Plantea el interno una queja por haber sido desnudado, sin su consentimiento, al ingresar en el departamento de aislamiento para cumplir un sanción de 12 días. El artículo 68 del Reglamento Penitenciario Registros, regular los cacheos y requisas, establece en su apartado 2: "Por motivos de seguridad concretos y específicos, cuando existan razones individuales contrastadas que hagan pensar que el interno oculta en su cuerpo algún objeto peligroso o sustancia susceptible de causar daño a la salud o integridad física de las personas o de alterar la seguridad o convivencia ordenada del Establecimiento se podrá realizar cacheo con desnudo integral con autorización del Jefe Servicios". Seguidamente, el mismo artículo dispone en sus apartados 3 y 5 el modo de realizar ese registro personal y la documentación formal de tal actuación, establecer que "el cacheo con desnudo integral se efectuará por funcionarios del mismo sexo que el interno, en lugar cerrado sin la presencia de otros internos y preservando, en todo lo posible, la intimidad" y que "de los registros, requisa cacheos y controles citados se formulará parte escrito, que deberá especificar cacheos con desnudo integral efectuados, firmado por los funcionarios que lo hayan efectuado y dirigido al Jefe de Servicios". De este precepto se deducen, pues, varias requisitos o presupuestos para la realización de los cacheos con desnudo integral. En primer lugar, respecto a 1os motivos que autorizan su realización, exige la especificación de las razón justificativas del cacheo y referidas al interno el cuestión, al señalar que deben ser razones individuales y contrastadas" que hagan referencia a la posible tenencia de objetos o sustancias peligrosos o prohibidos, lo que se opone a cualquier generalización de la medida. Respecto a los requisitos formales, obliga a un autorización previa del Jefe de Servicios y a la elaboración posterior de un parte dirigido a éste y firmado por los funcionarios que hayan practicado el cacheo. Y en cuanto a las garantías en preservación de los derechos del interno, requiere la realización del cacheo por personas del mismo sexo, en un lugar adecuado en que no pueda presenciar el cacheo mas que el reducido número de funcionarios que lo practiquen y de un modo que respete la intimidad del interno. Todos estos requisitos han sido analizados por el Tribunal Constitucional en sentencia de 28 de febrero de 1994, citada en la más reciente de 24 de julio d 2000 (nº 204/2000). Señala primeramente esta sentencia que "la retención custodia de los internos constituye una de las finalidades de la institución penitenciaria, lo que se traduce en el deber de las autoridades penitenciarias organizar los adecuados sistemas de vigilancia y seguridad en los establecimientos al objeto de garantizar aquella finalidad" y citar los procedimientos o medidas establecidos en el art. 23 LOGP para atender a la seguridad y control de 1os centros (registros y cacheos en las personas de los internos, sus pertenencias locales que ocupen, los recuentos, así como las requisas de las instalaciones del establecimiento). Recuerda a continuación que "todo acto o resolución que limite derechos fundamentales ha de asegurar que las medidas limitadoras sean necesarias para conseguir el fin perseguido, ha de atender a la proporcionalidad impone y, en todo caso, ha de respetar su contenido esencial". Conforme a ello, reconoce tal resolución que "una medida de registro personal de los reclusos puede constituir, en determinadas situaciones, un medio necesario para la protección la segur idad y el orden de un establecimiento penitenciario", pero que "al adoptar tal medida, es preciso ponderar, adecuadamente y de forma equilibrada, de una parte, la gravedad de la intromisión que comporta en la intimidad personal y, otra parte si la medida es imprescindible para asegurar la defensa del interés público que se pretende proteger"; exigencia que requiere "la fundamentación de la medida por parte de la Administración Penitenciaria, pues sólo tal fundamentación permitirá que sea apreciada por el afectado en primer lugar posteriormente, que los órganos judiciales puedan controlar la razón que justifique a juicio de la autoridad penitenciaria, y atendidas las circunstancias del caso, sacrificio del derecho fundamental". Y terminan ambas sentencias aplicando doctrina anterior a los casos en ellas enjuiciados (cacheo con desnudo integral practicado en una sala donde estaba separado el interno de los demás reclusos por un biombo, después de haber mantenido una comunicación íntima), concluyendo que "no puede considerarse justificación suficiente de la medida simple alegación de que en la generalidad de las prisiones las comunicación intimas son el medio habitual para que los internos reciban desde el exterior objetos peligrosos o estupefacientes, pues tal afirmación sólo posee un carácter genérico, cuando lo relevante a los fines de justificar una medida que limita derecho constitucional reconocido en el art. 18.1º CE es, por el contrario, que se hubiera constatado por la Administración Penitenciaria que tal medida es necesaria para velar por el orden y la seguridad del establecimiento, en atención la concreta situación de éste o el previo comportamiento del recluso". En el caso aquí examinado, los datos suministrados desde centro penitenciario ponen de manifiesto las siguientes circunstancias: • El cacheo con desnudo integral se realizó previamente al ingreso de interno en el módulo de aislamiento, de conformidad con la Orden de Dirección nº 15/95, de 15 de marzo, en la que se establece que todos los internos que entren y salgan del departamento serán cacheado integralmente. • Respecto al modo de realizarse el cacheo, se cumplió la Orden de Dirección nº 52, de 30 de diciembre de 1994, que, al objeto de preservar la intimidad, obliga a dotar de batas a todas las dependencias donde se realicen los cacheos integrales, y se llevó a cabo en una dependencias aislada que consta de dos cabinas, independientes y sin posibilidad de visión, separadas por un tabique, de modo que la única persona que podía presenciarlo era el funcionario que trataba de efectuarlo. • Y, en cuanto a la motivación del cacheo integral, fue, según el informe del Director del Centro Penitenciario, la de buscar objetos prohibido que pudiera llevar el interno escondido en su cuerpo (sustancia psicotrópicas y cualquier tipo de arma de fabricación carcelaria), especialmente aquellos que pueden alterar la ya problemática convivencia de los internos ubicados en dicho departamento y causas graves alteraciones regimentales, teniendo en cuenta las característica de los internos que alberga el departamento de aislamiento (sancionado o internos con limitaciones regimentales). A la vista de esos datos no puede afirmarse que el cacheos efectuara contraviniendo los derechos del interno. Aunque no conste en el expediente la autorización previa del Jefe de Servicios ni el parte posterior de los funcionarios que realizaron el cacheo, la supuesta inexistencia de este parte sería una mera irregularidad formal subsanaba que no arrastraría la nulidad del cacheo anterior, y la ausencia de esa autorización puede entenderse suplida "por la Orden superior de la Dirección ordenando los cacheos en determinadas circunstancias. Respecto al lugar en el, que se practicó el cacheo, es de difícil (por no decir imposible) comprobación la alegación del interno de que se realizó ese registro en un pasillo, contrariamente a lo que señala el informe del Director de que se efectuó en una dependencia aislada, por lo que tampoco puede aceptarse esta alegación de interno, sin perjuicio de encomendar especialmente a la Magistrada-Juez de Vigilancia Penitenciaria que compruebe personalmente la ubicación de esa cabinas y si son susceptibles de ser utilizadas en los cacheos de los interno ingresados en el módulo de aislamiento. Pero realmente reconocido incluso por el interno el suministro de una bata con la que pudo evitar la sensación de total desnudez durante la realización del cacheo- lo importante en este caso es determinar si puede considerarse suficiente fundamentación para ese registro el ingreso en un módulo de aislamiento y las características de los internos allí ingresados. Ciertamente la realización sistemática de un cacheo de esas características a todos los internos que son ingresados en el módulo de aislamiento parece ir en contra del criterio individualizador que exige la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Pero si profundizamos en los argumentos dados por el Director del Centro Penitenciario para justificar esa medida, realmente llegamos a la conclusión que la motivación en tales casos del cacheo no es más que la constatación de circunstancias que concurren en todos y cada uno de los internos que ingresan en ese departamento especial, y en la concurrencia de circunstancias siempre existentes en estas circunstancias que obligan a adoptar precauciones adicionales para evitar la introducción de objetos o sustancias prohibidos o peligrosos en unas dependencias reservadas precisamente a los internos más conflictivos. En tal sentido, pues, tratándose en este caso de un interno que iba a ser ingresado en el departamento de aislamiento para cumplir una sanción de 12 días, el cacheo con desnudo integral acordado puede considerarse necesario, proporcionado e idóneo, en cuanto sólo a través del mismo se podía evitar introducción de objetos o sustancias que podrían alterar la seguridad o convivencia en ese departamento. Lo anterior conduce a la desestimación del recurso, sin perjuicio de reiterar la necesidad de que la Magistrada-Juez de Vigilancia Penitencia examine directamente la situación de las cabinas destinadas a la realización estos cacheos. Auto nº2520/02, 27 de septiembre de 2002, JVP nº2, Exp. 1064/00