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SANGRE: FUNCIONES, CARACTERÍSTICAS Y COMPONENTES.
HEMATOPOYESIS.
COAGULACIÓN SANGUÍNEA.
GRUPOS Y TIPOS SANGUÍNEOS.
Las sustancias que se forman en el organismo deben ser transportadas de un lugar a otro. Desde
y hacia las células corporales. La homeostasis del ambiente interno depende de ello.
El principal medio de transporte es un líquido llamado sangre; el sistema transportador es el
sistema cardiovascular. Y el sistema complementario de transporte es el sistema linfático.
La sangre no sólo está constituida por líquido, sino también por millones de células. La parte
líquida es el plasma (uno de los tres compartimiento líquidos del organismo), y las células son los
elementos figurados de la sangre.
La sangre tiene una temperatura de 38ºC, un pH entre 7,35 y 7,45, y corresponde al 8 % del
peso corporal.
Las funciones de la sangre son:
1.
Transporte: Capta las sustancias alimenticias y el oxígeno en los sistemas digestivo
y respiratorio, y los libera en las células de todo el cuerpo. Transporta el CO2 de3sde las
células hasta los pulmones para ser eliminado. Recoge los desechos de las células y los deja
en los órganos excretorios. Capta hormonas y las lleva a sus órganos blanco. Transporta
enzimas, amortiguadores y otras sustancias bioquímicas.
2.
Regulación: del pH mediante las sustancias amortiguadoras. Además regula la
temperatura corporal, ya que puede absorber grandes cantidades de calor sin que aumente
mucho su temperatura, y luego transferir eses calor absorbido desde el interior del cuerpo
hacia su superficie, en donde se disipa fácilmente. Mediante la presión osmótica, regula el
contenido de agua de las células, por interacción de los iones y proteínas disueltos.
3.
Protección: mediante la coagulación se evita la pérdida excesiva de sangre.
Mediante la fagocitosis y la producción de anticuerpos protege contra las enfermedades.
Volumen sanguíneo
Varía con cada individuo. Los factores determinantes son la edad, el tipo corporal, el sexo y
el método de medición. La medición directa sólo es posible en animales de experimentación. En el
hombre se usan métodos indirectos: se recurre a la marcación de los eritrocitos o de los
componentes plasmáticos con radioisótopos como fósforo radiactivo o cromo radiactivo. Los
valores varían según el agente de marcación y el método usado.
El método consiste en introducir una cantidad conocida de radioisótopo en la circulación,
dejarlo distribuir uniformemente, y luego analizar su concentración en una muestra.
Una de las principales variables que influyen en el volumen sanguíneo es la cantidad de
grasa corporal. Cuanto menos grasa hay en el cuerpo, más sangre hay por kilo de peso corporal.
Con cromo radiactivo se ha establecido que un varón adulto sano posee 71 ml de sangre por
kilo de peso corporal (71 ml x 70 kg = 4970ml ó 5 litros).
Plasma
Es un líquido acuoso, formado por:
91,5 % de agua
8,5 % de solutos
7 % son
proteínas
1,5 % son otros
componentes
albúmina
54%
globulinas
38%
fibrinógeno 7 %
otras
1%
electrolitos
nutrientes
gases
enzimas,
hormonas,
amortiguadores
vitaminas
productos de desecho
Las proteínas del plasma sanguíneo están constituidas por tres clases principales de
compuestos: albúminas (54 %), globulinas (38 %) y fibrinógenos (7 %).
Estas proteínas plasmáticas son fundamentales para la vida. Por ejemplo el fibrinógeno y
una albúmina llamada protrombina son básicos en el mecanismo de coagulación de la sangre. Las
globulinas funcionan como componentes esenciales del mecanismo de inmunidad: son anticuerpos
circulantes. Todas las proteínas plasmáticas contribuyen a la conservación de la viscosidad normal
de la sangre, de su presión osmótica y del volumen sanguíneo.
La síntesis de las proteínas ocurre en el hígado. Las células hepáticas producen toda clase de
proteínas plasmáticas salvo algunas gammaglobulinas que son sintetizadas por las células
plasmáticas.
Elementos figurados
Células sanguíneas
Glóbulos blancos
Glóbulos rojos
Los tres principales son:
Elemento
Cantidad
Glóbulos
rojos 4,8 a 5,4 millones / µL ó mm3
(eritrocitos)
Glóbulos
blancos 5000 a 10 000 / µL ó mm3
(leucocitos)
Tipos
granulocitos :
no granulocitos:
Plaquetas
(trombocitos)
basófilos,
neutrófilos
eosinófilos
linfocitos
monocitos.
150 000 a 400 000 / µL ó mm3
De los 5 litros de sangre que posee un adulto, el 55% (2,750 litros) corresponden a plasma; el
resto (45% ó 2,250 litros) son células sanguíneas.
Eritrocitos
Eritrocitos dentro de capilares
Miden aproximadamente 7 µ de diámetro (3000 eritrocitos en fila ocupan 2,5 cm).
Carecen de núcleo en estado adulto, y por eso las células presentan una concavidad en ambas
superficies. Tienen forma de disco bicóncavo, con los bordes gruesos y el centro delgado.
Pueden deformarse sin lesionarse para poder pasar por los más estrechos capilares. Este grado
de deformidad influye en la rapidez del flujo sanguíneo por la microcirculación.
Los eritrocitos son los elementos figurados más abundantes de la sangre. En el varón adulto hay
5 500 000 por milímetro cúbico de sangre, y en las mujeres hay 4 800 000 por mm3.
El área total de superficie de los eritrocitos de un adulto equivale a la de un campo de fútbol.
Esta superficie será la encargada del intercambio de gases respiratorios entre la hemoglobina y el
líquido intersticial.
Un eritrocito contiene 200 o 300 millones de moléculas de Hb. Una molécula de Hb consiste en
la combinación de una molécula de globina (que es una proteína) con cuatro moléculas de un
compuesto pigmentado llamado hem. Cada molécula de hem posee un átomo de hierro (Fe2+), por
lo tanto una molécula de Hb puede a cuatro moléculas de oxígeno y formar oxihemoglobina, por
medio de una reacción reversible. La Hb también puede combinarse con dióxido de carbono para
formar carbaminohemoglobina, también por una reacción reversible. El CO2 se une a la porción
globínica de la molécula de Hb.
En un varón adulto normal, 100 ml de sangre contienen 14 a 16 g de Hb; la sangre de la mujer
contiene 12 a 14 g de Hb por 100 ml. Cualquier adulto que tenga menos de 12 g/100 ml se
diagnostica como anémico (del griego a, sin, y haima, sangre). Este término también se usa para
describir la reducción del número o del volumen de eritrocitos funcionales en una unidad específica
de sangre total.
La cantidad de hemoglobina que contiene un eritrocito influirá en la intensidad de su color. Si el
contenido es elevado, el color es intenso y la célula se llama hipercrómica (del griego hyper, mayor,
y chroma, color). Las concentraciones bajas de hemoglobina producen eritrocitos hipocrómicos. Y
los de contenido promedio se consideran normocrómicos.
Formación (eritropoyesis)
El proceso de formación de eritrocitos se denomina eritropoyesis (del griego poiesis,
producción).
Los eritrocitos se forman en la médula roja ósea a partir de células madres o hemocitoblastos.
Estas cédulas se dividen por mitosis, pasando por varias etapas en las que el núcleo se vuelve más
pequeño hasta desaparecer. Los eritrocitos recién formados dejan la médula ósea y entran a la
sangre, contienen Hb y un retículo en su citoplasma, y por eso se los llama reticulocitos.
El recuento de reticulocitos sirve para monitorear el ritmo de la eritropoyesis.
Aproximadamente 0,5 a 1,5 % de los eritrocitos de la sangre normal son reticulocitos. El recuento
mayor de 1,5 % es frecuente después del tratamiento de la anemia.
Los reticulocitos son un 20% más grandes que los eritrocitos maduros y su promedio de vida en
sangre es de 30 horas.
Destrucción
La vida de un eritrocito circulante en el torrente circulatorio es de unos 120 días en promedio.
Se fragmentan en los capilares y son fagocitados por las células reticuloendoteliales de la cubierta
de los vasos sanguíneos en hígado, bazo y médula ósea.
En el proceso se libera el hierro de la Hb y se forma el pigmento bilirrubina. Ambos son
transportados al hígado, en el cual el hierro se almacena temporalmente y la bilirrubina es excretada
por la bilis. La médula ósea usa la mayor parte del hierro almacenado para la síntesis de nuevos
eritrocitos.
Mecanismo homeostático de los eritrocitos
En estado de salud, en cada hora se forman unos 100 millones de eritrocitos para restituir a un
número igual que se destruye en el mismo tiempo. Para mantener constante el número de
eritrocitos, deben operar mecanismos homeostáticos eficientes. El mecanismo exacto no se conoce,
pero se sabe que si disminuye el número de manera importante o si aparece hipoxia tisular
(deficiencia de oxígeno en los tejidos), se acelera el ritmo de producción. Cualquiera de estas
alteraciones estimula al riñón (y quizás a algunos otros tejidos) para que aumente su secreción de
una hormona llamada eritropoyetina. Ésta estimula la médula ósea para que acelere su producción
de eritrocitos, mediante un proceso de retroalimentación. Con una estimulación máxima, la médula
ósea puede incrementar la producción de eritrocitos hasta siete veces.
Para que este mecanismo homeostático conserve el número normal de glóbulos rojos, la médula
ósea debe funcionar adecuadamente. Para ello, la sangre debe proporcionarle cantidades suficientes
de: vitamina B12, hierro, aminoácidos, y cobre y cobalto como agentes catalíticos. La mucosa
gástrica proporciona algún factor intrínseco que permite la absorción de la vitamina B12. Si la
mucosa gástrica no produce este factor, aparece la anemia perniciosa, en la cual la médula produce
menos eritrocitos pero más voluminosos que los normales, de tipo inmaduro y con la membrana
excesivamente frágil, lo que motiva que se destruyan rápidamente.
Cualquier lesión de la médula ósea (por ejemplo por rayos X) ocasiona un trastorno de la
homeostasis de los eritrocitos. Se puede extraer una muestra de médula ósea del esternón para su
estudio.
Los tumores malignos y las infecciones producen anemia por aumento de la destrucción de los
eritrocitos normales.
El valor hematócrito es el porcentaje de hematíes en la sangre completa. En estado normal el
valor hematócrito en el varón es de 47 (± 7) y en la mujer es de 42 (± 5). Los individuos sanos que
viven a grandes alturas suelen tener valores hematócritos elevados (policitemia fisiológica).
Leucocitos
Hay cinco tipos de leucocitos que se clasifican según la presencia o ausencia de gránulos en su
citoplasma.
1- Leucocitos granulosos:
a) neutrófilos
b) eosinófilos
c) basófilos
2- Leucocitos no granulosos:
a) linfocitos
b) monocitos
Los neutrófilos poseen gránulos pequeños y numerosos; se tiñen con colorantes neutros, y
su núcleo tiene de dos a cinco lóbulos, por lo que también se los llama leucocitos
polimorfonucleares. Miden 12 a 15 µm, viven unas 10 horas.
Los eosinófilos tienen gránulos citoplasmáticos grandes y numerosos, que se tiñen de color
anaranjado con colorantes ácidos como la eosina; sus núcleos tienen dos lóbulos ovales. Miden 12
a 15 µm.
Los basófilos tienen granos relativamente grandes pero escasos; se tiñen de color púrpura
con colorantes básicos; y sus núcleos tienen forma de S. Miden 12 a 15 µm.
Los linfocitos tienen un diámetro de 8 µm; el núcleo es esférico y relativamente grande,
rodeado por una capa delgada de citoplasma homogéneo. Miden 7 µm.
El monocito es el más grande de todos los leucocitos, y mide 15 a 20 µm de diámetro; su
núcleo tiene forma de riñón, y está rodeado por abundante cantidad de citoplasma. Miden 12 a 18
µm.
La sangre normal contiene de 5000 a 9000 leucocitos por mm3. La fórmula diferencial de los
leucocitos está formada por su presencia porcentual en sangre. La disminución de leucocitos se
denomina leucopenia, y su aumento leucocitosis.
Clase
Neutrófilos
Eosinófilos
Basófilos
Linfocitos
Monocitos
Porcentaje
60 a 70 %
2a4%
0,5 a 1 %
20 a 25 %
3a8%
Funciones
Los glóbulos blancos funcionan como parte del sistema de defensa contra los MO. Todos los
leucocitos son células móviles, por lo que pueden salir de los capilares por los espacios
intercelulares de la pared, mediante la diapédesis (del griego dia, a través, y pedesis, movimiento).
Mediante movimiento ameboideo llegan hasta los MO u otras partículas invasivas, y los fagocitan.
Los linfocitos desempeñan una función dominante y vital contra bacterias, hongos y virus. Se
conocen los linfocitos T y B.
Los neutrófilos son muy móviles.
Los eosinófilos son fagocitos débiles y tienen una motilidad muy limitada; fagocitan complejos
antígeno-anticuerpo y destruyen ciertos gusanos parasitarios (uncinarias).
Los basófilos liberan heparina, histamina y serotonina, que intensifican la respuesta en las
reacciones alérgicas, y previenen la coagulación intravascular.
Los monocitos se transforman en macrófagos fijos o libres, y son fagocitos débiles de
movimientos lentos.
Formación
Todos se originan en la médula ósea roja; pero la mayoría de los linfocitos y monocitos derivan
de hemocitoblastos del tejido linfático.
El tejido mieloide (médula ósea) y el tejido linfático juntos son los tejidos hemopoyéticos o
elaboradores de sangre de la economía.
Destrucción y vida media
La vida media no se conoce, pero algunas pruebas indican que viven tres días, y otras hasta doce
días.
Se destruyen por fagocitosis, o son destruidos por los gérmenes.
Una fracción importante de linfocitos pueden vivir de 100 a 200 días.
Plaquetas
Son pequeños corpúsculos incoloros con forma de huso o disco ovalado, que miden 2 a 4 µm de
diámetro. Viven 5 a 9 días.
Las propiedades físicas de las plaquetas son tres: aglutinación, adhesividad y agregación.
En un adulto hay 250.000 plaquetas por mm 3 de sangre.
Desempeñan una función muy importante tanto en la hemostasia como en la coagulación
sanguínea. El término hemostasia se refiere a la detención del flujo de sangre y puede producirse al
final de cualquiera de los mecanismos de defensa del cuerpo. En un lapso de 1 a 5 seg después de la
lesión de un capilar sanguíneo, las plaquetas se adhieren a la cubierta lesionada y entre si para
formar un tapón plaquetario que detiene el flujo de sangre hacia los tejidos. En el lugar se liberan
prostaglandinas que afectan el flujo sanguíneo local por vasoconstricción. Si la lesión es extensa, se
activa el mecanismo de coagulación para ayudar a la hemostasia.
Formación y vida media
Las plaquetas se forman en la médula ósea roja, por disgregación de células voluminosas
llamadas megacariocitos.
Viven alrededor de diez días.
Coagulación sanguínea
Coágulo
Su finalidad es ocluir los vasos rotos e impedir que se pierda en exceso el líquido vital de la
economía.
Un corte o lesión provoca la aparición de:
1) vasoconstricción: se produce inmediatamente e impide la salida de grandes cantidades de
sangre del vaso dañado;
2) placa trombótica debida a la acumulación de plaquetas en el lugar de la lesión, y que tiene
consistencia pegajosa; la zona será recubierta por endotelio para reparar la lesión. Si esto no
ocurre aparece el
3) coágulo: a partir del cual se liberan las sustancias activadoras, se forma un reticulado con
fibras de fibrina y plaquetas, luego el coágulo se retrae (con secreción de suero amarillento),
y simultáneamente se produce vasoconstricción en el vaso lesionado.
Mecanismo
Consiste en una serie de reacciones químicas que ocurren en una sucesión definida y rápida.
El desencadenante de estos cambios es la aparición de una mancha áspera en la pared del
vaso sanguíneo. En un plazo de uno o dos segundos, se adhieren grandes cantidades de plaquetas, el
vaso pierde su característica lisa normal, y se libera una variedad de sustancias activadoras. Algunas
aceleran la coagulación y otras producen constricción de los vasos sanguíneos.
La protrombina es una proteína que interviene en la coagulación, se elabora en el hígado y
se encuentra en condiciones normales en el plasma sanguíneo. En presencia de iones de Ca++ y de
algunos fosfolípidos, la protrombina se convierte en trombina. Luego, esta convierte al fibrinógeno
en fibrina.
Protrombina
Fibrinógeno
factores plaquetarios, Ca++ tisular
trombina
trombina
fibrina
La protrombina que se encuentra normalmente en el plasma es una sustancia inactiva. La
trombina en una proteína activa, es una enzima, y normalmente no se halla en el plasma, ya que se
forma a partir de la protrombina. A medida que se va formando, la trombina cataliza reacciones en
las que intervienen otras proteínas plasmáticas. Por ejemplo, la conversión de una proteína
plasmática soluble como el fibrinógeno, en otra proteína insoluble llamada fibrina.
La fibrina forma en la sangre una red de finos filamentos entrelazados que atrapan las
células sanguíneas; como la mayoría son eritrocitos, la sangre coagulada tiene color rojo. El líquido
amarillento pálido que queda después de formarse el coágulo es el suero sanguíneo.
Las células hepáticas sintetizan protrombina, trombina y casi todas las proteínas plasmáticas.
Para que la síntesis de protrombina pueda hacerse normalmente, la sangre debe contener cantidad
suficiente de vitamina K. Esta vitamina se absorbe en el intestino a partir de algunos alimentos, y
pasa hacia la sangre; es liposoluble, por lo que su absorción requiere bilis.
Factores que se oponen a la coagulación
En los vasos intactos, la cubierta endotelial normal forma una superficie lisa no
humedecible, en la que las plaquetas no pueden adherirse. Así no hay liberación de los factores
plaquetarios, y no se desencadena el mecanismo de coagulación de la sangre en los vasos
sanguíneos normales.
Además la sangre contiene sustancias llamadas antitrombinas, que inactivan a la trombina, y
por lo tanto el fibrinógeno no puede convertirse en fibrina. La heparina es un constituyente normal
de la sangre que actúa como antitrombina. Su concentración normal en sangre es muy baja. Las
inyecciones de heparina se usan para prevenir la formación de coágulos en los vasos. La cumarina
altera la utilización hepática de la vitamina K, por lo tanto de manera indirecta, retrasa la
coagulación.
Factores que aceleran la coagulación
Un sitio áspero en el endotelio y la lentitud excesiva en la corriente circulatoria, facilitan la
formación de trombos.
La aterosclerosis causa asperezas en sitios endoteliales y aumenta la tendencia a la
trombosis.
La inmovilidad causa trombosis porque se enlentece el flujo sanguíneo.
Una vez que se ha comenzado a formar, el coágulo tiende a crecer. Las plaquetas atrapadas
en la red de fibrina, se rompen y liberan más factores de la coagulación.
Disolución del coágulo
La fibrinólisis es el mecanismo fisiológico que causa disolución de los coágulos. De manera
ininterrumpida actúan los dos fenómenos antagónicos de formación de coágulos y fibrinólisis.
La sangre posee una enzima, la fibrinolisina, que cataliza la hidrólisis de la fibrina, lo cual
produce disolución del coágulo. Hay otros factores que participan en esta disolución.
Aceleración de la coagulación
Esto se logra aumentando cualquiera de las sustancias indispensables para la coagulación.
Por ejemplo:
1)
Aplicar al vaso cortado una superficie áspera (gasa), calor, o apretar suavemente
los tejidos alrededor del vaso; todo esto produce disgregación de mayor número
de plaquetas y se apresura la primera parte del mecanismo de la coagulación.
2)
Aplicar trombina purificada en aspersión con esponja.
3)
Aplicar espuma o películas de fibrina.
GRUPOS SANGUÍNEOS
La superficie de los eritrocitos contiene un conjunto de glucoproteínas y glucolípidos que
pueden actuar como antígenos. Un antígeno es una sustancia capaz de estimular la formación de
anticuerpos, que pueden reaccionar con el propio antígeno.
La sangre se clasifica en diversos grupos sanguíneos de acuerdo con la presencia o ausencia de
los diversos antígenos. Existen al menos 24 grupos sanguíneos y más de 100 antígenos detectables
en la superficie eritrocitaria, pero desde el punto de vista clínico interesan sólo los antígenos A, B y
Rh.
Existen los siguientes tipos de sangre, según los antígenos o aglutinógenos presentes en la
membrana eritrocítica:
1234-
Tipo A: antígeno A en los eritrocitos.
Tipo B: antígeno B en los eritrocitos.
Tipo AB: antígenos A y B en los eritrocitos.
Tipo 0: ni antígeno A ni B en los eritrocitos.
La sangre Rh positiva es la que posee antígeno Rh en sus eritrocitos; la sangre Rh negativa
es la que no lo posee.
El plasma sanguíneo puede tener o no aglutininas o anticuerpos que reaccionan con los
antígenos eritrocíticos A, B y Rh. El plasma nunca contiene anticuerpos contra los antígenos que se
encuentran en sus propios eritrocitos; si los hubiera el anticuerpo reaccionaría con el antígeno y
destruiría los eritrocitos. Pero el plasma sí contiene anticuerpos contra los antígenos que no están
presentes en sus eritrocitos.
Por ejemplo, en la sangre de tipo A existe el antígeno A en sus eritrocitos; en consecuencia
su plasma no contiene anticuerpos anti A, pero sí contiene anticuerpos anti B. En la sangre de tipo
B, existe antígeno B en sus eritrocitos; por lo tanto su plasma no contiene anticuerpos anti B, pero sí
contiene anticuerpos anti A.
Ninguna sangre contiene normalmente anticuerpos anti Rh. Sin embargo aparecen
anticuerpos anti Rh en la sangre de la persona Rh negativa si han entrado en su torrente circulatorio
eritrocitos Rh positivos. Esto puede suceder por una transfusión de sangre Rh positiva a una
persona Rh negativa; en poco tiempo, el cuerpo elabora anticuerpos anti Rh, los que se quedan en la
sangre. Otra forma de entrada es en la mujer embarazada Rh negativa, cuyo marido es Rh positivo y
el feto también lo es; algunos eritrocitos del feto pueden pasar a la madre a través de la placenta, y
fomentarán la formación de anticuerpos anti Rh en el cuerpo de la madre.
Los anticuerpos anti A, anti B y anti Rh, son aglutininas. Las aglutininas son sustancias que
aglutinan las células. El peligro de dar una transfusión de sangre consiste en que los anticuerpos que
hay en el plasma de la persona que la recibe (plasma del receptor) pueden aglutinar los eritrocitos
del dador; si por ejemplo se utilizara sangre de tipo B para transfundir a una persona que tiene
sangre de tipo A, los anticuerpos anti B de la sangre del receptor aglutinarían los eritrocitos de tipo
B del dador. Estas células aglutinadas son mortales en potencia, ya que pueden tapar vasos
pequeños vitales.
La sangre de tipo 0 se conoce como de “dador universal”, o sea que puede administrarse a
cualquier receptor.
La sangre de tipo AB, o de “receptor universal”, no contiene anticuerpos anti A ni anti B, de
modo que no puede aglutinar a los eritrocitos de dadores tipo A o B.
Tipo
Antígeno o
aglutinógeno de sus
eritrocitos
Anticuerpos o aglutininas
(o aglutininas) del plasma
Dador para
Receptor de
A
B
AB
0
A
B
AyB
no contiene
anti B
anti A
no contiene
anti A y anti B
A y AB
B y AB
AB
todos los tipos
Ay0
By0
todos los tipos
0
Antes de realizar una transfusión sanguínea es necesario hacer las pruebas que permitan
establecer con exactitud, el grupo al que pertenece la persona que debe recibir la sangre y la persona
que dona la sangre. Aún teniendo la certeza sobre los grupos de dador y receptor, es conveniente
realizar pruebas cruzadas entre el suero del dador y los eritrocitos del receptor, antes de la
transfusión.
Compatibilidad de los grupos sanguíneos
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