Opinión Calidad de los Productos Hortícolas. Situación Actual Ing. Agr. José Fernández Lozano Mercado Central de Buenos Aires El objetivo final de la producción, manipuleo y distribución de hortalizas frescas debe ser el de satisfacer a los consumidores. En general, se concuerda que la satisfacción del consumidor está directamente relacionada con la calidad del producto, aunque también existen otros factores que contribuyen a su logro (continuidad en el abastecimiento, precio, presentación, servicios, etc.) El objetivo final de la producción, manipuleo y distribución de hortalizas frescas debe ser el de satisfacer a los consumidores. En general, se concuerda que la satisfacción del consumidor está directamente relacionada con la calidad del producto, aunque también existen otros factores que contribuyen a su logro (continuidad en el abastecimiento, precio, presentación, servicios, etc.). Hay muchas definiciones acerca del término “calidad de hortalizas”. Cada integrante de la cadena de producción-distribución-consumo resalta algún aspecto que sea de su particular interés. El concepto moderno de calidad engloba varios atributos que deben cumplir las hortalizas para su comercialización y consumo. Una definición que compatibiliza la mayoría de los intereses sería: “Un producto hortícola de calidad es aquel que es producido, seleccionado y empacado para satisfacer los requerimientos de los clientes”. Para esta definición, el precio correcto está considerado como un requerimiento más. Estas exigencias de los clientes son subjetivas y variables de acuerdo al segmento de mercado considerado. En general, se trata de atributos como apariencia, características internas, condición y conservación del producto; no obstante, otros atributos no menos importantes, aunque ocultos para los clientes, deben estar presentes en las hortalizas, tales como los referidos a la nutrición e inocuidad. La situación actual, en cuanto a la calidad de los productos hortícolas comercializados en Buenos Aires, es muy variable según sea el producto considerado, la zona de producción y la época del año, entre otros factores. Por estos motivos las siguientes referencias son de carácter general. En los últimos diez años ha habido una mejora en la calidad de los productos hortícolas, especialmente en las hortalizas de fruto (tomate, pimiento, berenjena y otros). Ese avance se reflejó en una mejor selección, presentación y uso de envases más adecuados. Sin duda, la producción en invernadero de estas especies contribuyó a ese logro. Los defectos más importantes que se observan en tomate y pimiento son: desuniformidad de tamaños y de madurez en el envase, rajaduras y manchas de diverso origen y deformaciones del fruto en pimiento. Dentro de las llamadas hortalizas pesadas, la oferta de zanahoria y zapallo tuvo un mejoramiento de la calidad. En cebolla y ajo, una parte importante de la producción se exporta, con lo cual se ha creado una mayor conciencia de la necesidad de la producción de productos de calidad y se cuenta con una infraestructura de empaque adecuada. Esto contribuye positivamente a mejorar la calidad de la oferta, pero como contrapartida los lotes de mejor calidad suelen destinarse a la exportación y el resto queda para el mercado interno. Si bien hay algunos productores que están haciendo un esfuerzo para mejorar la calidad de la papa comercializada, en general se puede afirmar que ésta es deficiente. El exceso de tierra, 42 idiaXXI Opinión deformaciones, daños por insectos de suelo y desuniformidad en el tamaño de los tubérculos, son los principales defectos. Dentro del grupo de las hortalizas de hoja existe poco avance; el uso de envases de madera con retorno, en la mayoría de las partidas enviadas a mercado, afecta la presentación y atenta contra la calidad sanitaria de los productos. Este grupo de hortalizas es el que más se beneficiaría con el uso de frío en el manejo poscosecha, sin embargo esta tecnología aún no se ha difundido masivamente en el sector productor y comercial. En los últimos años, el desarrollo de la producción de algunas hortalizas de hoja (lechuga, apio, espinaca) en invernaderos está contribuyendo a mejorar la calidad de estas especies. No obstante, debe prestarse atención a esta tecnología de producción ya que en estos casos se puede producir una modificación en los procesos de degradación de los plaguicidas usados para el control de plagas y enfermedades, con lo cual se puede alargar el período de carencia de estos agroquímicos. Se han verificado en el Mercado Central de Buenos Aires residuos de plaguicidas en niveles superiores a la tolerancia establecida por la reglamentación vigente. El deterioro poscosecha de las hortalizas se puede manifestar por la pérdida total del producto o por una reducción en la condición del mismo a medida que transcurre el tiempo luego de su cosecha. Existe muy poca información sobre la magnitud de estas pérdidas en los diferentes eslabones de la cadena hortícola. En el Mercado Central las pérdidas promedio están en el orden del 0,5 a 1% del volúmen total ingresado de hortalizas. Desde ya, este porcentaje es variable según la especie considerada. Las hortalizas que en general presentan mayores decomisos son: lechuga, tomate, zapallito, zanahoria, chaucha, maíz dulce y cebolla de verdeo. Las pérdidas por deterioro de la calidad/condición son más difíciles de medir, pero afectan marcadamente el resultado económico del negocio. La escasa articulación entre los diferentes integrantes de la cadena hortícola influye negativamente en la producción y comercialización de productos de calidad. Es generalizado el desconocimiento por parte del productor y empacador de lo que sucede en el mercado mayorista y minorista, razón por la cual se dificulta la adaptación del producto a los requerimientos de los clientes. Tampoco es eficiente la información que el sector comercial suministra a sus proveedores para tal fin. El desarrollo de las grandes cadenas de supermercados modificó en parte algunos aspectos de la calidad y presentación de las hortalizas, aunque la situación es variable según la cadena considerada. Algunas empresas están exigiendo una mayor calidad de producto, uso de frío en poscosecha, envases sin retorno o si son retornables deben ser lavados para el próximo envío, uso de pallets en el manejo de las cargas, etc. Dado el incremento en la demanda de hortalizas de mayor calidad se hace imprescindible que los integrantes de la cadena hortícola argentina adecuen su funcionamiento a esta situación. Los mismos deberían prestar especial atención a los siguientes aspectos: - Tomar conciencia y estudiar los requerimientos de los consumidores (mercado) al cual serán destinados los productos. - Aplicar los parámetros de calidad tanto a los productos como al resto de las actividades que realiza la empresa (calidad total). - Generar acciones de cooperación con el resto de los integrantes de la cadena hortícola. - Implementar sistemas de control y aseguramiento de la calidad. idiaXXI 43