Hijos en el tiempo del fin

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QUIERO SABER / ESPÍRITU DE PROFECÍA - Noviembre de 2002
Hijos en el tiempo del fin - 2
¿Aconseja Elena de White evitar la paternidad?
Responde Daniel Plenc, director del Centro de Investigaciones White en la Argentina:
Existe una carta donde se toca el tema de forma directa, y uno de sus párrafos fue publicado
en una compilación de los escritos de Elena de White:
“No es realmente sabio tener hijos ahora. El tiempo es corto, están sobre nosotros los
peligros de los últimos días y los hijos pequeños serán mayormente arrebatados antes de esto”
(Eventos de los últimos días, p. 37).
Hasta donde se pueda constatar, esta es la única consideración del tema en los escritos de
Elena de White. Es pertinente aquí recordar que, más que en cualquier otra presentación, las cartas
personales deben ser miradas en su contexto y en armonía con las circunstancias que las motivaron.
Se impone, entonces, la necesidad de complementar brevemente la información relativa al
consejo de Elena de White acerca de no tener hijos en el tiempo del fin.
Este párrafo de Eventos de los últimos días fue tomado de una carta de tres páginas que se
encuentra en el Archivo de Cartas y Manuscritos del Centro de Investigación White (Carta 48,
1876).
Elena de White se dirige en esa ocasión al pastor Van Horn y a su esposa Adelia. Sus
palabras son sentidas, afectuosas, pero firmes, y manifiesta haber escrito con un sentimiento de
pena. Los esposos Van Horn habían ido a trabajar a Oregon, donde los esperaba una gran obra
evangelizadora. Al mismo tiempo, se les advierte que Satanás tenía planes de frustrar los propósitos
de Dios.
La mayor parte de la carta está dirigida especialmente a Adelia, una mujer con talentos
superiores, pero al mismo tiempo con peligrosas limitaciones. Se la describe como una persona
emotiva, imaginativa, a veces negligente e indebidamente ansiosa. Elena de White le sugiere que el
cuidado de niños profundizaría esas cualidades y detendría la obra que podría hacer.
En uno de los párrafos leemos: “El cuidado de niños preocuparía de tal manera la mente que
Cristo y su obra serían descuidados”. Luego viene la sección final de la carta, que comienza con la
oración reproducida en Eventos de los últimos días:
“No es realmente sabio tener hijos ahora. El tiempo es corto, están sobre nosotros los
peligros de los últimos días y los hijos pequeños serán mayormente arrebatados antes de esto. Si los
hombres y las mujeres que pueden trabajar para Dios consideraran que, mientras se complacen a sí
mismos al tener hijos pequeños y cuidarlos, podrían estar en la obra enseñando el camino de
salvación a un mayor número y trayendo muchos hijos e hijas a Cristo, grande sería su recompensa
en el reino de Dios.
“Adelia, mi corazón está apenado porque usted ha fallado, porque ha robado a Dios. Usted
es naturalmente temerosa, y toma dificultades prestadas. Usted no podría tener descanso o paz
mental separada de sus hijos; y por su disposición ansiosa ha cerrado el camino para su obra. Y
esto no es todo: la obra es grandemente descuidada”.
Es evidente que el consejo de no tener hijos se dirige a una mujer con características
peculiares, y con desafíos especiales como esposa de pastor. No parece sensato aplicar este consejo
a todos los matrimonios en cualquier circunstancia. De todas maneras, el pesar las demandas de la
obra de Dios y la idoneidad personal para una paternidad responsable es un deber ineludible para
todo hijo de Dios que está evaluando traer niños al mundo en este tiempo particular.
La paternidad es, a no dudarlo, un privilegio y una sagrada responsabilidad. Porque los
hijos han de ser preparados para este tiempo y para la eternidad. “A todos los padres que profesan
creer en la pronta venida de Cristo se les da una solemne obra de preparación, con el propósito de
que ellos y sus hijos estén listos para encontrarse con el Señor en su venida” (En los lugares
celestiales, p. 212).
Sobre estos complejos asuntos, el Padre del cielo otorgará sabiduría de lo alto a los que se la
demanden con humildad.
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