A` nuestro intento basta poder alegar en favor de un pensamiento

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A ' nuestro intento basta poder alegar en favor de un
pensamiento tan plausible, que influye no poco en la
práctica, el testimonio de respetables autores, á quienes
debió sugerir las primeras ideas del modo de obrar la
Quina primitiva inmediatamente sobre los n e r v i o s , » imitación de los antídotos, la profunda meditación de los mismos hechos prácticos. Sería muy difícil, si queremos esplorar en lo posrble los misterios de la naturaleza, conciliar
de otro modo las observaciones y raciocinios, cuando v e mos la prontitud maravillosa de un remedio que detiene
de golpe todo el trastorno de nuestra máquina en el siguiente paroxismo sin haber escitado alguna evacuación
sensible. Y como semejante modo de obrar sea peculiar á
los remedios, cuya virtud influye directamente sobre los
nervios; debemos persuadirnos á que esta especie de Quina pertenece á la clase de los nervinos.
Sería' fuera de propósito investigar aquí el orden de
remedios nervinos á qué pueda pertenecer esta especie. S u
averiguación puede ser taiv i n ú t i l ' c o m o la del misterio
de los períodos, cuando se trata seriamente de adelantamientos ventajosos á la práctica. Apreciemos el pensamiento por lo mucho que puede contribuir al bien de los mort a l e s , 'distinguiendo los casos en que convenga emplear
esta especie con preferencia, y ampliar sus usos á otras
enfermedades que se presentan con indicios de residir sus
predisposiciones en el sistema nervioso.
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cía , en que debemos todos c o n v e n i r > de andar trastornada la evacuación de la materia p e r s p i r a b l e , y á este trastorno le a t r i b u y e el ú n i c o
origen de las, accesiones. P u e d e conciliarse bien esta opinion a p o y á n
d o l a en ¡deas mas exactas sobre las funciones de la economía animal.
E l sistema n e r v i o s o se propaga á toda la periferia del c u e r p o , c o m o de
b u l t o l o demuestra la finísima sensación del tacto. Su influjo se estiende
hasta los m í n i m o s tubos y sus poros. E l íntimo enlace de estos con las
ramificaciones interiores mantiene la comunicación de t o d o el sistema,
donde fijamos con los autores alegados la causa predisponente contra
la que obra directamente el a n t í d o t o , sin que sepamos en qué c o n s i s ta esta p r e d i s p o s i c i ó n , ni el m o d o de enmendarla e l remedio.
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