NIETZSCHE, La gaya ciencia, Libro V, §§ 343-346. LIBRO QUINTO Resumen (para el nivel de los alumnos de 2º de Bto. del IES San Isidoro de Sevilla, Madrid) 343.Que “Dios ha muerto” es el mayor acontecimiento de nuestro siglo. Al menos para quienes están preparados para recibir esa noticia. La inmensa mayoría no está preparada para recibir esta noticia. Quienes están preparados para asumir que Dios ha muerto, ven que el mundo occidental está en una situación crepuscular, decadente, crítica. Y que vendrán tiempos en los que se verá destruído todo lo que se basaba en la creencia en la existencia de Dios, entre otras cosas la moral occidental. Pero esto, con parecer terrible, abre las puertas a un nuevo pensamiento, no basado en valores viejos. Esto es esperanzador para quienes están preparados para ello. Éstos son los filósofos, los "espíritus libres", que viven esto con “el corazón rebosannte de agradecimiento, admiración.... [y ven] el horizonte despejado de nuevo”. 344.A pesar de que se dice que la ciencia no admite presupuestos, fe, la verdad es que se fundamenta en una fe incuestionada: la fe en la verdad, en una verdad libre de presupuestos. ¿Qué es esa voluntad incondicionada de verdad? Es a la vez voluntad de no engañar y de no ser engañado. a) Ser engañado, víctima de un engaño, lo vivimos como algo nocivo, perjudicial. Pero esto no se ha demostrado. Luego la volundad de verdad se fundamenta en otra convicción: que ser engañado es nocivo. b) Voluntad de no engañar, de verdad en sentido pleno, es voluntad de muerte, voluntad de vivir de acuerdo a una moral occidental cuando el mundo es amoral. Esa voluntad de verdad se basa en una mentira, en fingir que el mundo inmutable, irreal, es el más real, y que es el más digno de ser conocido, como perseguía Platón. Pero Dios y el mundo de Platón es algo irreal, y quien supone que su conocimiento es el conocimiento de lo más real se engaña, fingiendo perseguir, con ello, la mejor verdad, lo más escible. 345.Se ha presupuesto que puede haber una ciencia [y una moral] desinteresada, incondicionada. Pero esto es falso. Las morales son interesadas, son individuales, no universales. Debemos hacer una crítica de la moral occidental. Pero nadie ha hecho una crítica al gusto de Nietzsche, pues quienes la han criticado, han supuesto su validez. En efecto, quienes constata que distintos pueblos tienen opiniones morales comunes, derivan de ello que las leyes morales son universales. Quienes constatan que hay diferentes creencias morales en distintos pueblos, derivan de ello que no hay obligaciones morales. Ambos están equivocados. Según N., hay deberes, pero no son universales, sino distintos para distintos hombres. La moral no es algo universal, como predica la moral occidental. La crítica de la moral occidental no se puede hacer desde dentro, no se puede valorar el valor de la moral occidental desde la moral occidental. N. se encargará de hacer esa crítica radical. 346.Esa crítica han de hacerla los espíritus libres, quienes, como N., han comprendido que el mundo no tiene nada de divino, ni de racional, que no hay ni tiene por qué haber compasión ni justicia en el mundo. El mundo, carente de Dios, es inmoral, inhumano. Hasta ahora se ha supuesto lo contrario, engañándonos a nosotros mismos,. al despertarnos de esa mentira, de ese sueño, tendemos a pensar que el mundo no vale nada, y eso es un error: no tiene el valor que creíamos que tenía. Este error, el extravío moderno, lleva al pesimismo moderno. Este pesimismo nos lleva a luchar contra el mundo, que no es lo que creíamos, a negar el mundo. Esta actitud pesimista repugna a N., quien piensa que el hombre no se opone al mundo. El pesimismo de quienes niega el valor del mundo puede conducirnos a negarnos a nosotros mismos. Por eso, N. nos aconseja suprimir las antiguas valoraciones y sus consecuencias. En efecto, cuando negamos valor a lo que antes estimábamos, valoramos el mundo -negándole ahora todo valorusando los antiguos valores. Pero los antiguos valores no valen, y no debemos entrar en la barrena del pesimismo y del nihilismo negador del valor del mundo y del hombre basándonos en los antiguos valores.