V SEMINARIO INTERNACIONAL LA DIMENSIÓN JURÍDICA DE LA INTEGRACIÓN

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ALADI/SEC/di 1126.11
28 de agosto de 1998
V SEMINARIO INTERNACIONAL
LA DIMENSIÓN JURÍDICA DE LA INTEGRACIÓN
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 11-12 de mayo de 1998
“Relacionamiento Jurídico-Institucional de los
Diferentes Esquemas de Integración Subregional y
su Posible Proyección con Relación al ALCA”
Expositor: Dra. Miriam García Ríos
Consultor Jurídico de la Universidad de Carabobo de Venezuela1
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Las opiniones vertidas son de responsabilidad exclusiva del expositor.
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Resulta bastante difícil opinar con criterio certero acerca de la proyección que el
Grupo Tres pueda tener en relación a la proyectada “Area de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), pues sobre ello nada está escrito, y obedecería a las estrategias
político-económicas de los gobiernos de los países que la integran, por lo que disertar
sobre ello definitivamente tiene que basarse en reflexiones de carácter académico y en
atención a los logros obtenidos por este grupo.
Como bien lo sabemos, el Grupo 3 es un acuerdo que no solo se limita al ámbito
de las relaciones comerciales. En forma mucho más ambiciosa abarca otras áreas
fundamentales de la economía como son los llamados nuevos temas “acuerdos de
nueva generación” en el comercio internacional, fundamentado en un Programa de
Liberación en base a la condición de asimetría existente en el Tratado de Montevideo.
El Tratado de creación fue suscrito el 8 de Diciembre de 1993, entra en vigor en el
año 1994, siendo importante destacar que al realizar las negociaciones los tres países
que lo conformaron, tuvieron especial cuidado en respetar los compromisos
internacionales adquiridos por cada uno en otros esquemas de integración: Venezuela
y Colombia en el acuerdo de Cartagena (Comunidad Andina) y los compromisos de
México con los Estados Unidos y Canadá en el marco del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte y por último, los compromisos de los tres países en el GATT.
Esto da como resultado que el Grupo 3 es un acuerdo absolutamente compatible con
las obligaciones adquiridas por los 3 países con la Comunidad Internacional, esto hace
que su contenido tenga definitivamente una marcada influencia en la integración de
nuestro continente y por consiguiente en las estrategias a seguir en el proceso de las
negociaciones comerciales para la formación del acuerdo de Libre Comercio de las
Américas (ALCA).
El Tratado de Libre Comercio del Grupo 3 establece en su artículo 23-03:
“Las Partes propiciarán la convergencia de este Tratado con otros acuerdos de
integración de los países latinoamericanos de conformidad con los mecanismos
establecidos en el Tratado de Montevideo de 1980”.
Como muy bien lo afirma Alberto Zelada Castedo este mecanismo como Acuerdo
de Alcance Parcial “tiene su fundamento, por una parte en la concepción misma del
modelo de integración de la ALADI el cual, a pesar de la incorporación de formas de
concentración descentralizadas, hay que entenderlo como dotado de una necesaria
vocación para la regionalización y multilateralización progresivas y, por otra, en las
normas positivas del ordenamiento jurídico básico y derivado de la Asociación”.
En este orden de ideas es importante destacar esta característica que nos
demuestra la gran importancia que la ALADI da en los acuerdos de alcance parcial y a
la convergencia a fin de poder lograr la meta de una integración regional.
En vísperas del Siglo XXI, cuando la revolución de las telecomunicaciones ha
reducido las distancias acercando los mercados y haciendo cada vez que el cambio se
opere a través del desarrollo de la competitividad, la coyuntura internacional surge de
condiciones paradójicas:
1. La urgente necesidad debido a la globalización de un acercamiento regional.
2. La amenaza de la marginación y exclusión de los menos desarrollados.
Es así, como los países de la región tienen necesariamente que buscar una
adecuada incorporación dentro de los procesos internacionales, y un importante reto
enfrenta la región tratando de hacer compatibles los diferentes acuerdos, a fin de que
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se amplíe la red de compromisos tanto bilaterales como subregionales, para poder
conformar el Area de Libre Comercio Hemisférico, según lo acordado por los 34 jefes
de Estado del Continente Americano que participaron en la Cumbre de las Américas
celebrada en Miami EE.UU. en Diciembre de 1994. El acuerdo del Grupo 3 es un
ejemplo de este proceso.
Su programa de desgravación lineal y automática a una tasa del 10% anual,
culminará en el año 2005 conformando un mercado integrado y libre.
Los países que lo integran (México, Colombia y Venezuela) tienen una población
de 150 millones de habitantes que viene a representar una tercera parte de la
población de América Latina, con un mercado -orden de magnitud- de 400 millones de
dólares que corresponden también a una tercera parte del producto interno bruto de la
región.
Es también relevante destacar que en la actualidad, tomando en cuenta todo tipo
de bienes y mercancías, el comercio que México, Venezuela y Colombia llevan a cabo
en conjunto con el mundo (240 millones de dólares), viene a representar casi la mitad
del comercio que realizan todos los países de América Latina, según se puede
desprender de un análisis emanado de Bemcomext Representación Comercial de
México-Venezuela y cuyos anexos estadísticos hemos traído por considerarlos de
interés.
El tratado de Libre Comercio del Grupo 3 al incorporar “nuevos aspectos” cuyos
mecanismos de regulación se están empezando a establecer, (inversión en el sector
de servicios, la propiedad intelectual y las compras gubernamentales), lo han
convertido en el esquema subregional de su tipo más ambicioso que han firmado
Venezuela y Colombia.
Cabe destacar por ejemplo la normativa que el Grupo 3 incluye, sobre inversiones
para facilitar el flujo de capitales con el principio de “trato nacional no discriminatorio”,
ofreciendo así un escenario bastante atractivo para nuevas inversiones entre los 3
países, en favor de una creciente integración de la base productiva que supere la
tradición estrictamente comercial.
Los productos venezolanos y colombianos han ingresado en condiciones
preferenciales y en volúmenes crecientes al mercado mexicano, el cual en el curso de
una década se ha convertido en el más grande de América Latina. A título de
referencia podemos señalar que en 1996 las importaciones mexicanas ascendieron a
casi 90 mil millones de dólares (cifra superior a la que en conjunto realizaron los
países que integran el MERCOSUR). En lo que se refiere a los exportaciones
mexicanas, estas fueron de casi 100 mil millones de dólares: 30% por encima de las
efectuadas en conjunto por los propios países del MERCOSUR.
Pese a que los países que lo integran han sufrido una serie de crisis sociales y
económicas (devaluaciones monetarias, debacle del sistema bancario, inestabilidad
cambiaria) que han hecho necesaria la aplicación de medidas restrictivas de comercio
externo, (México y Venezuela, por su parte, y la difícil coyuntura política en Colombia,
que influyó negativamente sobre la puesta en marcha del Grupo 3, los gobiernos de
los tres países han seguido avanzando en el camino de la integración.
Para finales de 1997 se registró un incremento en el intercambio comercial, el cual
se ubica en 27,9%, al sobrepasar los 3 mil millones de dólares. Son grandes pues, las
oportunidades y perspectivas de este esquema de integración.
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Existen para estos países como grupo, grandes posibilidades de
complementación, no solo para satisfacer sus mercados internos, sino para
incrementar su presencia en otros mercados. Porque las preferencias que ofrece el
tratado del Grupo 3 apenas empezará a ser aprovechadas.
Lo que queremos significar es que durante los últimos años, los tres países han
mantenido su participación en el mercado subregional (ver cuadro 3).
Partiendo de recientes informes, se podría estimar que el comercio intrarregional
del Grupo 3 que era de 3.200 millones de dólares en 1995, superará los 4.000 millones
en breves años, y que en el primer lustro del próximo siglo podría alcanzar un nivel
superior a los 5.000 millones de dólares (una tasa promedio anual -acumulativa- del
10% en el curso de los próximos cinco años).
En la reciente visita del presidente de México a Venezuela, ambos mandatarios
reiteraron su compromiso de fortalecer los lazos de amistad y cooperación existentes
entre los países que conforman el “GRUPO DE LOS TRES” y se comprometieron a
llevar acciones conjuntas con el objeto de culminar con éxito los programas
emprendidos en el marco de la estrategia y el Programa de Ejecución para el
fortalecimiento del grupo.
Pero en la actualidad nos enfrentamos a un proyecto más ambicioso: integrar
América.
El continente actualmente desarrolla múltiples procesos de negociación y
ejecución de esquemas de integración, tanto entre países como entre bloques y
Estados Unidos cuyo único tratado en el área es el de Libre Comercio con Canadá y
México (TLCAN) que entró en vigencia el 1994, tiene que ponerse al día en cuanto a la
integración con la región a fin de no ser desplazado por los competidores europeos y
asiáticos. De allí que fue a instancias de este país que se plantea el establecimiento
de un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas. Este proceso de negociación que
se inicia en la Cumbre de las Américas celebrada en Miami en 1994, compromete a 34
países del Continente a fin de concertar un área de libre comercio hemisférica para el
año 2005, desde Alaska a Tierra del Fuego, que congregará a más de 750 millones de
consumidores y unirá economías que actualmente suman un producto interno bruto de
nueve billones de dólares. Estos programas contarían con un financiamiento de 40.000
millones de dólares.
Actualmente se está recabando información sobre los avances y legislaciones en
cada tema. Se analiza la viabilidad de armonización, las convergencias y divergencias
con los acuerdos de integración subregional y finalmente de acuerdo a la información y
análisis efectuados, se deberán realizar recomendaciones sobre las vías o métodos de
negociación en cada área para poder alcanzar el ALCA.
Hasta los momentos, en el proceso de negociaciones hay posiciones sobre como
desarrollar este proceso; uno encabezado por el Brasil (MERCOSUR), el cual expresa
la necesidad de marchar paso a paso atacando sucesivas esferas concéntricas (los
distintos esquemas de integración subregional), mientras que los Estados Unidos
expresan la necesidad de una vía directa y rápida hacia el ALCA, no considerando así
los avances alcanzados en los diferentes acuerdos en marcha.
No obstante ello, este año en Belo Horizonte se acordó que en la construcción del
ALCA, los grupos subregionales mantendrán su individualidad y negociarán como
bloque las decisiones.
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Los gobiernos de la región están acordes en la posición de que en caso de que
esta negociación implique la disolución de sus esquemas de integración, rechazarán el
ALCA. Se negociarán como bloque las decisiones, y estas se tomarán por consenso.
El single undertaking (nada está acordado hasta que todo no esté acordado) es
una forma de ganar tiempo para preparar las economías latinoamericanas a las
exigencias de la mayor zona de libre comercio del mundo.
El proyecto del ALCA tendría que completar en un periodo de alrededor de siete
años la armonización del amplio conjunto de sistemas de integración, que ya han
aglutinado a otros países del Continente hacia su área de influencia, ejemplo tenemos
en los casos de Bolivia y Chile con el MERCOSUR, las negociaciones MERCOSURCOMUNIDAD ANDINA.
La ausencia de poder del ejecutivo estadounidense para negociar acuerdos por la
vía rápida (fast track), genera también una pérdida de confianza en el liderazgo
comercial de Estados Unidos y ha acelerado indirectamente los procesos de
integración subregional latinoamericano, por ello en opinión de algunos analistas, el
éxito del ALCA dependerá sobre todo de la apertura real del mercado norteamericano
a los bienes del Continente.
Para los países del Grupo 3, especialmente Venezuela y Colombia, Estados
Unidos es un socio hemisférico que no pueden desestimar y tanto en este grupo como
en la Comunidad Andina, se requiere la reflexión y definición de estrategias
compartidas respecto a las relaciones con los países del Norte a través del ALCA,
porque de ello depende en mucho el futuro de la región.
Repetimos que el avance de la integración latinoamericana, plantea el tema de la
convergencia futura de los actuales esquemas de integración y el papel de la ALADI
en esta materia.
Los países que conforman el Grupo 3 pertenecen a este acuerdo y en fiel
cumplimiento a los objetivos declarados en el Tratado de Montevideo en cuanto a la
meta común de la integración de toda la región latinoamericana, están en posibilidad
de establecer negociaciones, que respetando los compromisos existentes (ALADI,
GATT, OMC) sirvan para fortalecer sobre bases sólidas y justas la amistad y
cooperación en la región hemisférica y su participación activamente en las
negociaciones del ALCA.
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