ORACION DE LA MAÑANA 19 DE ABRIL GRACIAS Sólo para decirte gracias, cada espacio, cada encuentro, cada ser humano, sólo para cantar tu amor, en la cima de mis plenitudes y en el dolor, estás tu, siempre tu, Ilusionada en mis anhelos y mis sueños, sobreviviendo mis fracasos y mis miedos, creyendo en mí, queriéndome, junto a mí. Solo para decirte gracias, solo para reconocer que eres Dios, Solo para entonar tu nombre que me abriga, me acaricia y me levanta y soy más, y es que eres Tu, siempre Tú, porque no hay nada que yo haga si no quieres, porque mis luchas no son nada si no estás amándome, urgiéndome, viviendo en mi. GRACIAS PADRE Con profunda gratitud estamos ante ti, Padre, porque tu Espíritu mantiene viva la memoria y la presencia de Jesús en la historia, suscitando en el corazón de la humanidad, deseos sinceros de vida, de liberación. En esta mañana sentimos tu abrazo madrugador que nos envuelve y nos ha3e sentirnos pequeñas, débiles inmensamente agradecidas a la vocación No sabemos ni cómo darte tracias pero Tú, que conoces el fondo de nuestros corazones puedes leer el deseo sincero que nos habita. Señor, tú has estado grane con nostras y estamos alegres, Solo para decirte gracias, porque escuchas y haces tuyo el calor de cada pobre. Sol para alabarte siempre, porque restañas todas las heridas con tu amor, eres Tú, siempre Tú, Con voz que llama que me busca, que me apremia que me seduces y que me urge a buscarte entre mi gente, entre las calles, en mi país. Solo para decirte gracias, tu cariño que desborda y tu amor que me hace libre, sólo para entregarme a Ti, corazón de un Dios que no se cansa de amar, y es que res Tú, siempre Tú, naturaleza, tierra, patria, madre, calor, afecto, comprensión, ternura, manos unidas fraternidad, eres mi Dios. Esta experiencia queremos que ilumine nuestro encuentro, que guie nuestros pasos, que motive nuestras acciones. Impulsadas por tu fuerza te pedimos que nos hagas conocer, experimentar, “con-sentir” con el Espíritu de Nazaret que nos configura con Jesús. Que tu Espíritu nos atraiga con fuerza hacia El, que nos envía con la esperanza más activa y el amor más autentico a ser entre nuestras hermanas y entre los jóvenes testigos del evangelio de Nazaret. Santo Espíritu, alienta, impulsa, orienta todo lo que vamos a vivir, desde una profunda comunión, hacia la autenticidad del carisma. Que el encuentro con nuestras raíces, en esta época de búsqueda nos haga más creyentes del carisma, más audaces y comprometidas. Con toda la Congregación escuchamos la llamada a “Hacer nuevo el Taller” y queremos responderla con fidelidad.