Rostro renovado

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ego | limpieza de cutis
Una sesión dermatológica de limpieza de cutis
puede tomar entre 45 y 60 minutos
Limpieza de cutis
Rostro renovado
Una higiene facial –en la casa o en el consultorio– debe contar
con la asistencia de un especialista, quien evaluará el tipo de piel e indicará
las técnicas y los productos adecuados a su condición particular
Lena Jahn Santorufo | fotografía gabriela medina
Diariamente, el rostro se ve sometido a agentes externos: radiación ultravioleta, po-
lución ambiental y maquillaje son algunos de los agresores que le restan lozanía. La
limpieza facial, procedimiento esencial que antecede a cualquier otro recurso estético
que busque mejorar la apariencia del cutis, puede hacerse en la casa o en el consultorio.
En ambos casos, debe responder a las características de cada piel, cuya evaluación debe
ser realizada por el dermatólogo, quien indicará los productos apropiados y la técnica y
frecuencia de uso más convenientes.
EN LA CASA
Limpiar el cutis en el hogar es un procedimiento sencillo que forma parte de la rutina de
higiene personal. La dermatóloga Lucibel Crespo recomienda dos limpiezas faciales al
día, independientemente del tipo de piel: una en la mañana y otra en la noche. Quienes
tienen la piel muy grasa, aclara la especialista, pueden adicionar, como máximo, otra
limpieza al mediodía, pues una frecuencia mayor despoja a la epidermis del sebo natural
que la protege y potencia la acción de las glándulas sebáceas. En consecuencia, el rostro
tiende a ser más grasoso.
Paso a paso
Lavar. Limpiadores faciales con pH neutro o sustitutos del jabón elaborados con detergentes sintéticos (syndet) son
ideales para la higiene diaria del rostro, pues preservan el manto ácido de la piel.
Exfoliar. La frecuencia de este paso varía de una a tres veces por semana, según la sensibilidad dérmica. Existe en el
mercado diversidad de productos exfoliantes (scrubs) indicados para remover las células muertas de la capa externa de
la piel. Las preparaciones caseras –con sal o azúcar– deben usarse con discreción, pues pueden ser irritantes.
Tonificar. Utilizados especialmente en la limpieza nocturna, los tónicos faciales deben responder a las particularidades
de la piel: un cutis graso se beneficia de productos astringentes, que cierran los poros, mientras que preparaciones con
vitamina C relajan la piel seca o sensible.
Hidratar. Incluso la piel grasa amerita humectación. Sin embargo, ésta requiere productos específicos a base de compuestos
no comedogénicos –como el ácido salicílico–, y en ocasiones basta con una aplicación al día. Por su parte, la piel seca debe
hidratarse con productos altamente nutritivos –enriquecidos con vitamina E– tanto en la mañana como en la noche.
Proteger. La limpieza matutina debe finalizar con la aplicación de bloqueador solar, con factor de protección 30. La
piel grasa requiere presentaciones en gel; la sensible, en crema.
86+SALUD
modelo Verónica Rasquin (Agencia Niñitos) | maquillaje martha ramírez
limpieza de cutis | ego
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ego | limpieza de cutis
Aunque la limpieza de cutis no irrita
de manera significativa la piel, puede dejarla
ligeramente enrojecida durante 48 horas
EN EL CONSULTORIO
Si bien todos los tipos de cutis pueden requerir, eventualmente, métodos de limpieza facial
profunda, algunos se benefician más que otros de las técnicas de consultorio. Tal es el caso
del cutis graso que, por definición, presenta poros abiertos y comedones (puntos negros,
barros o espinillas), los cuales suelen necesitar una limpieza en cabina cosmética.
Crespo sostiene que la pertinencia de este procedimiento debe ser determinada –tras la
evaluación de la piel– por el especialista, quien también debe establecer la frecuencia (la
cual puede oscilar entre una vez al mes y una vez al año). De allí la importancia de evitar
centros de estética sin supervisión médica para esta práctica. Asimismo, señala Crespo, la
limpieza profunda de cutis está contraindicada en casa, donde el paciente no cuenta con
los instrumentos idóneos ni con las medidas de asepsia necesarias.
Por fases
Preparación del cutis. Se retiran las impurezas superficiales y el maquillaje. Agua y jabón neutro o
syndet bastan en esta fase, que se complementa con una exfoliación suave. Luego, con ayuda de un
vaporizador, el especialista dilata los poros del cutis del paciente.
Limpieza profunda. Es la extracción manual de comedones abiertos, tarea asistida con implementos
especiales. Una vez removidas las impurezas, el especialista se vale de un equipo multifuncional que
emite luz infrarroja y ultravioleta para desinflamar, descongestionar y cauterizar la piel. El dispositivo
trabaja con electrodos de alta frecuencia y corriente galvánica de acción bactericida y germicida.
Aplicación de mascarillas. Están destinadas a aliviar la tensión del cutis y atenuar el enrojecimiento
que las fases previas pueden ocasionar. De acuerdo al tipo de piel, se aplica una mascarilla relajante,
la cual, tras pocos minutos de acción, le confiere elasticidad al rostro. Luego, se distribuye una crema
hidratante y se finaliza con la aplicación de protector solar.
Métodos complementarios
Al momento de indicar el procedimiento más acertado, es fundamental tomar en cuenta no sólo las
particularidades de la piel sino el motivo de consulta del paciente. Así lo destaca la dermatóloga María
Asbati, quien sostiene que en algunos casos la limpieza de cutis resulta insuficiente o superficial. “Hay
pieles acnéicas, fotoenvejecidas o pigmentadas. Todas ellas con particularidades complejas que deben
tratarse con procedimientos complementarios”, detalla la especialista.
Bajo esas condiciones, sostiene Asbati, la limpieza de cutis funciona como coadyuvante de técnicas
de acción más profunda, entre ellas la microdermoabrasión y el peeling. Ambas trabajan con el mismo
objetivo: exfoliar las capas superficiales de la piel y estimular la producción de un nuevo estrato celular
con mayores niveles de colágeno y elastina, proteínas que proporcionan resistencia y elasticidad a la
piel. La microdermoabrasión opera mecánicamente y el peeling penetra y renueva la piel a través de la
acción química de sus componentes.
Las pieles muy resecas o fragilizadas se benefician notablemente al combinar la limpieza facial en
consultorio con procedimientos de hidratación profunda, asistidos por equipos que facilitan la apertura
de los poros y optimizan la absorción de los productos humectantes.
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Fue n t es c o n sul t a d a s
• Lucibel Crespo, dermatóloga. Policlínica Santiago de León • María Asbati, dermatóloga. Policlínica Metropolitana • Cuidado facial: los secretos de un rostro radiante. Ana Gallo.
Colección Tu belleza integral (2007).
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