2.4. Garantías del embargo de bienes

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La ejecución en el proceso laboral
a
2.4. Garantías del embargo de bienes
Tanto la LPL (más parca) como la LEC (más extensa) establecen una serie de garantías para el embargo de bienes.
Las garantías no constituyen el embargo ni lo hacen
efectivo pues como adujimos en su momento el embargo se
tiene por efectivo desde que se acuerda en resolución judicial
o desde la diligencia de embargo.
El fin último de toda garantía es la conservación del bien
y su valor, evitando su deterioro y posible ocultación, incluyendo su pérdida física. Además y como segunda vertiente de
esta práctica se consigue la protección de los derechos de un
tercero afectado por el embargo ya que, por un lado, se asegura que conozca esta traba y, por otro, se le protegen sus
legítimos intereses.
La normativa que vamos ir analizando distingue entre
la garantía de la traba de bienes muebles y derechos, de una
parte; y de otra, la garantía del embargo de bienes inmuebles
y de otros vienes susceptibles de inscripción.
Tratémoslas por separado:
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Francisco Javier Izquierdo Carbonero
2.4.1. Bienes muebles y derechos
La garantía de los bienes muebles tiene como institución
clave la figura del depositario.
Se constituye con la designación del depositario y la entrega de los bienes embargados al mismo a fin de guardarlos y
retenerlos a disposición del juzgado ejecutante debiendo conservarlos con la diligencia de un buen padre de familia y con
el apercibimiento de las responsabilidades civiles y penales en
que incurriría caso de no cumplir con fidelidad el cargo para el
que ha sido nombrado. Téngase en cuenta que las cantidades
de dinero y demás bienes embargados tendrán, desde que se
depositen o se ordene su retención, la consideración de efectos
o caudales públicos (cita significativa para los supuestos de
responsabilidad penal).
La designación de depositario se practicará con citación
de las partes y de terceros interesados a fin de ser oídos sobre
aquélla, y llegado el caso, con la practica de la prueba que se
admita y atendiendo a la resolución que dicte el Juzgado.
El cargo debe ser expresamente aceptado y desde ese
momento estará obligado el depositario a conservar los bienes
con la debida diligencia y a disposición del Juzgado, comprometiéndose legalmente a la exhibición de los bienes en las condiciones que el Juzgado le indique y a entregarlos a la persona
que se designe por el órgano jurisdiccional.
Si no cumpliere con sus obligaciones, el Juzgado, a ins-
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tancia de parte o de oficio, por medio de providencia lo podrá
remover de su cargo, designando a otro, sin perjuicio de la
responsabilidad que hubiere contraído.
Hasta que se nombre depositario y se le entreguen los
bienes, las obligaciones y responsabilidades derivadas del depósito, sin previa aceptación ni requerimiento, incumbirá al
ejecutado y, si conocieran el embargo, a los administradores,
representantes o encargados o al tercero en cuyo poder se encontraren los bienes.
La doctrina identifica, y en ello mostramos nuestra conformidad, distingue dos tipos de depositarios:
-Institucional: Podrá depositarse en el establecimiento
público o privado que se considere más adecuado los bienes embargados cuando se traten de valores y objetos
especialmente valiosos o necesarios de especial conservación. El nombramiento de depositario podrá recaer en
los Colegios de Procuradores, siempre que dispongan de
un servicio adecuado para asumir las responsabilidades
legalmente establecidas para el depositario. El embargo
de valores representados con anotaciones en cuenta se
comunicará al órgano o entidad que lleve el registro de
anotaciones para su consignación en los libros respectivos.
-Personal: Puede recaer el nombramiento de depositario en la persona del ejecutante, del ejecutado o sobre
un tercero. En los dos primeros casos no debe existir
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una oposición justificada de la contraparte. Si los bienes
muebles embargados estuvieran en poder de un tercero,
se le requerirá mediante providencia para que los conserve a disposición del juzgado. Se nombrará depositario
al ejecutado si éste viniere destinando los bienes embargados a una actividad productiva o si resultaran de
difícil o costoso transporte o almacenamiento. Mediante
providencia y cuando el tribunal lo considere más conveniente designará depositario de los bienes al ejecutante,
o bien oyendo a éste, a un tercero.
Recordar lo dispuesto en el artículo 251 de la LPL en
cuanto se refiere el precepto a la facultad de recaer el nombramiento de depositario en el Fondo de Garantía Salarial, las Entidades Gestoras o servicios comunes de la Seguridad Social u
en otras personas o entidades que por su actividad y medios
puedan asumir tales funciones. Sí así lo considera el tribunal
ese nombramiento puede atribuirse a entidades autorizadas
administrativamente (sirva de ejemplo la mención del Colegio
de Procuradores).
Hay bienes cuyos depósitos suscitan especialidades:
- Dinero, cuentas corrientes y sueldos: Si lo embargado
fuera dinero o divisas convertibles se ingresarán en la
Cuenta de Depósitos y Consignaciones abierta en la Secretaría del Juzgado de lo Social, donde se colocarán a
disposición del ejecutante, previo el dictado de las oportunas resoluciones.
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Si el embargo lo constituyeran saldos favorables en cuentas de cualquier clase abiertas en entidades de crédito, ahorro
o financiación, el juzgado enviará a la entidad orden de retención (un oficio de embargo) de las cantidades concretas con el
límite ya constatado en esta obra.
Si el embargo se refiera a sueldos, pensiones u otras
prestaciones periódicas, se ordenará a la persona, entidad u
oficina pagadora la retención y disposición a favor del Tribunal
señalándose en el oficio la cuenta de Depósitos y Consignaciones donde debe transferirse estos importes.
- Intereses, rentas y frutos: Cuando el embargo recaiga
en intereses, rentas o frutos de toda clase, se enviará
orden de retención a quien deba pagarlos o directamente los perciba (aunque sea el propio ejecutado) para, en
caso de intereses, se ingresen en la Cuenta de Depósitos
y Consignaciones y, en los de la otra clase, se retengan y
pongan a disposición del Juzgado.
Es opción del Juzgado acordar, mediante providencia,
la administración judicial en garantía del embargo de frutos
y rentas, cuando la naturaleza de los bienes y derechos productivos, la importancia de los intereses, las rentas o los frutos embargados o las circunstancias en que se encuentre el
ejecutado razonablemente lo aconsejen; asimismo, cuando se
comprobare que la entidad pagadora o perceptora (en su caso,
el ejecutado) no cumplen la orden de retención o ingreso que
hemos comentado.
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- Valores o instrumentos financieros: si tuvieren la condición de cotizables en mercados oficiales, el embargo se
notificará a quien resulte obligado al pago, en caso de
que éste fuese periódico o de fecha determinada, o a la
entidad emisora, en el supuesto de que fueren redimibles
o amortizables a voluntad del tenedor o propietario de
los mismos. A la notificación del embargo se añadirá el
requerimiento de que, a su vencimiento o, en el supuesto
de no tener vencimiento, en el acto de recibir la notificación se retenga, a disposición del Juzgado, el importe
o el mismo valor o instrumento financiero, así como los
intereses o dividendos que se produzcan.
Si cotizaren en mercados secundarios oficiales la notificación se hará al órgano rector, y a través de éste, a la entidad
encargada de la compensación y liquidación.
Si el embargo lo practicamos sobre participaciones en
sociedades civiles, colectivas, comanditarias, sociedades de
responsabilidad limitada o acciones que no coticen en mercados secundarios de valores, la notificación se hará a los administradores de la sociedad, quienes comunicarán al Juzgado
la existencia de pactos de limitación a la libre transmisión de
acciones o cualquier otra cláusula estatutaria o contractual
que afecte a las acciones embargadas.
Si el depositario fuera persona distinta del ejecutante, del
ejecutado y del tercero poseedor del bien mueble embargado
tendrá derecho al pago de los gastos ocasionados por el transporte, conservación, custodia, exhibición y administración de
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los bienes, pudiendo el Juzgado acordar por providencia, el
adelanto de alguna cantidad por el ejecutante, sin perjuicio de
su reintegro en las costas judiciales.
Ese derecho lo tendrá también el tercero depositario a
fin de resarcirse de los daños y perjuicios que le haya podido
ocasionar el cargo de depositario.
Por último, si el depositario es alguna de las entidades
o establecimientos antes referenciados, el Juzgado, por providencia, fijará una remuneración de acuerdo con las tarifas
y precios usuales. El ejecutante deberá hacerse cargo de este
pago sin perjuicio del reintegro en el momento de pedir la tasación de costas.
2.4.2. Bienes inmuebles y otros bienes susceptibles
de inscripción
El depósito judicial es a los bienes muebles lo que la
anotación preventiva registral a los bienes inmuebles y otros
susceptibles de inscripción. Es la garantía, por antonomasia,
del embargo de este tipo de bienes.
Reiterando lo que ya añadimos para los bienes muebles
esta inscripción registral no constituye el embargo ni lo hace
efectivo, simple y llanamente lo garantiza, ya que el embargo
se entiende hecho desde su acuerdo o anotación en la diligencia de embargo.
Otra legislación entra en juego en este epígrafe: la nor-
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mativa hipotecaria.
Cuando se acuerda el embargo de bienes inmuebles u
otros susceptibles de inscripción el Juzgado, a instancia del
ejecutante, librará mandamiento para que se haga anotación
preventiva del embargo en el Registro de la Propiedad u otro
equivalente. El mismo día de su expiración se remitirá mandamiento, por fax, desde el Tribunal al Registro de la Propiedad,
donde se extenderá el correspondiente asiento de presentación, quedando en suspenso la práctica de la anotación hasta
que se presente el documento original en la forma prevista en
la legislación hipotecaria.
Tres son los sujetos implicados en la observancia de esta
garantía: el Juzgado o Tribunal, el Registrador y el ejecutante
que insta la libranza del mandamiento.
Enfaticemos sobre el trámite a seguir: el Juzgado o Tribunal librará mandamiento, por duplicado, al Registrador de
la Propiedad donde el bien se halle inscrito. En ese mandamiento, que irá firmado sólo por el Secretario Judicial, se copiará literalmente la resolución firme en que se haya acordado
el embargo del bien inmueble (no es precisa la trascripción
total de aquella resolución vale con la parte que afecta al embargo citado), se indicará expresamente los datos del bien a
embargar, los correspondientes al ejecutante y al ejecutado y
la cantidad a que queda sujeto en concepto de principal, intereses y costas procesales.
Si adolece de algún vicio subsanable el Registrador de la
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Propiedad lo comunicará al juzgado para su corrección, eso sí,
quedando en todo momento inscrita la anotación preventiva
sin perjuicio de su suspensión.
De haber realizado la practica de la inscripción marginal de anotación preventiva de embargo se comunicará esta
circunstancia por el Registrador de la Propiedad al Juzgado haciéndolo constar por certificación donde se indicarán
a nombre de quien aparece inscrito el bien y las cargas y
gravámenes a que está afecto. El Registrador de la Propiedad
comunicará siempre la existencia de asientos ulteriores que
pudieren afectar al embargo a fin de garantizar una publicidad registral al día y continuada en relación con el bien y el
procedimiento de ejecución a que está sometido.
Con la anotación preventiva en el Registro de la Propiedad nacen dos consecuencias legales: aunque el bien se
trasmita a un tercero, éste se subroga en la posición del ejecutado; además, la anotación constituye una preferencia del
cobro del crédito correspondiente sobre el producto de la enajenación forzosa frente a créditos posteriores salvo las preferencias dispuestas legalmente (art. 44 LH).
Dos importantes connotaciones secundarias: el mandamiento al Registrador de la Propiedad aún siendo peticionado
por el ejecutante no requiere de auxilio judicial remitiéndose,
de oficio, por el Tribunal a aquel Registro Público (mal puede
pretender el Procurador incluir este arancel en la tasación de
costas que inste en su momento) y; la anotación preventiva
de embargo en el Registro de la Propiedad no está sometida
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al impuesto de actos jurídicos documentados.
Si el bien no estuviere inmatriculado, o si estuviere inscrito a favor de persona distinta del ejecutado, pero de la que
traiga causa el derecho de éste, podrá tomarse anotación preventiva de la suspensión de la anotación del embargo, en la
forma y con los efectos previstos en la legislación hipotecaria
(arts. 198 y ss de la LH y 140 y ss del R.H.).
Existen otros bienes susceptibles de inscripción. Entre dichos bienes indicaremos aquellos sujetos a inscripción
en el Registro de Bienes Muebles (RD 1828/1999): buques
y aeronaves; automóviles y vehículos de motor; maquinaria
industrial, establecimientos mercantiles y bienes de equipo;
garantías reales; condiciones generales de la contratación.
Adicionar los catalogados como inscribibles en el Registro de Venta a Plazos de Bienes Muebles.
También en esta categoría de bienes incluiríamos los
que constituyen la Hipoteca Mobiliaria o de Prenda sin desplazamiento de la posesión y, entre ellos, establecimientos
mercantiles; maquinaria industrial; propiedad intelectual o
industrial; vehículos a motor; explotaciones agrícolas, forestales y pecuarias; colecciones de objetos artísticos o históricos…
A las garantías anteriormente tratadas debemos añadir,
en nuestra opinión, una más: nos referimos concretamente a:
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2.4.3. La administración o intervención judicial
Hemos anticipado esta figura en el estudio de las garantías del embargo de intereses, renta y frutos; así como del
embargo de valores e instrumentos financieros.
El análisis al que ahora nos enfrentamos pone en colación lo dispuesto en el art. 254 de la LPL con los arts. 630 a
633, ambos inclusive, de la LEC, de trascendencia subsidiaria
en esta institución procesal.
Dispone la LPL de facultad de constituir una administración o una intervención judicial cuando por la naturaleza de
los bienes o derechos embargados fuere preciso. Además de
los supuestos –ya tratados- de los apartados 2 y 3 del artículo
623 de la LEC, el mismo Cuerpo Legal señala la posibilidad
de esta constitución cuando se embargaren alguna empresa o
grupo de empresas, o acciones o participaciones que representen la mayoría del capital social, del patrimonio común o de los
bienes o derechos pertenecientes a las empresas o adscritos a
su explotación.
El trámite judicial es muy simple: el órgano judicial citará
de comparecencia a las partes para que lleguen a un acuerdo
y, en su caso, efectúen las alegaciones y pruebas que estimen
oportunas sobre la necesidad o no de nombramiento de administrador o interventor; persona que deba desempeñar el cargo, exigencia o no de fianza, forma de actuación, rendición de
cuentas y retribución procedente. Estamos, en puridad, ante
una cuestión incidental dentro del procedimiento principal.
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Si no compareciere algún interesado por causa injustificada se les tendrá por conforme con lo acordado por el Juzgado a la vista de lo pedido por los comparecientes.
Cuando no exista acuerdo o medie oposición de alguna
de las partes, el tribunal resolverá, mediante providencia, lo
que estime procedente sobre la administración judicial.
En el caso de encontrarnos con una empresa o grupo
de empresas donde se acuerde la administración judicial, el
tribunal deberá nombrar un interventor designado por el titular o titulares de la empresa o empresas embargadas y si sólo
se embargare la mayoría del capital social o la mayoría de los
bienes o derechos pertenecientes a una empresa o adscritos a
su explotación, se nombrarán dos interventores, uno por los
afectados mayoritarios, y el otro, por los minoritarios.
El nombramiento del administrador o interventor debe
recaer en la persona que designen de mutuo acuerdo las partes o, en su defecto, el elegido por el órgano judicial. Este
nombramiento de administrador judicial será inscrito, cuando
proceda, en el Registro Mercantil y, cuando afecte a bienes
inmuebles dicha inscripción se llevará a cabo en el Registro de
la Propiedad.
Los administradores judiciales necesitarán de autorización judicial para enajenar o gravar participaciones en la empresa o de éstas en otras, bienes inmuebles o cualesquiera
otros que por su naturaleza o importancia el órgano judicial
hubiere expresamente señalado. De existir interventores de-
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signados por los afectados, en los supuestos de enajenación o
gravamen, el administrador les convocará a una comparecencia, de cuyo resultado se dará cuenta al Tribunal, que decidirá
por providencia.
Cuando se produzca la sustitución del administrador judicial preexistente y no se disponga otra cosa, los derechos,
obligaciones, facultades y responsabilidades del administrador judicial serán los que correspondían con carácter ordinario a los sustituidos.
Acordada la administración judicial (en principio, por
acuerdo de las partes) se dará inmediata posesión al designado, requiriendo al ejecutado para que cese en la administración que llevara hasta entonces.
Las discrepancias que surjan sobre los actos de administración, se resuelven mediante providencia por el Tribunal,
oyendo a los afectados y sin perjuicio del derecho de oposición
a la cuenta final que deberá rendir, en su momento, el administrador.
De la cuenta final justificativa que presente el administrador se dará vista a las partes y a los interventores, quienes podrán impugnarla en el plazo de cinco días, prorrogables
hasta treinta atendida su complejidad. De mediar oposición se
resolverá tras citar a los interesados a comparecencia. Contra
el auto que dicte el órgano judicial, sobre esta materia, cabe
recurso de apelación.
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
Finalizando, volver a traer a colación lo dispuesto en el
art. 251 de la LPL en el sentido de que el nombramiento de
administrador judicial puede recaer en el FOGASA, servicios
comunes o Entidades Gestoras de la Seguridad Social o en
otras personas y entidades.
2.5. El procedimiento de apremio
2.5.1. Consideraciones generales
Con el título de “realización de los bienes embargados”
principia la L.P.L., en su artículo 259 una de las fases de la
ejecución dineraria de mayor trascendencia: el procedimiento
de apremio. Curiosamente la LEC si que recoge esta nomenclatura en el capítulo correspondiente (art. 634 y ss).
El fin de esta fase procedimental, conjunto de otras tantas actuaciones judiciales, no es otro que el de la realización
forzosa de los bienes del ejecutado para satisfacción de los
intereses del ejecutante. Hay autores que en determinados
supuestos estiman la no existencia de esta ejecución forzosa
como es el caso de la entrega de los bienes embargados directamente al acreedor/ejecutante. Nuestra postura se inclina por considerarla con aquel calificativo pues el embargo ya
significa una compulsión sobre el patrimonio del ejecutante
y aunque supongan una entrega directa de los bienes sobre
los que se ha producido la traba no es menos cierto que ese
forzamiento se ha producido aunque el trámite sea sumario y
apenas sin complejidad técnica.
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La LEC regula con mayor profundidad de análisis la
realización de bienes embargados por lo que, como ya hemos
adoptado por norma, nos remitiremos a la misma dada su subrogación.
Procederá la entrega directa al ejecutante del dinero
efectivo; saldos en cuentas corrientes y de otras de inmediata
disposición; divisas convertibles, previa su conversión, en su
caso; y cualquier otro bien cuyo valor nominal coincida con su
valor de mercado, o que, aunque inferior, el acreedor acepte la
entrega del bien por su valor nominal.
Si nos encontramos con vencimiento diferido de los saldos favorables en cuenta, el Juzgado adoptará las medidas
oportunas para lograr su cobro, llegando incluso al nombramiento de administrador si así se considerara conveniente o
necesario.
Si se condenara el pago de cantidades debidas por incumplimiento de contratos de venta a plazos de bienes muebles, a solicitud del ejecutante, se le hará entrega del bien o
bienes muebles vendidos o financiados a plazos por el valor
resultante de las tablas o índices referenciales de depreciación
que se hubiesen establecido en el contrato.
El art. 635 de la LEC regula la realización de las acciones
y otras formas de participación sociales disponiendo que si lo
embargado fueren acciones, obligaciones u otros valores admitidos a negociación en mercado secundario o cotizare en mercado reglado con establecimiento de precio oficial, se procede-
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rá a su enajenación de acuerdo con la normativa específica de
este tipo de mercados (Bolsa de Valores o Mercado de Deuda
Pública). Si lo embargado fueren acciones o participaciones
societarias de cualquier clase, que no coticen en Bolsa, la realización se hará atendiendo a las disposiciones estatutarias y
legales sobre enajenación de las acciones y participaciones, teniendo especial consideración con los derechos de adquisición
preferente. A falta de disposiciones especiales esta realización
se hará a través de notario o corredor de comercio colegiado
(estos dos cuerpos se han integrado en el único de notarios).
El artículo 636 de la LEC enumera la realización de bienes o derechos no comprendidos en los apartados anteriores
y que estudiaremos en otros apartados de este epígrafe donde
creemos tiene un mejor encuadre y enfoque para nuestro trabajo.
2.5.2. Avaluo de los bienes
Es evidente que si los bienes embargados no fueran
aquellos de los relacionados en las disposiciones generales que
anteceden se procederá a su avalúo, a no ser que el ejecutante
y ejecutado se hayan puesto de acuerdo sobre su valor, antes
o durante la ejecución. Nos surge la inquietud de si esta norma no choca con la indisponibilidad de ciertos derechos de los
trabajadores (art. 245 de la LPL). El Juzgado deberá examinar
con lupa esta última opción.
Para la valoración de los bienes se designará a un Perito
tasador, siguiendo el siguiente criterio:
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1º. Aquellos de entre los que prestan sus servicios para
la Administración de Justicia. Disponemos en la mayoría de
los Juzgados y Tribunales de personal laboral con la categoría de peritos con distintas especialidades y, pese a que están
generalmente adscritos al Decanato o Audiencias, ejercen sus
funciones para los Juzgados o Tribunales que precisen de sus
servicios.
2º. En defecto de los anteriores, se encomendará la tasación a los organismos dependientes de las Administraciones
Públicas que dispongan de personal cualificado y hayan asumido de compromiso de colaboración. Nuevamente traemos a
colación la colaboración que en este tema y, concretamente, en
el procedimiento laboral, están obligadas a prestar el FO.GA.
SA., las entidades gestores y servicios comunes de la Seguridad Social, o cualquier otra persona o entidad con medios
para esta actividad (art. 251 de la LPL).
3º. A falta de aquéllos se nombrará perito tasador de entre las personas físicas o jurídicas que figuren en la relación
o listas que suministren las entidades públicas competentes
para conferir habilitaciones para la valoración de bienes, así
como los Colegios Profesionales cuyos miembros estén legalmente capacitados para dicha valoración. La forma de poner
en conocimiento de los órganos judiciales estas listas es a través de su presentación en los oportunos Decanatos, que las
archivan en un legajo a tal fin y que se comunican a los Juzgados que la interesen, bien de oficio bien cuando peticionan
un peritaje concreto.
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Una vez designado el Perito se le notificará su nombramiento, debiendo en el día siguiente aceptar o no el cargo para
el que se le ha designado.
El Perito puede abstenerse o ser recusado (tanto por el
ejecutado como por el ejecutante) por algunas de las causas
previstas en la LEC (art. 124).
Del nombramiento del Perito se dará traslado a las partes y a los terceros interesados en el procedimiento (con derechos sobre los bienes ejecutados) que consten o se conozcan
por el Juzgado para que en el plazo de dos días muestren o no
su conformidad con aquella designación, apercibiéndoles que
transcurrido dicho plazo sin formular alegación alguna significa la aceptación del nombramiento efectuado.
Los peritos pueden pedir provisión de fondos para realizar su labor y sus remuneraciones serán de cuenta de las
partes o terceros que los hayan designados, todo ello sin perjuicio de, llegado el caso, incluir su minuta de honorarios en la
tasación de costas que practique el Secretario Judicial.
La valoración de los bienes por el perito se hará por el
valor de mercado y se entregará al tribunal en el plazo de ocho
días desde que aceptare el encargo, ampliable por causas justificadas en función de la cuantía o complejidad de la valoración. Las partes y acreedores podrán, en el plazo de cinco días
contados desde la entrega de la valoración, formular alegaciones contra las mismas y presentar los informes periciales que
sustenten sus pretensiones. En estos supuestos, el tribunal
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a la vista de las alegaciones, informes y apreciando toda la
documental aportada, determinará según las reglas de la sana
crítica, mediante providencia, contra la que no cabe recurso,
la valoración definitiva de los efectos embargados objeto de
peritaje.
En el caso de inmuebles la valoración atenderá, igualmente, al valor de mercado del inmueble sin tener en cuenta las cargas y gravámenes que pesen sobre ellos, saliendo
a subasta por el valor que resulte de deducir de su avalúo el
importe de todas las cargas y derechos anteriores al gravamen
por el que se hubiera despachado la ejecución cuya preferencia resulte de la certificación registral de dominio y cargas.
Estas operaciones las realizará el Secretario Judicial. Concluídas estas operaciones es buen criterio dirigir mandamientos al
Registro de la Propiedad para que certifiquen aquellas cargas
y gravámenes y su subsistencia actual, para acto seguido remitir oficios a los Juzgados o Entidades embargantes a fin de
que se nos indique el importe total y actual de lo adeudado en
cada anotación anterior o preferente con objeto de tener un
conocimiento preciso de las cantidades que se adeudan por
los distintos gravámenes vigentes. Con este trámite, además
de velar por la tutela judicial efectiva del ejecutado (y del ejecutante o terceros interesados) se consigue, por lo demás, que
la persona que adquiera el bien embargado sepa a que cargas
o gravámenes atenerse. En la operación de liquidación de cargas, labor del Secretario Judicial, éste se podrá valer del asesoramiento del perito ya que los conocimientos del funcionario
judicial pueden verse soslayados por la complejidad o cuantía
de aquéllas. La finalización de esta operación obtiene el justi-
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precio del bien, sirviendo de base para su realización.
Si el valor de las cargas o gravámenes iguala o excede del
determinado para el bien, el tribunal alzará el embargo.
2.5.3. La subasta judicial
El art. 636 de la LEC (en términos parecidos el art. 261
de la LPL) establece otras formas de realización de los bienes
y derechos embargados no comprendidos en la entrega directa
al ejecutante, o sean las acciones y otras formas de participación. Entre estos modos de realización cita, a saber:
-Convenio de Realización.
-A falta de convenio de realización, la enajenación por
medio de persona o entidad especializada, en los casos y
en la forma previstos en esta Ley.
-La subasta judicial.
Particularmente, e invirtiendo este esquema legal, consideramos ahora pertinente el análisis de la subasta judicial
y dejaremos para un epígrafe posterior los otros dos medios
de realización. Hemos elegido esta postura por estimarla más
adecuada a nuestro estudio dado que seguiríamos una pauta
que es la normal en el proceso de ejecución y será más comprensible para el lector, sin perjuicio de tratar en su momento
las otras dos formas de realización indicadas, más así no perdemos el hilo conductor de la fase ejecutiva.
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No obviaremos que la LEC incluye entre las formas de
realización de los bienes la administración para pago y destinar los rendimientos al pago de principal, intereses y costas de
la ejecución (arts. 676 a 680).
El lector avezado habrá comprobado nuestra remisión
directa a la LEC en el tema de la subasta judicial y la causa
deriva en que así lo dispone la propia LPL salvo dos especialidades que comentaremos en el momento oportuno.
Novedad importante y de calado procedimental que introdujo la LEC fue la no convocatoria de subasta cuando, según
la tasación o valoración definitiva, sea previsible que con su
realización no se obtendrá una cantidad de dinero que supere,
cuando menos, los gastos originados por la misma subasta.
Aunque la lógica jurídica del precepto es evidente con anterioridad a la entrada en vigor de dicho Cuerpo Legal no era así y
nos podíamos ver avocados a una subasta a sabiendas de su
más que factible inoperatividad y, sin embargo, producción de
una serie de gastos que lo único que hacían era perjudicar el
ejecutante.
La LEC distingue entre la subasta de bienes muebles
(arts. 643 a 654) y la subasta de bienes inmuebles (arts. 655 a
675) dedicando mayor contenido normativo a la primera para
indicar las especialidades de los segundos.
A. De bienes muebles
La subasta tendrá por objeto la venta de uno o varios
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bienes o lotes de bienes, según lo que resulte más conveniente
para el buen fin de la ejecución. Es el medio ordinario de realización de bienes y por ello elegimos su análisis continuado
antes de tratar las otras formas de llevar a cabo aquélla.
La formación de los lotes corresponderá al Secretario
Judicial, quien previamente oirá a las partes y así, antes de
anunciar la subasta, se emplazará a aquéllas para que en el
plazo de cinco días aleguen lo que tengan por conveniente sobre la formación de lotes para la subasta.
Como adujimos los bienes embargados se justiprecian
y realizada esta tarea se fijará la fecha para la celebración de
la subasta con expresión de la hora y lugar en que haya de
celebrarse.
La subasta precisa de una publicidad para que puedan
concurrir a la misma los licitadores que lo consideren oportuno. Esta publicidad se garantiza por medio de edictos que
se fijarán en sitio destacado y visible, en la sede del tribunal
y lugares públicos de costumbre. En los edictos se incluirá
pliego con todas las condiciones de la subasta, generales y
particulares, si las hubiere, y cuantos datos y circunstancias
sean relevantes para el éxito de aquélla.
La publicación edictal es obligatoria. Si bien, cuando el
tribunal lo juzgue conveniente, y a instancia del ejecutante o
del ejecutado, mediante providencia, se dará a la subasta la
publicidad que resulte razonable, utilizando los medios públicos y privados que sean más adecuados a la naturaleza y
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valor de los bienes que se pretenden realizar. El contenido de
la publicidad que se realice por otros cauces se acomodará a la
naturaleza del medio que, en cada caso, se utilice, procurando
la mayor economía de costes, y podrá limitarse a los datos precisos para identificar los bienes o lotes de bienes, el valor de
tasación, su situación posesoria, el lugar y fecha de celebración de la subasta y la indicación del lugar o lugares en que se
encuentren publicados los edictos (para un conocimiento más
exacto de las condiciones de la subasta). Cada parte correrá
con los gastos derivados de las medidas que, para la publicidad de la subasta hubieran solicitado, sin perjuicio de incluir
en la liquidación de costas los gastos que, por este concepto,
soporte el ejecutante. Aclaremos, pues, que el ejecutante puede repercutir estos gastos a través de su inclusión en la tasación de costas que en el momento procesal se practique, no así
el ejecutado que afrontará aquellos gastos con su pecunio.
Para tomar parte en la subasta los licitadores deberán
identificarse suficientemente, declarar que conocen las condiciones generales y particulares de la subasta y, presentar
resguardo de que han depositado en la Cuenta de Depósitos y
Consignaciones o de que han prestado aval bancario por el 20
por 100 del valor de tasación de los bienes. Cuando el licitador
realiza el depósito con cantidades recibidas en todo o en parte
de un tercero se hará constar en el resguardo a los efectos de
las devoluciones que procedan ya que de no hacerse esta designación en el documento bancario la devolución sólo se hará
a la persona designada.
El ejecutante podrá tomar parte en la subasta cuando
104
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
existan licitadores, pudiendo mejorar las posturas que se hicieren, sin necesidad de consignar cantidad alguna.
Sólo al ejecutante se le faculta para hacer postura reservándose la facultad de ceder el remate a un tercero. La cesión
se verificará mediante comparecencia ante el tribunal, con
asistencia del cesionario, quien deberá aceptarla, surtiendo los
mismos efectos que las posturas que se realicen oralmente.
Desde el anuncio de la subasta hasta su celebración, podrán hacerse posturas por escrito en sobre cerrado y con las
condiciones ya indicadas. Los sobres se conservarán cerrados
por el Secretario Judicial y serán abiertos al inicio del acto de
la subasta. Este funcionario leerá las posturas que contengan
los sobres y se harán públicas junto a las demás, surtiendo los
mismos efectos que las que se realicen oralmente.
El acto de la subasta lo preside el Secretario Judicial y
comenzará con la lectura de la relación de los bienes o, en su
caso, de los lotes de bienes y las condiciones especiales de la
subasta. Cada lote de bienes se subastará por separado.
El Secretario Judicial anunciará en voz alta el bien o
lote de bienes que se subasta y las sucesivas posturas que se
produzcan.
La subasta finalizará con el anuncio de la mejor postura
y el nombre de quien la haya formulado.
Terminada la subasta se levantará acta de aquella (lo
105
La ejecución en el proceso laboral
cierto es que el acta se va levantando sobre la marcha) expresando el nombre de quienes hubieran participado y de las
posturas que formularon.
Cuando la mejor postura sea igual o superior al 50 por
100 del avalúo, el Tribunal, mediante auto, en el mismo día
o en el siguiente, aprobará el remate a favor del mejor postor.
El rematante habrá de consignar el importe de dicha postura,
menos el depósito, en el plazo de diez días y, realizada esta
consignación, se pondrá en posesión de los bienes. El ingreso
de esta cantidad se realizará, como el depósito para concurrir
a la subasta, en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones del
Juzgado.
Si fuere el ejecutante quien hiciese la mejor postura,
igual o superior al 50 por 100 del avalúo, aprobado el remate,
se procederá por el Secretario Judicial a la liquidación de lo
que se deba por principal e intereses, y notificada esta liquidación, el ejecutante consignará la diferencia, si la hubiere, en el
plazo de diez días, a resultas de la liquidación de costas.
Si sólo se hicieren posturas superiores al 50 por 100 del
avalúo pero ofreciendo pagar a plazos con garantías suficientes, bancarias o hipotecarias, del precio alzado, se hará saber
al ejecutante que, en los cinco días siguientes podrá pedir la
adjudicación de los bienes por el 50 por 100 del avalúo. Si el
ejecutante no hiciere uso de este derecho, se aprobará el remate a favor de la mejor de aquellas posturas.
Cuando la mejor postura ofrecida en la subasta sea infe-
106
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
rior al 50 por 100 del avalúo, podrá el ejecutado en el plazo de
diez días, presentar tercero que mejore la postura ofreciendo
cantidad superior al 50 por 100 del valor de tasación o que,
aún inferior a dicho importe, resulte suficiente para lograr la
completa satisfacción del derecho del ejecutante.
El ejecutante queda facultado para que en el plazo de
cinco días, si el ejecutado no realiza lo previsto en el párrafo
que antecede, pedir la adjudicación de los bienes por la mitad
de su valor de tasación o por la cantidad que se le deba por
todos los conceptos siempre que esta cantidad sea superior a
la mejor postura.
Cuando el ejecutante no haga uso de esta facultad se
aprobará el remate a favor del mejor postor, siempre que la
cantidad que haya ofrecido supere el 30 por 100 del valor de
tasación o, siendo inferior, cubra, al menor, la cantidad por
que se haya despachado la ejecución incluyendo la previsión
para intereses y costas.
En cualquier momento anterior a la aprobación del remate o de la adjudicación al acreedor podrá el deudor liberar
sus bienes pagando íntegramente lo que se deba al ejecutante
por principal, intereses y costas.
El artículo 262 de la LPL establece una especificación en
cuanto al límite de posturas, en el siguiente sentido:
-En la tercera subasta no se admitirán posturas que no
excedan del 25 por 100 de la cantidad en que se hubie-
107
La ejecución en el proceso laboral
ren justipreciado los bienes. Si hubiere postor que ofrezca suma superior se aprobará el remate.
-De resultar desierta la tercera subasta, tendrán los ejecutantes o en su defecto los responsables legales solidarios o subsidiarios el derecho a adjudicarse los bienes
por el 25 por 100 de su avalúo, dándoseles a tal fin el
plazo de diez días. De no hacerse uso de este derecho se
alzará el embargo.
Con la nueva LEC ha desaparecido la celebración de la
tercera subasta si bien un sector doctrinal opina que en el proceso laboral se puede mantener su existencia dada su especialidad característica. Sea la posición doctrinal que adoptemos
la aplicabilidad de esta especificación de la LPL es patente. Al
no argüir nada el precepto comprendemos que su regulación
se aplica tanto a los bienes muebles como a los inmuebles.
Aprobado el remate, se devolverán las cantidades depositadas por los postores excepto la que corresponda al mejor postor, la cual se reservará en depósito como garantía del
cumplimiento de su obligación y, en su caso, como parte del
precio de la venta. Sin embargo, si los demás postores lo solicitan, también se mantendrán a disposición del tribunal las
cantidades depositadas por ellos, para que, si el rematante
no entregare en plazo el resto del precio, pueda aprobarse el
remate a favor de los que le sigan, por el orden de sus respectivas posturas.
Las devoluciones que procedan se harán al postor que
108
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
efectuó el depósito o a la persona que éste hubiere designado
al realizar el ingreso en la Cuenta de Depósito y Consignaciones del Juzgado.
El precio del remate se entregará al ejecutante a cuenta
de la cantidad por la que se hubiere despachado ejecución
y, si sobrepasare dicha cantidad, se retendrá el remanente a
disposición del tribunal, hasta que se efectúe la liquidación de
lo que, finalmente, se deba al ejecutante y del importe de las
costas de la ejecución.
Se entregará al ejecutado el remanente que pudiere existir una vez finalizada la realización forzosa de los bienes, satisfecho plenamente el ejecutante y pagadas las costas.
B. De bienes inmuebles
Dijimos que a esta categoría de bienes así como a aquellos muebles sujetos a un régimen registral singular se aplicaría las disposiciones de los bienes muebles con las particularidades que a continuación indicaremos.
Cuando el objeto de la subasta sea un bien inmueble se
librará mandamiento al Registrador de la Propiedad competente para que remita certificación que contengan los siguientes extremos:
-titularidad del dominio y demás derechos reales del
bien o derecho gravado.
109
La ejecución en el proceso laboral
-Los derechos de cualquier naturaleza que existan sobre
el bien registable embargado, en especial, relación completa de las cargas inscritas que lo graven o, en su caso,
que se halla libre de cargas.
Se hará constar por nota marginal en la principal de la
inscripción registral la expedición de esta certificación y la fecha y el procedimiento a que se refiere.
Aunque ya fue expuesto anteriormente, reiteraremos que
a petición del ejecutante, el tribunal se dirigirá a los titulares
de los créditos anteriores que sean preferentes al que sirvió
para el despacho de la ejecución a fin de que informen sobre
la subsistencia del crédito y su cuantía. También se interesará información sobre si los créditos subsisten y su cuantía
precisa. Si el crédito estuviere vencido y no pagado se informará de los intereses moratorios vencidos y de la cantidad a
que asciendan los intereses que se devenguen por cada día de
retraso. Si la preferencia resulta de una anotación de embargo anterior, se expresará la cantidad pendiente de pago por
principal e intereses vencidos a la fecha en que se produzca la
información, así como el importe de los intereses moratorios y
previsión para costas.
Si de la certificación registral resultare que el bien embargado se encuentra inscrito a nombre de persona distinta
del ejecutado, se oirá, por el tribunal, a las partes personadas,
y ordenará el alzamiento del embargo, a menos que exista una
relación hereditaria entre este tercero y el ejecutado o que el
embargo se hubiere trabado teniendo en cuenta tal circuns-
110
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
tancia.
Si la inscripción de dominio a nombre de persona distinta del ejecutado fuere posterior a la anotación del embargo
se mantendrá ésta, sin perjuicio del ejercicio de una posible
tercería.
La existencia de la ejecución a titulares de derechos inscritos que figuren en la certificación se comunicará a éstos por
el Registrador, siempre que conste el domicilio en esta oficina
pública. A los titulares de derechos inscritos con posterioridad
a la expedición de la certificación de dominios y cargas no se
les realizará comunicación alguna, pero, acreditando al tribunal la inscripción de su derecho, se les dará intervención en el
avalúo y en las demás actuaciones del procedimiento que les
afecten. Si éstos satisfacen antes del remate el importe del crédito, intereses y costas quedarán subrogados en los derechos
del actor hasta donde alcance el importe satisfecho. Quedarán
anotados estos hechos por nota marginal en el Registro de la
Propiedad mediante presentación de la documental correspondiente (acta notarial o mandamiento judicial).
Asimismo se hará comunicación de la ejecución a arrendatarios y a ocupantes de hecho y se dará publicidad de la situación posesoria en el anuncio de la subasta de conformidad
con lo dispuesto en el art. 661 de la LEC.
En la misma resolución que acuerda la expedición de
la certificación de dominio y cargas el tribunal podrá acordar
que, de oficio o a instancia de parte, se requiera al ejecutado
111
La ejecución en el proceso laboral
para que en el plazo de diez días presente los títulos de propiedad de que disponga, y se comunicará al ejecutante para que
manifieste si los encuentra suficientes o proponga la subsanación de las faltas que notare.
Se podrán emplear los medios que estime convenientes
el tribunal para que el ejecutado presente los títulos de dominio, obteniéndolos, en su caso, de los registros o archivos en
que se encuentren. Si no existieren estos títulos se suplirán
de conformidad con lo dispuesto en la Ley Hipotecaria. A instancia del acreedor se sacarse los bienes a pública subasta sin
subsanar previamente la falta de títulos de propiedad, expresando esta circunstancia en los edictos.
Como expusimos más arriba, al Secretario Judicial compete hacer la valoración de los inmuebles con deducción de
las cargas o gravámenes anteriores o preferentes a que estén
afectos los mismos.
El anuncio de la subasta sigue la pauta de los bienes inmuebles, constando en el edicto de publicación los siguientes
extremos:
-Que la certificación registral y, en su caso, la titulación
sobre el inmueble o inmuebles que se subastan están de
manifiesto en la Secretaría.
-Que se entenderá que todo licitador acepta como bastante la titulación existente o que no existan títulos.
112
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
-Que las cargas o gravámenes anteriores, si los hubiere,
al crédito del actor continuarán subsistentes y que, por
el sólo hecho de participar en la subasta el licitador los
admite y acepta quedar subrogado en la responsabilidad
derivada de aquellos, si el remate se adjudicare a su favor.
Para tomar parte en la subasta los postores deberán depositar, previamente el 30 por 100 del valor que se haya dado
a los bienes (en los muebles este deposito ascendía al 20 por
100).
En la subasta, como en la de los bienes muebles, puede
ocurrir, resumiendo:
-Si la mejor postura iguala o supera el 70 por 100 se
aprueba el remate con la consignación de la diferencia
en el plazo de 20 días.
-Si la anterior postura la hace el ejecutante se practica
la liquidación de principal, intereses y costas, consignando la diferencia si la hubiere.
-Si la postura supera el 70 por 100 pero se ofrece el
pago a plazos, el ejecutante puede pedir la adjudicación
por dicho importe en el plazo de cinco días. De no ser así,
se aprueba el remate.
-Si la mejor postura presentada no supera el 70 por 100
caben las siguientes posibilidades:
113
La ejecución en el proceso laboral
a. Que el ejecutado presente en el plazo de diez días
un mejor postor.
b. En defecto de lo anterior el ejecutante, en el plazo
de cinco días, puede solicitar la adjudicación de los
bienes por el 70 por 100, o por la cantidad que se le
adeude si es superior a la mejor postura.
c. Por último, y a falta de todo lo anterior, puede aprobarse el remate por cantidad superior al 50 por 100
e incluso inferior con las condiciones previstas en la
LEC (art. 670).
En cuanto al destino de las sumas obtenidas en la subasta de inmuebles ratificamos lo dicho sobre el mismo apartado en el epígrafe referente a los bienes muebles con las especificaciones concretas del art. 672 de la LEC.
Regula la LEC, art. 673, la posibilidad de una subasta
simultánea, cuando los bienes sean inmuebles, y disponiendo
el precepto que cuando lo aconsejen las circunstancia y a solicitud de cualquiera de las partes, el tribunal, podrá ordenar
que se anuncie y celebre subasta de forma simultánea en la
sede del juzgado ejecutor y, mediante exhorto, en uno o varios
Juzgados de distintos partidos judiciales, donde radiquen, total o parcialmente, los bienes inmuebles subastados. En tales casos los postores acudirán libremente a cualquiera de
las sedes de celebración y el tribunal ejecutor no aprobará el
remate hasta conocer, por cualquier medio de comunicación,
las posturas efectuadas en todas ellas, citando personalmente
114
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
a los postores que hubiesen realizado idéntica postura, para
que comparezcan ante él a celebrar licitación dirimente entre
ellos, si dicho empate no hubiese podido salvarse mediante
comunicación telefónica, o de cualquier otra clase, durante la
celebración de las subastas simultáneas.
La LPL, pese a la remisión constante a la LEC, dicta una
serie de artículos, redundando unos, confundiendo otros, sobre la subasta que pasamos a exponer.
El art. 263 dispone que si la adquisición en subasta o la
adjudicación en pago se realiza a favor de parte de los ejecutantes y el precio de adjudicación no es suficiente para cubrir
todos los créditos de los restantes acreedores, los créditos de
los adjudicatarios sólo se extinguirán hasta la concurrencia
de la suma que sobre el precio de adjudicación debería serles
atribuida en el reparto proporcional. De ser inferior al precio
deberán los acreedores adjudicatarios abonar el exceso en metálico. Una redacción sumamente desafortunada y complicada
para tratar la situación que se produce cuando varios ejecutantes concurren a un mismo procedimiento de ejecución, si a
algunos de ellos les es adjudicado en subasta o en pago y no es
suficiente para cubrir los créditos de los demás ejecutantes. Se
preceptúa la necesidad de calcular la compensación de crédito
y que proporción de éste corresponde al acreedor/ejecutante y
cómo compensar el resto de créditos de otros acreedores a que
esté afecto, de conformidad con el principio de proporcionalidad que se extrae de lo dispuesto en los arts. 269 a 271 de la
LPL que ya analizaremos al tratar del pago.
115
La ejecución en el proceso laboral
Por su parte, el art. 264 dispone que sólo la adquisición o
adjudicación practicada a favor de los ejecutantes o de los responsables legales solidarios o subsidiarios podrán efectuarse
en calidad de ceder a tercero. El precepto redunda lo establecido en el art. 647 de la LEC y su intencionalidad no es otra que
la de fijar un procedimiento de cesión limpio que no corrompa la institución de la cesión a tercero que, como sabemos,
provocó una utilización fraudulenta por parte de subasteros
profesionales que por este medio ocultaban una compraventa
encubierta con la consiguiente minoración de pagos tributarios. Con el dictado de este artículo se han limitado las personas concretas y determinadas que pueden hacer esta cesión,
esto es, el ejecutante o el responsable solidario o subsidiario y
además debiendo constituirse la cesión ante el órgano judicial.
Debemos concluir que, si bien la finalidad de la norma debe
ser alabada, sus efectos no lo han sido tanto, pues participar
en una subasta sin pasar el filtro o abuso de los subasteros es
tarea casi de imposible cumplimiento y no queda, en muchas
ocasiones, más remedio que acudir a los servicios de algunos
de aquellos profesionales para ejercitar un derecho que bien se
podía ejercer individualmente sin esa intermediación contra la
que se pretende luchar con normas de este tipo.
Por último y siguiendo con lo dispuesto en la LPL el art.
265 de la misma establece la no obligatoriedad de documentar
en escritura pública el auto de adjudicación, siendo título bastante para la inscripción del auto de adjudicación el testimonio
expedido por el Secretario Judicial, comprensivo del referido
auto y de las circunstancias necesarias para verificar aquélla. Era una conclusión lógica de la actuación como fedatario
116
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
público del Secretario Judicial que ha presidido la subasta y
documentado el acta de dicha práctica y cuyo testimonio, con
la inclusión de los requisitos necesarios, es más que suficiente
para que la inscripción registral se lleve a cabo. Este testimonio irá adjunto al mandamiento remitido al Registrador de
la Propiedad interesando la correspondiente inscripción. Los
requisitos necesarios, además de la inclusión literal del auto,
son los recogidos en los artículos 647 y 656 de la LEC además
de los específicos que establezca la legislación hipotecaria.
Se aplica el régimen de la subasta de los bienes inmuebles a ciertos bienes muebles inscribibles en otros registros
públicos que se regulan en legislación especial, a saber:
- Ley
- Ley
to.
- Ley
- Ley
- Ley
- Ley
de Hipoteca Naval.
de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin desplazamiende
de
de
de
Patentes.
Propiedad Intelectual.
Venta a plazos de Bienes Muebles.
Marcas.
Toda esta legislación se debe concordar con lo dispuesto
en la Ley sobre Condiciones Generales de la Contratación y
normativa sobre acceso a ciertos registros.
C. Subasta en quiebra (quiebra de la subasta) y subasta sin postores
C.1. Subasta en quiebra
117
La ejecución en el proceso laboral
Recoge la LEC, en su artículo 653, lo que en el usus fori
se denomina subasta en quiebra, que se da en los casos que
ninguno de los rematantes que participaron en la puja consignaren el precio en el plazo señalado o si por culpa de ellos
dejare de tener efecto la venta, con los efectos de la perdida
del depósito que hubieran efectuado y se procederá a nueva
subasta, salvo que con los depósitos constituidos por aquellos
remantantes se pueda satisfacer el capital e intereses del crédito del ejecutante.
El precepto admite varias soluciones para estos casos,
adicionadas a la pérdida del depósito por los rematantes:
-Si la cuantía de dichos depósitos fuere suficiente para
cubrir principal, intereses y costas se practica la oportuna liquidación por el Secretario Judicial.
-Si el importe fuere insuficiente, se procederá al señalamiento y celebración de nueva subasta, destinándose los
depósitos constituidos, en primer lugar, al pago de los
gastos de esta segunda subasta (o subasta en quiebra).
El sobrante, si lo hubiere, adquiere dos destinos distintos según cada caso:
-En el primero de los casos, se entrega a los depositantes.
-En el segundo de los supuestos, se entregará al ejecutado hasta completar el precio ofrecido en la subasta
y, en su caso, se le compensará de la disminución del
118
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
precio que se haya producido en el nuevo remate; sólo
después de efectuada esta compensación, se devolverá lo
que quedare a los depositantes.
Cuando el rematante dejare transcurrir el plazo señalado para el pago del precio del remate sin efectuarlo, la persona
designada para recibir la devolución del depósito podrá solicitar que el auto de aprobación de remate se dicte en su favor,
consignando simultáneamente la diferencia entre lo depositado y el precio del remate, para lo que dispondrá del mismo
plazo concedido al rematante para efectuar el pago, que se
contará desde la expiración de éste.
C.2. Subasta sin postores
Establecida en los artículos 651 (para los bienes muebles) y 671 (para los inmuebles y otros) de la LEC.
Ocurre cuando al acto de la subasta no acude ningún
postor. El acreedor podrá pedir la adjudicación de los bienes
por el 30 por 100 del valor de tasación o por la cantidad que se
le deba por todos los conceptos.
En la LPL, una de sus especialidades, del art. 262, dispone la ampliación de esta facultad a los responsables legales
solidarios o subsidiarios y el porcentaje será del 25 por 100 (en
vez del 30 por 100 de la LEC), debiendo aplicarse éste último
por regularlo expresamente la norma.
Cuando el acreedor no hiciere uso de esta facultad, en el
119
La ejecución en el proceso laboral
plazo de veinte días, se procederá al alzamiento del embargo, a
instancia del ejecutado.
2.5.4. El convenio de realización
Retomamos las distintas formas de realización que preveía la LEC y, entre ellas, la denominada convenio de realización o, forma convenida de realización entre las partes e
interesados (literalmente, ex art. 636).
Su finalidad no es otra que la de convenir, a petición del
ejecutante, el ejecutado y quien acredite interés directo en la
ejecución al órgano judicial, el modo de realización más eficaz
de los bienes hipotecados, pignorados o embargados, frente a
los que se dirige la ejecución.
Se citará por el Tribunal a una comparecencia y si el
ejecutante se mostrare conforme con esta forma de realización
y el Tribunal no hallare motivos razonables para denegarla, la
acordará mediante providencia, sin suspensión de la ejecución, convocando a las partes y a quienes conste en el proceso
pudieran estar interesados. Entre estos interesados podemos
enunciar a los representantes de los trabajadores, al FO.GA.
SA., los servicios comunes y Entidades Gestoras de la Seguridad Social, y los órganos (judiciales o administrativos) en caso
de reembargo.
En la comparecencia los asistentes podrán proponer
cualquier forma de realización de los bienes sujetos a la ejecución y presentar a personas que, consignando o afianzando,
120
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
se ofrezcan a adquirir dichos bienes por un precio previsiblemente superior al que pudiera lograrse mediante la subasta
judicial. También cabrá proponer otras formas de satisfacción
del derecho del ejecutante.
Si se llegare a un acuerdo entre el ejecutante y el ejecutado, que no cause perjuicio para terceros cuyos derechos
proteja la legislación, el Tribunal lo aprobará mediante auto y
suspenderá la ejecución respecto del bien o bienes objeto del
acuerdo. De igual modo procederá si incluyere la conformidad
de los sujetos, distintos de ejecutante y ejecutado, a quienes
afectare.
Si los bienes a los que afecte el acuerdo son susceptibles
de inscripción registral, será necesaria, para su aprobación, la
conformidad de los acreedores y terceros poseedores que hubieran inscrito o anotado sus derechos en el Registro correspondiente con posterioridad al gravamen que se ejecuta.
Cuando se acreditare el cumplimiento del acuerdo, se
sobreseerá la ejecución respecto del bien o bienes a que se
refiriese. Si el acuerdo no se cumple dentro del plazo pactado
o cualesquiera otras causas, que imposibiliten la satisfacción
del ejecutante en los términos convenidos, podrá éste pedir
que se alce la suspensión de la ejecución y se proceda a la subasta, en la forma que ya hemos visto.
Si no se lograse el acuerdo la comparecencia para intentarlo podrá repetirse, en las condiciones anteriormente aludidas, cuando las circunstancias del caso lo aconsejen, a juicio
121
La ejecución en el proceso laboral
del tribunal, a fin de conseguir una mejor realización de los
bienes.
2.5.5. Realización por persona o entidad especializada
Sólo citada en la LPL y desarrollada, como no, en la LEC
que nos está sirviendo de continuo referente.
El Tribunal resolver, mediante providencia, a petición del
ejecutante o del ejecutado con consentimiento del primero y
cuando las características del bien embargado así lo aconsejen, la realización por persona especializada o conocedora del
mercado en que se compran y venden esos bienes y en quién
concurran los requisitos para operar en dichos mercados.
También resolverá el Tribunal, siguiendo idénticas previsiones, que el bien se enajene por medio de entidad especializada pública o privada. Si así se dispusiere la enajenación se
acomodará a las reglas y usos de la casa o entidad que subasta
o enajene, siempre que no sean incompatibles con el fin de la
ejecución y con la adecuada protección de los intereses del ejecutante y ejecutado. En estos casos la persona o entidad especializada (salvo que se trate de una entidad pública, que queda
exenta) deberá prestar caución en la cuantía que el tribunal
determine para responder del cumplimiento del encargo.
En la misma resolución en que se encomienda la realización a la persona o entidad designada en la solicitud se determinarán las condiciones en que deban efectuarse aquélla,
122
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
de conformidad con lo que las partes hubiesen acordado al
respecto.
A falta de acuerdo los bienes no podrán ser enajenados
por precio inferior al 50 por 100 del avalúo.
No obstante lo anterior, cuando los bienes a realizar sean
inmuebles, la determinación de la persona o entidad a la que
vaya a confiarse la realización y la de las condiciones en que
ésta deba efectuarse, será realizada previa comparecencia
a la que serán convocadas las partes y quienes conste en el
proceso que pudieran estar interesados. El tribunal resolverá
por medio de providencia lo que estime procedente, a la vista
de las manifestaciones de quienes asistan a la comparecencia, pero no podrá autorizar que la enajenación se realice por
precio inferior al 70 por 100 del valor que se haya dado al
inmueble una vez justipreciado, salvo que conste acuerdo de
las partes y de todos los interesados, hayan asistido o no a la
comparecencia.
Tan pronto como se consume la realización de los bienes
se procederá por la persona o entidad correspondiente a ingresar en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones la cantidad
obtenida, descontando los gastos efectuados y lo que corresponda a aquéllas por su intervención. El tribunal acordará la
operación o, en su caso, solicitará las justificaciones oportunas sobre la realización y sus circunstancias.
Aprobada la operación, se devolverá la caución que hubiese prestado la persona o entidad a la que se haya encomen-
123
La ejecución en el proceso laboral
dado la realización.
Cuando, transcurridos seis meses desde el encargo de
realización, no se hubiere llevado a cabo, el tribunal dictará
auto recovando el encargo, salvo que se justifique por la persona o entidad a la que se hubiere efectuado éste que la realización no ha sido posible en el plazo indicado por motivos que
no le sean imputables y que, por haber desaparecido ya dichos
motivos o por ser previsible su pronta desaparición, el encargo
podrá cumplimentarse dentro del plazo que se ofrezca y que
no podrá exceder de los siguientes seis meses. Si transcurre
esta prórroga sin haberse cumplido el encargo, se recovará
definitivamente éste.
Revocado el encargo, la caución se aplicará a los fines
de la ejecución, salvo que la persona o entidad que la hubiese prestado acredite que la realización no ha sido posible por
causas que no le sean imputables.
2.5.6. La administración para pago
Principiaremos este epígrafe aclarando que cuando hablamos de esta institución debemos diferenciarla de la administración judicial que establece el artículo 630.2 de la LEC
(garantía del embargo de frutos y rentas) y la prevista en el
artículo 676 de la LEC (realización del producto obtenido de
los bienes sometidos a administración).
Como ya se ha convertido en norma usual, pese a que la
LPL cita esta figura su regulación concreta y específica habrá
124
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
de reenviarnos a la LEC (arts. 676 a 680).
El ejecutante, en cualquier momento puede pedir al tribunal que se le entreguen en administración todos o parte
de los bienes embargados para aplicar sus rendimientos al
pago del principal, intereses y costas de la ejecución. Procederá la administración cuando la naturaleza de los bienes así
lo aconsejare y el tribunal acordará mediante providencia, la
disposición, previo inventario, a favor del ejecutante a quien se
pondrá en posesión de los bienes, dando conocimiento de este
hecho a las personas que el mismo ejecutante designe.
Antes de acordar la administración se dará audiencia, en
su caso, a los terceros titulares de derechos sobre el bien embargado inscritos o anotados con posterioridad al ejecutante.
A instancia del ejecutante, el tribunal, impondrá facultativamente multas coercitivas al ejecutado y a los terceros
que impidan o dificulten las facultades del administrador, sin
perjuicio de cualesquiera otras responsabilidades.
En la administración para pago se atendrá a lo que pactaren ejecutante y ejecutado. En ausencia de pacto, se estará
a la costumbre del país.
El acreedor, salvo convenio de las partes o acuerdo del
tribunal, rendirá cuentas anualmente de la administración al
Secretario Judicial.
De las cuentas presentadas se dará vista, al ejecutado,
125
La ejecución en el proceso laboral
por plazo de quince días. Si éste formulare alegaciones, se
dará traslado de las mismas al ejecutante para que, en plazo de nueve días, manifieste si está o no conforme con éllas.
De no existir acuerdo entre ellos, se convocará a una comparecencia en el plazo de cinco días, admitiendo las pruebas
que se propusieren y se consideraren útiles y pertinentes, que
se practicarán en el plazo que se estime prudencial, sin que
pueda exceder de diez días. Practicada, en su caso, la prueba
admitida, el tribunal dictará auto en el plazo de cinco días, en
el que se resolverá lo procedente sobre la aprobación o rectificación de las cuentas presentadas.
Las controversias sobre la administración distintas a la
rendición de cuentas se sustanciarán por los trámites establecidos para el juicio verbal. Desconocemos por qué en el procedimiento laboral este trámite no puede ser el del incidente.
Cuando el ejecutante se haya hecho pago de su crédito,
intereses y costas con el producto de los bienes administrados,
éstos volverán a poder del ejecutado.
El ejecutado se reserva el derecho, en cualquier momento, a pagar lo que reste de su deuda, según el último estado
de cuentas presentado y, en este caso, será aquél repuesto
inmediatamente en la posesión de sus bienes y cesará la administración, sin perjuicio de rendir cuentas en los quince días
siguientes así como de las reclamaciones que existieren entre
administrador y ejecutado.
Si el acreedor no lograre la satisfacción de su derecho
126
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
mediante la administración peticionará al Tribunal que se
ponga fin a ésta y que, previa rendición de cuentas, se proceda a la realización forzosa por otro medios (principalmente, la
subasta judicial).
2.6. El pago
Toda ejecución dineraria tiene como fin último el pago de
la cantidad obtenida al ejecutante, pudiendo ser total o parcial.
Rememoremos que había pagos directos cuando los bienes embargados eran dinero en efectivo, saldos en cuentas
corrientes…(art. 634 LEC).
Asimismo traigamos a la memoria los supuestos del pago
por convenio de realización o la enajenación por persona (física o jurídica) o entidad especializada.
Por último, recordar lo manifestado sobre la subasta de
bienes y las distintas posibilidades que se admitían en cuanto
al destino del importe de la adjudicación si éste era o no superior a la cuantía de la deuda y los distintos porcentajes de enajenación en subasta judicial atendiendo a las características
de los bienes subastados (muebles, inmuebles y otros).
Sentado todo lo anterior, el art. 266 de la LPL dispone
que las cantidades que se obtengan a favor de los ejecutantes
se aplicarán, por su orden, al pago del principal, intereses y
costas una vez liquidados aquéllos y tasadas éstas.
127
La ejecución en el proceso laboral
2.6.1. El principal
El principal es el importe por el que se ha despachado la
ejecución, dimanante de sentencia, acto de conciliación (prejudicial o judicial), laudo arbitral y posibles autos que complementen las anteriores resoluciones (por ejemplo, auto de
readmisión fijando los salarios de tramitación).
Al pago del principal puede anticiparse, si lo hubiere
aprobado previamente el órgano judicial, con el abono de los
gastos que necesariamente hubiere requerido la propia ejecución y el de los acreditados por terceros obligados a prestar
la colaboración judicialmente requerida. Es una excepción al
primer criterio fijado en el propio artículo y se limita a aquellos
gastos necesarios para efectuar la misma ejecución (gastos de
depósito en la conservación, traslado de los bienes, etc). Debe
acordarla, en todo caso, el tribunal.
Dentro del principal se comprenden los intereses de mora
cuya condena se produce en el mismo título ejecutivo y no coinciden con los que a continuación vamos a señalar.
2.6.2. La liquidación de intereses.
Debemos remitirnos, para su contenido conceptual, a
lo dispuesto en el art. 576 de la LEC: desde que fuere dictada
en primera instancia, toda sentencia o resolución que condene
al pago de una cantidad de dinero líquida determinará, a favor
del acreedor, el devengo de un interés anual igual al interés
legal del dinero incrementado en dos puntos o el que corres-
128
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
ponda por pacto de las partes o por disposición especial de la
Ley.
Subrayar que no se precisa la inclusión en la sentencia
de la condena al pago de intereses toda vez que siendo la sentencia condenatoria esta inclusión se entiende ope legis. No
obstante, no son todas las sentencias condenatorias las que
producen esta operatividad legal del pago de intereses pues la
jurisprudencia ha excluido aquellas que resuelven sobre prestaciones periódicas vitalicias.
Son, pues, tres soluciones, las indicadas:
-Aplicar la liquidación sobre el interés anual del dinero
incrementado en dos puntos (sinónimo del interés legal
del dinero aprobado por el Banco de España con el aumento adicionado).
-Aplicar el acordado por las partes.
-Aplicar el que fije una disposición especial de la ley.
Puede darse el caso, nada inusual por otro lado, de que
no se produzca condena al pago de intereses en la primera
instancia y la sentencia de la segunda si los establezca. Los
intereses se computarían desde que se dictare la resolución
condenatoria en la segunda instancia.
La acción para reclamar el pago de intereses prescribe
al año.
129
La ejecución en el proceso laboral
La liquidación de intereses podrá formularse al tiempo
que se realice la tasación de costas y en la misma diligencia.
Es corriente que en la práctica de los juzgados se interese conjuntamente y por el Secretario Judicial (encargado de liquidar
los mismos) se calculen en la misma diligencia, más con la separación correspondiente entre una actuación y otra. Si bien
la ley pretende una simplificación de trámites ello no obsta
para que el Secretario Judicial, en unidad de resolución, practique la tasación de costas y la liquidación de intereses, aunque distinguiendo claramente la actuación correspondiente a
una y otra. Por otra parte, constituye usus fori que por la parte
ejecutante se pida la liquidación de intereses a la vez que se
aporta la efectuada por ella misma. En ese caso, el Secretario
Judicial acuerda dar traslado a la parte contraria por un plazo de diez días para que manifieste o no su oposición a dicha
liquidación. Si se formula oposición (las menos de las veces
pues existen programas informáticos de liquidación de acceso
común a través de multitud de medios, últimamente los telemáticos) será el Secretario el que la realice y, de no alegarse
nada en contrario, se resuelve aprobando aquélla y pasando
las partes por su importe.
El apartado 2 del artículo 576 de la LEC prevé los intereses de mora procesal si se hubiere interpuesto recurso y, pese
a que en su redacción, sólo se regula el supuesto de revocación
parcial, el epígrafe nos interesa un estudio más profuso, atendiendo al tipo de dictado de la resolución. De este modo:
-Confirmación íntegra de la sentencia: el pago de intereses se devenga desde la fecha en que fuese dictada la
130
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
sentencia condenatoria de la primera instancia hasta su
total ejecución. La consignación judicial de las cantidades de principal para recurrir no limita el importe de
estos intereses.
-Confirmación parcial de la sentencia (o revocación parcial): el Tribunal a quo, en la sentencia, resuelve a su
prudente arbitrio sobre el importe de de los mismos, razonándolo.
-Revocación total de la sentencia: no se devengan intereses ya que al no existir una obligación principal no
puede nacer una obligación accesoria (el pago de intereses) que dimana de aquélla.
Recordemos que la jurisprudencia, en el derecho patrio,
reconoce el anatocismo, esto es, los intereses no pagados producen nuevos intereses. Una forma de evitación del devengo
continuado de intereses desde la fecha que hemos indicado
hasta su pago lo constituye la formula de la consignación de
las cantidades objeto de condena y calculadas para intereses
en la Cuenta de Depósitos y Consignaciones de la Secretaría
del Juzgado. No debemos confundir la consignación de la cantidad objeto de condena con el depósito para recurrir, pues son
dos instituciones cuya constitución y efectos son totalmente
distintos. El depósito de la cantidad para recurrir no produce
efectos liberatorios sobre la del pago de intereses.
Con el privilegio propio para las Administraciones Públicas el art. 45 de la LGP dispone que aquéllas no vendrán obli-
131
La ejecución en el proceso laboral
gadas al pago de intereses hasta transcurrido el plazo de tres
meses desde la notificación de la sentencia de condena (o la de
la segunda o ulterior instancia si dispone en tal sentido). Entran dentro de la categoría de Administraciones Públicas, las
Entidades Gestoras de la Seguridad Social pero no las Mutuas
de Trabajo y Enfermedades Profesionales.
2.6.3. Las costas
En el sentido estricto legal las costas judiciales son parte
de los gastos, en general, que nacen y provocan el procedimiento.
Más exactamente el art. 241 de la LEC incluye como conceptos que forman las costas procesales, los siguientes:
1º. Honorarios de la defensa y de la representación técnica cuando sean perceptivas.
2º. Inserción de anuncios o edictos que de forma obligada deban publicarse en el curso del proceso.
3º. Depósitos necesarios para la presentación de recursos.
4º. Derechos de peritos y demás abonos que tengan que
realizarse a personas que hayan intervenido en el proceso.
5º. Copias, certificaciones, notas, testimonios y documentos análogos que hayan de solicitarse conforme a la Ley,
132
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
salvo los que se reclamen por el Tribunal a registros y protocolos públicos que serán gratuitos.
6º. Derechos arancelarios que deban abonarse como
consecuencia de actuaciones necesarias para el desarrollo del
proceso.
Para el pago de las costas judiciales rige el principio general del vencimiento, es decir, se condena a su abono a la
parte cuyas pretensiones se desestiman en la sentencia, salvo
que se disponga otra cosa en aquella resolución.
Pero no todos los gastos correrán de cuenta del ejecutado
ya que pueden darse ocasiones en las que cada parte satisfaga
las producidas por sus actos o aquellas que se entiendan deben ser satisfechas en común por ambas (por ejemplo: las que
traen causa de las tercerías de dominio o de mejor derecho).
La tasación de costas la practica el Secretario Judicial
y para ello la parte ejecutante deberá peticionarla por escrito
al que adjuntará las oportunas minutas de honorarios profesionales (Abogado, Procurador o Graduado Social –este último
profesional típico en la actuación del procedimiento laboral-)
así como todos aquellos justificantes de los distintos gastos
que se hayan ocasionado en el proceso de ejecución, incluidos
los recursos resueltos en esta fase procedimental.
Examinados los distintos conceptos al Secretario Judicial
corresponde una labor de depuración de dichas costas judiciales. Los diferentes conceptos que incluyen aquéllas no están
133
La ejecución en el proceso laboral
del todo limitados por las leyes y se evitarán las inclusiones
de actuaciones inútiles o superfluas. La parte ejecutante, por
sistema, intenta incluir tipicidad de conceptos no necesarios
para el procedimiento y deberán sustraerse de su inclusión
de la tasación de costas a fin de no condenar al ejecutante a
gastos que exceden de los términos que en justicia le corresponden y así, de esta manera, respetar el derecho a la tutela
judicial efectiva que en ningún momento pierde.
Las minutas de los profesionales del derecho que actúan en el proceso de ejecución debe ser detallada e incluir
los oportunos impuestos (IVA o IPSI) y se estará a la necesidad
de la dirección jurídica de aquellos, en cada caso concreto,
para su inclusión o no. Los aranceles de Procurador vienen
establecidos normativamente y se comprobarán y depurarán
los distintos conceptos. En lo que se refiere a los Abogados no
están sometidos a arancel sino a unas normas orientativas,
si bien –por de pronto- tienen en su importe la limitación del
art. 394.3 de la LEC, a saber: no podrán ser superiores a un
tercio de la cantidad reclamada. Imaginemos si no, lo gravoso
que pudiera ser para el ejecutado pagar cantidades que no se
atuvieran a este mínimo establecido legalmente.
Es un tema que requiere mucho comentario y son numerosos los manuales sobre la materia y a ellos nos remitiremos,
dado que sobrepasa los términos de esta obra en lo que no sea
un estudio elemental.
Realizada la tasación de costas se da traslado a las partes para que en el plazo común de diez días puedan impug-
134
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
narlas.
La regulación de la impugnación de la tasación de costas
se halla en la LEC:
-Si se impugnan por la inclusión de honorarios excesivos de los profesionales intervinientes en el proceso, se
oirá, en primer lugar, al profesional afectado para que
alegue su aceptación o no en la reducción esgrimida de
contrario; si no es así, se escuchará al Colegio, Asociación o Corporación Profesional a la que pertenezca el
profesional (o a dos miembros de su misma profesional
en caso de no existir estos organismos colegiados) y atendido dicho informe el Secretario Judicial efectuará las
modificaciones, según proceda, en una nueva tasación
de costas, ampliatoria o aclaratoria de la primeramente
practicada.
-Si se impugna por indebida, al incluir gastos, honorarios o conceptos que se entienden no adeudados con
ocasión o consecuencia del proceso se citará a las partes
a una comparecencia en las que oídas las alegaciones de
cada una de éllas, practicada la oportuna prueba y oídas
sus conclusiones, se dictará auto resolviendo la impugnación.
-Por último, la impugnación se puede dar por ambos
motivos, por indebidas y excesivas, en cuyo caso se tramitarán conjunta y simultáneamente, resolviéndose en
primer término sobre si son o no debidas y a continua-
135
La ejecución en el proceso laboral
ción si lo son o no excesivas. Se dictará auto por el juzgador resolviendo ambos extremos.
Contra el auto dilucidando la tasación de costas no cabe
recurso alguno.
El auto condenando o no el pago de intereses puede ser
impugnado por medio de recurso de suplicación.
El cobro de la tasación de costas y de los intereses se
realiza por la vía de apremio si no existiere cantidad suficiente
para garantizar estas cantidades. Como ya dijimos, primero se
paga el principal; segundo, los intereses y posteriormente las
costas procesales en el orden que indica el artículo de la LEC
que hemos trascrito.
De existir sobrante, una vez satisfechos los intereses y
costas, se pondrá a disposición –o devolverá directamente- al
ejecutado, salvo que obre pendiente ejecución contra aquél en
el mismo o distinto juzgado (en este último supuesto aquélla
se conozca y se haya interesado por exhorto el embargo del
sobrante y su puesta a disposición).
Al Estado y organismos dependientes de éste también
se le puede condenar en costas y están obligadas a su abono.
Entendemos que al igual que para el principal se le concede el
plazo de gracia procesal de 3 meses para su abono sin cargo de
intereses así lo debemos aplicar a la tasación de costas y liquidación de intereses. Significativamente las Entidades Gestoras
de la Seguridad Social están exenta del pago de las costas pro-
136
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
cesales al gozar del beneficio de justicia gratuita salvo que por
el Juzgador se haya estimado temeridad, mala fé o actuación
fraudulenta en la tramitación del procedimiento de ejecución.
2.7. La insolvencia empresarial
Regulada en los artículos 274 y 275 de la LPL.
La insolvencia se produce cuando no se ha conseguido
la satisfacción de los créditos del ejecutante. Si en el procedimiento civil supone el archivo provisional de las actuaciones
en el laboral es condición sine qua non para que se constituya
la figura de la responsabilidad subsidiaria de otros condenados (si la hubiere) y, usualmente, la responsabilidad del FOGASA.
Por esta causa y, previamente a la declaración de insolvencia, si el FOGASA no hubiere sido llamado con anterioridad
al procedimiento, se le dará audiencia por el plazo máximo de
quince días, para que pueda instar la práctica de las diligencias que a su derecho convenga y designe bienes del deudor
principal que le consten.
Con las aplicaciones telemáticas e informáticas de que
disponen los Juzgados para averiguación patrimonial del ejecutado resulta extraño que el FOGASA tenga conocimientos
de bienes distintos a aquéllos de los que disponga el juzgado,
pero puede ocurrir.
Dentro de los treinta días siguientes a la práctica de las
137
La ejecución en el proceso laboral
diligencias instadas por el FOGASA, el órgano judicial dictará
auto declarando, cuando proceda, la insolvencia total o parcial
del ejecutado, fijando en este caso el valor pericial dado a los
bienes embargados.
La insolvencia se entenderá a todos los efectos como provisional hasta que se conozcan bienes del ejecutado o se realicen los bienes embargados. Es la solución procesal a la norma
sustantiva referente a que todo deudor responde de sus deudas con sus bienes presentes y futuros (1911 del C. Civil).
Declarada judicialmente la insolvencia de una empresa,
ello constituirá base suficiente para estimar su pervivencia en
otras ejecuciones, pudiéndose dictar el auto de insolvencia sin
necesidad de reiterar los trámites en averiguación de bienes,
si bien en todo caso se deberá dar audiencia previa a la parte
actora y al FOGASA para que puedan señalar la existencia de
nuevos bienes. El criterio de eficacia y simplificación, al que
ya hemos mencionado en alguna ocasión, se vuelve a dar por
reproducido. La audiencia al FOGASA (y a la actora) adquiere
más bien un carácter residual, pues declarada la insolvencia
en otro proceso donde se han dado estas facultades por el trámite indicado, causa rareza que en otras ejecuciones aparezcan bienes que no se hayan citado en la primera que provoca
la insolvencia empresarial. Digamos, que lo que abunda no
daña, más no encontramos el sentido de esta audiencia que ya
no haya quedado fraguado en el mismo artículo, salvo oír a la
parte actora de la ejecución que se ve afectada por la primera
y que puede conocer bienes de los que no se tenga constancia
en el Juzgado, FOGASA o registros públicos.
138
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
De estar determinada en la sentencia que se ejecuten las
cantidades legalmente a cargo del FOGASA, firme la declaración de insolvencia, se le requerirá a su abono, en el plazo de
diez días, y de no efectuarlo, continuará la ejecución contra
aquel organismo público.
El abono por parte del FOGASA incluye las siguientes
cuantías:
-Cuatro mensualidades de salario: Se atendrá al reconocido en resolución judicial o en acto de conciliación,
incluyendo la parte proporcional de pagas extraordinarias.
-Una anualidad de salario: En los procesos de despido
y si la cantidad figura reconocida en la sentencia o en
resolución de conciliación administrativa donde se pactó
la readmisión (en la judicial es obligación del juez establecerla en la sentencia).
-Duplo del SMI diario multiplicado por número de días
pendientes de pago hasta un máximo de 120 días: incluye los supuestos de cantidades adeudas por salarios
pendientes de pago, incluidos los salarios de tramitación.
-Duplo del SMI diario con el tope de veinticinco días de
salario por años de servicio, con el máximo de una anualidad: afecta a las indemnizaciones reconocidas en procedimiento de despido o extinción de la relación laboral.
139
La ejecución en el proceso laboral
Cuando los bienes susceptibles de embargo se encuentren afectos al proceso productivo de la empresa deudora y
ésta continúe su actividad, el FOGASA podrá solicitar la suspensión de la ejecución, por el plazo de treinta días, a fin de
valorar la imposibilidad de satisfacción de los créditos laborales, así como los efectos de la enajenación judicial de los bienes
embargados en relación a la continuidad de las contrataciones
laborales subsistentes en la empresa deudora.
Constatada por el FOGASA la imposibilidad de satisfacer los créditos laborales por determinar ello la extinción de
las relaciones laborales subsistentes, lo pondrá de manifiesto
motivadamente, solicitando la declaración de insolvencia a los
solos efectos de reconocimiento de prestaciones de garantía
salarial.
Encontramos la regulación de la llamada INSOLVENCIA TECNICA cuyo último objetivo es mantener la continuidad de las relaciones laborales subsistentes (para no extinguir
los contratos laborales existentes) pagando las prestaciones
de garantía salarial pero sin extinguir, en ningún momento la
obligación del ejecutado, y suspendiéndose la ejecución. Debe
contar en el consentimiento del acreedor ejecutante. Sólo puede ser pedida por el FOGASA.
El FOGASA se subroga en los derechos de los trabajadores ejecutantes.
Resumiendo, la imposibilidad de realización forzosa de la
condena dineraria, puede dar lugar a tres tipos de insolvencia
140
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
empresarial:
-Total: cuando no existen bienes susceptibles de embargo. O no se encuentran.
-Parcial: Existen o se encuentran bienes pero no son
suficientes para satisfacer el crédito.
-Técnica: Existen bienes suficientes pero su realización
va a suponer la extinción de relaciones laborales. FOGASA.
2.8. Las tercerias de dominio y de mejor derecho
2.8.1. Terceria de dominio
Regulada en el art. 258 de la LPL y arts. 593 y ss de la
LEC a la que constantemente nos remitiremos, como constituye costumbre en esta obra, en virtud de lo dispuesto en el primer Cuerpo Legal y su remisión expresa a la Ley Rituaria Civil
en todo aquellos puntos que no se encuentren establecidos en
el mismo o con contenido excesivamente escueto.
Cuando se embarga un bien por el juzgado que tramita el
procedimiento ejecutivo no es preciso averiguar su titularidad
sino que basta con una serie de indicios o signos externos (verbi gracia: la posesión) para entender que pertenece al patrimonio del ejecutado. Más con ello puede ocurrir que los bienes
embargados no pertenezcan al ejecutado sino a un tercero.
141
La ejecución en el proceso laboral
Se pueden provocar tres situaciones distintas:
-Que las partes ejecutantes o el propio órgano judicial
estimen, por motivos razonables, que el bien embargado
no pertenezca al ejecutado. Se acordará por providencia
dar traslado al tercero para que en el plazo de cinco días
alegue lo que a su derecho convenga sobre la titularidad
o no del bien embargado. Aducida ésta y considerada estimable por el juzgado alzará el embargo, oído el acreedor
crediticio. Si nada se alegare por el tercero se acordará
mantener el embargo y seguir el proceso ejecutivo.
-Que se ejecute el embargo y se adjudique el bien por
el ejecutado o un tercero y posteriormente aparezca otro
tercero alegando la titularidad del bien embargado y adjudicado. En estos casos la reivindicación del bien no
tendría efectos en este proceso de ejecución, sin perjuicio
de la reserva de acciones civiles (o penales, en su caso) a
ejercitar por el tercero perjudicado ante el Juzgado (de lo
civil, principalmente) ante quien corresponda. No obsta,
que se pueda declarar la nulidad de la adjudicación pero
se nos hace muy complicado visualizar ese final.
-Que el tercero titular del bien embargado acuda al juzgado y ejercite las acciones que le correspondan en reclamación del bien que considera propio y pretenda el
embargo del mismo, iniciándose un trámite incidental
dentro del de ejecución.
De estos tres supuestos éste último es el que constituye
142
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
propiamente el incidente de TERCERIA DE DOMINIO y es el
que preceptúa el art. 258 de la LPL.
El tercero que invoque el dominio sobre los bienes embargados adquiridos con anterioridad a su traba, podrá pedir
el levantamiento del embargo ante el órgano del orden jurisdiccional social que conozca la ejecución que, a los meros efectos prejudiciales, resolverá sobre el derecho alegado, alzando
en su caso el embargo.
De la trascripción del precepto podemos entresacar varias conclusiones:
-El que peticiona la tercería es un tercero ajeno al procedimiento de ejecución y que no ha sido “llamado” al
mismo hasta que se ha producido el embargo de un bien
o bienes concretos.
-Los bienes embargados han de ser del dominio, que
engloba otros derechos además del de titularidad propiamente dicha, del tercero peticionario de este incidente:
usufructo, derecho de traspaso…
-Que ese dominio, en sentido amplio, recaerá sobre bienes adquiridos con anterioridad a la traba del embargo,
pues caso contrario no estaríamos ante una tercería.
-El órgano competente para resolver el incidente de tercería de dominio es el juzgado de lo social que conoce del
proceso de ejecución.
143
La ejecución en el proceso laboral
-La resolución que se dicte en este incidente lo es con
efectos meramente prejudiciales. No cabrá, en consecuencia, alegar la excepción de cosa juzgada, habida
cuenta que el tercero que se vea perjudicado por la resolución del juzgado de lo social podrá acudir a los juzgados del orden civil para reclamar este derecho de tercería
o ejercitar la acción reivindicatoria, dado que la resolución dictada en el orden social no excluye aquella otra
reclamación jurisdiccional civil.
-La reclamación de tercería tiene como finalidad última
el alzamiento del embargo del bien o bienes que se trate,
por lo que no se pueden ejercitar en este incidente acciones diferentes a aquella pretensión, salvo las garantías
adoptadas en favor del embargo.
Debemos fijar, en principio, quien adquiere la condición
de tercero. Es evidente que no pueden tener esta condición las
personas contra las que se ha despachado la ejecución y sus
bienes resulten afectados por el procedimiento de apremio.
La legislación actual excluye de tal concepto el copropietario,
respecto de sus cuotas, al que se aplica la Ley de Propiedad
Horizontal. Por el contrario, si tiene aquella condición de terceristas el cónyuge no sujeto al régimen económico matrimonial de gananciales (o que éste no se haya disuelto) y el deudor
solidario aunque su responsabilidad ejecutiva aún no se haya
declarado.
La solicitud, a la que se acompañará el título en que se
funde la pretensión, deberá formularse por el tercerista con
144
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
una antelación a la fecha señalada para la celebración de la
primera subasta no inferior a quince días.
La solicitud, que deberá adoptar la forma de demanda
incidental, se puede instar desde que se produce la traba del
embargo hasta los quince días hábiles anteriores a la fecha
señalada para la primera subasta. Es un plazo de caducidad.
Requiere el acompañamiento de título en que se funde la
pretensión y con la aportación de un mínimo de prueba para
no ver rechazada, de plano, su pretensión (art. 593.3 LEC).
Aunque no lo dice la normativa al respecto, ese principio de
prueba estimamos que debe ser documental, como mínimo,
aunque se puede admitir aquellas otras previstas en la legislación procesal civil, aunque difícil encaje probatorio y sobre
todo de convencimiento del órgano judicial van a tener.
Admitida la solicitud, se seguirá el trámite incidental.
El órgano judicial sólo suspenderá las actuaciones relativas a
la liquidación de los bienes discutidos hasta la resolución del
incidente.
Por tanto, no suspende todo el trámite de la ejecución
sino sólo el relativo a la liquidación del bien sujeto a tercero,
salvo, claro está, que sea este bien o bienes los únicos afectos a
la ejecución. Se resolverá por medio de auto, con meros efectos
prejudiciales, que será susceptible de recurso de suplicación.
Son supuestos relativamente frecuentes de tercerías de
dominio los contratos mercantiles de última generación, entre
145
La ejecución en el proceso laboral
los que citaremos, dada su habitualidad:
-Contrato de leasing o arrendamiento financiero (Ley
26/1988).
-Contrato de renting o alquiler de bienes a sucesivas
personas pero sin opción de compra (Ley 28/1988).
-Contrato de factoring o cesión de derechos de créditos
empresariales a una entidad bancaria (Ley 1/1999).
-Contrato de venta de bienes muebles a plazos con reserva de dominio (Ley 28/1998).
2.8.2. Tercería de mejor derecho
Esta modalidad de tercería, a diferencia de la anterior,
no surge con la traba del embargo y con el plazo procesal fijado
para la interposición de la de dominio, ni tampoco es su objeto
el alzamiento del embargo trabado.
Estamos en la fase procesal del pago y de conformidad
con lo dispuesto en el art. 273 de la LPL en relación con los
artículos 614 a 620 de la LEC la finalidad de esta tipología de
tercería no es otra que la suspensión del pago (o entrega del
bien embargado y ejecutado) porque un tercero pretende que
se le satisfaga su crédito con prioridad a aquél que se está
ejecutando. El tercero de mejor derecho pretende el reconocimiento de una prioridad en el cobro y, por tanto, su abono con
preferencia al ejecutado inicial.
146
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
Dispone la LPL que las tercerías fundadas en el derecho
del tercero, sea o no acreedor laboral del ejecutado, a ser reintegrado de su crédito con preferencia al acreedor ejecutante,
deberán dilucidarse ante el órgano judicial del orden social
que esté conociendo de la ejecución, sustanciándose por el
trámite incidental regulado por la ley.
Lo primero que nos llama la atención es que el crédito
del tercero no tiene que ser laboral, y por tanto, puede devenir
de un procedimiento civil o administrativo (los supuestos más
comunes). Se pueden dar, por consiguiente, dos situaciones
procedimentales:
-Que se haga valer ante el orden social la preferencia del
crédito, aunque ésta dimane de otro tipo de procedimiento y de otro orden jurisdiccional (civil, por ejemplo).
-Que sea el ejecutante laboral el que tenga que personarse en otro procedimiento de diferente orden jurisdiccional para hacer valer la preferencia que tiene reconocida por la normativa laboral.
La parte activa está reservada para el acreedor, laboral
o no, del ejecutado en el procedimiento ejecutivo. Debe alegar
el sentido y contenido de su preferencia y aportar un principio
mínimo de prueba (la documental adquiere especial trascendencia en estas actuaciones).
Los sujetos pasivos son el ejecutante, pudiendo serlo
también el ejecutado si la preferencia crediticia no consta y
147
La ejecución en el proceso laboral
puede intervenir el FOGASA, aunque no se necesita que conste
expresamente en la demanda.
El trámite previsto para su ejercicio es el de los incidentes y se podrá interponer:
-Desde que se dicte el auto despachando ejecución: si es
de carácter general la preferencia alegada.
-Desde que se declara el embargo del bien concreto y específico sobre el que se alega la tercería: si es de carácter
especial la preferencia alegada.
-La LEC recoge la facultad de interponer tercería desde
que se decrete embargo preventivo, si el tercerista reclama como demandante al ejecutado la entrega de una
suma de dinero. Siempre en proceso distinto. Art. 729
LEC.
La tercería de mejor derecho no implica, en ningún caso,
la suspensión o paralización del proceso ejecutivo en trámite
y será en el momento en que se realicen los bienes cuando
el importe obtenido se ingresará en la Cuenta de Depósitos y
Consignaciones de la Secretaría del Juzgado a resultas de la
resolución de la tercería, que se hará por auto, donde se hará
constar, entre otros dictados, un pronunciamiento expreso sobre la condena en costas: Se impondrán las costas al tercerista
si se desestima la demanda; al ejecutante y ejecutado por mitades si ambos se hubieren opuesto a la demanda incidental;
o, al ejecutado, si se allana a la tercería. No se abonará al ter-
148
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
cerista cantidad alguna, aún siendo estimatoria su demanda
incidental, hasta tanto no se hayan abonado al ejecutante las
tres quintas partes de las costas causadas hasta ese momento
procesal.
El procedimiento incidental es de tramitación muy simple toda vez que se circunscribe a una comparecencia donde
se formularán alegaciones por la actora; se contestará a la demanda; se propondrán, admitirán y practicarán las pruebas
que se estimen pertinente; se concederá plazo para las conclusiones y quedará pendiente del dictado del auto resolutorio,
que no prejuzga en otro tipo de acciones.
Hay créditos privilegiados y garantizados en el procedimiento laboral con una prelación de distinto contenido. Se
enuncian en el art. 32 del ET que establece:
1º. Los créditos salariales por los últimos treinta días de
trabajo y en cuantía que no supere el doble del salario mínimo
interprofesional gozarán de preferencia sobre cualquier otro
crédito, aunque éste se encuentre garantizado por prenda o
hipoteca.
2º. Los créditos salariales gozarán de preferencia sobre
cualquier otro crédito respecto de los objetos elaborados por
los trabajadores mientras sean propiedad o estén en posesión
del empresario.
3º. Los créditos por salarios no protegidos en los apartados anteriores tendrán la condición de singularmente privi-
149
La ejecución en el proceso laboral
legiados en la cuantía que resulte de multiplicar el triple del
salario mínimo interprofesional por el número de días del salario pendientes de pago, gozando de preferencia sobre cualquier
otro crédito, excepto los créditos con derecho real, en los supuestos en los que éstos con arreglo a la Ley, sean preferentes.
La misma consideración tendrán las indemnizaciones por despido en la cuantía correspondiente al mínimo legal calculada
sobre una base que no supere el triple del salario mínimo.
El plazo para ejercitar los derechos de preferencia del
crédito salarial es de un año, a contar desde el momento en
que debió percibirse el salario, transcurrido el cual prescribirán tales derechos.
Las preferencias reconocidas en los apartados precedentes serán de aplicación en todos los supuestos en los que, no
hallándose el empresario declarado en concurso, los correspondientes concurran con otro u otros sobre bienes de aquél.
En caso de concurso, serán de aplicación las disposiciones de
la Ley Concursal relativas a la clasificación de los créditos y a
las ejecuciones y apremios. Este último apartado del art. 32.5
del ET ha sido modificado por la Ley Concursal (Ley 22/2003,
art. 55 y D.F. 14ª) que deja sin aplicabilidad tales preferencia
a partir de la entrada en vigor de dicha ley, producida a partir
del 1 de Setiembre de 2004, y en estos supuestos se regirá el
empresario por lo dispuesto en este nuevo Cuerpo Legal en lo
concerniente a la clasificación de los créditos, las ejecuciones
y los apremios y al ser declarado en concurso no podrán alegarse estas preferencias ni garantías ni se podrán iniciar por
separado ejecuciones y apremios ni proseguirse las ya incoa-
150
Francisco Javier Izquierdo Carbonero
das desde que se efectuó aquella declaración concursal, con la
salvedad respecto a bienes ya embargados no necesarios para
que pueda continuar la actividad del ejecutado.
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