Recursos Naturales Estratégicos, Geopolítica y Desarrollo en América Latina Docentes Mg. María Julia Arango Mg. Gustavo Omar Lahoud María Julia Arango. Licenciada en Ciencia Política (UBA). Magister en Relaciones Internacionales Europa- América Latina (UNIBO). Consultora en el tercer sector. Investigadora (UNIBO) y profesora (USAL). Mg. Gustavo Omar Lahoud. Licenciado en Relaciones Internacionales (USAL). Magister en Defensa Nacional (EDENA). Asesor legislativo en política exterior y energía. 1 1. Fundamentos En América Latina los recursos naturales tradicionalmente han tenido un rol importante para el desarrollo económico. En la presente coyuntura internacional la dinámica de los cambios vinculados a la acción de una serie de actores en lo que respecta a la problemática de los recursos naturales, hace que sea fundamental observar este proceso en orden a describir y comprender las características particulares del mismo. En efecto, en el contexto internacional actual marcado fuertemente por la escasez, los recursos naturales estratégicos cobran especial relevancia geopolítica y geoeconómica. Para muchos países de América Latina, los recursos naturales y las materias primas vuelven a tener un lugar estratégico para sus economías y su perspectiva de desarrollo a futuro. El objetivo fundamental de esta presentación es comprender la importancia de los recursos naturales estratégicos en términos geopolíticos y en función del desarrollo de la región latinoamericana. Para ello se buscará conceptualizar la problemática de los recursos naturales, analizar las diversas visiones sobre el desarrollo y comprender la multidimensionalidad que la temática implica, con miras a la formulación de políticas públicas efectivas, que tengan en consideración la variedad de aspectos y actores involucrados en la misma. Se analizarán las principales tendencias en la actual coyuntura internacional que impactan en la región, como el surgimiento de China, los dinámicos integrantes del BRICS, y otras potencias emergentes con presencia en la región y el fuerte interés y creciente participación que estos actores demuestran tener en Latinoamérica, que tradicionalmente ha sido área de influencia estadounidense. Por todo ello, resulta de importancia conocer los actuales debates y acontecimientos en torno a la temática de los recursos naturales y su análisis en términos estratégicos, geopolíticos, económicos y de desarrollo. 2. Objetivos • Relevar el marco teórico imprescindible sobrelos recursos naturales y fundamentar su carácter estratégico. • Desarrollar los conceptos y dimensiones de análisis clave para abordar la temática. • Identificar los principales recursos naturales estratégicos existentes en América Latina. • Analizar el contexto internacional actual y la incidencia de actores globales y regionales. 2 • Conocer el panorama geopolítico actual de la región latinoamericana. • Indagar en las distintas visiones sobre el desarrollo de la región y la gestión de los recursos naturales estratégicos: liberal, desarrollista, comunitarista, etc. • Identificar los actores involucrados en el análisis de los recursos naturales estratégicos. • Identificar áreas de interés potencial para el desarrollo de políticas públicas orientadas a la gestión de recursos naturales estratégicos en América Latina. 3. Desarrollo El abordaje inicial de la problemática de los recursos naturales en América Latina parte de una imprescindible contextualización teórica, a partir de la cual se identifican las dimensiones conceptuales fundamentales. En tal sentido, partimos de algunas preguntas significativas que, desde el punto de vista metodológico, pretenden ser una guía para un abordaje ordenado a la problemática. ¿Qué entendemos por recurso natural estratégico? ¿Qué aspectos y/o características confieren a determinado recurso el carácter estratégico? ¿Existe un listado de recursos que deben ser considerados como tales? ¿Podría hablarse de una categorización en base a ciertas características inherentes al recurso? Un primer aspecto a señalar es la díada abundancia/escasez. Desde esta perspectiva, un recurso concreto podría ser estratégico o no en función de una determinada dotación, en un contexto geográfico limitado y bajo determinadas premisas que marcan su carácter crítico.1 En este sentido, pueden adoptar la condición de estratégicos, aquellos recursos que “son escasos o vitales para el desarrollo de la actividad económica y el mantenimiento de vida de un país”.2 Asimismo, un determinado recurso podría ser más abundante en relación a distintos entornos geográficos -lo cual implicaría que hay una distribución desigual y/o concentrada del mismo- y adquirir su condición de estratégico por su grado de acumulatividad3 en relación a otros recursos existentes. Es decir, si el recurso en cuestión habilita la adquisición de otros bienes o activos fundamentales para la consolidación del poder relativo de un actor concreto en el escenario regional y/o internacional. 1 Battaleme, Juan; “La Geopolítica de los Recursos Naturales Estratégicos: Del mito a la realidad”, Revista de la Escuela Superior de Guerra, Buenos Aires, 2011. 2 De Paula, Gabriel; “Los recursos naturales como factor de conflicto”, Programa de Estudios Recursos Naturales y Desarrollo. Working Paper N°1, Centro A rgentino de Estudios Internacionales, Buenos Aires, 2004. 3 Battaleme, Juan, op. Cit. En este caso, el autor toma el concepto de acumulatividad, desarollado por Stephen Van Evera, en su trabajo “Causas de la Guerra”, Cornell University Press, 1999. 3 A su vez, esta particular configuración en la que la dimensión espacial del recurso adquiere relevancia, se vincula con otras aristas que llevan al control que un actor -léase Estado-Nación- intenta consolidar, en función de determinados intereses, como la preservación e integridad del recurso y la búsqueda de seguridad en el acceso a ese recurso en escenarios de posible explotación de los mismos. Por su parte, existe una dimensión temporal asociada a la particular situación del recurso en un contexto socio-político y económico determinado, que lo convierte en un medio fundamental para contribuir a la generación de riqueza y crecimiento económico de una comunidad humana.4 En este sentido, nos preguntamos cómo impacta el desarrollo tecnológico en la apreciación sobre el carácter de estratégico que adquiere un recurso.5 Esta última situación supone el despliegue de determinadas capacidades extractivas y regulatorias por parte de un actor concreto en un contexto geográfico limitado, lo cual podría impactar sobre la integridad y preservación del recurso, su suministro estable en el tiempo y su carácter de renovable o no. Esto resulta fundamental en el contexto imperante, donde para que cada actor logre sus objetivos, es importante la identificación de escenarios proclives a la cooperación o al conflicto en cuanto al control y el acceso a los recursos, de acuerdo al accionar de los otros actores del Sistema Internacional. Estas situaciones podrían generar entornos geoeconómicos y geopolítcos muy variados, que podrían habilitar desde instancias de cooperación activa entre los actores en función de criterios comunes de acción sobre los recursos, hasta estrategias de denegación de acceso, si es que priman lógicas confrontativas. Estos escenarios de cooperación y conflicto adquieren relevancia especial ante la existencia de recursos naturales compartidos, en donde las mutuas percepciones son fundamentales en el análisis de las dimensiones espacio-temporales que realiza cada uno de los actores involucrados.6 Por su parte, el aspecto relacionado con la integridad y el carácter de renovabilidad del recurso, lleva a plantear la problemática de su protección, combinación de factores que podrían asumir un carácter estratégico en función de los condicionamientos de la coyuntura. Por otro lado, el conjunto de temas relativos al análisis de los recursos naturales, tal como la abundancia/escasez, el control, el acceso y la preservación, su ubicación geográfica y su vínculo con otros recursos, reflejan atributos propios de la soberanía de un actor determinado. La misma se contextualiza en un proceso dinámico, cambiante y no exento de conflictividad. Hacia el frente externo, la soberanía se expresa en el campo de la geopolítica, y hacia el frente interno planificación de políticas públicas vinculadas al uso 4 Derghougassian, Khatchik; “Desarrollo, Protección y Defensa: Los recursos naturales en perspectiva estratégica”, en Bloch, Roberto, Cuadernos de Geopolítica N°1, Editorial Ad Hoc, Buenos Aires, 2013. 5 Battaleme, Juan, op. Cit. 6 Battaleme, Juan, op. Cit. 4 de recursos naturales en función de objetivos ligados al crecimiento económico y el desarrollo de la comunidad.7 En efecto, nos preguntamos si los atributos propios de la soberanía de un actor (capacidad de control, autoridad, regulación y extracción), que definen tipos diversos de soberanía en términos de Krasner8 y que se vinculan con el Estado-Nación westfaliano, son suficientes para describir y comprender la complejidad de las múltiples dimensiones, intereses y percepciones que intervienen en la gestión de los recursos naturales en un determinado contexto espacial y temporal. Asimismo, la existencia de ámbitos geográficos de alta tendencia a la conflictividad entre actores en función del logro de mayores capacidades relativas de acceso y control sobre recursos considerados estratégicos9, pone en el centro de la escena la factibilidad de escenarios bélicos abiertos o implícitos en su despliegue, y que pueden tener alcances locales y regionales de difícil capacidad de previsión.10 Pero, por otro lado, la existencia de procesos cooperativos abiertos entre diversos actores de alcance regional podría generar los incentivos para que la competitividad, las inversiones, el comercio internacional y la búsqueda de mercados externos sean predominantes en la apreciación estratégica de los mismos. En este contexto, podríamos estar ante juegos de suma variable, donde todos los actores ganan. Pero también pueden presentarse escenarios de alta conflictividad, proclives a juegos de suma cero. Estos casos, ¿necesariamente se cristalizan en enfrentamientos armados directos? Estas reflexiones se plasman en el debate sobre si los estados van a la guerra por los recursos considerados estratégicos. Una amplia bibliografía ha tendido, en los últimos tiempos, a resaltar la existencia de una mayor probabilidad de que surjan conflictos bélicos derivados de la competencia por recursos naturales estratégicos, ante la creciente escasez y demanda de los mismos. Sin embargo, algunos autores como Richard Rosencrance, afirman que los niveles de interdependencia que los actores presentan en la actualidad desincentivan las posiciones más abiertamente belicistas en torno a los recursos. Hoy en día sería más conveniente y más probable, por ende, que los conflictos se diriman mediante vías que no impliquen la guerra directa, como el comercio y el control económico11, lo que tornaría más improbable el uso de la herramienta militar. 7 Derghougassian, Khatchik, op. Cit. Krasner, Stephen; Soberanía; una hipocresía organizada, Ed. Paidos, Buenos Aires, 1999. 9 Klare, Michael; Guerras por los recursos. El futuro escenario del conflicto global, Urano Tendencias, Barcelona, España, 2003. 10 Klare, Michael, op. Cit. 11 Rosecrance, Richard y Collins, Randall; “The Rise of the Trading State: Commerce and Conquest in the Modern World”, American Journal of Sociology, Vol. 92, No. 3, 1986. 8 5 Considerando la complejidad del contexto actual, las visiones extremas, sean economicistas o militaristas, demuestran tener limitada capacidad descriptiva y explicativa. Por otro lado, la cuestión de la soberanía en relación a los recursos naturales estratégicos en el frente interno se vincula con la gestión de los recursos a través de políticas públicas para el desarrollo. En este sentido, resulta fundamental introducir las cosmovisiones existentes sobre el desarrollo en nuestra región latinoamericana y su vínculo con los recursos y los desafíos planteados a nuestras comunidades en clave geopolítica y geoeconómica. Desde la óptica de la CEPAL, definimos la gestión de los recursos naturales como “el conjunto de políticas soberanas de los países sobre la propiedad, apropiación y distribución de los recursos naturales, para maximizar su contribución al desarrollo con criterios de sustentabilidad”12. Esta concepción supone una planificación y formulación integral de la problemática, considerando las diversas dimensiones analíticas involucradas en el proceso de toma de decisiones sobre los recursos naturales. En efecto, las dimensiones identificadas son las siguientes: • Dimensión estratégico-política: la problemática de la planificación del uso, preservación y control de los recursos. • Dimensión económica: la problemática del uso eficiente y racional de los bienes comunes y su vinculación con el desarrollo • Dimensión socio-ambiental: el problema de la sostenibilidad y su vínculo con las presentes y futuras generaciones. • Dimensión científico-tecnológica: la problemática de la innovación y el vínculo de la ciencia y tecnología con el usufructo de los bienes naturales • Dimensión geopolítica-militar: la existencia de bienes naturales en un contexto de puja creciente por control de recursos escasos. • Dimensión cultural: consideración sobre usos, hábitos, apropiación del territorio, la construcción de memoria. • Dimensión normativa: la problemática de los regímenes económicos y de propiedad de los recursos y la regulación como política estatal estratégica. Por otra parte, el contexto internacional actual, presenta una extraordinaria valorización de los precios internacionales de los recursos naturales (commodities), traccionados por la creciente demanda de países emergentes. Este tendencia, unido al contexto socio-político 12 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); Recursos naturales: situación y tendencias para una agenda de desarrollo regional en América Latina y el Caribe, Santiago de Chile, 2013. 6 y económico imperante desde comienzos del Siglo XXI en la región latinoamericana, ha permitido generar tasas de crecimiento significativas e ingresos de divisas que han impactado en los presupuestos públicos de los gobiernos latinoamericanos.13 Esto ha motivado la implementación de políticas de recuperación de control público en áreas consideradas estratégicas y de redistribución de ingresos y reparación. En simultáneo, se ha generado un escenario de creciente conflictividad en el que los debates sobre la problemática del desarrollo, el tipo de modelo productivo relacionado con la explotación de los recursos naturales y los desafíos económicos, socio-ambientales y geopolíticos que este derrotero implica, constituyen aspectos centrales de la agenda política regional latinoamericana actual.14 Justamente, la problemática del desarrollo, uno de los ejes fundamentales del abordaje propuesto, ha adquirido una centralidad en los debates económicos, sociales y políticoinstitucionales desde el período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. Ésta abarcó no sólo al Occidente de la Alianza Transatlántica (Estados Unidos y Europa Occidental), sino también Asia, África y América Latina. Estas regiones, desde mediados de los años ’50, comenzaron a poner el foco en los procesos de crecimiento económico y desarrollo a partir de enfoques que reivindicaban el mayor margen de autonomía en la acción política y un creciente rol de los Estados en la conducción de los procesos. En América Latina, tras experimentar procesos económicos que han sido caracterizados como stop and go (crecimiento combinado con recesión), comenzaron a surgir reflexiones que giraban en torno a la siguiente pregunta: ¿cómo salir de los habituales ciclos de expansión y retracción que nos tornan vulnerables?15 En ese contexto, la impronta de la Organización de las Naciones Unidas, junto a organismos regionales como la CEPAL -transformada en portavoz fundamental de las visiones desarrollistas-, fue muy relevante en las reflexiones sobre la problemática del desarrollo. Más tarde, hacia 1987, surgió el denominado Informe Bruntland, que instala la noción de desarrollo sustentable, que es aquel que “satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.16 Aquí aparecen señaladas tres dimensiones concretas del fenómeno del desarrollo: la económica, la social y la ambiental, lo que implicó poner en la agenda global la cuestión de la sustentabilidad del medio ambiente, lo cual ya se había concretado a partir de 13 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), op. Cit. Svampa, Maristella; “Pensar el desarrollo desde América Latina”, en Renunciar al bien común. Extractivismo y (pos)desarrollo en América Latina, Mar Dulce, Buenos Aires, 2012. 15 Acosta, Alberto; “El Buen Vivir en la senda del posdesarrollo”, en Renunciar al bien común. Extractivismo y (pos)desarrollo en América Latina, Ed. Gabriela Massuh, Mar Dulce, Buenos Aires, 2012. 14 16 http://www.un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml 7 1972 con la fundacional Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, realizada en Estocolmo.17 Una similar evolución conceptual en la problemática compleja del desarrollo fue paulatinamente adoptada en otros ámbitos y organismos internacionales. Es así que, en los últimos cuarenta años, la dimensión medioambiental asociada al estudio más complejo de los procesos del desarrollo y de la gestión de recursos naturales, se consolidó como un elemento novedoso, que ha impactado de diversas maneras en los actores de la comunidad internacional. En este sentido, en la región latinoamericana conviven tres grandes paradigmas o cosmovisiones sobre la problemática de los recursos naturales y su vínculo con el desarrollo, que impactaron de manera diferencial en la gestión de la economía y la sociedad. • Desde una concepción extractivista promercado18, la cuestión central es maximizar la explotación de los bienes, en el menor tiempo posible para asegurar la captación de mayores niveles de renta. Estos procesos se condicen con esquemas laxos de regulación desde el poder estatal. • Desde una concepción extractivista regulatoria19, se habla de la pertinencia de enfoques basados en mayores regulaciones desde las esferas estatales, que operan sobre los regímenes económicos, de propiedad y sobre las reglas de juego a los efectos de captar rentas extraordinarias. La problemática de la sostenibilidad de estos esquemas y su relación con los procesos de acumulación, es un asunto crucial. • Desde una concepción comunitaria20 de los bienes naturales, se piensa fundamentalmente en mecanismos transicionales de transformación de nuestras economías, caracterizadas por su estructural dependencia de actividades económicas extractivas generadoras de rentas extraordinarias. En ese sentido, la pregunta sobre cómo salir de los habituales ciclos de expansión y recesión que nos dejan siempre con las mismas vulnerabilidades, resulta central21. Y en ello, el objetivo estratégico de nuestros países en pos de conocer sus vulnerabilidades y fortalezas, a través de la paulatina construcción de un sistema de información común, debería ir de la mano de un rediseño integral de nuestros esquemas de desarrollo y producción económica. 17 Lanús, Archibaldo; De Chapultepec al Beagle, Ed. El Ateneo, Bs. As, 1984. Svampa, Maristella, op. Cit. 19 Svampa, Maristella, op. Cit. 20 Svampa, Maristella, op. Cit. 21 Acosta, Alberto; “El Buen Vivir en la senda del posdesarrollo”, en Renunciar al bien común. Extractivismo y (pos)desarrollo en América Latina, Ed. Gabriela Massuh, Mar Dulce, Buenos Aires, 2012. 18 8 Estos debates complejos cruzan no sólo concepciones valóricas, políticas, ideológicas y metodológicas diversas, sino que interpelan en forma permanente a los diversos actores Estados nacionales, comunidades locales, corporaciones privadas, grupos de interés, pueblos originarios- en lo que respecta a las propias capacidades de intervención soberana de los Estados en función de los distintos modos de desarrollo en pugna en los procesos de planificación de gestión de recursos naturales. Asimismo, este entramado de actores e intereses divergentes proyecta escenarios de acciones político-institucionales que generan lo que, en términos de Matus, designamos como situaciones22. En estos escenarios es posible identificar áreas de oportunidades, desafíos y amenazas que provienen desde los ámbitos espaciales locales, regionales y mundiales. Todo esto hace imprescindible la elaboración de complejas lecturas de orden geopolítico23, que permitan poner en valor las potencialidades de áreas geográficas concretas en función de una planificación integral de los recursos naturales. Desde esta óptica, la dimensión geopolítica involucra no sólo el análisis de la cuestión territorial y espacial, sino también las percepciones e intereses de los distintos actores que intervienen en la problemática de los recursos naturales: desde las comunidades locales y los Estados nacionales en sus diversos niveles de gobierno (regional, provincial, local), hasta empresas trasnacionales y actores extrarregionales.24 Todos estos elementos hablan de la complejidad que implica la problemática de la gestión de los recursos naturales. De hecho, es importante señalar la existencia de procesos de interrelación entre recursos físicos de distintas características. La explotación de un recurso, ¿genera externalidades que impactan en la integridad y protección de otro recurso? ¿Existen criterios objetivos, cuantificables, que podrían dar cuenta de esa vinculación? Si es así, ¿cómo juegan las percepciones de los actores involucrados en la problemática de la gestión de un recurso concreto? En este sentido, resulta importante analizar si los actores y decisores políticos orientan su acción considerando la trama de dimensiones involucradas a la hora de formular las políticas públicas sobre los recursos naturales y las implicancias que las mismas traen aparejadas. A partir del esquema descriptivo y explicativo elaborado en el presente proyecto de investigación, estimamos que resultaría relevante enfocar y evaluar las mencionadas acciones a partir de ciertos criterios ordenadores. • Criterio de suministro/abastecimiento: importante en el corto plazo, insuficiente en perspectiva de planificación estratégica. 22 Ver Matus, Carlos; Teoría del Juego Social, Colección Planificación y Políticas Públicas, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 2007. 23 Sorj, Bernardo y Fausto, Sergio (comp.); “América Latina: transformaciones geopolíticas y democracia”. Colección El Estado de la Democracia en América Latina, Siglo XXI, Buenos Aires, 2010. 24 Borón, Atilio; América Latina en la Geopolítica del Imperialismo, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires, 2013. 9 • Criterio de estabilidad/perdurabilidad: garantía de flujos de suministros en el mediano plazo, insuficiente en perspectiva de planificación estratégica. • Criterio de sostenibilidad medioambiental: formulación y evaluación de proyectos en función de su carácter eficiente, racional y sostenible para el entorno medioambiental. Imprescindible para el largo plazo. • Criterio de accesibilidad: los bienes naturales comunes y su acceso igualitario como derecho humano inalienable. Imprescindible en el mediano y largo plazo. • Criterio de autonomía y margen de maniobra: la importancia de asegurar márgenes de acción y decisión propios en todo proceso de uso de bienes naturales y la importancia del espacio de la integración regional. En una perspectiva integral, los mencionados criterios de análisis podrían inducir el cruce de las problemáticas de la soberanía, el desarrollo y los desafíos geopolíticos en los complejos procesos de gestión de los recursos naturales, cuya dinámica espacial y temporal difícilmente pueda ser captada en todas sus dimensiones desde un ámbito específico de descripción. Desde la particular configuración descriptiva y analítica sugerida, y en orden a encarar un relevamiento ordenado de la problemática en estudio, resultará fundamental la descripción de los recursos naturales estratégicos que conforman el mapa de la compleja y diversa geografía latinoamericana. Así, el conjunto de recursos naturales sobre los que se orienta la investigación descriptiva inicial, está conformada por los hidrocarburos, los minerales metalíferos y no metalíferos, los recursos hídricos, el suelo y la biodiversidad. En todos estos casos resulta prioritario poner la mirada exhaustiva en términos de la identificación de las características que hacen de estos recursos, bienes estratégicos en función de las herramientas conceptuales previamente desarrolladas. A su vez, en el plano de las particulares configuraciones de actores que influyen en territorios concretos en función de sus intereses y percepciones, resultará fundamental identificar la naturaleza, el ámbito y alcance de las acciones llevadas a cabo por los mismos. Así, se orienta la mirada tanto a los actores estatales tradicionales en sus distintos niveles de gobierno -nacional, provincial y/o departamental, municipal-, como a los actores regionales -espacios de concertación, cooperación e integración vigentes en la región latinoamericana-, e internacionales- potencias emergentes y actores de proyección de poder regional y mundial. Asimismo, en cada trama de la complejidad descrita, existen otras constelaciones de actores transnacionales y subnacionales que intervienen en las situaciones concretas, desde entidades corporativas empresariales y sindicales-, comunidades locales involucradas, pueblos originarios, sociedad civil en general. 10 4. Algunas precisiones metodológicas. En el marco del proyecto de investigación descrito, resulta pertinente articular algunas precisiones de orden metodológico que guían la estructura lógico-conceptual y teóricoempírica del mismo. En primer lugar, la metodología de esta investigación es cualitativa y su objetivo es la extracción de inferencias descriptivas y explicativas que permitan comprender más acabadamente la problemática de los recursos naturales estratégicos en América Latina, las distintas concepciones ligadas al desarrollo y a la elaboración de modelos de gestión pública de los recursos y las cosmovisiones geopolíticas existentes en el complejo entramado de actores participantes. En tal sentido, se señala que “la inferencia es un proceso en el que se utilizan hechos que conocemos para aprender sobre los que desconocemos”.25 A su vez, la inferencia descriptiva puede definirse como “…un proceso mediante el cual se comprende un fenómeno no observado a partir de un conjunto de observaciones…”26, mientras que una inferencia de tipo causal (explicativa) es la que permite conocer efectos causales a partir de los datos observados.27 Asimismo, a través del método cualitativo, se busca realizar un análisis multidimensional en profundidad y fuertemente vinculado a los contextos sociales, políticos, económicos, geopolíticos, medioambientales, normativos y culturales reinantes, lo cual permite comprender de manera más flexible y dinámica el conjunto del proceso de conocimiento ligado a la temática planteada.28 Por su parte, resulta metodológicamente significativa la identificación tanto de diagnósticos complejos y objetivos sobre la realidad observada, como los análisis de tipo situacional que los actores involucrados en los procesos descritos realizan. Es decir, el intento de describir y comprender estos fenómenos vincula, necesariamente, el conocimiento científico -un diagnóstico determinado- sobre un objeto de estudio, con las motivaciones, valores, intuiciones o creencias de los actores protagonistas de los procesos observados. En tal sentido, las dos dimensiones referidas conforman lo que denominaríamos la explicación situacional29 de una acción concreta, en un contexto institucional, político, socio-económico y geopolítico determinado. 25 King, Gary, Keohane, Robert y Verba, Sidney: El diseño de la investigación social. La inferencia científica en los estudios cualitativos. Ciencias Sociales, Alianza Editorial, Madrid, 2000, p. 57 26 King, Gary, Keohane, Robert y Verba, Sidney: op. Cit. p. 66. 27 Ver King, Gary, Keohane, Robert y Verba, Sidney: op. Cit. 28 Ver Sautu, Ruth y otros: Manual de metodología. Construcción del marco teórico, formulación de los objetivos y elección de la metodología. Colección Campus Virtual CLACSO Libros, Buenos Aires, diciembre de 2005. 29 Ver Matus, Carlos; op. Cit. 11 5. Referencias bibliográficas - Acosta, Alberto (2012). “EL Buen Vivir en la senda del posdesarrollo”, en Renunciar al bien común. Extractivismo y (pos)desarrollo en América Latina, Ed. Gabriela Massuh, Mar Dulce, Buenos Aires. - Battaleme, Juan (2011). “La Geopolítica de los Recursos Naturales Estratégicos: Del mito a la Realidad”, Revista de la Escuela Superior de Guerra. Buenos Aires (577): 101-115. - Borón, Atilio (2013). América Latina en la Geopolítica del Imperialismo, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires. - Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Recursos naturales: situación y tendencias para una agenda de desarrollo regional en América Latina y el Caribe, Santiago de Chile, 2013. - De Paula, Gabriel (2004). "Los recursos naturales como factor de conflicto”, Programa de estudios Recursos Naturales y Desarrollo. 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