c) Células secretoras y canales resiníferos.—Distribuidas

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c) Células secretoras y canales resiníferos.—Distribuidas irregularmente
entre la masa de traqueidas, aparecen aisladamente, rara vez agrupadas, las
células secretoras; contienen algunas veces sustancias resinosas sólidas, pero,
en general, estas sustancias sólo están adheridas al interior de las paredes,
dejando, por consiguiente, pasar la luz con facilidad.
Los canales resiníferos longitudinales son abundantes y se presentan,
distribuidos irregularmente, en las proximidades del límite de las zonas de
otoño y primavera, aunque quedan generalmente dentro de la primera; su
diámetro medio interior es de 350 (x. Están revestidos interiormente por células de paredes finas con pequeñas puntuaciones que las comunican entre sí.
Estos canales están en comunicación con los radiales, que tienen un diámetro medio interior de 40 y. y se encuentran, como ya hemos visto, en el
interior de algunos radios medulares.
También los canales radiales están revestidos interiormente de células
de paredes finas, provistas de puntuaciones.
d) Granulos de almidón.—Aparecen con gran abundancia en la estructura que se examina los típicos granulos de almidón, que se presentan en
apretadas masas y cordones junto a los canales resiníferos y radios medulares,
principalmente en su zona de cruce con las traqueidas (fots. 66 y 67); también aparecen, aunque no con tanta frecuencia, en el interior de las células
secretoras. El diámetro medio de estos granulos es de 9,5 [L.
Ahora bien; como este abundante contenido de almidón se ha observado
en todas las preparaciones examinadas y éstas proceden de la madera de
otros tantos pinos de diferentes montes, damos, en principio, la existencia
de dichos granulos como una propiedad de carácter permanente de la especie que nos ocupa.
e) Formación y constitución de la madera teosa.—La madera teosa del
Pinus canariensis, que presenta análogos caracteres, en cuanto a color y
densidad se refiere, que las meleras de nuestros pinos negral y carrasco (P. pinaster y P. halepensis), tiene su fondo general de color acaramelado, en el
que aparecen fuertemente acusadas las líneas de los crecimientos de otoño,
diferenciándose, al mismo tiempo, de dichas meleras tanto por su proceso
de formación como por la homogeneidad de su constitución.
Las zonas de madera teosa que corrientemente presentan los citados
pinos P. pinaster y P. halepensis obedecen, generalmente, a traumatismos
de origen natural: rayos, picaduras de insectos, acción del viento, etc., o a
los provocados artificialmente por las picas de la resinación. También se
presenta este fenómeno, en algunos casos, como consecuencia de la acumulación fisiológica de la resina en forma de bolsas, de las que se filtra y ex-;
tiende al tejido leñoso circundante, impregnándolo y convirtiendo así la
madera en tea.
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