Capítulo 6 – Musgrave: “Equidad en la distribución” Debe distinguirse entre distribución funcional y distribución personal de los ingresos. En el primer caso (funcional), se trata de la distribución que se determina en función del papel que cada individuo tiene en el proceso económico, así, a vía de ejemplo, los trabajadores reciben su remuneración por los servicios laborales (salarios), los capitalistas una remuneración por ser propietarios del capital (beneficios) y los terratenientes obtienen la renta de la tierra. Este tipo de distribución es la que se determina en el ámbito de la teoría económica. A un nivel más empírico, se analiza la distribución personal de los ingresos, es decir, la distribución de los ingresos a través de los hogares. Determinantes de la distribución funcional - De la formación del factor productivo trabajo: las capacidades individuales De la formación del factor productivo capital: elementos legales vinculados a la herencia y el matrimonio y la conducta de los individuos respecto del ahorro De los precios de los factores productivos: en el equilibrio competitivo son iguales al valor de la productividad marginal del factor productivo correspondiente (por ejemplo, el salario igual al valor de la productividad marginal del trabajo). Otros elementos que pueden incidir en la determinación de los precios de los factores productivos: convenios salariales, relaciones familiares, raza, sexo, condición social. La distribución de los ingresos como un resultado del proceso de mercado ha dado registros de creciente desigualdad, inclusive en el caso de economías desarrolladas. La distribución como una cuestión política (y no como un resultado del mercado) Todas las políticas económicas tienen impactos sobre la distribución de los ingresos, aunque no hayan sido concebidas para perseguir objetivos distributivos. Ejemplos de políticas económicas que no apuntan a la distribución pero que la afectan: - antiinflacionaria, que implica contracción de demanda y, por ende, una eventual reducción de servicios públicos comercio internacional (reducción de aranceles) antimonopolio inversión pública políticas de precios El análisis económico estándar no nos indica qué estado de la distribución es el justo Enfoques de la justicia distributiva Supuestos de partida (salvo indicación en contrario): a) utilidad de los individuos conocida y comparable; b) la cantidad de bienes o ingreso (renta) disponible para la distribución (o redistribución) es fija. Criterios de distribución (o de redistribución): 1- basados en la dotación 2- utilitaristas 3- igualitarios 4- mixtos 1) Criterios basados en la dotación Se destaca el derecho innato (derecho natural) de la persona a recibir los frutos de su trabajo. Se señalan varias opciones: - recibir lo que efectivamente puede ganar en el mercado - recibir lo que ganaría en mercados competitivos: consecuentemente, las rentas extraordinarias derivadas de monopolios serían ilegítimas - recibir solamente rentas del trabajo: es una posición bastante radical, ya que supone que las rentas del capital y de la tierra serían ilegítimas - recibir lo que uno puede ganar en el mercado en igualdad de posiciones de salida: este enfoque aceptaría desigualdades únicamente como resultado de diferencias innatas en la capacidad para ganar, de las estructuras de preferencia ingreso – ocio y de la frugalidad 2) Criterios utilitaristas Argumento de este enfoque: “Haber nacido con un nivel alto o bajo de capacidad no se debe a los deseos o a la acción de un individuo determinado.” - Con renta total fija, el objetivo de maximizar el bienestar total (o el bienestar medio) implica la comparación de utilidades marginales. - Con renta total variable, debe considerarse además, que al redistribuir se producen costos de eficiencia. 3) Criterios igualitaristas Este enfoque se plantea preguntas como la siguiente: “¿No es el problema esencial de la distribución el de la posición relativa de los individuos y no debería ser el objetivo la igualdad de situación?” - Se iguala el bienestar. Como ejercicio se sugiere comparar el resultado de este criterio con el que se obtiene con el criterio utilitarista, tanto en el caso de renta fija como de renta variable. Pregunta: este enfoque mide el bienestar en función de las necesidades; ¿se refiere a necesidades subjetivas u objetivas? - Se maximiza el bienestar del grupo de renta más baja (función de bienestar social de Rawls): permite mayor desigualdad en la medida que se mejore la situación de los más pobres. Una cuestión de elección pública interesante: si la aversión de los individuos al riesgo es alta (incertidumbre sobre la posición - 4) relativa que tendrán en la escala de ingresos una vez que se redistribuyen (en particular en el caso de renta variable)) estos se inclinarán a votar por la redistribución que maximice la renta más baja. Equidad categórica: asegurar un mínimo de alimentación, vestimenta y vivienda para todos los individuos. Nota: si se entiende a esta canasta mínima como un bien preferente (bienes que el Estado provee con independencia de las preferencias de los individuos) habría una asimilación de este concepto que amerita la intervención del Estado con el concepto de justicia distributiva. Soluciones mixtas Se inspirarían en argumentos como el siguiente: “...puede afirmarse que la equidad exige asegurar que nadie padece pobreza, pero que una vez logrado este objetivo, debería aplicarse un enfoque basado en la dotación.” Se aplica entonces el criterio de la dotación pero aplicando un tope máximo a la desigualdad, vinculado, por ejemplo, a niveles mínimos de consumo. Equidad intergeneracional: “...el hecho asimétrico de que el presente puede afectar al futuro pero no viceversa”. Implica concebir el problema de la distribución en términos dinámicos en vez de en términos estáticos (para un solo período de tiempo). - Ejemplos de factores que benefician a las generaciones futuras: incremento del ahorro, generación de tecnología. - Ejemplos de factores que perjudican a las generaciones futuras: explotación de recursos no renovables, destrucción del medio ambiente. Límites a la redistribución - “El tamaño de la tarta”: efectos negativos de la redistribución sobre la oferta de trabajo, el ahorro, la inversión, el crecimiento. Costos de eficiencia Capítulo 7 – Musgrave: “Elección pública y política fiscal” A – Democracia directa Es posible negociar en comunidades de pocos integrantes, ya que la contribución de cada individuo es decisiva para la realización de los programas públicos. En cambio en grandes comunidades, la contribución relativa individual es muy pequeña y no resulta posible la negociación (costos de transacción). A juicio de Musgrave, votar implica admitir que los individuos no son del todo racionales (no es racional votar). Reglas de votación 1- La regla de la mayoría (simple o cualificada) - Si las preferencias son “de un solo pico” vence el votante mediano y no importa el orden de votación de las alternativas. Este resultado ocurre con impuestos “per cápita” y con impuestos proporcionales. - Si hay votantes “extremos” el resultado es arbitrario y depende del orden de votación (“paradoja de las votaciones”) - Si la composición del gasto es variable (alternativas cualitativamente diferentes y no sólo diferentes cuantitativamente) no es posible realizar presunciones sobre la estructura de preferencias y en consecuencia nada puede decirse acerca del resultado que puede obtenerse. 2- Reglas de votación alternativas - unanimidad: protege a las minorías pero es muy costoso (derecho a veto) y difícil de practicar. - pluralidad: ordenar preferencias con votos (1 voto a la más preferida, 2 votos a la siguiente, etc.; la que obtiene menos votos es la vencedora) - votación por puntos: se le otorga una cantidad de puntos al elector para que los asigne de acuerdo a sus preferencias (contempla explícitamente la intensidad de las preferencias). 3- El voto estratégico Los votantes toman en cuenta el voto de los demás: pueden no votar su alternativa más preferida si estiman que no será la vencedora (noción de “voto útil”). Calidad de las reglas de votación (características deseables): - el resultado no debe ser arbitrario - debe ser representativo de las preferencias de los votantes - no debe ser distorsionado por el comportamiento estratégico Dilema: “...cuanto mejor sea la regla de votación en ausencia de estrategia (cuanto más sensible sea la regla de votación a la intensidad de las preferencias) más grande tenderá a ser la posibilidad de que se utilice para una votación estratégica.” B – Democracia representativa El papel de los políticos Maximización de votos con preferencias dadas: los políticos comportándose en un modelo similar al de la empresa cuando maximiza beneficios. Político: maximiza votos Votante: maximiza beneficio derivado del gasto público neto del costo impositivo. Liderazgo y formación de preferencias: las preferencias no están dadas, el político influye sobre su formación. Partidos, plataformas y coaliciones - - - Partidos y grupos de interés: simplifican el proceso político ya que reducen la necesidad de establecer contacto entre representantes y votantes individuales (ejemplos: grupos por edad, ingreso, región, ideología). Plataformas y coaliciones: “...las coaliciones se forman para combinar las preferencias de los votantes con visiones similares en un conjunto de alternativas políticas determinadas, que podrían ser derrotadas considerándolas de forma separada y que pueden vencer si se consideran conjuntamente.” Coaliciones vencedoras: ver ejemplo en la página 118. El intercambio de votos es muy costoso entre votantes individuales pero es factible entre representantes (partidos). Riesgo: la posibilidad de que se efectúen prácticas monopolísticas en el contexto de un mercado imperfecto. El contrapeso a lo anterior está en la existencia de elecciones periódicas y el cambio en las preferencias. C – La hipótesis Leviatán (sesgo de expansión) Si no se cumplen los supuestos de información perfecta, competencia, coaliciones amplias, etc., los resultados a partir del modelo de democracia representativa (sección B) son ineficientes. La hipótesis de sesgo de expansión sostiene que existen diferentes razones para que los procesos de elección pública conduzcan a un crecimiento desmedido del tamaño del Estado. Esas razones se clasifican en los siguientes conjuntos de argumentos. El sesgo en las votaciones - Costos para la minoría: hay una sobreoferta de servicios públicos si se considera que la minoría no desea las alternativas que vota la mayoría. - - - Subestimación de la carga tributaria: los votantes subvalúan el costo (en tributos) del gasto público, en especial cuando es financiado mediante impuestos indirectos (ejemplo: IVA). Financiación del déficit : la financiación del gasto público por encima de la capacidad contributiva de la sociedad es financiada con emisión de deuda, lo cual traslada el problema a las generaciones futuras; los votantes suelen tener una conducta de corto plazo a este respecto y por lo tanto aprueban la generación de déficit público. El voto de los empleados públicos: son una porción del electorado especialmente interesada en mantener y aumentar el tamaño del Estado (significa mayor cantidad de empleos públicos y, eventualmente, mayor salario). Gobierno monopolista - Burócratas: el objetivo de los burócratas es maximizar el tamaño de su departamento para ampliar sus salarios y/o su poder. En consecuencia, 1) pedirá fondos por encima de los que necesita, 2) magnificará los beneficios que se derivan de los servicios que presta, 3) inflará el total previendo recortes. Si el patrocinador (el que aprueba el gasto) aprueba un monto compatible con la igualdad entre Beneficio Total y Costo Total, la provisión de bienes públicos es ineficiente, ya que debería ser aquella cantidad correspondiente a la igualdad entre Beneficio Marginal y Costo Marginal (que es una cantidad menor). De cualquier modo, se resalta el papel del burócrata como técnico y asesor de la administración pública, y la importancia que éste tiene en la continuidad de la gestión. - Políticos: un presupuesto más amplio favorece sus propios intereses, entonces propondrá plataformas con los presupuestos más grandes posibles que le permitan asegurarse la mayoría electoral. - Financiación de campañas electorales - El ciclo político de la economía: empíricamente, se verifica un aumento del gasto público en años electorales. Musgrave cita el ejemplo de EEUU al respecto, pero vale señalar que también hay trabajos para Uruguay cuyas conclusiones van en la misma dirección. D – Clases y Grupos de interés Rescata el sentido de pertenencia de cada individuo a una clase social, por el contrario a los enfoques anteriores (basados en las preferenc ias) que ubican al individuo como un ser cuya conducta es relativamente independiente de su posición en la sociedad. - - Modelo Marxista: concibe a la acción fiscal como un instrumento de dominación de la clase capitalista (dominante); un instrumento más al servicio de la lucha de clases. Así, en la fase del capitalismo en libre competencia (hasta fines del siglo XIX) lo funcional a la clase dominante es que el Estado se redujese a la mínima expresión; mientras que en la fase monopólica del capitalismo, la concepción del llamado “Estado de bienestar” resulta funcional, ya que cumple un papel importante como factor de cohesión social, amortiguando los conflictos. Modelo de agrupaciones múltiples: argumenta que los grupos de interés se conforman de manera multidimensional (ejemplo, divisiones por sectores productivos, por consumidores) y no responden únicamente a la clasificación marxista (propietarios del capital, propietarios del trabajo). Musgrave concluye afirmando que un enfoque sensato de elección pública puede considerar el tema de las preferencias de los individuos pero debe estar, necesariamente, sostenido en la idea de que el proceso fiscal es la síntesis de la interacción entre los distintos grupos de interés comprendidos en una sociedad.