Goces heredados, letras producidas El Sujeto se constituye, en primer lugar, en relación a la demanda del Otro primordial. Esto deja marcas de goce a la vez que significantes privilegiados y singulares para cada sujeto. El infans es nombrado por sus padres y recibe el recorte de ciertos significantes de la lengua. Con este bagaje de significantes y goces que anticipan al Sujeto se constituye el mismo. El particular lugar que viene a ocupar en el deseo de sus padres, la historia de su familia, los relatos sobre su origen se conforman como una escritura acuñada en su psiquismo y producen en el, siguiendo a V. Iungeri, los fundamentos de la representación y la pulsión, saber y goce que le vienen del Otro. Como es que a partir de esta trama escritural heredada, que viene del Otro, un sujeto comienza a hacer su propia escritura, su propia simbolización? Lacan en el seminario del Semblante plantea que el sujeto es producido por la articulación significante. Un sujeto, como tal, no domina jamás, en ningún caso, esta articulación, sino que es determinado por ella.ii Afirma que el escrito no es primero sino segundo por relación a toda función del lenguaje, lo que ubica en primer lugar es el orden simbólico, el lugar del Otro, de la verdad. El escrito se distingue del lenguaje, pero se fabrica por su referencia a este. Así la relación sexual, como cualquier otra relación no subsiste más que por el escrito, Lacan define dos tiempos en la estructuración subjetiva. El pasaje al acto de la alienación y la operación de separación. La separación es posible cuando el Sujeto logra sustraerse a la demanda del Otro, situación que le permite interrogar el deseo del Otro que se lee más allá de su demanda, El Sujeto construye una respuesta fantasmática a la pregunta por el deseo del Otro, es una operación que realiza extrayendo significantes del campo del Otro. Le permite relativizar el mandato de goce que le llega del mismo. El 1 sujeto recorta un trazo que nombra el goce del Otro lo que establece una distancia y una intermediación simbólica a la demanda pulsional. “La función del fantasma terminal, afirma Lacan en 1957, es manifestar una relación esencial del sujeto con el significante”. La constitución de un fantasma estabiliza y regula la relación del Sujeto con el deseo del Otro, define la matriz de sus relaciones con el Otro en el nivel del deseo. El fantasma también regula las relaciones del Sujeto con sus objetos pulsionales. Dice Lacan que el deseo y la realidad son una relación de textura sin corte.iii La función del fantasma es dar un orden, que implica la construcción de una escena para el deseo en la neurosis. Agrega Lacan “tienen que tomarlo tan literalmente como les sea posible, y tienen que, al encontrarlo en cada estructura, definir las leyes de transformación que aseguran al fantasma en la deducción de los enunciados del discurso inconciente, el lugar de un axioma”. Un axioma es una proposición que se considera «evidente» y se acepta sin requerir demostración previa. En un sistema hipotéticodeductivo es toda proposición no deducida de otras. En lógica y matemáticas, un axioma es una premisa que, por considerarse evidente, se acepta sin demostración, como punto de partida para demostrar otras fórmulas. Tradicionalmente los axiomas se eligen de las consideradas «afirmaciones evidentes», porque permiten deducir las demás fórmulas. La palabra axioma proviene del griego αξιωμα, que significa «lo que parece justo» o, que se le considera evidente, sin necesidad de demostración. Entre los filósofos griegos antiguos, un axioma era lo que parecía verdadero sin necesidad de prueba alguna. El fantasma es el sostén del deseo sin que el Sujeto lo sepa, da consistencia al Otro como gozador y consistencia de objeto al Sujeto. El Sujeto es ese objeto masoquista del goce del Otro. 2 Es un axioma porque no cambia, una fórmula que se explica a sí misma, organiza todo el sistema simbólico, una frase que lleva a un “no se mas…”. Sitúa un lugar fijo para el sujeto, donde parece detenerse el deslizamiento significante. Esta estabilidad asegura el taponamiento de la castración del Otro. Retomo el tema de la letra. Esta hace litoral entre significante y goce. Por lo tanto no solo se trata del saber sino también de lo que queda fuera de lo simbólico, del costado pulsional, del goce. La letra una vez leída, es decir convertida en escritura, articula goce y saber, real simbólico y también imaginario. La escritura genera nombres, bordes que definen y demarcan territorios, espacios, una cualidad que introduce diferencias, un límite, una frontera. La escritura anota un goce. Pero que es escribir en psicoanálisis? Cuál es su eficacia? Que función tiene la escritura en la clínica? Lacan en Momento de concluir plantea que “ni en lo que dice el analizante ni en lo que dice el analista hay otra cosa que escritura”. El analizante cuando habla, dice más de lo que quiere decir. Sitúa, para el analista, el lugar del corte, que puede ser un cambio de puntuación. El analista participa de la escritura equivocando la ortografía, es decir lee la letra más allá del sentido y el argumento de la conciencia. El analista hace una operación de lectura sobre el texto del paciente de lo que resulta una nueva escritura. La letra es leída en transferencia, en el momento de la interpretación toma su pleno estatuto, antes de ello es un elemento más de un relato. De la letra, en tanto que pura marca, se puede hacer una lectura. La lectura de las marcas que el lenguaje deja en el cuerpo hace surgir como efecto un sujeto. Es en el marco de la transferencia que se produce la reescritura y el reacomodamiento del fantasma gracias a la producción de un trazo que queda a disposición del sujeto. 3 Se produce un efecto subjetivante y se conmueve la fijación fantasmática, alcanzando a tocar un real, marcando un surco literal en lo real. La producción de un trazo poético, un más uno, nuevo para el sujeto limita el sentido absoluto del otro porque es la prueba contundente de que el otro no lo sabe todo, alcanza la castración del Otro. Este trazo poético se produce en el intercambio de letras entre analista y analizado. Los lugares privilegiados, pero no exclusivos, para la emergencia de un nuevo trazo son las formaciones del inconciente. El analista interviene ahí donde el discurso se abre a otro sentido leyendo la letra que toca una posición de goce en la que el Sujeto está retenido. El analista lee y con ello incide sobre la dimensión del goce promoviendo una pérdida. Se presenta una viñeta clínica Podemos pensar esta actividad como intento de construir un sinthome, que implica abandonar las garantías del Otro. Encuentra un lugar donde plasmar una producción propia y generar una significancia singular. Producción de Sujeto que permite la apertura de la posición en que se encontraba en el nivel de la lógica del fantasma, la de recibir el golpe del padre. Para finalizar, podemos decir que el goce excedente que es vivido como sufrimiento psíquico o malestar, se dialectiza en un análisis. El analizante escribe en lo que dice en el marco de la transferencia, operatoria que lleva a conmover la fijación fantasmática. A la vez cuestiona el lugar del padre del fantasma potente, gozador, pero también y fundamentalmente garante y el lugar de objeto que allí encontraba el sujeto. Irene Gil 2015 4 i Iunger Victor: “Fobia”, ficha de la Efba ii Seminario del Semblante, clase 1 iii Lacan , Seminario 14 Bibliografía Lacan: Seminario del semblante Momento de concluir Amigo Silvia: Clinica de los fracasos del fantasma. Ed Homo Sapiens. Casalla Ana, Fantasma, clase biblioteca Efba. Iunger Victor: Fobia, ficha de la Efba. Leyak Patricia: La escritura del inconciente, ficha de la Efba. Lacan: Seminario 4, La relación de objeto Lacan, Seminario 6,El deseo y su interpretación Lacan, Seminario 14,La lógica del fantasma 5