“Poca cama, poco plato y mucha suela de zapato”

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“Poca cama, poco plato y mucha suela de zapato” Este dicho agudo y sentencioso de uso común, es un método de enseñanza práctica que está encaminado a mostrarnos el mundo en su versión más genuina. Solemos usar los refranes como advertencia, consejo, aviso o descripción, y nuestra labor de hoy va ser ponerlo en práctica. El nuevo estilo de vida y la falta de tiempo hacen que en ocasiones descuidemos los buenos hábitos alimentarios y comamos de forma desequilibrada. En el anterior artículo hice hincapié en la importancia de un desayuno correcto, hoy seguiremos hasta conseguir que nuestra alimentación sea equilibrada durante todo el día, “ todos los días del año”, incluidos festivos y folklóricos. Endocrinos y dietistas estiman conveniente dosificar la ingesta diaria en cinco tomas (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) con el fin de favorecer la asimilación de los nutrientes y asegurar un buen estado de salud, físico y mental. Un experto en nutrición te dará las recomendaciones adecuadas de cuantas calorías debe consumir tu organismo, ya que cada uno de nosotros somos distintos a los demás. Ya comentamos que el desayuno y almuerzo deben aportar el 25-­‐30% de las calorías diarias, la comida principal aportará el 35-­‐40%, dejaremos un 10-­‐15% para la merienda, y reservaremos un 25-­‐30% para la cena, sin olvidar en ningún momento beber 1,5 a 2 litros de agua. Como norma general la contabilización de un reparto adecuado de calorías es muy sencillo. Pongamos un ejemplo: Si tu ingesta calórica es de 2000 kcal. DESAYUNO Y ALMUERZO COMIDA MERIENDA CENA TOTAL 25 % 35% 15% 25% 100% 500 Kcal 700 Kcal 300 kcal 500 kcal 2000 KCAL ¿Qué hacer con lo de “poco plato”? Este aspecto lo tendremos muy en cuenta a la hora de servir los alimentos en la mesa. El plato no debe ser de los grandes y si lo es deberemos ver más plato que alimentos, y además la mitad de ese plato debe estar compuesto de ensalada o verdura cocida, el resto lo reservaremos para los hidratos de carbono y las proteínas. La merienda es un “tente en pie” entre la comida y la cena de forma que no lleguemos con hambre voraz a la última comida del día y perdamos en solo una toma todo nuestro equilibrio. La cena debe ser ligera, respetando las raciones recomendadas de los distintos grupos de alimentos, pudiendo, eso sí, disminuir las cantidades de los mismos. De ningún modo hay que saltarse la cena, ni pasar hambre, ni siquiera cuando se pretende adelgazar, eso solo perjudica. Y un último y creo que de los más importantes consejos “mucha suela de zapato”. Caminemos, caminemos todos los días, aunque sea media hora, no me sirve que vas al trabajo a pie, no, caminemos media hora al día por obligación, (saca el tiempo de donde puedas), y el resto….. lo haremos a pie. ¡¡¡¡Felices Fiestas a Tod@s¡¡¡¡ “Desayuna como Rey, come como Príncipe y cena como Mendigo” 
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