Contribución Empresarial a Tasa Única La semana pasada el Ejecutivo presentó su “Iniciativa de Reforma Integral de la Hacienda Pública.” Dentro de lo más destacado del paquete de iniciativas propuestas, se encuentra la Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU). Momento en el que se propone Consideramos conveniente destacar los siguientes datos para ubicar el momento económico en el que se propone este impuesto: México ha registrado por décadas una baja recaudación tributaria no petrolera. En los últimos 18 años la recaudación promedio ha sido del 9.5% del Producto Interno Bruto (PIB) Esa recaudación es baja comparada con otros países con grados de desarrollo semejantes o con ingreso similar al nuestro, incluso resulta menor si se compara con algunos países con ingreso per capita inferior al nuestro. Recaudación como porcentaje del PIB : Recaudación en % del PIB República Checa 21.6% Polonia 18.8% Hungría 25.7% Corea 16.7% Venezuela 21.4% Chile 20.4% Brasil 17.5% Argentina 15.5% Uruguay 12.3% Colombia 13.5% Bolivia 13.8% Honduras 13.7% Por su parte, la carga fiscal promedio que reportaron para 2004 los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) asciende a 24.9%. El problema de la baja recaudación en México ha sido compensado con ingresos petroleros elevados, pero no es benéfico para el país sostener y acrecentar la dependencia que hoy registran las finanzas públicas respecto de los ingresos petroleros. De acuerdo con las proyecciones para el periodo 2007-20012 presentadas en los Criterios Generales de Política Económica 2007, sin que ocurra ningún cambio en el régimen tributario, se considera que los ingresos públicos no petroleros se incrementarían de 13.1% del PIB en 2006 a 14.8% del PIB en 2012. Para darnos una idea sobre la evasión, de acuerdo con el estudio “Medición de la evasión fiscal en México”, elaborado por el ITAM, la evasión fiscal total se redujo de 35.12% a 27.08% entre 1998 y 2004 y como porcentaje del PIB disminuyó de 3.89 a 3%, considerando IVA e ISR de personas morales, personas físicas con retenciones por salarios, ingresos por arrendamiento y actividades empresariales y profesionales. Características del CETU Considerando la necesidad de aumentar la recaudación y atacar la evasión y elusión, el Ejecutivo propuso al Congreso de la Unión la introducción de un impuesto de tasa única, que se presenta como un impuesto mínimo y de ser aprobado sustituiría al impuesto al activo, que sería abrogado. Se propone como un impuesto de tipo directo y equivale a gravar, con una tasa uniforme, la retribución total a los factores de la producción. De dicha retribución se permite deducir las erogaciones para la formación bruta de capital, la cual comprende maquinaria, equipo, terrenos y construcciones, además de los inventarios. Tendría una base más amplia que el impuesto sobre la renta. Gravaría los ingresos por enajenación de bienes, prestación de servicios y por otorgar el uso o goce temporal de bienes y permitiría menos deducciones que el impuesto sobre la renta. Por lo que a las deducciones se refiere, para efectos del impuesto de tasa única, se eliminan aquellas cuya deducción procede por un determinado porcentaje de los ingresos o erogaciones del contribuyente que las efectúe o en cantidades fijas con base en unidades de medida, autorizadas mediante reglas o resoluciones administrativas. Sobre deducciones, cabe mencionar que el artículo que establece, en su fracción I, los conceptos que se podrán deducir para efectos del CETU, indica que los contribuyentes podrán deducir las erogaciones que correspondan a la adquisición de bienes, de servicios independientes o al uso o goce temporal de bienes, que se utilicen para obtener los ingresos gravados para efectos de este impuesto. Sin embargo no queda del todo claro a que conceptos se refiere en esta fracción y de no clarificarse, abriría la puerta a un sin fin de interpretaciones que se resolverían en los tribunales, en detrimento de la recaudación y la seguridad jurídica del contribuyente. Además, la exposición de motivos establece que este impuesto busca gravar “la retribución total a los factores de la producción”, sin embargo la Ley no define el concepto de “retribución total a los factores de producción”, lo que ayudaría a clarificar que deducciones deben considerarse para efectos de determinar la base gravable. La propuesta establece que el impuesto se determinaría aplicando la tasa del 19% considerando una base de efectivo, esto es, acumulando los ingresos hasta que se cobren y tomando las deducciones hasta que se paguen. Se prevé un período de transición de un año. En 2008 la tasa sería del 16% y de 19% a partir de 2009. Contra este impuesto se podrá acreditar una cantidad equivalente al impuesto sobre la renta del propio ejercicio y el retenido a terceros, incluyendo las retenciones por salarios, del mismo ejercicio. Sería complementario al impuesto sobre la renta y se pagaría en la medida en que no se pague impuesto sobre la renta o sea inferior al impuesto de tasa única (impuesto mínimo). ¿Simplificación administrativa? Con el CETU se pretende lograr que paguen impuestos quienes no contribuyen al gasto público, sin embargo, también tendrán costos adicionales los que están contribuyendo. Suponiendo que quienes están contribuyendo no pagarán impuesto adicional por concepto del CETU, en materia de simplificación administrativa hay un retroceso. El CETU se determina con base en flujo de efectivo, es decir, los ingresos se acumulan cuando se cobran y las deducciones se consideran al ser efectivamente erogadas. Por su parte, el impuesto sobre la renta, se determina sobre la base de devengado, esto es, los ingresos y deducciones se consideran aún cuando no hubieran sido efectivamente cobrados o pagados. Así, los contribuyentes deberán contar con información financiera que les permita determinar el ISR sobre la base de devengado, e información financiera sobre la base de flujo de efectivo, a fin de tener los elementos necesarios para determinar el CETU. Comentarios finales Lo cierto es que el país requiere aumentar la recaudación no petrolera y pareciera ser que en eso coinciden todos los actores políticos, en lo que no se ponen de acuerdo es en cómo. Tanto la Ley del Impuesto sobre la Renta como la Ley del Impuesto al Valor Agregado, incluyen excepciones y tratamientos preferenciales que, además de erosionar las bases gravables, generan espacio para la elusión y la evasión. El tema del IVA, un impuesto al consumo, de más fácil recaudación y fiscalización que el impuesto sobre la renta, sobre el cual se trabajó ampliamente en la Convención Nacional Hacendaria, se politiza tan pronto se lleva la mesa de discusión y aún cuando pudiera ser una buena opción para aumentar la recaudación y combatir la evasión, parece ser que es un tema sobre el que no habría acuerdo. Este boletín ha sido preparado cuidadosamente por los profesionales de Ernst & Young, contiene comentarios de carácter general sobre la aplicación de las normas fiscales, sin que en ningún momento, deba considerarse como asesoría profesional sobre el caso concreto. Por tal motivo, no se recomienda tomar medidas basadas en dicha información sin que exista la debida asesoría profesional previa. Asimismo, aunque procuramos brindarle información veraz y oportuna, no garantizamos que la contenida en este documento sea vigente y correcta al momento en que se reciba o consulte, o que continuará siendo válida en el futuro; por lo que Ernst & Young no se responsabiliza de eventuales errores o inexactitudes que este documento pudiera contener. Derechos reservados en trámite.