ES21 DE AGOSTO DEL 2010 las primeras señales de la menopausia Texto Elena Castells La regla empieza a hacer el tonto, aparece algún que otro sofoco, la cintura se está ensanchando… ¿Estaré entrando en la menopausia? Los expertos explican cuáles son las señales que indican que la etapa fertil está llegando a su fin 32 33 EN FORMA Una herencia materna No es sinónimo de vejez, ni de enfermedad, ni mucho menos de declive personal. Pero la menopausia sigue planteando muchas dudas, sobre todo en cómo y cuándo llegará. En algún momento a partir de los 45 años la mujer empieza a experimentar algunos cambios. Su vida fertil está llegando a su fin, sus ovarios van a dejar de producir hormonas y de liberar óvulos. Y eso va a desencadenar una serie de cambios en el cuerpo femenino. Pero, ¿sabremos identificar ese momento? De hecho, un 15% de las mujeres no sufre ninguna molestia y la regla se les va retirando progresivamente sin más. Pero la gran mayoría, más del 80%, está unos años sufriendo desarreglos y padeciendo algunos síntomas, que pueden llegar a ser más o menos molestos dependiendo de cada caso. La menopausia no es una fecha concreta en el calendario. Los ginecólogos llaman climaterio al periodo de transición paulatina del estado fértil al no reproductor. El climaterio se divide en tres fases: la perimenopausia (etapa previa al cese de la menstruación), la menopausia (cese definitivo de la menstruación) y postmenopausia (alteraciones debidas al déficit hormonal). Para hablar de menopausia debe haber pasado un año sin ciclo menstrual. Hasta llegar a ese momento, la mujer se encuentra en la perimenopausia, que se sitúa entre tres y cinco años antes del último ciclo menstrual y se prolonga hasta un año después. Es en este punto, entre los 45 y los 50 años –aunque algunos ginecólogos la sitúan a partir de los 40-, cuando asoman las primeras señales. “Entre los primeros síntomas que sufren la mayoría de mujeres, aunque cada una de un modo diferente, están los sofocos, la sudoración, los ciclos inestables, sangrados más abundantes, pérdidas a mitad de ciclo y el nerviosismo”, destaca Manuel García Manero, especialista del departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universitaria de Navarra. Como norma general estos síntomas pueden llegar a durar hasta cuatro o cinco años y una vez instalada la menopausia tienden a ir desapareciendo también en unos cuatro o cinco años. Una de las primeras señales de la menopausia es el cambio en el ciclo menstrual. “Pueden ser ciclos más largos o más cortos, con pérdidas menstruales inesperadas, sangrados irregulares… es una etapa de baile”, sintetiza García Manero. Una mujer podría llegar a quedar embarazada durante la perimenopausia. A pesar de que durante este periodo los ciclos menstruales son irregulares es mejor tomar precauciones. No obstante, García Manero advierte que la probabilidad “es muy baja ya que existen ciclos en los que no hay óvulo”. En su opinión, lo más conveniente es seguir con el mismo anticonceptivo que se estaba utilizando hasta ese momento y no dejarlo hasta un año después de haber desaparecido la regla. En esta etapa también son habituales los cambios en el estado de ánimo. Irritabilidad, estrés, incluso depresión tienen mucho que ver con el descenso de los niveles de estrógenos. más del 80% de las mujeres está unos años con desajustes en el ciclo Pero el síntoma más común y uno de los primeros en aparecer son los sofocos. Según Carmen Villaverde, profesora del departamento de Enfermería de la Universidad de Gra- nada, llegan a afectar a más del 80% de las mujeres. “En la mujer perimenopáusica el sofoco es un desfase de la temperatura corporal provocado por la falta de estrógenos: por lo general son oleadas de calor intenso en la cara y parte alta del tórax, a veces precedidas de palpitaciones o mareos y que finalizan con una sudoración profunda y escalofríos”, detalla. La frecuencia puede ser desde una vez al mes hasta uno cada media hora y pueden durar entre uno y seis minutos. “Los sofocos pueden alargarse hasta diez años después de haberse retirado la regla: una de cada cuatro mujeres los continúan padeciendo sofocos más allá de los 60 años”, advierte Villaverde. Pero por lo general desaparecen lentamente en pocos meses o unos años después del comienzo de la menopausia. Para Elena Ruiz Domingo, ginecóloga del CAP Antoni Creus de Terrassa, los sofocos pueden llegar a ser muy molestos cuando son “tan intensos que la persona se despierta por la noche y no le dejan descansar”. Si queremos saber cómo será nuestra menopausia averiguemeos cómo fue la de nuestra madre. “Tiene un componente genético importante, sobre todo en la duración de los ciclos y en la edad en la que aparece”, asegura García Manero. Con todo, debido a los diferentes estilos de vida de las madres y las hijas los síntomas serán más o menos similares y llevaderos. Carmen Villaverde lo resume así: “Los genes se expresan en relación con los factores medioambientales y los hábitos de cada persona”. Por lo que asegura que cuanto más nos cuidemos más llevaderos serán los síntomas. Todos estos síntomas son consecuencia de una disminución de los estrógenos. La doctora Montserrat Manubens, referente del área de Menopausia del Institut Dexeus, advierte que son factores individuales y que no existe un œ ES21 DE AGOSTO DEL 2010 un 15% de las mujeres no sufre molestias y la regla se les retira sin más Algunos consejos para vivir el climaterio de una manera saludable >Evitar el sobrepeso > Realizar cuatro o cinco comidas diarias > Llevar una dieta equilibrada, consumiendo muchos productos lácteos y pocos productos grasos > Beber abundante agua (unos dos litros al día) > Evitar el consumo de alcohol, tabaco, café, té o de cualquier otra sustancia excitante o estimulante > Realizar ejercicio físico para aumentar el tono muscular y mover las articulaciones, como flexiones, rotaciones, levantamiento de pesas pequeñas o ejercicios de suelo y sentada > Caminar a paso rápido, pero sin correr y controlando la respiración > Reservar tiempo para una misma. Adoptar una actitud positiva > No dudar en pedir ayuda y expresar sus molestias > Buscar compañía: hable con su familia, amigos o compañeros de trabajo > Aprender a relajarse y hacer ejercicios de respiración 34 El síntoma más común y primero en aparecer son los sofocos Cambios en la silueta patrón fijo. “Depende del cuerpo de cada una, de su genética, de su estilo de vida…”, asegura. Manubens detalla que los síntomas se suelen producir de forma escalonada: en la perimenopausia se encuentran los sofocos y un estado de ánimo más bajo, luego, a medio plazo (3 y 6 años después de haber desaparecido la regla), la sequedad de la piel y vaginal, los picores y el dolor en el coito por falta de lubricación, y por último, a largo plazo (entre 10 y 12 años después, ya en la postmenopausia), la osteoporosis y la enfermedad cardiovascular, sin duda los más graves y silenciosos. œ Los expertos coinciden en que las mujeres fumadoras adelantan la llegada de las molestias y las que tienen más grasa abdominal toleran mejor los síntomas ya que “los andrógenos acumulados en la grasa se convierten en estrógenos”, dice Villaverde. Para disminuir las molestias que ocasiona la sintomatología durante la menopausia existen tratamientos a base de estrógenos que pueden ser en pastillas, en crema o en parches. Pero son muchas las mujeres que no necesitan seguir ninguno pues los síntomas son llevaderos y compatibles con la vida diaria. En cambio, cuando las molestias incapacitan a una persona en su rutina diaria será el ginecólogo quien valorará si la paciente debe comenzar o no una terapia hormonal. Los tratamientos a base de estrógenos están contraindicados en las mujeres que han padecido cancer de mama o endometrio, las que sufren enfermedades hepáticas o tienen hemorragias y las que padecen migrañas. Villaverde añade que existen otros riesgos como la enfermedad coronaria, el ictus cerebral y el cáncer de mama… “En cambio, los beneficios de tomar estrógenos son que desaparecen los sofocos y se previene el cáncer de colon y la descalcificación”, apunta. Otra opción para combatir los síntomas es la fitoterapia, es decir, utilizar plantas medicinales contra las enfermedades. “El consumo de isoflavonas de la soja, por ejemplo, mejora los sofocos”, señala Manubens. Diversos estudios han demostrado que las mujeres orientales acostumbradas a consumir soja desde la infancia tienen menos síntomas durante la menopausia. En este sentido, García Manero advierte que hincharse a soja a “Como lo mismo que antes, incluso menos, y estoy más gorda”. Es una frase que se repite a partir de los 50 años. No cabe duda de que la llegada de la menopausia supone también un cambio en la silueta de la mujer. El doctor García Manero argumenta que en esta etapa de la vida, debido a la disminución de estrógenos, el metabolismo se enlentece. La grasa sobrante se acumula, sobre todo, en la zona abdominal. Y por supuesto, cuesta más adelgazar. “Con los años debemos comer menos y movernos más y no lo hacemos; en esta edad es más importante hacer ejercicio que dejar de comer”, asegura la doctora Manubens, quien alerta de la importancia del perímetro de la cintura: “No por una cuestión estética sino por el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, ya que con la menopausia los lípidos aumentan y por lo tanto también el colesterol y la hipertensión”. La nutricionista Marie Béjot añade que durante la menopausia se aumenta unos 400 gramos de peso por año ya que la masa muscular disminuye. “Es más difícil adelgazar durante la menopausia ya que el metabolismo basal es más bajo. Aunque las mujeres coman poco aumentan su masa grasa ya que pierden músculo y su metabolismo disminuye”, explica. partir de los 50 no va a servir de nada. “Es necesario cambiar los hábitos ya desde niñas e introducir la soja en la dieta habitual”, afrima. Pero más allá de tratamientos puntuales una vez aparecen los síntomas, los expertos apuestan por la prevención. Y coinciden en que llevar una dieta saludable y realizar ejercicio ya a partir de los 40 –si no se ha empezado antes– mejorará mucho la calidad de vida una vez entrada la menopausia. “La vida sedentaria es el principal enemigo de una mujer con menopausia”, dice García Manero, quien fija la edad de 40 años en un buen momento para empezar a introducir mejoras: dieta a base de frutas y verduras, dejar el tabaco y el alcohol, hacer ejercicio… “La dieta debe ser pobre en grasas para cuidar el colesterol y la hipertensión y rica en calcio para evitar la osteoporosis”, detalla la doctora Manubens. Marie Béjot, médico nutricionista fundadora de Oenobiol, laboratorio de complementos alimenticios, recomienda una alimentación rica en vegetales y en alimentos no refinados como puede ser arroz, pan y pastas integrales que contengan lignanos protectores. También es conveniente aumentar el consumo de fibra y tomar tres raciones o más de productos lácteos desnatados y semidesnatados. “Los lácteos son necesarios para prevenir la osteoporosis y se recomiendan una cantidad de 1.000 a 1.200 mg al día. Para las mujeres que no toleran la leche, por la deficiencia de lactosa podemos recomendarles yogures que son mejor tolerados”, aconseja la doctora Ruiz Domingo, que hizo una ponencia en el primer Salón de la Menopausia que tuvo lugar en abril en Barcelona. Por el contrario, deben borrarse de la dieta los fritos, rebozados, la bolleria industrial, el acohol y moderar el consumo de café y te, ya que impiden la absorción del calcio. A la hora de elegir un deporte es preferible optar por los aeróbicos, que mejoran la salud cardiovascular, la osteoporosis y el ánimo. Una vez entrada la postmenopausia, el doctor García Manero advierte que la natación no es un buen ejercicio para combatir la osteoporosis porque es “un ejercicio antigravitatorio y para formar hueso es necesario el golpeteo del pie en el suelo”. Por su parte, Manubens destaca que es muy importante hacer estiramientos, antes y después de realizar ejercicio, “ya que la musculatura se va encogiendo con el paso de los años”. s