En el mapa se representa la extensión superficial de algunos

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En el mapa se representa la extensión superficial de algunos árboles característicos de la vegetación española. Obsérvelo y conteste a las siguientes preguntas: a) Indique el nombre de las Comunidades Autónomas donde se localiza, predominantemente, el alcornoque y cite las provincias en las que no hay encinas. b) ¿Sobre qué zonas litológicas se extiende el alcornoque? Explique las características de la encina que justifican su extensa distribución. De las especies señaladas en la leyenda, diga las que forman bosques caducifolios y cuáles forman bosques perennifolios. c) ¿Qué factores explican la mayor presencia de masas forestales en el oeste y norte de la Península? a) Comunidades Autónomas donde se localiza el alcornoque son: Andalucía, Extremadura, Castilla-­‐La Mancha, Castilla-­‐León. Las provincias en las que no hay encinas son: A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Asturias, Cantabria, León, Palencia, Burgos, Almería, Murcia, Alicante, Valencia, Cádiz, Sevilla, Córdoba. b) El alcornoque se extiende sobre suelos silíceos de materiales paleozoicos formado por sílice, granito, cuarzo… El bosque mediterráneo tiene como especie más representativa la encina. La gran extensión del área ocupada por la encina obedece a su carácter acomodaticio, que le permite ocupar suelos y climas diversos, y alcanzar altitudes de hasta 2000 metros en Sierra Nevada, gracias a su capacidad para resistir las frías temperaturas invernales. El principal rasgo del bosque mediterráneo es su carácter perennifolio, que deriva de las exigencias de adaptación al medio que impone el clima. Como sabemos, el clima mediterráneo presenta una sequía estival muy prolongada a las que se han adaptado las plantas desarrollando mecanismos para reducir la evapotranspiración y alcanzar la humedad del suelo. Por eso, la vegetación mediterránea tiene hojas pequeñas y coriáceas, y una raíz extensa y profunda que se hunde vigorosamente en el sustrato. Especies del bosque caducifolio son el haya y el roble. Especies del bosque perennifolio son el alcornoque y la encina. C) Las causas de las masas forestales en el oeste peninsular se deben a la pertenecía a la Iberia silícea. En la Iberia Silícea los suelos son poco fértiles y resultan muy pobres para la agricultura. Predomina la actividad ganadera, destacando el paisaje de la dehesa que consiste en un sistema agrario basado en el aprovechamiento mixto forestal y ganadero: encinas y alcornoques (bellota) y ganado porcino, ovino o bovino, de grandes explotaciones que ocupan suelos de mediocre calidad. Las dehesas conforman amplios paisajes en el occidente peninsular y en Andalucía, y son auténticos exponentes de una ocupación humana del espacio rural armónico con la naturaleza y respetuosa con el medio. La provincia atlántica: comprende el norte y noroeste peninsular y está representada por los hayedos y los robledales. Existe gran coincidencia entre los espacios forestales y las áreas de montaña. Ello es consecuencia de la escasa o nula aptitud agrícola de las montañas y de la repoblación forestal. La fachada atlántica se caracteriza por una vegetación exuberante, como corresponde a un clima de temperaturas suaves y humedad abundante y bien distribuida a lo largo del año. Estas condiciones, unidas a las edáficas, permiten el desarrollo de un bosque caducifolio que alcanza los 25 a 30 metros de altura y cuya frondosidad reduce considerablemente el acceso de la luz solar hasta el suelo, dificultando el desarrollo de los estratos arbustivo y herbáceo. El haya es el árbol por excelencia de las montañas fresco-­‐húmedas. Se adapta a los suelos silíceos y calizos y se extiende desde Galicia hasta el Pirineo. Su madera, de excelente calidad, se utilizaba antiguamente para la obtención de carbón; hoy se dedica a la fabricación de muebles, para lo cual se corta en turnos madereros de 80 a 100 años. A menor altura que el haya, por lo general a menos de 1000 metros, se sitúa el roble que prefiere los suelos silíceos. 
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