46 Rev. agron. noroeste argent. (2014) 34 (2): 46-49 ISSN 0080-2069 (impresa) ISSN 2314-369X (en línea) Las cepas bacterianas del tubo digestivo de Enantiodrilus borelli (Annelida: Glossoscolecidae) y su recolonización en suelo estéril M.C. Picón1*; E.S. Teisaire1; C.H. Bellone2 Instituto de Invertebrados. Fundación Miguel Lillo y Cátedra de Embriología y Anatomía Comparadas. Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo. Universidad Nacional de Tucumán, Argentina. Miguel Lillo 251. 4000, San Miguel de Tucumán. 2 Cátedra de Microbiología Agrícola. Facultad de Agronomía y Zootecnia. Universidad Nacional de Tucumán, Argentina. 1 * Autor de correspondencia: [email protected] Palabras clave: recolonización, bacterias, tubo digestivo, Enantiodrilus borelli Las lombrices de tierra tienen un rol importante en los ecosistemas terrestres, contribuyen a la fertilidad de los suelos modificando las propiedades físicas, químicas y biológicas, tales como: la textura, la descomposición de la materia orgánica y la regulación de ciclos biogeoquímicos (Egert et al., 2004), es por ello que se las denomina “ingenieras del ecosistema”. La actividad de estos animales se pone en evidencia al encontrar elevadas cantidades de Carbono orgánico, Nitrógeno, Fósforo inorgánico, Potasio y Magnesio entre otros en las excretas o “turrículos” de las lombrices (Burk et al., 1999). Con todas estas características se intenta usar a los oligoquetos con fines prácticos, mejorando la fertilidad de suelos cultivados (Stockdill, 1982), estimulando la edafogénesis en la recuperación del suelo (Hoogertkamp et al., 1983), evaluando las alteraciones e identificando los diferentes tipos de suelo (Römbke y Jänsch, 2004). Para que las acciones de las lombrices de tierra se lleven a cabo se necesita de la interrelación con otros componentes del ecosistema del suelo, como por ejemplo la microflora (bacterias, hongos, etc.). Esta interrelación no sólo se limita a la alimentación detritívora, sino que existen microorganismos que no son afectados por las enzimas digestivas de las lombrices y colaboran en la digestión de nutrientes proporcionados por el suelo que ingieren. Más aún, es probable que parte de esas enzimas digestivas sean producidas por los propios microorganismos en el intestino, lo que le otorga a las lombrices mayor capacidad para degradar las sustancias complejas que se encuentran en la materia orgánica del suelo (Santiago, 1995 y Alonzo et al., 1999). A partir de esas investigaciones, varios autores analizaron cada fracción del tubo digestivo en busca de un mayor entendimiento de estas funciones ecológicas (Santiago, 1995, Toyota y Kimura, 2000). En investigaciones más recientes se ha realizado la determinación de las comunidades de microorganismos que son propias o endógenas de cada especie de lombriz de tierra (Toyota y Kimura, 2000) para distinguirlas de las que pudieran ser inoculadas o ingeridas con el suelo donde habitan. En especies de lombrices de tierra que habitan un mismo ambiente se han identificado cepas bacterianas del tubo digestivo que son propias y exclusivas de cada especie de lombriz, como así también, cepas bacterianas que se encuentran en el suelo y han sido ingeridas y que son compartidas por las diferentes especies de lombrices (Picón y Teisaire, 2008, 2009, 2012). En la especie Enantiodrilus borelli se han identificado a las cepas bacterianas: 1 cepa de Marinococcus sp.,1 de Caryophanon sp., 1 de Planococcus sp., 2 cepas de Oscillospira spp., 1 de Bacillus sp., 2 cepas de Pseudomonas spp., 1 de Azomonas sp. y 1 cepa de Acidiphilium sp. (Picón y Teisaire, 2012). Todos estos resultados reforzaron la idea que, tanto en el intestino como en los “turrículos” hay una gran densidad y diversidad microbiológica y presentan una gran actividad en el suelo, lo cual sería de gran utilidad en la recuperación o transformación de sustratos de desecho comerciales de prácticas agrícolas. El objetivo de este trabajo es analizar la flora microbiana encontrada en el tubo digestivo de Enantiodrilus borelli, lombriz de tierra endémica de la Región Neotropical que vive en suelos destinados a la agricultura, para poner en evidencia la función de las lombrices y la interrelación con los microorganismos en el mantenimiento de las condiciones del ecosistema suelo. Para ello se propone una prueba de laboratorio que permita identificar y separar la flora microbiana endógena de la proveniente del suelo. Las lombrices se obtuvieron mediante colectas realizadas en la Provincia de Tucumán (Argentina). En una finca Recibido 10/07/14; Aceptado 02/10/14; Publicado en línea 03/11/14. Los autores declaran no tener conflicto de intereses. Rev. agron. noroeste argent. (2014) 34 (2): 46-49 ISSN 0080-2069 (impresa) de producción de caña de azúcar, ubicada en el Departamento Chicligasta, a la altura del Km 745 de la ruta nacional número 38 (S 27° 29’ 26’’– W 65° 37’ 18’’) a 370 msnm. Para la prueba de recolonización de microorganismos en suelo estéril, se diseñó un experimento que consiste en varios pasos: 1)- esterilizar el suelo del lugar (con autoclave), previamente distribuido en 4 frascos de vidrio (250 grs. de tierra por frasco); 2)- identificar las lombrices y esterilizarlas mediante lavados con agua corriente y agua destilada estéril; 3)- colocar los animales en los frascos tapados con parafilm (5 lombrices por frasco) y ubicarlos dentro de una cámara esterilizada con luz UV. La humedad se mantuvo con agua destilada estéril. En la experiencia se acondicionó 1 frasco control (sin lombrices) y 3 experimentales (con lombrices). Para verificar que la prueba experimental sea realizada correctamente y descartar la presencia de variables que afecten los resultados, se utilizó el frasco control que contenía tierra estéril sin lombrices. Los resultados obtenidos en este caso fueron los esperados, ya que la muestra extraída del frasco control y sembrada en agar nutritivo reveló un crecimiento bacteriano nulo (Fig. 1) Figura 1. Cápsulas con medios de siembra de los diferentes frascos de cría de lombrices inoculadas en tierra estéril. Las extracciones de muestras se realizaron a tiempos variables, 24, 72 y 120 hs. Posteriormente se procedió al aislamiento de las cepas y su identificación mediante las claves del Manual de Determinación Bacteriológica de Bergey (1994). En la prueba experimental con tierra esterilizada y luego inoculada con lombrices de la especie Enantiodrilus borelli, se identificaron cepas en las muestras de suelo aisladas que resultaron en los siguientes géneros bacterianos: 2 cepas de Kurthia spp., 1 cepa de Marinococcus sp., Planococcus sp. y Azomonas sp. y 2 cepas de Acidiphilium spp. Otro punto importante de aclarar es que en la prueba experimental se tomaron muestras a diferentes tiempos (24, 72 y 120 hs), de manera significativa ya en las primeras 24 hs de inoculadas las lombrices, en las muestras aisladas y sembradas en agar se encontraron todos los géneros identificados sin variaciones hasta el final de la experiencia ISSN 2314-369X (en línea) 47 (120 hs). El análisis de los resultados obtenidos en la prueba experimental con tierra esterilizada, comparando con los obtenidos del contenido intestinal y del suelo (Picón y Teisaire, 2012), pone en evidencia que los géneros Oscillospira spp. y Bacillus sp. son los únicos que no recolonizaron la tierra esterilizada de la experiencia. Estas observaciones podrían confirmarlos como integrantes de la microflora intestinal endógena. No así en el caso de los géneros Azomonas sp. y Acidiphilium spp., que los mostraban como endógenos en las pruebas de identificación en investigaciones previas a este trabajo, que en este caso se comportan de manera diferente a lo esperado, ya que recolonizaron la tierra esterilizada en la prueba experimental. En base a lo antes mencionado, sugerimos que la prueba experimental consistente en la esterilización del suelo usado como sustrato y la posterior recolonización por parte de las cepas presentes en el contenido intestinal de las lombrices, serviría como un método de mayor precisión para identificar a las cepas endógenas en las condiciones de laboratorio. En este trabajo los resultados muestran una gran diversidad bacteriana si se compara con los resultados de investigaciones de otros autores, como por ejemplo las realizadas por Santiago (1995) quien estudió la flora bacteriana intestinal de Onychochaeta borincana, una especie de la Familia Glossoscolecidae y en este caso ha identificado sólo el género Bacillus con 7 especies diferentes. Por otro lado, el género Bacillus ha sido encontrado por Picón y Teisaire (2012) en el contenido intestinal de Enantiodrilus borelli, junto con otras cepas y estos autores la consideran endógena por no estar presente en el suelo circundante. A su vez Valle Molinares (2006) identificó en la microflora intestinal de O. borincana el mismo género pero una especie diferente, Bacillus cereus. Nuestros resultados son similares a los de Méndez et al. (2003) los cuales apoyan el concepto de que hay bacterias presentes en el tubo digestivo consideradas como bacterias endógenas y que no se encuentran en el suelo donde viven, además demuestran que con un lavado previo del tubo digestivo estas bacterias se mantienen asociadas de manera íntima a la pared interna del intestino. Idowu et al. (2006) identificaron la flora bacteriana intestinal de Libyodrillus violaceous, por medio de pruebas microbiológicas básicas, las mismas que se utilizaron en nuestro trabajo y encontraron: Staphylococcus, Bacillus spp., Pseudononas aeruginosa, Streptococcus mutans, Clostridium, Spirocheata spp., Azotobacter spp., Micrococcus lylae, Acinetobacter spp., Halobacterium spp. Cuando 48 Rev. agron. noroeste argent. (2014) 34 (2): 46-49 comparamos estos resultados sólo encontramos coincidencia en tres géneros, que identificamos como: Bacillus sp., Pseudononas sp. y Micrococcus sp., de los cuales a sólo uno, Pseudomonas sp. lo consideramos como endógeno en las lombrices con las que trabajamos. Todo esto nos induce a la interpretación de que no hay una flora bacteriana propia de cada especie y por lo tanto, con las investigaciones actuales no se podría afirmar que la microflora endógena es específica de cada especie de lombrices de tierra. No obstante en la actualidad se cuenta con estudios escasos y dispersos, ello implica que en etapas más avanzadas del conocimiento de la flora bacteriana intestinal de las lombrices de tierra esta situación podría ser revisada, con resultados que posibiliten comparaciones empleando metodologías similares. En el caso particular de la cepa identificada como Kurthia spp. que no ha sido encontrada en ninguna de las pruebas realizadas, salvo en las muestras de suelo recolonizado, consideramos que la misma podría haber sido aportada a la tierra inoculada con lombrices desde otra estructura del cuerpo de las lombrices, con lo cual se descarta que provengan del intestino. Sin embargo se desconoce su procedencia con la metodología empleada en este trabajo. Esto se podría comparar con lo que encontraron Davidson y Stahl (2006) quienes determinaron microorganismos del género Acidovorax relacionados al aparato excretor, los nefridios, que luego pasan a los cocones durante el crecimiento de la lombriz adulta de la Familia Lumbricidae. Las bacterias que fueron identificadas en este trabajo se sabe que cumplen diferentes funciones en cada lugar donde se encuentran, razón por la cual se podría explicar por extrapolación, la función que cumplirían en los diferentes ambientes donde las encontramos (suelo, intestino). Las bacterias Pseudomonas sp., Micrococcus sp. y Bacillus sp. entre otras, promueven la germinación, el crecimiento, el desarrollo vegetativo, la fijación de nitrógeno, incrementan a su vez la absorción de nutrientes, como Nitrógeno, Fósforo y Potasio. También son capaces de producir fitohormonas además de servir como biocontrol de hongos fitopatógenos. Estas cepas son consideradas de gran importancia por su potencial como biofertilizantes para plantas de importancia agrícola, (Díaz Vargas et al. (2001); Tsawkelova et al. (2004a,b); Fuentes et al. (2003) y Jiménez Salgado et al. (2004). En particular, se mencionó que la función amilolítica en suelo y en cuerpos de agua está a cargo del género Bacillus sp., como también que la función proteolítica y lipolítica está a cargo del género ISSN 0080-2069 (impresa) ISSN 2314-369X (en línea) Pseudomonas sp., que es encontrada con frecuencia en ambientes ricos en materia orgánica (Cárdenas (1995). Todo lo expresado pone en evidencia el rol importante de las lombrices de tierra en la descomposición, la degradación de residuos de las actividades agrícolas y la recolonización bacteriana en suelos alterados. Referencias bibliográficas Alonso A., Borges S., Betancourt C. (1999). Mycotic flora of the intestinal tract and soil inhabited by Onychochaeta borincana (Oligochaeta: Glossoscolecidae). Pedobiologia, 43:1-3. Burk C., Langmaack M., Schrader S. (1999). Nutrient content of earthworms casts influenced by different mulch types. European Journal of Soil Biology, 35:23. Cardenas E.J.P. (1995). 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