Volver a casa tras haber cambiado

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f
i n a l
Volver a casa tras
haber cambiado
B. Sebastian Reiche
Profesor Asociado de Dirección de Personas en las Organizaciones
V
ivir y trabajar en el extranjero es
una experiencia increíble, que
suele marcar a la persona para
el resto de su vida y estimula su
crecimiento personal y profesional.
Ernest Hemingway lo expresó perfectamente
cuando dijo: “Si tienes la suerte de haber vivido en
París de joven, París te acompañará vayas donde
vayas el resto de tu vida, se queda contigo, porque
París es una fiesta móvil”. Sin embargo, el escritor
estadounidense no explicó que las experiencias
internacionales, a menudo, te impactan
profundamente y el regreso se convierte en un reto.
De hecho, mi investigación sugiere que muchos de
los repatriados sufren al volver un choque cultural
mayor que cuando se marcharon al extranjero.
Pero, ¿por qué resulta tan complicado volver
a casa? En parte, está relacionado con una falta
de preparación psicológica para readaptarte a
tu entorno. Cuando te trasladas a una ciudad
en China, sabes que todas las facetas de tu vida
cambiarán. En cambio, es más difícil preverlo
cuando vuelves a un lugar conocido, cuya lengua
dominas. Además, has adquirido confianza en
tu capacidad de adaptarte a un nuevo entorno,
así que puede que seas menos consciente de
las dificultades que encontrarás al regresar. Y,
durante tu ausencia, tus círculos sociales y la vida
en general en tu lugar de origen también habrán
cambiado.
Además, las personas de tu entorno tampoco
esperan que tu regreso sea problemático. De hecho,
esto puede explicar por qué las organizaciones
siguen gestionando las repatriaciones de forma
deficiente. Por su parte, los amigos y la familia a
menudo no te ofrecen suficiente apoyo social, y
hasta puede costarles enteder la transformación
que has experimentado y situarte de nuevo. Incluso
puede parecer que a tu entorno no le interesan los
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Enero-Marzo 2015 / nº 136
enriquecedores encuentros que has tenido en el
extranjero. No lo hacen a propósito; normalmente
solo es un reflejo de la dificultad de ponerse en el
lugar del otro sin conocer en primera persona lo
que ha vivido.
¿Cómo puedes conseguir que tu experiencia
internacional siga siendo una “fiesta móvil”? En
primer lugar, te será de gran ayuda ser consciente
de cómo has cambiado tú mismo, así como las
otras personas, los sitios y los estilos de vida en
tu lugar de origen. También es fundamental que,
mientras estés en el extranjero, busques mentores
en tu país de origen, tanto en tu vida personal
como en la profesional. Estos mentores te pueden
ayudar con cuestiones administrativas y logísticas,
defender tus intereses en la empresa e informarte
de cualquier tema relevante en tu país.
De todos modos, independientemente del país
donde hayas estado y del tiempo transcurrido,
siempre habrá aspectos en tu entorno que no
habrán cambiado, ya sean personas, lugares
o actividades. Identificar estos elementos
permanentes y concentrarte en ellos te puede
ayudar a gestionar la transición. Además, si tu
experiencia internacional te ha cambiado, puede
que tus necesidades sociales sean distintas. No
hace falta cortar los vínculos con los amigos de
siempre, pero encontrar un nuevo grupo con
experiencias similares te puede ayudar a situarte y
a ampliar tu círculo social.
Finalmente, es importante tener bien claros
los planes para esta nueva etapa vital, tanto en
lo personal como en lo profesional, teniendo en
cuenta que, muy probablemente, tus capacidades,
preferencias y necesidades han cambiado. Lo
mejor es empezar a planear el regreso al menos
con seis meses de antelación, en lugar de hacerlo
mientras vuelas a casa. ¡No esperes que tu
experiencia internacional se mueva por sí misma!
Revista de Antiguos Alumnos IESE
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