Los griegos y sus dioses

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Los griegos y sus dioses
Act Terap Dermatol 2005; 28: 214
RINCÓN DE LA CULTURA
Prof. Dr. Pablo A. Viglioglia
Un poco de distracción no viene mal
La finalidad de esta columna, es liberar momentáneamente al
dermatólogo de los temas exclusiva o puntualmente médicos, introduciéndolo en el fascinante mundo de los acontecimientos históricos, artísticos,
literarios, e inventos que han conmovido la humanidad.
Los griegos y sus dioses
T
al como aparece en la literatura
y el arte actuales, el universo de
los dioses griegos proviene de
la entelequia de Homero y otros poetas.
Los griegos fueron idólatras desde las
épocas más antiguas. Lo prueba la piedra de Órfalos en Delfos, las encinas
sagradas de Zeus en Dodoma, el olivo
de Atenea y la fuente salada de
Poseidón en la Acrópolis de Atenas.
Veneraban los animales sagrados y a la
naturaleza (árboles, materiales de
madera o piedra) morada del poder
divino. Inclusive en la etapa micénica se
encontró un culto a los difuntos semejante al de los egipcios. Ya en esta época
aparece Zeus (dios del cielo y los truenos), es el Júpiter de los romanos y el
Thor de la mitología escandinava.
Antes de invadir Grecia, los conquistadores de la Hélade advirtieron el
Olimpo e hicieron de este monte, cubierto de nubes, la morada de sus Dioses.
Según Herodoto, Homero y Hesíodo
obsequiaron a los griegos su mitología.
Designaron a sus dioses, destacaron su
misión, poder, y describieron su aspecto
y manera de ser. Los dioses eran inmortales, se alimentaban de néctar y
ambrosía y se caracterizaban por sus
sentimientos y pasiones, similares a los
de los seres humanos. La religión grie-
un solo ojo frontal, y criaturas horrorosas como Hécate, diosa multifacética
con séquito de espectros: la horrible
Medusa, cuya sola mirada convertía a
los hombres en piedra. Para el griego
medio, estos demonios eran más importantes que los dioses del Olimpo.
Zeus.
ga, a diferencia de las orientales, nunca
estuvo reprimida por sacerdotes dogmáticos. Fueron los poetas y los cantores
quienes le dieron vida.
El pueblo griego amaba y respetaba a
los dioses del Olimpo, y reclamaban su
ayuda, pero eran más proclives a la
creencia en los demonios, en los buenos
y malos espíritus, culto a los animales:
los sátiros, hombres con patas y cuernos
de macho cabrío; los tritones, hombres
con cola de pez; los centauros, hombres
con mitad de caballo, acompañados por
un ejército de hermosas ninfas, terribles
gigantes como los cíclopes, que poseían
En la noche de los tiempos, la morada
de Zeus, el dios supremo, fue asaltada
por monstruos y gigantes pero aquel los
derrotó y los arrojó al sombrío abismo
del Tártaro (infierno). Zeus compartía la
soberanía del mundo con sus hermanos:
Poseidón, señor de los mares y Hades
(Plutón) amo del reino de los muertos y
de la riqueza. Zeus aunque reprendido
por su esposa Hera (Juno de los romanos) por su infidelidad, tuvo un hijo con
ella: Ares (Marte) cuya misión junto con
la de su hermana Atenea (diosa del arte
militar, de la cultura y de las ciencias)
era la guerra.
De Latona, antigua diosa caída en el
olvido, Zeus tuvo dos hijos, Artemisa
(Diana de los Romanos) y Apolo.
Artemisa era la diosa de la Naturaleza,
de la Luna. Apolo representaba la verdad y la luz, protector de la poesía y de
la música. Nueve musas formaban su
cortejo Clío (historia), Urano (astronomía), Talía (comedia), Terpsícore
(danza).
casó con Afrodita, encarnación de la
belleza.
La embriaguez y el éxtasis son las
características sobresalientes del culto
de Dionisos que recorre el mundo, para
dar a conocer la vid a los hombres, en
expedición solemne y triunfal. Dionisos,
con corona de laureles, viaja en su carro
tirado por panteras y escoltado por
bacantes, mujeres extáticas y sátiros
danzantes, adquiriendo un papel cultural al convertirse en el dios del arte dramático.
Artemisa.
De la misma manera que Zeus tuvo
una hija sin madre (Atenea o Minerva),
Hera parió un hijo sin padre, Hefaistos
(Vulcano) patrón de los herreros.
Juzgando que su apariencia era muy
desagradable, su madre lo despeñó del
Olimpo a la Tierra y Hefaistos pasó su
juventud en la isla volcánica de
Lemnos, donde los cíclopes lo instruyeron en el arte de la forja. Devorado por
el ansia de venganza, ofreció a su
madre una magnífica silla. Hera se
sentó en ella pero le fue imposible
levantarse. Finalmente pudo liberarse
gracias a la intervención de un amigo
de Hefaistos: Dionisos (Baco, dios del
vino). Como premio de Zeus, el fiero
Hefaistos, zurdo, negro y jorobado, se
Otro hijo de Zeus es Hermes (Mercurio) mensajero de los dioses que lleva-
Juno.
ba caduceo, casco y sandalias aladas.
Todos los viajeros pedían ayuda a
Hermes quien los protegía y concedía su
saber y benevolencia. Hermes también
acompañaba a las almas en el viaje que
conducía a los difuntos al reino de
Hades. Tenía un hijo, Pan, el dios de
patas de chivo, inventor de la flauta, tan
ruidoso y amante de la vida como su
padre.
Según la mentalidad griega ¿Cuáles
eran el sentido y propósito de la vida?
Alcanzar buena reputación, no quedar en el olvido y permanecer como
ejemplo generacional. ‰
Baco
Prof. Dr. Pablo A. Viglioglia
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