osteopático preceda cualquier intervención posterior. Así, comenzamos por tratar el músculo o músculos que hayan sido evidenciados en la exploración. El masaje con fricciones superficiales y profundas, seguido de amasamientos palmodigitales en la propia masa muscular y de amasamientos pulgares en la zona de inserción supone una buena preparación para el resto de técnicas manuales. Es interesante desfibrosar aquellas zonas de fijación tendinosa cercanas a la inserción tibial. Para ello se aconsejan las técnicas de Moneyron y Cyriax hasta conseguir poder deslizar limpiamente un pliegue rodado por dicha área. Posteriormente son aconsejables los estiramientos analíticos (en la camilla los hará durante varios días el terapeuta y se enseñarán al atleta para el día a día) de los músculos implicados en la lesión. Nunca se debería permitir seguir estirando de pie y a pata coja estos músculos, pues el desequilibrio pélvico que acarrea esta popular forma de realizarlos es nefasta para cualquier lesionado de estas zonas. Por tanto, estiraremos el semitendinoso con la rodilla auxiliar apoyada en el suelo, flexionada (ponemos algo acolchado bajo ella). La pierna estirada al frente entre ambos brazos. Suavemente nos inclinamos hacia delante. Para matizar el estiramiento lanzamos el pie hacia adelante y ligeramente volcado hacia fuera (para que tire más la parte de dentro del muslo, que es la que nos interesa estirar selectivamente) a diferencia del estiramiento para el bíceps femoral, donde el pie se volcaría hacia adentro. El típico defecto en la realización de este ejercicio es el ansia por tocarse los pies, como las bailarinas. Esto es una aberración. No estamos haciendo un ejercicio de flexibilidad articular. Nuestro objetivo es estirar un músculo, por tanto deberemos permanecer erguidos sin que el movimiento de inclinación anterior parta de nuestra espalda y sí parta de la pelvis. Volcándonos hacia delante, cual robot, empezaremos a notar la tensión agradable y no dolorosa de la zona posterior e interna de nuestro muslo y así permaneceremos unos diez o quince segundos. Estamos haciendo un ejercicio de elasticidad muscular, alargando el semitendinoso que es un músculo no una articulación. www.hernansilvan.com Calle Princesa, 3 duplicado piso 5 - puerta 508 28008 MADRID Téfono: 91 559 09 44 e-mail: [email protected] Para estirar el sartorio extendemos la rodilla, abriendo el pie apoyado en el suelo, volcando nuestro cuerpo como si fuera un isquiotibial. Respecto al plano frontal, la pierna estará cruzada en oblícuo respecto al eje del cuerpo y desde ahí buscaremos la tensión a lo largo de la cara anterior del muslo. Quién haya dicho que estirar es fácil y no cuesta mucho aprender a hacerlo bien miente como un bellaco y este ejercicio (como el de cualquier otro músculo de la pierna) es un buen ejemplo de la dificultad que entraña estirar bien. Durante años se estiró haciendo un “paso de valla” abierto en el suelo con apertura de rodilla, ejercicio peligrosísimo para el ligamento interno de esta. Para estirar el recto interno debemos pensar en su condición de adductor y realizar en el suelo la posición controlada de “mariposa” con pies casi juntos y flexión de rodillas en un ángulo bastante abierto para que reclutemos a este y no a los otros adductores. ¿Y A MODO PREVENTIVO? La principal prevención es estirar correctamente y poner hielo en la zona cuando ya notamos leves molestias. Si estas van a más deberemos visitar precozmente a un especialista. Hay que pensar que si estamos ante un problema de sobrecarga por un bloqueo de las articulaciones sacroilíacas o por un deslizamiento de una de las ramas púbicas lo único que puede ayudarnos es la visita al médico experto para que con varias maniobras osteopatías, tras tratar los tejidos blandos con masaje y técnicas desfibrosantes, nos libere ese stop articular que nosotros no podremos liberar por si mismos. Si aprendemos a estirar correctamente tenemos mucho ganado a la hora de controlar este tipo de tendinitis, que se forman pos simple sobrecarga al incrementar de pronto nuestro entrenamientos o al cambiar de zapatillas o terreno. Pero revisar la técnica de carrera tampoco vendría mal si se repiten en una misma temporada. El especialista nos debe enseñar un vendaje funcional para utilizar en la carrera durante un par de semanas, en las que bajaremos el pistón si no queremos que la incipiente lesión se convierta en algo mucho más grave. www.hernansilvan.com Calle Princesa, 3 duplicado piso 5 - puerta 508 28008 MADRID Téfono: 91 559 09 44 e-mail: [email protected] Para realizar el citado taping debemos recordar que es mejor utilizar cintas o “tapes” profesionales pues tienen la adecuada proporción de adhesivo y suelen ser hipoalérgicas. La colocación de las cintas nunca debe cortar la circulación y para ello la disposición “en teja” sin cerrar por completo con una misma tira es muy conveniente. Se de sujetar firmemente la inserción de estos tres tendones, por bajo de la rótula y en la cara interna del muslo y, luego, selectivamente la zona muscular más afectada (al menos en su tercio inferior). La aplicación de frío, previa colocación de un trapito en piel, puede durar hasta media hora y se puede realizar con bolsas de gel “ad hoc” o con una bolsa de cubitos que preparemos nosotros. Como, igualmente, podríamos hacer con una bolsa de guisantes congelados (para comer aconsejo más los frescos, ¡defendamos la huerta española!). Alas pocas semanas las molestias quemantes de nuestra atleta pasaron a mejor vida y la razón más contundente a que achacarlo fue la rápida concienciación de que lo que tenía necesitaba ayuda. Si no se hubiera desbloqueado su pelvis, los músculos seguirían cargándose y los tendones recibirían su correspondiente inflamación con el consabido círculo vicioso de “más dolor, más tensión muscular y de nuevo más dolor”. www.hernansilvan.com