Por último, tenés un sentimiento muy fuerte por la política y la

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Talleres Metalúrgicos Vasena, se convirtió en un
conflicto sindical generalizado que terminó con 700
muertos y centenares de heridos. Culturalmente está
ligado al tango, muchos famosos pasaron por aquí, por
sus bares y milongas, así fue el caso de Carlos Gardel y
Homero Manzi. Asimismo, tiene una historia
arquitectónica muy interesante, hay casas con más de
150 años que debemos cuidarlas y protegerlas porque
hoy son blanco de los negocios inmobiliarios. Y por
supuesto, no podemos olvidarnos de sus plazas, lugares
públicos, monumentos y esculturas.
Tu amor por el barrio de San Cristóbal y tu
compromiso con la política territorial te llevaron en
2011 a ser comunero por el FPV. Puntualmente,
¿cuál es la función de un comunero?
DR: El espíritu de la Ley Orgánica de Comunas, acordada
en 2005, auspiciaba la creación de los Centros de Gestión
y Participación Ciudadana permitiendo a los comuneros la
facultad de la representatividad en el barrio, la promoción
de la descentralización de las funciones del Gobierno de la
Ciudad, el impulso a la participación activa del vecino en
la toma de decisiones y la difusión del patrimonio y la
identidad cultural del mismo, entre otras muchas. Pero
como todo en la política tiene sus altibajos, por medio de
un decreto del Gobierno de la Ciudad están en vigencia las
Unidades de Atención Ciudadana, que difieren del espíritu
de la ley anterior. Esto motivó en forma directa mi
desvinculación al cargo.
Por último, tenés un sentimiento muy fuerte por
la política y la militancia, ya sea barrial, sindical o
partidaria ¿por dónde pasa para vos el
compromiso con el otro?
DR: Por el amor básicamente. Provengo de una familia
políticamente comprometida, mi papá era sindicalista y
hoy mis hijos son militantes políticos y representantes de
los trabajadores. Mi lógica de trabajo siempre fue muy
política-ideológica, de unidad básica, de reuniones, de
deliberaciones y de mucha calle. El barrio tiene mucho de
todo eso y APL también. Gracias a Di Próspero, nuestro
sindicato tiene esa idiosincrasia y yo estoy seguro que
mucho tiene que ver por la historia de nuestro secretario
general y la relación con su padre, un militante y
sindicalista comprometido con los trabajadores, igual
que él. Mirá como son las cosas, cuando entré a trabajar
acá, el padre de Norberto me dijo cuidame al pibe y hoy
ese nene, el principal referente de APL, me terminó
cuidando a mí.
Durante el tiempo que ocupaste esta función por el
barrio de San Cristóbal, ¿con qué proyectos
trabajaste?
DR: Como comunero trabajé muy comprometidamente
con un proyecto para la erradicación de “las villas de
emergencia de propiedad horizontal”, como yo las llamo,
que no son otra cosa que los hoteles y pensiones que
abundan por los barrios de Constitución, Balvanera y San
Cristóbal. Son lugares muy precarios y peligrosos por el
estado en que se encuentran las edificaciones, son
habitados por entre 30 y 40 familias, que comparten
cocina, baño y viven hacinados en habitaciones
diminutas, por las que pagan mucho dinero.
Por otra parte, además, siempre trabajamos con los
pedidos puntuales de los vecinos y su entorno barrial
como la poda de los árboles, la reparación de las veredas,
la luminaria y el cuidado de las plazas.
Cada barrio porteño tiene su idiosincrasia, su
historia y sus prácticas ¿Qué es lo más importante
que debemos saber del barrio de San Cristóbal?
DR: San Cristóbal es uno de los barrios más antiguos de la
Ciudad de Buenos Aires. Tiene una historia muy rica y
comprometida con el pueblo trabajador. Por ejemplo,
donde hoy se encuentra la Plaza Martín Fierro, se
sucedieron en 1919 los hechos conocidos como la Semana
Trágica en la que una huelga de trabajadores de los
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