Casa `okupada` para creadores invisibles

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REPORTAJE
Casa 'okupada' para creadores invisibles
Intelectuales y artistas promueven en Málaga un centro de actividad cultural
alejado de los circuitos comerciales
FERNANDO J. PÉREZ - Málaga - 08/04/2007
Mientras las estrellas del cine español entraban al Teatro Cervantes durante el pasado Festival de
Málaga, del 10 al 17 de marzo, a 300 metros de la alfombra roja, en la calle Nosquera, una de las
más degradadas del centro de la capital malagueña, daba sus primeros pasos La Casa Invisible, un
centro social okupado que pretende ofrecer "una alternativa de gestión ciudadana al modelo de
programación cultural mercantilizada". Los promotores del proyecto pretenden convertir este
edificio en desuso, propiedad del Ayuntamiento, en un "espacio público de creación", según el
investigador de la Universidad de Málaga Francisco Cabello.
La Casa Invisible no cuadra con la imagen preconcebida que se tiene de los inmuebles okupados.
Aquí no hay desconchones, ni las ratas campan a sus anchas, ni la basura desborda por los patios.
En realidad, el edificio, en el que el consistorio había planteado crear un "vivero de empresas
culturales", se encuentra en bastante buen estado. La iniciativa arrancó con el Festival de Cultura
Libre de Málaga, propuesta alternativa al Festival de Málaga de cine español. En la programación
participaron figuras reconocidas como Javier Corcuera, director del documental La Espalda del
Mundo, Pepe Rovira, premiado en el Festival de Cine de San Sebastián, además de decenas de
creadores desconocidos locales, los creadores invisibles para los que está realmente concebida la
casa de calle Nosquera 9-11. Durante los siete días que ha durado el certamen alternativo, han
pasado por La Casa Invisible unas 1.500 personas, según los organizadores, que asegurán que su
iniciativa "tiene vocación de continuidad".
El proyecto, inspirado en experiencias similares que funcionan desde hace años en otras ciudades,
como la Tacheles Kunsthaus de Berlín o el Hangar de Barcelona, cuenta con el apoyo de
intelectuales como el premio Nobel de Literatura Darío Fo, el cineasta Fernando León de Aranoa o
Kiko Veneno, que han firmado el manifiesto de adhesión a La Casa Invisible.
La idea de contar con un espacio permanente de expresión creativa ciudadana surgió el año pasado.
La plataforma Creadores Invisibles ocupó durante un día el antiguo Cine Andalucía para protestar
por su conversión en hotel. En esa ocasión participaron actores como Óscar Jaenada o Antonio
Dechent. Según Cabello, con La Casa Invisible se busca "denunciar la precariedad del sector
cultural en Málaga más allá de los eventos fugaces que no dejan huella en la ciudad". La Casa
Invisible pretende servir como espacio tanto para la exhibición, como para la producción y la
divulgación de ideas alternativas. Esta semana hay programado un debate sobre el futuro
urbanístico de los Baños del Carmen, un seminario sobre derechos sociales y una conferencia sobre
los filósofos Gilles Deleuze y Félix Guatari.
El profesor de Geografía Humana de la Universidad de Málaga Alfredo Rubio, uno de los
promotores del proyecto, destaca que en La Casa Invisible, se da una "fusión de generaciones que
ponen sobre la mesa la necesidad de este tipo de espacios frente a la cultura mercantilizada". Rubio
reivindica que "la energía social tenga carta de naturaleza" y critica la "dantesca acumulación de
museos sin planificación alguna en el centro de Málaga". Frente al modelo cultural dominado por
los circuitos mercantiles "para puros espectadores", Rubio contrapone un "cambio de modelo en el
que la gente disponga de espacios de auto-expresión".
Los promotores de La Casa Invisible reclaman ahora negociar con el Ayuntamiento de Málaga "para
que se garantice la continuidad del proyecto y su gestión social y colectiva". Temen que tras las
elecciones, el alcalde, Francisco de la Torre, retome su "vivero de empresas".
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