miradas SOCIEDAD Una vida larga y saludable De acuerdo al Índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas que evalúa el progreso social de un país y lo compara con otros, México se ubica en el lugar 61 de la clasificación mundial U Ruth Padilla Muñoz /Alexis Larios Cortés* n tema relevante, tanto para la sociedad en general, como para los responsables de construir acuerdos y tomar decisiones para generar las políticas públicas en el país, encaminadas a mejorar la calidad de vida de las personas, es la situación de México en el contexto mundial del desarrollo humano. En primera instancia, es necesario mencionar que el desarrollo de cualquier país, no puede ser entendido únicamente desde la perspectiva del crecimiento económico, pues el desarrollo humano como concepto, consiste en ampliar la libertad de capacidades y oportunidades que tienen los integrantes de una sociedad para elegir una vida en la que puedan realizar a plenitud su potencial como seres humanos1. En este sentido, se considera que la posibilidad de alcanzar una vida larga y saludable, acompañada del acceso a la educación de calidad y por lo tanto, a mejores opciones de empleo y retribución económica, son factores fundamentales que abonan al desarrollo humano de la población. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) construyó, en 1990, el llamado Índice de desarrollo humano2 (IDH), que conjuga tres dimensiones básicas para mejorar la calidad de vida, como son la salud, la educación y los ingresos de las personas, con la finalidad 10 lunes 28 de octubre de 2013 4El índice de desarrollo humano conjuga dimensiones para mejorar la calidad de vida. Foto: José María María Martínez de evaluar el progreso social de un país y compararlo con la situación vivida en otras naciones para tomar las experiencias de políticas exitosas y extrapolarlas a las demás regiones con la necesaria adaptación a su propio contexto. Es así como la Oficina del informe sobre desarrollo humano se esfuerza por incluir en el IDH al mayor número de países que forman parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), arrojando en su último informe un total de 186 países evaluados. Para el caso específico de nuestro país, vale la pena resaltar que entre 1980 y 2012, el IDH aumentó en un 0.9 por ciento anual, pasando de 0.598 a 0.775. Esta cifra se traduce en una esperanza de vida al nacer de 77 años; 13.7 años esperados de escolaridad; y un ingreso nacional bruto per cápita de 12.9 dólares al día. De esta manera, México se ubica en el lugar 61 dentro la clasificación mundial, con un desarrollo humano considerado en la categoría de “Alto”, similar al de países como Panamá, Uruguay, Cuba, Venezuela, Brasil y Costa Rica.3 El tema cobra mayor relevancia cuando observamos que hay países que, comparados con México, no cuentan con la misma riqueza en recursos naturales e incluso tienen un crecimiento económico menor, y sin embargo, se encuentran en un nivel superior de desarrollo humano. Este fenómeno puede ser explicado en gran medida por la enorme desigualdad que prevalece en el país, donde son las personas con mejor posición económica las que tienen acceso universal a los servicios de salud y educación, mientras que la población que se encuentra en algún tipo de pobreza, carece de las mismas oportunidades de desarrollo y de la libertad para llevar una vida plena. Es claro entonces que el campo de acción para innovar la gobernanza nacional a través de políticas públicas locales caracterizadas por los principios de democracia, igualdad, justicia social y sostenibilidad, es un tema pendiente que necesita mayor voluntad para su estudio y realización. Es importante tomar el ejemplo de países como Brasil, China, Sudáfrica y la India, que hace no muchos años estaban en situación similar a la nuestra, pero que hoy se catapultan como potencias de desarrollo a nivel mundial gracias a tres impulsores principales que se detectan en el Informe sobre desarrollo humano 2013. Estos impulsores se traducen en 1) la construcción de un Estado promotor del desarrollo, proactivo, basado en un liderazgo y una visión a largo plazo, en normas y valores compartidos, y en reglas e instituciones que promuevan la confianza y la cohesión social; 2) el aprovechamiento de los mercados mundiales; y 3) en una fuerte innovación en las políticas sociales, que a su vez se mantendrán al garantizar una mayor equidad social, al permitir la libre expresión y la participación ciudadana, al hacerle frente a los desafíos ambientales y al manejo estratégico de los cambios demográficos.4 [ Consultado 1 en: http://www.undp.org.mx/spip. php?page=area&id_rubrique=5 Las variables del IDH se traducen en una escala que 2 va de 0 a 1, donde los valores más cercanos a la unidad representan un mejor nivel de desarrollo humano. Consultado en: http://hdr.undp.org/es/informes/mun- 3 dial/idh2013/ Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. 4 (2013). Informe sobre Desarrollo Humano 2013. El Ascenso del Sur: progreso humano en un mundo diverso. Nueva York: PNUD. *Centro universitario de tonalá