CREACION, CULTURA Y PRODUCCION Las nociones expuestas sobre creaci6n no rejlejan una comprensi6n acorde con el ambito cabal de sus alcances y posibilidades culturales Resumen La rutina del acontecer humano ha perrnitido la distorsi6n del significado del quehacer cotidiano, la falta de profundizaci6n sobre el sentido de la vida y de su cali dad, el conformismo con los conceptos alguna vez escuchados y nunca cuestionados y las incompetentes y torpes acciones que pudiesen ser diferentes si se entendiera el justo alcance del fen6meno creativo. Inmerso en su diario vivir, el ser humano ha dejado que sus tareas sean una serie insistente de repeticiones de la supuesta satisfacci6n de necesidades, si bien estas tampoco han sido asimiladas en clara y justa medida. Ademas, cuando se menciona la capacidad creativa humana 0 la posibilidad de invenci6n, se hace referencia exclusiva a ciertos individuos con facultades y coeficientes propicios para ejercitar la perspectiva creadora. Se trata, entonces, de dilucidar algunos aspectos, comentar otros y plantear opciones diferentes. Abstract The notions exposed about creation don't reflect an understanding appropriate to the exact area of their cultural scope and possibilities. The daily life routine has made it possible the distortion of daily tasks and the lack of depth on the life's sense and quality. Besides, daily life routine has allowed conformism with the concepts heard but never discussed as well as the incompetent and clumsy actions, which would not occur if the scope of creative phenomenon would be understood. The human being, immersed in daily life, has allowed his tasks to be a persistent series of repetitions of the supposed satisfaction of needs, even though these have not been either assimilated in a clear or right extent. Moreover, when the human creative capacity or the possibility of invention are mentioned, it is made exclusive reference to certain individuals with faculties and quotients which allow the creative perspective exercising. So it is intended to clarify some aspects, to talk about others and to consider different options. El ser humano responde constantemente a la inrninencia de las necesidades y sus acciones esrnn signadas por esa caracteristica. El estudio y sistematizacion de necesidades y satisfactores han side juiciosamente abordados por Manfred Max-Neef y su equip02; su trabajo cia cuenta de un concepto distinto al comun sobre estos aspectos y muestra a la persona como un ser de necesidades multiples e interdependientes que pueden desagregarse mediante criterios que combinan categorias existenciales y axiologicas dentro de una interesante clasificacion. Al hacer una corta referencia a los principales aspectos de Soci610go,Investigador, especialista en Administraci6n Cultural. EI trabajo de los equipos interdisciplinarios de la Fundaci6n Dag HammarskjOld y del Centro de Alternativas de Desarrollo CEPAUR han entregado al mundo una interesante visi6n alternativa para la reorientaci6n del desarrollo, con base en la promoci6n de formas autodependientes que seiialen un derrotero digno de la condici6n humana. I 2 dicho amllisis, se pueden precisar algunas ideas de apoyo al planteamiento central de este escrito. "Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables, (...) son las mismas en todas las culturas y en todos los perfodos hist6ricos. Lo que cambia, a traves del tiempo y de las culturas, es la manera 0 los medios utilizados para la satisfacci6n de las necesidades. Cada sistema econ6mico, social y politico adopta diferentes estilos para la satisfacci6n de las mismas necesidades humanas fundamentales. En cada sistema, estas se satisfacen (0 no se satisfacen) a traves de la generaci6n (0 no generaci6n) de diferentes tipos de satisfactores. Uno de los aspectos que define una cultura es su elecci6n de satisfactores. Las necesidades humanas fundamentales de un individuo que pertenece a una sociedad consumista son las mismas de aquel que pertenece a una sociedad ascetica. Lo que cambia es la elecci6n de cantidad y cali dad de los satisfactores, y/o las posibilidades de tener acceso a los satisfactores requeridos. Lo que esta culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales, sino los satisfactores de esas necesidades." (Max-Neef, 1997, p. 29-31). En el terreno del analisis, el doble atributo de las necesidades (carencia y potencia) no siempre es asumido para explicitar los rasgos de esta caracterfstica humana. "En efecto, el lenguaje comun advierte una necesidad como privaci6n e insuficiencia y lleva a la busqueda de formas mecanicistas para suplirla, pero -dentro de un enfoque mas acertado- es preciso considerar la potencialidad de la necesidad como 10 que permite generar el compromiso de personas y grupos en la producci6n de alternativas frente a ella. De alli que sea impropio referirse a la satisfacci6n como la posibilidad de colmar la necesidad, porque el proceso rnismo de su existencia hace que la vivencia y realizaci6n de las necesidades produzca la creaci6n y renovaci6n colectiva del quehacer humano." (Rojas, 2001, p. 20). En la taxonomia planteada por el citado estudio se indica la integraci6n, segun categorfas existenciales y axiol6gicas, de necesidades, satisfactores y bienes econ6rnicos en un planteamiento que rompe los esquemas repetitivos y las afirmaciones desprovistas de examenes adecuados. La interrelaci6n entre esos tres elementos -al decir de Max-Neefes permanente y dinamica; las necesidades son simultaneamente carencia y potencialidades individuales y colectivas; los satisfactores son formas de ser, tener, hacer y estar que perrniten la actualizaci6n de las necesidades; y los bienes econ6micos son objetos y artefactos que afectan la eficiencia de un satisfactor en sentido positive 0 negativo. (Max-Neef, 1997). Una de las necesidades humanas es la creaci6n y al igual de las demas, implica esa doble cualidad de privaci6n y contingencia expuesta por Max-Neef y constituye, ala vez, una de las condiciones culturales del ser humano, imposible de existir independientemente. Dentro del marco expuesto de la clasificaci6n, esa necesidad incluye diversas formas de ser, esto es, diferentes satisfactores como la intuici6n, la imaginaci6n, la inventiva y la autonomia; distintos modos de tener, valga decir, habilidades y destrezas; otros satisfactores que permiten hacer, como construir, componer, disefiar, interpretar y, finalmente, modalidades de estar, es decir, ambitos de producci6n y retroalimentaci6n, espacios de expresi6n y medios similares. Resulta importante estudiar la s6lida exposici6n de este equipo, con el fin de desechar la serie de seudoconceptos que el comun discurrir hace presentes para falsear la concepci6n de la realidad. PRODUCCION Y QUEHACER CULTURAL El significado del quehacer humane apunta a la construcci6n del entomo socio-econ6mico, politico e hist6rico y conforma la medida del nivel de calidad de vida de la poblaci6n; es un quehacer merecedor de ser entendido a cabalidad, como quiera que en su proceso de conceptualizaci6n se han presentado distorsiones que 10 aminoran, 10 menosprecian, 10 desvirtUan 0 simplemente 10 ignoran por no conocer sus alcances. Este significado no siempre se vislumbra claro porque -en muchos casos- el ser humano prefiere la rutin a, la pereza y la pasividad al esfuerzo y a la generaci6n del desempefio constructor. El proceso de creaci6n continua de manifestaciones y de producci6n de elementos para la supervivencia, desarrollo y permanencia en el planeta, asf como la conformaci6n del sistema de relaciones sociales hacen posible el ejercicio diario de una caracterfstica exclusivamente humana conocida con el nombre de cultura: ella eleva al ser humano sobre cualquier ente por las inmensas posibilidades de intervenci6n sobre su calidad de vida. La cantidad de referencias y analisis generados acerca del concepto de cultura y de las implicaciones del quehacer cultural hacen indispensable reducirlo a la precisi6n de algunos criterios fundamentales que delimiten su alcance. La importancia real del soporte de los versados en la materia esta en la consideraci6n del trabajo como actividad consciente y libre y su mediaci6n en la producci6n de un mundo objetivo que permite la expresi6n de la humanidad y la historicidad, de la producci6n practica y de la vida generica del ser racional (Pulido, 1986). Una apreciaci6n interesante de algunos gestores culturales3 introduce la cultura -definida a partir del entomo socio-econ6mico y polftico de los pueblos- como el fen6meno que plantea una relaci6n del hombre con la naturaleza, en la que se supone una permanente interacci6n y enriquecimiento; se asume como un proceso de producci6n, generado al interior de las comunidades, etnias, regiones 0 pueblos, en el que la apropiaci6n de los elementos naturales, la adopci6n de los legados de la herencia y la asimilaci6n de nuevas formas culturales suponen la creaci6n y re-creaci6n constantes que deterrninan su dinamica. Entonces, se considera que este es un proceso sistematico cuya formulaci6n corresponde a la comunidad misma y cuya permanencia esta implfcita en el quehacer comunitario. Al ser humano Ie concieme la tarea fundamental de renovar por medio de su trabajo, los elementos naturales que tiene a la mano, y los sociales, los cuales ha creado colectivamente para cubrir su requerimiento cotidiano. Este es un proceso que se genera dentro del contexto socio-econ6mico, hist6rico y polftico en el que el grupo social se halla inmerso y que, por tanto, presenta altemativas extrafdas de la propia realidad y destinadas a su transformaci6n. Valga decir que el enfrentamiento con el medio ha generado en todos los aqu{ y ahara de la historia humana la producci6n de bienes, destinada a afectar la eficiencia de las formas de ser, tener, hacer y estar, las cuales permiten la actualizaci6n de las necesidades del colectivo. El mismo ser humano responde, mediante el proceso productivo, a esa situaci6n doble de carencia y potencialidad que el medio Ie plantea, de tal manera, que al realizar dicho proceso no esta haciendo otra cosa que producir cultura. La connotaci6n hist6rica y objetiva de la producci6n cultural es una consecuencia del trabajo humano, a su vez raz6n de la permanencia de este ser en el planeta, porque constituye el momento ininterrumpido de su posibilidad creadora. Mediante el trabajo, el transforma la naturaleza para lograr un beneficio, crea nuevas manifestaciones, da sentido social a los elementos que coadyuvan a la actualizaci6n de las necesidades; es decir, esta en permanente acto de producci6n que -por sus caracterfsticas sociales, econ6micas, polfticas e hist6ricas- es una Apreciaci6n generada durante el Encuentro internacional de promotores Culturales que reflexion6 sobre la dimensi6n cultural del desarrollo, promovido por la Secretaria de Educaci6n Publica de Mexico, en Agoto de 1988. 3 produccion cultural continua. El concepto de cultura es, entonces, mucho mas amplio y, por ello, el quehacer cultural se asume como una posibilidad autogestiva de produccion de expresiones propias, gratas y utiles para el grupo social. El trabajo es la actividad que conlleva por excelencia la capacidad productora cultural del ser humano y ese hecho constituye exactamente el quehacer cultural: un quehacer cultural por antonomasia, porque es esa la caracteristica que sefiala -en el planeta- ala especie como diferente y superior a los otros seres. La cultura es entonces un proceso social de produccion continua y un proceso de comunicacion originado -en tanto creacion- al interior de un entorno especifico. Por eso, "no solo representa a la sociedad; tambien cumple (...) la funcion de reelaborar las estructuras sociales e imaginar nuevas. Ademas de representar las relaciones de produccion, contribuye a reproducirlas, transformarlas e inventar otras" (Garcia Canclini, 1987, p. 6). La responsabilidad cotidiana de crecimiento que tienen los grupos humanos debe asumirse sobre la base de la produccion y expresion culturales propias, autenticas, autonomas y libres de todo esquematismo. El ser humano es el protagonista del proceso cultural: sus manifestaciones, sus productos y sus respuestas a los retos del medio conforman los valores sociales y constituyen la cultura como fenomeno de comunicacion, de lenguaje y de produccion creadora permanente. Una de las respuestas del quehacer cultural consiste en redimensionar, desde 10 profundo, su presencia dentro del contexto. El tiempo existe independientemente de la conciencia humana y ha acompafiado a la especie durante su transcurso por el mundo; la cotidianidad tiene como trasfondo el tiempo y, a partir de la aceptacion del fenomeno y de la creacion de una entidad material de administracion por parte del ser huma- no, es posible considerar el tiempo como un fenomenD eminentemente cultural. Las sociedades han desarrollado su propia percepcion y actitud hacia el tiempo, 10 cual contribuye a establecer diferencias entre ellas y a comprender su evolucion. En el uso que la sociedad hace del tiempo se concreta uno de los aspectos de su modo de vida y las tendencias que se van delineando en su dinamica de transformaci on. Rablar de usa del tiempo es considerarlo como un bien economico; de esa imprecision deriva gran parte de los escritos relacionados con este fenomeno, cuyos anaIisis dan cuenta de la categorizacion que se ha disefiado para encasillarlo. El ser humano no ha entendido el significado del fenomeno temporal y, por ella, 10 ha convertido en una mercancia que "no se puede acumular, pero si cambiar y desperdiciar y que es objeto de manipulacion economica, por ser un bien escaso" (Anif, 1985, p. , 12). A partir de la entrada del tiempo en el mundo de las mercancias, ingresa en el ambito del consumo y, asi, el ser humano 10 empobrece y se empobrece con el. El control del tiempo, como ardid utilizado por el manejo laboral, da cuenta de implicaciones economic as y religiosas que se unen para determinar espacios y horarios supuestamente productivos y, por obvias razones, contrarios al cabal concepto de ocio. Enmarcada en la famosa frase de Benjamin Franklin "El tiempo es oro", la sociedad empezo a determinar las categorias 0 clases de tiempo inherentes a la cotidianidad: tiempo necesario (ocupado en menesteres fisicos), comprometido (desempefio laboral remunerado), contraido (adicional al empleo, pero no remunerado como transporte al sitio laboral 0 tareas domesticas) y libre (restante de las tareas realizadas cada veinticuatro horas). Es curioso, por decir 10 menos, que la categoria de 'libre' tenga a la vez una connotacion de oportunidad para hacer 10 que nunca se hace, para desligarse de toda actividad calificada como agobiadora y para ejercitar -como unica opcion- la habilidad creativa; es decir, el trillado ' ocio creador'. La concepcion pro- ductivista del trabajo trae como consecuencia estas acepciones solo entendidas bajo una valoracion economicista que implica la tajante oposicion a la ,schole' griega y al 'otium' latino, fuentes permanentes de creacion. El tiempo que enmarca la vida humana no es ~usceptible de tenerse, gastarse,perderse 0 acabarse; el tiempo es uno solo: si ha sido medido para hacerlo mas cercano y posibilitar su adrninistracion, independientemente de ello sigue existiendo. El ser humano esta inmerso en la temporalidad y esa inmersion supone una limitante: el dura menos que el tiempo; la preocupacion por el que y no por el cuanto implica que la tarea humana esta constituida por la responsabilidad con el entomo socio-cultural. Como ninguna de las categorias citadas escapa al calificativo de bien economico asignado al tiempo, es logico que dentro de los estudios y analisis sobre la materia se involucre la condicion de 'creatividad' como marco cualitativo de un aditamento alas tareas cotidianas del ser humano. Dentro de la cotidianidad, existe la posibilidad de trabajar; es decir, de generar a cada instante la oportunidad de produccion cultural, de transformacion de la naturaleza, de respuesta alas necesidades y de creatividad, sin cornillas ni bastardilla. Pero esa malhadada concepcion se debe a la relacion horizontal del ser humano con el tiempo; es decir, "que el se ha acostumbrado aver hacia atras 0 hacia delante, segun el punto que ocupe en una linea horizontal que define su ambito de accion. Cada dia se percibe con mayor claridad que el ver hacia atras conduce a un estado nostaIgico (...) (y) la experiencia ha demostrado que ver hacia del ante promueve niveles de ansiedad (...). Estas relaciones horizontales con el tiempo estan cedi en do terreno a la vigencia de unas relaciones verticales con el in stante, 10 cual significa una redimension total de la temporalidad y de la direccionalidad del quehacer humano" (Guedez, 51). De manera que, en vez de mirar hacia atras 0 hacia delante, el ser humano debe ver hacia arriba donde estan la rnision, la vision y los valores 0 hacia abajo donde esta la realidad presente y la posibilidad de profundizacion en la realizacion cotidiana. Por eso, el ha de ser consecuente con su compromiso cultural, mientras el tiempo sigue su marcha. Los procesos sociales ubi can al ser humano como su actor fundamental y, por tanto, como el responsable de los resultados obtenidos al final de cada uno de ellos; la importancia de su accion transformadora tiene como base la experiencia y ellegado de sus mayores y sima al protagonista en un contexto constructor, cuya proyeccion historica fundamenta su tarea. Los objetivos sociales y cientificos han ido lejos, much as circunstancias de la cotidianidad progresan cada dia y el control humano sobre el entomo ha avanzado considerablemente, aun a costa de muchas impertinencias, tambien humanas. La cultura presenta un panorama diferente, un camino para producir expresiones creativas que estan latentes al interior del individuo y del conglomerado social. Esas expresiones, manifestaciones, productos y mensajes -hechos accion y quehacer permanentes- pueden dar un vuelco a la concepcion rutinaria hasta el momento influyente en buena parte de la actividad humana. Toda esta actividad, en tanto trabajo y produccion cultural, esta impregnada ineludiblemente de la capacidad creadora; esta es parte de la idiosincrasia del ser inteligente y fundamento de su entidad. La creacion como elemento vital del quehacer cotidiano tiene la curiosa coincidencia de ser a la vez necesidad y cualidad irrenunciable de la accion cultural. No de otra forma se entiende que se pueda dar constante respuesta al reto de las necesidades, si bien la rutina y la monotonia de los esquemas preestablecidos conforman un marco dificil de romper a la hora de encontrar nuevos estilos de replica. La capacidad creadora esta identificada plenamente con las posibilidades productivas del ser hu- mano. La debilidad al acometer el trabajo cultural sin el elemento creativo con stante es la manera de generar un serio desajuste en el proceso de produccion cultural; no solamente es creativo un artista 0 un literato, sino que absolutamente todo ser humano tiene esa capacidad y debe emplearla en su quehacer cotidiano, puesto que asf esta contribuyendo a la construccion del entomo cultural. Por ello, la creacion -como necesidad y cualidad humana- es parte fundamental de la cultura, es savia innegable del quehacer humano y opcion permanente de produccionrespuesta al entomo de contingencias del medio. Infortunadamente, el concepto de re-creacion tambien ha sido vfctima de una serie de falacias que 10 ubican unicamente como una actividad repetitiva 0 10 identifican con momentos que tienen la connotacion de diversion, placer y gozo. Si bien, Johann Huizinga (1954) abrio un espacio investigativo para afirmar que el juego es un factor de la vida cultural y una de las expresiones mas serias que existe, en tanto creador de manifestaciones culturales, no ha podido lograrse una redimension de la actividad ludica desde la perspectiva cultural, porque en la sociedad de consumo, ella tambien ha sido definida como mercancfa, panacea u oasis en el acontecer de la rutina diaria. Atras las deficientes y limitantes designaciones del fenomeno re-creativo como un momenta de esparcimiento, solaz 0 divertimento que no tienen connotacion diferente a involucrarlo en el espacio consuntivo y rutinizado de acciones-sin-sentido 0 en ejercicios mal concebidos de existencialismo, general mente dirigidos a diversos tipos de poblacion.4 Es necesario desechar los distractores del ejercicio creador que 10 presentan bajo dimensiones facilmente aceptadas como culturales: en realidad, esas nominaciones califican la recreacion y no la re-creacion. En otro sentido, el proceso de anima- cion cultural, derivado del juicioso analisi~ de rasgos especfficos de la poblacion y volcado sobre el proceso de produccion de elementos satisfactores de necesidades, sf representa un fenomeno re-creativo, implicito en el quehacer cultural cotidiano. La produccion constante de bienes y satisfactores involucra la capacidad creadora del ser humano y en ese proceso productivo es necesario volver a generarlos, porque las condiciones y circunstancias del quehacer socio-cultural, economico y politico asf 10 demandan. Entonces, en la re-produccion no se origina un cfrculo vicioso que genere la clonacion de caracterfsticas; se ofrece -en cambio-la altemativa para transformar de nuevo los elementos, ajustarlos a los requerimientos del momento y del futuro y permitir que, asf, justifique su existencia. En consecuencia, la re-creacion conlleva la identificacion con el proceso cultural e impide su desligamien to del mismo. Re-crear significa realizar un proceso sucesivo de transformacion solo acometido por el ser humano para su beneficio e implica un proceso vital en el que se compromete la capacidad creadora del trabajo cultural por la cual se enriquece el contexto de su quehacer. La sociedad -atenta a su avance- esta en la posibilidad y en la imperiosa exigencia de re-producir, reformular y re-crear sus estructuras, ante la avalancha de dorninaciones y entrecruzarnientos culturales que la asedian a cada instante. Su coraza, el afianzarniento de la identidad cultural por la generacion del quehacer creativo y re-creativo; su riesgo, la idealizacion romantica de formas culturales que, como el folklore, la artesanfa, el juego y los espectaculos, pierden su verdadero significado ante la unica opcion de comercializaeion y se convierten en faeil vfa de acceso para la mediatizacion y la desidentificaeion cultural. Toda manifestacion cultural, es decir toda produccion humana, ha de estar atenta a ser creacion, El equivocado concepto sobre Anirnaci6n Socio-Cultural ha hecho escuela en los ejercicios laborales y aun acadernicos para significar un conjunto de actividades dirigidas a grupos poblacionales (nifios. ancianos) que pretenden proponer un pasatiernpo en forma divertida. sin senti do cultural verdadero. es decir. desligado de un juicioso proceso de producci6n cultural. 4 re-creacion y re-produccion de la identidad cultural y a asentarse como el proceso re-constructor de una sociedad que todavia esta a tiempo de afianzar las formas de ser, pensar y actuar en la inmensa potencialidad generadora de sus gentes y de negarse a expirar bajo la amenaza de separacion de val ores, atributos y rasgos que conforman su anhelo y su proyecto de vida. Anif - Asociacion Nacional De Instituciones Financieras. (1985). El uso del tiempo en Bogota. Bogota: Anif. Garcia Canclini. (1987). 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