II. LARVASYORUGASXIL Ó FAGAS Dejando aparte las larvas

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DE
II.
HISTORIA
NATURAL
LARVAS Y ORUGAS
EN
373
XILÓFAGAS
LAS BIBLIOTECAS.
D e j a n d o aparte las larvas lignívoras de coleópteros: cerambícidos,
bupréstidos, lucánidos y lepidópteros (Cossus, Aegeria),
ante todo hay
citar de las bibliófagas las perniciosas de los coleópteros anóbidos, de las
que se conocen catorce g é n e r o s :
/
i." A N Ó B I D O S . — L a s larvas del género Anobium
unas viven en los
árboles muertos o y a m u y débiles y carcomidos. A este grupo pertenecen
Anobiam
pertinax,
A. denticolle, A. fulvicorne,
A. abietis; otras, en
cambio, muestran preferencia por los muebles, estantes y armarios de
las bibliotecas y museos, o bien las encuademaciones de cartón, madera y,
sobre todo, el papel de los libros. D e éstas cabe enumerar las larvas de
Anobium striatum, A. tessclatum, A. paniceum, A. chinensis. E l Cathorama bibliothecarum
es otro anóbido que infesta las bibliotecas, sobre
todo de la A m é r i c a intertropical, y el nombre, dado por el profesor P o e y ,
es m u y e x p r e s i v o .
E s t o s insectos cuando están dentro de las galerías de la madera tie­
nen la peregrina costumbre de dar unos golpes secos y monótonos con
la frente y borde anterior del escudete y producen un sonido semejante
al tic-tac de un reloj o el telégrafo M o r s e , y este hábito les ha valido el
nombre fúnebre de «relojes de la muerte», dando origen entre el vulgo
indocto a diversas supersticiones. E s t e tableteo acompasado se cree que
es un reclamo de carácter sexual para citarse machos y hembras para
verificar el acto cumbre de su vida. L o s adultos tienen el t ó r a x giboso,
con una especie de caperuza, y al tocarlos se encogen y e,ntran en una
rigidez cadavérica, simulando la muerte, como hacen los coleópteros
bírridos y antrenos, que tienen cabeza y patas retráctiles.
F i j é m o n o s ahora en alguno de ellos que ofrecen interés desde el pun­
to de vista bionómico, al que v a enfocado toda esta elucubración.
E l D. chinensis se nutre casi exclusivamente de papel en bibliotecas
y fábricas de esta industria. E s c o g e el momento propicio en que el calor
y la humedad han alterado el papel y presenta entonces la celulosa cierta
cantidad de a z ú c a r y fécula que le apetece mucho.
P e r o el gran salteador de bibliotecas es el Anobium paniceum (fig. 4).
L a hembra deposita los huevos en alguna oquedad o recodo de las cubier­
tas de los libros y después muere al poco tiempo. L a s larvas que nacen
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