curo, por cierto, conseguir un cumpli­ miento más humano de las penas, pero las dificultades son bastante grandes. Pero en ningún caso dismi­ nuiré mis esfuerzos.“ En este campo grandem ente aislado de la opinión pública sólo le queda a la diputada tom ar muy en serio su obligación de c o ntrola r el gobierno - aunque, como en Hessen, el SPD es partido de go­ bierno. „Y finalmente“ expresa Do­ rothee Vorbeck, „intento ayudar en forma privada a condenados“. „Ella ayuda en exceso", confirm an sus am i­ gos políticos. Dorothee Vorbeck es para la „nueva gen eració n “ un ejem plo de m ujer po­ liticam ente com prom etida. Ella ha lo­ grado sus funciones no a través de protección o acom odos sino que lu­ chando. Eso le ha dado amigos, pero también enemigos, tam bién al interior de la ASF, donde muchas m ujeres re­ prochan a la com pañera Vorbeck por conducta elitista, por pensar en ca­ rrera polítíca o sim plem ente porque no les gusta. Pero quien considere el trabajo de esta m ujer de 37 años, no encontrará confirm ación para esto. La fam ilia debe to lerar de tal manera intensos y perm anentes riesgos en la actividad polítíca, porque el esposo es tam bién activo m ilitante del SPD y Pascal, el hijo adoptivo, hace lo mismo en „lo s H alcones“ (die Falken = o r­ ganización juventil socialista) la fa­ m ilia se reúne en casa en raras oportunidades. „Eso“ dice Dorothee Vorbeck misma, „es a la larga una situación insostenible“. Rosi Siebold llegó en 1954 a Hannover procedente de Frankfurt. Su esposo trabaja en el sindicato industrial me­ talúrgico (I.G . M etall). Tiene dos hijos, Hanno (15) y Tom (18) que com o cole­ gíales participan en el grupo escolar de los jóvenes socialistas (Jusos). August Bebel: Tam bién a la m ujer se le exige no renunciar a la lucha. ció, y me parece que ese es el único partido que comprende los problemas de nuestra sociedad. ¿Como prosiguió? Por lo que sabe­ mos Ud. ha hecho carrera en el SPD. No, no diría propiamente carrera. No pensaba en ello. Desde 1959 he tra­ bajado activamente, no me he limi­ tado a pagar cuotas. En 1962 fui ele­ gida por los militantes como miembro de la dirección del distrito. En 1964 pase a ocupar la vicepresidencia y en 1970 la presidencia del distrito de Dornbusch. Y bien, desde 1964 soy miembro del consejo municipal. Parece muy simple, muy exento de problem as. ¿Pero es en realidad tan se ncillo llegar a ser presidente de un Bien, no es posible determinar una fecha. Ya en Hannover me interesaba la política comunal. Entre los años 1954 a 1959 seguí con interés el traba­ jo de mi marido. He escrito diversos artículos para la revista del sindicato ferroviario. . . . de 48 distritos en Frankfurt. Somos aquí en Dornbusch en cierta medida una excepción Nuestro repre­ sentante ante el parlamento regional es una mujer, la portavoz de los Jusos (jovenes socialistas) es una joven. Pero, vamos a la pregunta. Sin lugar a dudas no fue ni sencillo ni exento de problemas, asumir estas funciones. Sin embargo, tampoco diría que fue más difícil para mí que para un hom­ bre. Hace años soy militante, no me he asustado, para decirlo francamente. Muy cierto. Pero yo le digo: Dorn­ busch puede ser una excepción. Me refiero a la estructra interna. Me re­ fiero al clima en las discusiones y otras cosas. ¿En form a más precisa, desde cuando participa Ud. organizadam ente como m ilitante del Partido Social Demó­ crata (SPD)? EXPRÉS E S P A Ñ O L /A b ril 1974 En primer lugar, y siento decirlo, soy actualmente la única mujer en Frank­ furt que preside un distrito del S P D ... ¿ . .. de cuantos d istrito s . . . ? Cuando de 48 distritos sólo uno es presidida por una mujer, entonces algo no funciona. El SPD tiene alrede­ d or de 14000 m ilitantes en Frankfurt. De ellos aproxim adam ente 3500 son mujeres. ¿No cree Ud. que están subrepresentadas en los cargos? ¿Rosi, desde cuando participa Ud. ac­ tivam ente en politíca? En 1959 se me aproximo una señora que participaba en la secional del SPD en Dornbusch, ella me ganó para la Social Democracia. Sin embargo mi incorporación no fue algo tan repen­ tino, como pudiera parecer. Por el SPD estuve siempre, porque me pare­ grem io del partido. No hay en ese „p a rtid o m asculino“ que es el SPD una reacción en contra de un jefe que es una mujer? ¿Hasta donde excepción? Permanentemente atacada porlapren sa conservadora: D. Vorbeck. ¡Naturalmente no puedo informarle sobre otras organizaciones de parti­ dos, que no conozco bien. Pero yo creo que la actividad de las muejres, su actividad política, es más fuerte que en otras partes. Yo no soy aquí un ejemplar de exposición, la única „mujer política“! 23