Las cosas van bien para Champagne y Prosecco

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Análisis
Productores ganan mejor que nunca
Las cosas van bien para Champagne y Prosecco
Autor: Frank Smulders, Master of Wine
Desde hace años hay excedentes en la producción mundial de vinos, pero hay una
categoría que se libra estructuralmente de todo tipo de crisis, y es la de los vinos
espumosos. Dos visitas recientes a Champagne y Veneto, lo confirman. La historia de
Champagne es hasta increíble.
Me acuerdo bien de la crisis que se desató en Champagne en el 2000, cuando no llegó el Boom
del milenio y el mundo se quedó con grandes existencias de Champagne sin vender. Durante casi un año
ninguna botella salió de las bodegas de Champagne, y aunque los productores habían llenado bien sus
bolsillos en el preámbulo hacía el 2000, fueron tiempos difíciles. Pero, por asombro de todos, resultó que
el consumo regular de Champagne incrementó en todo el mundo. Y lo sigue haciende hasta hoy en día.
Uvas caras
Al visitar la región de Champagne, es obvio que las cosas marchan bien. Los precios suben,
pero la demanda también. Hasta hay un déficit de producción, que se intenta compensar con nuevas
plantaciones, prensar las uvas más “generosamente” y la liberación de existencias de reserva, pero la
presión sigue. Existen sobre todo productores pequeños que ya no tienen vino y que no pueden acoger a
nuevos clientes! Los precios de las uvas han llegado a una altura histórica, estando entre 5,60 y 6,40
euros el kilo. Un buen viñedo cuesta fácilmente 750.000 euros. Los viticultores están más que contentos,
ya que nunca han ganado su dinero de manera tan fácil. Un rendimiento de aproximadamente 10.000
kilos por hectárea, da un beneficio de unos 60.000 euros por hectárea por año. No creo que haya muchos
productores de uva en el mundo que lo igualen. Los productores, las bodegas, digamos, tampoco
marchan mal, a pesar de los altos precios de la uva. Es notable que desde hace años, el mercado esté
dominado por marcas. Tiene su lógica: resulta más fácil incluir los extremadamente altos costes de
producción, pudiendo contar con el valor añadido de una marca. Consecuentemente, los Champagnes de
segundas marcas no están viviendo un buen momento, puesto que se han vuelto enormemente caros, sin
que puedan ofrecer calidad ni carisma. Es un mercado bastante apagado por lo tanto y los especialistas
en este segmento están sufriendo pérdidas (como Vranken-Pommery) o quiebran (como Marne &
Champagne-Lanson el año pasado). Y el consumidor? Tiene mala suerte. Todos los Champagnes están
carísimos, aunque por otro lado están de suerte, porque la calidad media nunca ha sido tan alta.
Nubes cubriendo la luna
Es todo color de rosa en Reims y Epernay? Bueno, siempre hay cosas para quejarse.. Uno
puede preguntarse si la sobre-demanda no conducirá a una disminución de la calidad, por ampliación de
las regulaciones sobre prensado y rendimientos. Y, si en un momento dado, los precios no se harán
demasiado altos para el mercado. Pero no hay serias preocupaciones. La vendimia 2007 ya está en las
bodegas, y aunque ha sido un año condenadamente difícil, con mucha lluvia durante la época de
floración, y granizo y enfermedades fitosanitarias, y un rendimiento bastante bajo, hizo muy buen tiempo
durante la recolección, y esto mejoró bastante la calidad de las uvas.
Prosecco
Pasemos ahora a la otra historia de éxito en el mundo de los vinos espumosos, el Prosecco.
Para empezar una breve introducción. Prosecco es una uva blanca, utilizada generalmente, pero no
necesariamente (hay Prosecco tranquilo) para la producción de vinos espumosos. Estos vinos
espumosos pueden tener muchas burbujas (spumante) o menos burbujas (frizzante). Y pueden ser de la
categoría de vinos del país o pueden proceder de la mejor zona para esta uva, siendo la zona de
Valdobiadene y Conegliano. Y en ese caso se trata de vino con categoría de D.O. El vino Prosecco está
muy popular entre nuestros vecinos del este: a los Alemanes les gusta lo italiano, y desde hace muchos
años beben mucho Prosecco, desde muy barato hasta muy bueno.
Pero entre tanto, el resto del mundo ha descubierto también el Prosecco, hasta los neerlandeses
lo han hecho. Creo que HEMA fue el primer gran proveedor que introdujo – con éxito – un Prosecco. Pero
hoy en día se encuentra en casi todos los sitios, tanto en hostelería como en detallistas. Es decir, las
cosas van bien para Prosecco y parece ser que, aquí también, la demanda es mayor que la oferta.
Esto me preocupa algo más que la situación en Champagne. No quiero faltar al respeto, pero a
veces los italianos interpretan las cosas más a la ligera, y me aventuro a decir que ya hay mucho
Prosecco en el mercado - sobre todo del barato - que no está hecho (completamente) de la uva Prosecco.
Y también suben los precios y el Prosecco de buena calidad aumentará este otoño con 0,50 hasta 1 euro
por botella.
Lo malo es que de repente el Prosecco se ha hecho muy de moda en ciertos círculos. A Paris
Hilton (¡qué horror!) le gusta beber Prosecco de lata (otra vez ¡qué horror!) y algún que otro productor, ha
buscado los límites de las reglas, y ha introducido una versión rosada. Esto se explica de la siguiente
manera: Si se trata de un “vino de país” se puede añadir hasta el 15% de otras uvas, y está permitido
hacer espumoso rosado, añadiendo vino tinto. Está todo justo justo autorizado, pero me pregunto, si esto
va a ser beneficioso para la imagen de Prosecco.
No sería la primera vez que los italianos asesinen una historia de éxito, con este tipo de rutinas.
Ojala no sea así, lo deseo para los productores de calidad, pero quizá Prosecco sea el Lambrusco del
futuro. Sería una pena, porque un buen Prosecco es un vino agradable y accesible, y por ello tiene sin
duda un buen porvenir.
Traducción de un artículo publicado en Drankendetail
Revista profesional para licorerías.
Tirada: ejemplares/mes
Octubre 2007
Traducido por Marianne Nuberg
ICEX/Vinos de España – Ofecomes La Haya
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