Los intereses remuneratorios y moratorios en las operaciones de crédito en Colombia: una diferencia conceptual mas no real. Observando el sistema financiero Colombiano, podemos identificar cómo en los últimos años la confianza en el sistema se ha ido perdiendo progresivamente, en especial al bancario, puesto que el ciudadano común no puede identificar la seguridad alguna en él en donde se le den garantías de justicia e información; pero, para los usuario, resulta aún más importante que se demuestre un real beneficio económico. Pese a los esfuerzos realizados por el legislador, por medio de la expedición de los estatutos del consumidor financiero1 y de protección al consumidor2, a nuestro parecer estos no representan una solución a la problemática expuesta porque son medidas que, si bien pueden volver el sistema más justo para el usuario o cliente, no solucionan problemas de fondo que encuentran su origen en el Código de Comercio. Así las cosas, el presente escrito pretende hacer un acercamiento a la realidad de los intereses tanto moratorios como remuneratorios en Colombia, analizando qué tan acertada ha sido la interpretación que se ha dado en el artículo 884 del Código de Comercio. Para ello, en primer lugar (I) se abordará de manera superficial lo que se entiende por interés, tanto remuneratorio como moratorio; en segundo lugar, (II) la solución tomada por las entidades autorizadas; en tercer lugar, (III) analizar la pertinencia de las soluciones dadas por las autoridades; en (IV) cuarto lugar dando una solución, que ha nuestro juicio, sería la más acertada y; por último, (V) presentando una serie de conclusiones. I. El interés, según la doctrina, es entendido como “[…] la contraprestación, el pago de un rédito […]”3 por la utilización de un “[…] bien patrimonial […]”4. En cuanto a los intereses 1 Colombia, Congreso de la republica, ley 1328 del 2009 Colombia, Congreso de la Republica, ley 1480 de 2009 3 Ospina Fernandez, Guillermo, Régimen General de las Obligaciones, Temis, Bogota. 2008, P. 281. 2 remuneratorios, son “[…] los que devenga un crédito de capital, mientras el deudor no está obligado a restituirlo, generalmente mientras dicho deudor está legitimado para mantenerlo en su poder [:..]”5. Por último los moratorios son los que el deudor deba pagar como “indemnización de perjuicios desde el momento que se constituya en mora de pagar”6 un capital. II. Habiendo esclarecido lo anterior, proseguimos a describir la estructura del artículo 884 del Código de Comercio colombiano el cual establece que “[c]uando en los negocios mercantiles haya de pagarse réditos de un capital, sin que se especifique por convenio el interés, éste será el bancario corriente; si las partes no han estipulado el interés moratorio, será equivalente a una y media veces del bancario corriente y en cuanto sobrepase cualquiera de estos montos el acreedor perderá todos los intereses, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 72, Ley 45 de 1990. Se probará el interés bancario corriente con certificado expedido por la Superintendencia Bancaria.” Del análisis de este artículo se desprenden dos hipótesis7: en primer lugar, que el interés remuneratorio no podrá superar el Interés Bancario Corriente y que, respecto al moratorio, no podrá superar una vez y media al bancario; como segunda hipótesis encontramos que ni el interés moratorio, ni el remuneratorio, pueden ser superiores a una y media vez, eliminando así cualquier tipo de distinción entre uno y otro en cuanto de la cobranza a realizar por el banco, puesto que por razones prácticas y económicas, es más rentable para el banco cobrar ambos intereses con la 4 Ospina Fernandez, Guillermo. Ob. Cit. Ibídem. 6 Ídem. 7 Hipótesis que no se le aplica a los créditos de vivienda, ya que el artículo 19 de la ley 546 de 1999, creo un régimen especial para este tipo de créditos, sin embargo este tema no hace parte de este escrito. 5 base de una vez y media el bancario corriente8, situación que ha sido explicada por medio de un ejemplo por la superintendencia financiera de la siguiente manera: Un ejemplo ilustrativo de lo anterior lo constituiría el cobro para el mes de marzo de 2002 de una tasa de interés: sea remuneratorio o moratorio, sea superior al 31.46% efectivo anual, límite que se obtiene de adicionar al interés bancario corriente, certificado por este Organismo para dicho mes en 20.97% efectivo anual (Res. 239/02), el 50% o la mitad del mismo, o sea el 10.49% efectivo anual9. Una vez establecidas las hipótesis del artículo 884, respecto a la segunda de ellas debe ser dicho, en primer lugar, que es totalmente desacertado puesto que se ha abandonado el sistema de diferenciación entre la hipótesis del cumplimiento y de la mora, es decir, al momento de establecer un sistema que en la práctica no diferencia entre un interés y otro, se ha perdido por completo el contraste conceptual entre el interés remuneratorio y el interés moratorio. Con dicho yerro se desconocen los derechos de los usuarios del sistema financiero, puesto que impide que estos diferencien, económicamente hablando, si lo que se está pagando en intereses es por causa de un incumplimiento o por réditos de la tenencia del dinero10. 8 Tesis expuesta en Cololombia, Corte Suprema de justicia, Sala de Casación Civil, 19 de noviembre de 2001, magistrado ponente Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo, expediente 6094. Expone literalmente: “(…)Al tenor del artículo 884 Código de Comercio, modificado por el artículo 111 de la Ley 510 de 1999, tratándose de negocios jurídicos mercantiles en los cuales deban pagarse réditos de un capital, en ausencia de estipulación, el interés remuneratorio “será el bancario corriente”, el moratorio de “una y media veces el bancario corriente y en cuanto sobrepase cualquiera de estos montos el acreedor perderá todos los intereses, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 72 de la Ley 45 de 1990”. La confusa redacción del precepto ha propiciado interpretaciones disimiles cuyo análisis singular no es pertinente en el sub examine, bastando advertir que parte de la indiscutible ausencia de estipulación por las partes de la tasa de interés remuneratorio, moratorio o de ambos, quienes en ningún caso podrán acordar una tasa cualquiera sea por encima del tope de usura, esto es, que exceda en la mitad el interés bancario corriente (Código Penal, art. 305) como ha expresado la Sala en forma reiterada” 9 Colombia, Superintendencia Financiera, concepto 2002011400-1, 22 de marzo de 2002. 10 Para constatar esta situación, véase el aparte de créditos personales, así se podrá constatar que no hay diferencia alguna entre en interés efectivo anual y el moratorio. Tarifas, 01/10/2012, Recuperado el día 31 de octubre del 2012, https://linea.davivienda.com/opencms/export/sites/default/davivienda/DocumentosVarios/TASAS_y_TARIFAS.pdf Así las cosas, consideramos que la problemática radica en haber omitido la diferencia conceptual entre una clase de interés y otra, situación generada por la ambigüedad del artículo 884, la cual en nuestra percepción es una interpretación errada de la voluntad del legislador. En la totalidad del Decreto 410 de 1971 se hace una clara diferenciación conceptual entre ambas figuras, ejemplo claro seria el mismo artículo 884, que de no ser de esta manera, sencillamente se hubiese limitado a decir que en ningún caso los intereses sin importar el tipo que sean, podrían superar en vez y media el interés corriente bancario, situación que no se concibe de esta manera, puesto que en un primer lugar, describe el tratamiento al remuneratorio y, en un segundo lugar, el tratamiento a seguir en caso de interés moratorio, el error esta cuando al concluir la frase dice “[…] y en cuanto sobrepase cualquiera de estos montos el acreedor perderá todos los intereses[…]” dando cabida a una interpretación amplia respecto a la fijación de los intereses; ahora bien. Siguiendo una interpretación sistemática del código podemos ver como el artículo 883, también hace una referencia aparte entre los intereses de cómo se debe proceder ante los intereses de mora, dice textualmente: “PAGO DE INTERESES LEGALES COMERCIALES EN CASO DE MORA. Derogado por el artículo 99, Ley 45 de 1990: El deudor estará obligado a pagar los intereses legales comerciales en caso de mora y a partir de ésta, como se determina en el artículo siguiente.” De no haber querido hacer diferenciación entre los intereses, para que tomarse el trabajo de hacer un artículo que dice textualmente bajo qué situación se está obligado a pagar un tipo de interés en especial, cabe decir que, de igual manera encontramos esta diferenciación en otra serie de artículos, entre los cuales se encuentra el 72 de la ley 45 de 199011, entre otros. En conclusión, 11 Este dice textualmente: “Sanción por el cobro de intereses en exceso. Cuando se cobren intereses que sobrepasen los límites fijados en la ley o por la autoridad monetaria, el acreedor perderá todos los intereses cobrados en exceso, remuneratorios, moratorios o ambos, según se trate, aumentados en un monto igual. En tales casos, el deudor podrá es la ambigüedad tantas veces mencionada el problema del que padece el plexo normativo y mina la confianza de los usuarios ante el sistema. III. En opinión del autor, la solución más acertada a este problema sería la corrección de la referida norma mercantil, sea sustituyéndola por una redacción inequívoca, clara, diáfana que otorgue la faltante seguridad a los usuarios del sistema, o incluyendo en el plexo normativo una nueva y completamente diferente redacción. Así las cosas, entre las posibilidades consideramos, en un principio que la solución podría ser volver a la redacción original de este articulo previa a la modificación realizada por el artículo 110 de la ley 510 de 1999, pero encontramos que esta cae en el mismo yerro, dando la posibilidad de pactar la misma tasa para ambos, e incluso una superior, puesto que, respecto a los de naturaleza moratoria, se podía establecer el doble al Interés Corriente Bancario12. Ante la ausencia de una mejor solución en el ordenamiento jurídico nacional anterior, cabe analizar legislaciones como lo la argentina13 la cual establece una clara diferenciación de la tasa máxima que se puede tasar en cuestión de intereses. Así las cosas, el artículo correspondiente a los intereses remuneratorios establece que, en caso de emisores no bancarios, los intereses compensatorios no pueden superar el 25% al promedio de tasas del sistema para operaciones de préstamos personales emitido por el Banco Central de Argentina14 solicitar la inmediata devolución de las sumas que haya cancelado por concepto de los respectivos intereses, más una suma igual al exceso, a título de sanción. Parágrafo. Sin perjuicio de las sanciones administrativas a que haya lugar, cuando se trate de entidades vigiladas por la Superintendencia Bancaria, ésta velará porque las mismas cumplan con la obligación de entregar las sumas que de conformidad con el presente artículo deban devolverse.” 12 Colombia, Presidente de la Republica, Decreto ley 410 de 1971. 13 Argentina, Congreso de la Nación, Ley 25065 de 1999, Arts. 16 y 18. 14 Argentina, Congreso de la Nación, Ley 25065 de 1999. Art. 16. En cuanto a intereses moratorios el artículo 18 dispone que el límite de estos es el 50% de la tasa efectivamente aplicada por la institución financiera o bancaria en concepto de interés compensatorio o financiero15. De la lectura de las normas anteriormente referidas, podemos notar fácilmente la distinción que existe entre la suma a cancelar por concepto de cada uno de los intereses: en cuanto a los remuneratorios se dice que “[…] no podrá superar en más del veinticinco por ciento (25%) al promedio de tasas del sistema para operaciones de préstamos personales […]” y por otro lado los moratorios no podrán “[…] superar en más del cincuenta por ciento (50%) a la efectivamente aplicada por la institución financiera o bancaria emisora en concepto de interés compensatorio o financiero […]”, legislación que en nuestro concepto es muy acertada16, debido a que nos permite dilucidar la diferencia entre los tipos de intereses, la cual es conceptual, además de real y económica. En el caso peruano, el Código Civil17 establece que las tasas máximas, tanto de interés remuneratorio como moratorios, serán establecidas por el Banco Central de la Reserva del Perú. Sin embargo, en caso de no haber establecido intereses remuneratorios, este será el legal y, en caso de no haber establecido moratorio este sería el mismo al remuneratorio o en su defecto el legal, solución que en el papel no es muy distinta a la que se da en Colombia. Nuestro conclusión halla asidero en que ellos establecen un sistema de intereses limitado por las tasas establecidas por el banco central, al igual que en el ordenamiento doméstico, razón por la cual consideramos que tampoco es una solución muy acertada, pese a que el banco es el que establece ambas tasas, 15 Ibídem. Art. 18 En esta consideración, no se tiene en cuenta si el valor máximo de los intereses es correcto o no, solo se tiene en cuenta la distinción cuantitativa entre uno y otro. 17 Perú, Congreso de la República del Perú. Código Civil. Arts. 1245-1250. 16 que muchas veces pueden ser diferentes las unas de las otras, generando así una diferencia económica entre ambos tipos de intereses. En el caso uruguayo se establecen dos hipótesis: respecto de operaciones inferiores a dos millones de unidades indexadas, diferenciando entre intereses moratorios y remuneratorios en operaciones tanto de capital como de crédito; respecto las operaciones de capital se entiende como tope del interés remuneratorio “[…]60% (sesenta por ciento) las tasas medias de interés publicadas por el Banco Central del Uruguay (BCU), correspondientes al trimestre móvil anterior a la fecha de constituir la obligación[…]” y; del moratorio cuando “[…]la tasa implícita superare las referidas tasas medias en un porcentaje mayor al 80% (ochenta por ciento)[…]”. En cuanto a las operaciones de crédito, los intereses remuneratorios no pueden superar “[…] en un porcentaje mayor al 90% (noventa por ciento) las tasas medias de interés publicadas por el BCU, correspondientes al trimestre móvil anterior a la fecha de constituir la obligación[…]”; en los moratorios “un porcentaje mayor al 120% (ciento veinte por ciento) a las tasas referidas[…]”.18 Este sistema, al igual que el argentino, también establece una brecha entre la tasa máxima aplicable a los intereses lo cual, como ya se ha dicho anteriormente consideramos que es una excelente decisión, tanto para el usuario o la entidad financiera, como para el sistema financiero en general. Así las cosas, resta repetir que la solución al problema generado por la ambigüedad del artículo 884 del código de comercio puede ser solucionada dando una simple mirada a la legislación de los países de la región, como lo son Argentina o Uruguay, en donde la diferenciación entre los intereses, más que conceptual es económica y real; sin embargo, creemos que es más provechosa la aplicación de la solución uruguaya porque su diferenciación no hace 18 Uruguay, Congreso de la Republica, ley 18212 de 2007, art. 11. distinción tan solo entre los tipos de intereses sino que, además, lo hace respecto del tipo de operación que se realice por los usuarios, lo cual permite distinguir las operaciones bancarias de las puramente mercantiles lo cual es pertinente pues, si bien el comerciante realiza actividades de comercio, razón por la cual se le aplican disposiciones de esta naturaleza, este por la informalidad, la falta de tecnicidad y control, no puede establecer intereses tan altos, en miras de evitar prácticas abusivas que sigan afectando la confianza de la población en el sistema Bibliografía. - Ospina Fernandez, Guillermo, Régimen General de las Obligaciones, Temis, Bogota. 2008. - Rodríguez Azuero, Sergio. Contratos Bancarios, Su significación en América Latina. Ed. Legis. 6 ed. 2009. Bogotá. - Corte Suprema de justicia, Sala de Casación Civil, 19 de noviembre de 2001, magistrado ponente Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo, expediente 6094. - Argentina, Congreso de la Nación, Ley 25065 de 1999. - Colombia, Presidente de la Republica, Decreto ley 410 de 1971. - Colombia, Congreso de la republica, ley 1328 del 2009 - Colombia, Congreso de la Republica, ley 1480 de 2009 - Perú, Congreso de la República del Perú. Código Civil. - Uruguay, Congreso de la Republica, ley 18212 de 2007. - Colombia, Superintendencia Financiera, concepto 2002011400-1, 22 de marzo de 2002. - Davivienda. Tarifas, 01/10/2012, Recuperado el día 31 de octubre del 2012, https://linea.davivienda.com/opencms/export/sites/default/davivienda/DocumentosVari os/TASAS_y_TARIFAS.pdf